SK (revista Fifth State)
* Comentando el libro Cuba Anarquista: Política Contracultural en el início del Siglo XX (Anarchist Cuba: Countercultural Politics in the Early Twentieth Century) de Kirwin Shaffer, PM Press 2019.
"... Estos rebeldes anarquistas participaron en una larga tradición de imaginar a Cuba como una 'isla de los sueños' donde la humanidad podría crear un faro libre, saludable, educado e igualitario para la liberación global". - Kirwin Shaffer
El nuevo libro de Kirwin Shaffer ayuda a los lectores a comprender lo que significó ser anarquista en Cuba durante los siglos XIX, XX y XXI. Historias anteriores de otros autores sobre anarquistas en la isla se centraron en su participación en el movimiento obrero urbano y rural. Sin embargo, en este libro, Shaffer, profesor de estudios latinoamericanos en la Universidad Estatal de Pensilvania, Berks College, explora varias áreas adicionales de participación fuera del lugar de trabajo durante los últimos 150 años.
Describe el desarrollo de varios proyectos durante este período, incluyendo la escritura y publicación de ficción y no ficción de inspiración anarquista, producción de teatro radical, artes visuales, música, clínicas de salud alternativas, así como escuelas para niños y adultos libres de derechos. control estatal y religioso y específicamente dedicado a fomentar el pensamiento independiente. Los participantes reunieron sus conocimientos de diversos orígenes: mujeres y hombres, ancianos y jóvenes, blancos y negros, cubanos y extranjeros, trabajadores calificados y no calificados, poetas, comerciantes, dramaturgos y bibliotecarios.
Shaffer no duda en discutir las ambigüedades y contradicciones dentro de los diversos proyectos, o sus disputas internas y diferentes puntos de vista sobre varios temas importantes. Su cuidado por no idealizar ni exagerar los logros permite a los lectores comprender más fácilmente la dinámica involucrada.
Las diversas empresas se describen en el contexto de cómo tenían la intención de contrarrestar el carácter autoritario y las brutalidades de las iglesias católica y protestante, el ejército y la administración colonial española que dominó hasta fines del siglo XIX, y luego el Estado cubano nominalmente independiente. todo lo cual contribuyó a las condiciones de gran explotación y represión en la isla.
Shaffer analiza cómo los proyectos anarquistas han respondido y ayudado a dar forma a la comprensión popular de conceptos como libertad, igualdad, identidad y progreso. Parte de esto involucró la lucha contra el racismo, por la igualdad de las mujeres y por la unión de la clase trabajadora en todas las líneas raciales, nacionales y de género. En la década de 1890, dice Shaffer, los anarquistas del movimiento obrero cubano lograron jugar un papel importante en la promoción de los lazos de clase entre personas de diferentes orígenes y razas, así como en excluir la afiliación a partidos de las actividades sindicales.
También destaca las principales diferencias entre los grupos anarquista y marxista, que operaron en Cuba desde el siglo XIX, especialmente las estrategias de disidencia que cada uno eligió. Los marxistas se enfocaron en construir organizaciones para capacitar y dirigir/supervisar al proletariado en el lugar de trabajo, en la vida diaria y en las urnas. Los anarquistas estaban fuertemente comprometidos con medios que coincidieran con los fines futuros deseados, como fomentar la independencia y la actividad personal de estudiantes y trabajadores mientras luchaban contra las condiciones injustas de trabajo y vida.
Reconocieron la lucha contra la dominación vinculada a la construcción inmediata de los medios de resistencia. Los anarquistas diseñaron sus proyectos específicamente para mejorar la vida de mujeres, hombres y niños en el presente, así como para prepararlos para la transformación social en algún momento en el futuro.
Shaffer dedica tres capítulos a explorar la influencia anarco-naturista entre los anarquistas cubanos. El movimiento naturista, que se desarrolló en Europa y América del Norte a finales del siglo XIX y principios del XX, se centró en prácticas alternativas de salud y estilo de vida personal, como la adopción de una dieta vegetariana sencilla, barata y nutritiva. , muchos ejercicios al aire libre, practicar nudismo, vivir en pequeños pueblos donde todos pueden conocerse y hacer todo lo posible para combatir los efectos de la sociedad industrial de masas.
En Cuba, varios escritores y artistas anarquistas cambiaron el enfoque del movimiento naturista principalmente de preocupaciones de salud individual a un énfasis en temas emancipadores sociales, escribiendo nuevas historias, ensayos, novelas, obras de teatro y columnas de consejos que estaban ampliamente disponibles fuera del país y en los Estados Unidos entre los círculos anarquistas. Esta influencia cultural persistió en la década de 1950, incluso cuando el movimiento anarcosindicalista se vio significativamente debilitado por la represión gubernamental y la consolidación del Partido Comunista de Cuba.
Aunque los anarquistas de todas las tendencias estaban interesados en formas de mejorar la salud, los anarcosindicalistas (especialmente en los sindicatos del ramo gastronómico) y anarconaturistas estaban particularmente enfocados en aspectos de la vida diaria que afectaban desproporcionadamente a los jóvenes y a los trabajadores pobres. Hicieron hincapié en el aprendizaje y la enseñanza de la medicina alternativa para ayudar a las personas a lidiar con los problemas de salud de la sociedad moderna, incluidos los problemas de salud causados por el trabajo duro en las fábricas y en el campo, así como las enfermedades causadas por viviendas estrechas y mal ventiladas.
