Hisvet Fernández
En época de globalización y de proyecto político neoliberal reviven los viejos métodos del capitalismo mundial para enfrentar con voces conservadoras a las fuerzas progresistas y/o revolucionarias que empujan por mayor justicia social, que se traduce en una aspiración generalizada de mayor inclusión social, mayor progreso económico, mayor poder político y mejor calidad de vida. Las mayorías claman por ser incluidos/as en el disfrute pleno de sus DDHH; viejo ofrecimiento incumplido que deja absolutamente desnudo al capitalismo con sus catastróficos resultados.
Esa aspiración ha servido de bandera a “nuevos líderes” de nuestros países para conquistar voluntades y llegar al poder, al asumir como suyo un discurso “Socialista” y/o “Comunista” aunque sus verdaderas intenciones sean sólo llegar al poder, perpetuarse autoritariamente, barnizados de democracias a fuerza de leyes impuestas. La receta neoliberal necesita de gobiernos que conquisten apoyos mayoritarios y cumplan, en paz y sin mayores resistencias, con su tarea de abrir espacios al capital internacional, destruir la industria nacional, endeudarnos, precarizar el trabajo, informalizar la economía, moderar el sufrimiento de la gente con dádivas y estimular el crecimiento de las Ong’s o cooperativas, para que asuman lo que el Estado abandona.
Esto permite al capitalismo transfigurarse dentro de un discurso “socialista” y/o “comunista” con tal de avanzar en su afán de acumulación desmedida. Nos encontramos así ante una combinación letal: Líderes que se dicen “revolucionarios y socialistas” y que aplican a cabalidad la “receta” capitalista.
Los pueblos, frustrados, van desencantándose de estos liderazgos, y en ese momento el Capital aprovecha la oportunidad para achacarle al “socialismo” o “comunismo” todos los fracasos resultantes de sus políticas. Y aparece de nuevo con fuerza la campaña anticomunista. Verdadera transfiguración del capital que a su paquete de medidas antipopulares y antidemocráticas aplicadas por verdaderos lacayos del imperio, con discurso de izquierda y práctica neoliberal, lo deja como responsabilidad del supuesto “socialismo” y “comunismo” que estos/as han profesado.
Así, “mata dos pájaros de un tiro”; avanza en su proyecto devastador y destruye simbólicamente la única salida que tienen nuestros pueblos que aspiran una sociedad de justicia, progreso y libertad, que cobra significado con la palabra SOCIALISMO y/o COMUNISMO.
Aún así, en Venezuela el 64% de la población se define entre el perfil de “demócratas socialistas del siglo XXI” y “demócratas socialistas moderados/as” (estudio del Centro Gumilla-2010) lo que nos muestra lo desfasada de esta campaña anticomunista de sectores de la oposición, a sabiendas que este supuesto “proceso” no es socialista, que es puro y perfecto Capitalismo de Estado, es decir, un “proceso” de aplicación del paquete neoliberal bajo la seducción del sueño y aspiración socialistas.
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