Periódico Rojo y Negro, Madrid
* Editorial de la edición N° 353, febrero 2021.
El próximo 8 de Marzo de 2021 hace justo un año de la última gran manifestación que vivió nuestro país, justo un año en que las mujeres volvimos a ocupar las calles como espacio público. Justo un año en que mostramos a toda la sociedad, a todo el mundo, que la lucha feminista, anarcofeminista, es imparable porque los valores que irradia de igualdad, solidaridad, apoyo mutuo, justicia, respeto, antiviolencia, dignidad y libertad son universales.
Las mujeres pretendemos una revolución social, una transformación social con una dirección antidogmática, antipatriarcal, anticapitalista, antisectaria y libertaria y esos son valores de inclusión social, los valores del humanismo integral como acertadamente dijeron nuestras Mujeres Libres del pasado siglo.
Las mujeres luchamos por una sociedad nueva en la que quepamos todas las personas, con la enorme, rica y variada diversidad que nos reconocemos y deben reconocernos. Una sociedad de justicia social, antirracial, anticolonial, sin ningún tipo de discriminación por motivo de sexo, género o identidad personal.
Al igual que otros años, este 8M de 2021, las mujeres vamos a volver a conmemorar en la calle, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En esta ocasión, debido a la situación de crisis sanitaria causada por la Covid-19, tras haber sido criminalizadas, culpabilizadas, estigmatizadas e identificadas como las máximas responsables de la expansión de la pandemia tras las grandes movilizaciones del pasado 8M de 2020, las mujeres tenemos aún más razones para ser las grandes protagonistas de este día al haberse visto incrementados nuestro trabajo invisible y no remunerado, el deterioro de nuestros derechos y el incremento de responsabilidad que nos exige e impone la sociedad.
Una vez más somos las mayores sacrificadas y discriminadas ante las situaciones extremas que sufre la sociedad como consecuencia de la crisis sanitaria, social, económica... que ha provocado la pandemia. Las mujeres hemos vuelto a ser en quienes se han cebado con mayor inquina los efectos de la misma.
Hablamos del teletrabajo que se ha instalado en nuestras vidas obligándonos a permanecer encerradas en casa, trabajando y cuidando del hogar, de nuestras hijas e hijos, de nuestros mayores, sin contacto físico entre compañeras y con un horario diario ininterrumpido. Asumiendo en soledad, en privado, sin reconocimiento ni remuneración ese trabajo doméstico, de crianza, de cuidados, reproductivo en suma, que tanto precisa el sistema productivo para seguir funcionando y que tanto protagonismo otorga al hombre para ocupar el espacio público.
El elevado número de ERTE y ERE [mecanismos legalizados para justificar despidos en el Estado español] que han sido declarados por la difícil situación sanitaria que estamos atravesando, ha sido impuesto en su gran mayoría a las mujeres, condenándolas a asumir solas el trabajo de cuidados y limitando nuestro desarrollo profesional.
Las mujeres que trabajan en la sanidad han tenido que asumir un considerable aumento de horario laboral y de riesgos sanitarios a causa de la pandemia e incluso, muchas de ellas, han tenido que abandonar temporalmente su hogar y su familia como medida de prevención.
La brecha salarial existente, tanto en lo laboral como en el sistema de pensiones, el paro, la desigualdad, la explotación y la marginación... tienen rostro de mujer en esta sociedad patriarcal, machista, violenta y capitalista.
En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora no podemos olvidar a todas aquellas mujeres privadas de libertad que son explotadas laboralmente por conocidas y renombradas empresas.
Por todo ello, por todas las Mujeres Libres que nos precedieron, por todas las asesinadas, por todas las que sufrimos en primera persona la explotación, precariedad y marginación laboral, social, económica y personal, por todas nuestras hijas e hijos a las que han robado el presente y el futuro, y por mucho más, ante la situación actual, las mujeres, todas, unidas, en complicidad y con sororidad, no vamos a dar ni un paso atrás en nuestra lucha porque la igualdad no sea una utopía.
[Número completo accesible en http://rojoynegro.info/sites/default/files/rojoynegro%20353%20febrero.pdf.]
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