Algunos fueron aún más lejos y ofrecieron profundas críticas a la civilización moderna, a veces desde una perspectiva idealizada de las condiciones premodernas y otras desde un punto de vista más sofisticado, que implica una crítica de la ciudad moderna como consecuencia directa de la explotación industrial del mundo. natural, acercándose al punto de ruptura.
Otros anarquistas criticaron lo que consideraban la idealización de la naturaleza de los anarconaturistas y los conceptos de lo que se supone son leyes de la naturaleza tendientes a la mistificación.
Aunque eran internacionalistas, muchos anarquistas jugaron un papel importante en inspirar y luchar por la independencia de Cuba del colonialismo español en la década de 1890. Esperaban que la lucha contra la injusticia y el imperialismo fuera el preludio de una revolución social nacional y posteriormente internacional.
Algunos anarquistas advertieron que era un error poner esperanza en una lucha nacionalista. Desafortunadamente, el gobierno de Estados Unidos, con la cooperación de las élites cubanas locales, demostró que tenían razón. Después de la guerra de independencia, se intensificó la explotación capitalista en la isla.
Sin embargo, los anarquistas en Cuba continuaron con sus diversos proyectos, defendiendo la autoorganización descentralizada y desafiando las prácticas autoritarias de las élites extranjeras y nacionales que estaban bloqueando el camino hacia el amplio cambio social que tantos deseaban. Continuaron criticando la centralización y concentración de la riqueza, junto con la degradación del medio ambiente y la salud física y mental humana causada por la codicia de los que están en el poder.
Ha habido grandes represiones contra las actividades radicales en Cuba desde 1914, y el movimiento anarquista se ha visto gravemente afectado. Sin embargo, los anarquistas continuaron siendo influyentes porque se negaron a comprometerse con los poderes gobernantes, persistiendo en defender y difundir perspectivas militantes que desafíaban su autoridad.
Por otro lado, desde la década de 1920, opera el Partido Comunista de Cuba (por un tiempo llamado Partido Socialista Popular, PSP) que optó por hacer acuerdos con distintos gobiernos dictatoriales para poder controlar los sindicatos ytener otros privilegios. La Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), dominada por los comunistas, eliminó a los anarquistas y otros militantes sindicales críticos.
En respuesta, los anarquistas formaron la Asociación Libertaria de Cuba (Asociación Libertaria de Cuba, ALC) en 1943, que desafió al gobierno y a los comunistas, mientras trabajaba para resucitar la independencia y la autonomía dentro del movimiento obrero. En la década de 1950, la ALC se unió a otros grupos revolucionarios en la resistencia armada a la dictadura de Batista.
Cuando los hombres de Castro desembarcaron en Cuba en 1956, la ALC tenía grupos operando en todo el país: en La Habana, Pinar del Río, San Cristóbal, Artemisa, Ciego de Ávila y Manzanillo. Los anarquistas enfrentaron la dictadura en las ciudades a través de su participación en movimientos revolucionarios como el Directorio Revolucionario y la Federación de Estudiantes Universitarios.
Además, la sala de reuniones de la ALC se convirtió en un centro de distribución de información relacionada con la lucha, así como en un lugar donde algunos de los integrantes del Movimiento 26 de Julho de Castro se capacitaron en el uso de armas de fuego.
En respuesta, la dictadura de Batista arrestó, desapareció y torturó a miembros de la ALC.
Inmediatamente después de la conquista del poder por Castro en 1959, los anarquistas se unieron a lo que esperaban sería la tan esperada revolución social. Pero se preocuparon cada vez más por las soluciones burocráticas, centralizadas y de arriba hacia abajo del nuevo gobierno ante los urgentes problemas sociales de Cuba.
En marzo de 1961, se hizo imposible para los anarquistas expresar abiertamente sus preocupaciones, ya que sus publicaciones y organizaciones fueron cerradas y activistas arrestados. Muchos, pero no todos, optaron por el exilio, donde podrían seguir defendiendo abiertamente las alternativas anarquistas.
La historia contextualizada de Kirwin Shaffer deja en claro por qué y cómo las actividades de oposición inspiradas por el anarquismo nunca se extinguieron en la isla, a pesar del control y vigilancia continua del gobierno, junto con las represiones políticas periódicas.
Mientras los anarquistas rebeldes en Cuba sean capaces de soñar y crear proyectos autónomos y no autoritarios, el futuro reserva múltiples posibilidades para la libertad individual y la solidaridad social.
[Nota final de El Libertario: Para dejar claro lo que ya se expresa en el libro de Shaffer, el anarquismo cubano no es solo un melancólico recuerdo histórico pues hoy sigue vivo y activo. Veanse como ejemplos al respecto todo lo que hemos recogido en este blog sobre las actividades del Taller Libertario Alfredo López https://periodicoellibertario.blogspot.com/search/label/Taller%20Libertario%20Alfredo%20L%C3%B3pez y sobre el Centro Cultural y Biblioteca Libertaria ABRA https://periodicoellibertario.blogspot.com/search?q=%22Biblioteca+Libertaria+ABRA%22&max-results=11.]
[Texto tomado de la versión en portugués del artículo original, accesible en https://noticiasanarquistas.noblogs.org/post/2020/08/21/eua-cuba-anarquista-uma-cultura-de-resistencia-contra-o-capitalismo-e-o-estado. Traducido por la Redacción de El Libertario.]
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