Julie (periódico Alternative Libertaire, Francia)
La violencia sexual cometida por hombres no es un comportamiento individual aislado, sino un fenómeno sistémico, que es tanto el resultado del patriarcado como un vector que fortalece su control. Contrariamente al discurso dominante, nuestra elección política feminista y anarquista esta orientada a favor de las víctimas de la violencia sexual: les creemos.
La violencia sexual cometida por hombres no es un comportamiento individual aislado, sino un fenómeno sistémico, que es tanto el resultado del patriarcado como un vector que fortalece su control. Contrariamente al discurso dominante, nuestra elección política feminista y anarquista esta orientada a favor de las víctimas de la violencia sexual: les creemos.
La violencia sexual es sistémica en número y en que está mucho más cerca de la vida cotidiana de las mujeres de lo que a menudo imaginamos. Algunas cifras [referidas al período reciente en Francia]: más del 70% de las violaciones o intentos de violación de mujeres fueron cometidas por un familiar o persona cercana, solo el 10% de las víctimas tienen lesiones físicas, entre el 25% y el 43% de los hombres dicen que han cometido al menos una vez en su vida, agresión sexual o violación (cifras que ciertamente no se divulgaron ampliamente).
La violencia sexual alimenta el dominio masculino sobre la la mujer. Va a la par de mecanismos que transmiten una imagen distorsionada de la violencia sexual. El resultado es el tratamiento penal de las denuncias, la estigmatización de las víctimas, las sospechas de falsedad, los juicios de valor, las órdenes de detallar los hechos pese al sufrimiento que ello puede causar. Estos mecanismos son efectivos: las mujeres a menudo callan. Solo del 5 al 13% de las víctimas de violación y del 2 al 10% de las víctimas de agresión sexual presentan una denuncia en Francia.
Por la liberación de la voz de las víctimas
En vista de este estado de cosas, el postulado de apoyar a las víctimas, al no limitar o dudar de partida de su palabra, para permitir su liberación, es un imperativo político para cualquier agrupación o iniciativa que tenga la intención de luchar contra el patriarcado.
El posicionamiento del hombre que cometió la violencia sexual no puede cambiar esta suposición. Si rebate los hechos, esto no es una señal (y sigue siendo la evidencia) de que la víctima victimizaría, sino solo la de una situación compleja (el hecho de que ignoró el no consentimiento, que niega La realidad de la experiencia de la víctima, que él no asume la responsabilidad de sus acciones ...).
También debe recordarse que los informes "falsos" de violencia sexual son raros, mientras que negar o minimizar la gravedad de los hechos son tácticas comúnmente utilizadas por hombres acusados de violencia sexual.
Cuestionar es silenciar
Permitir que los agresores cuestionen las palabras de las víctimas, con el pretexto de la necesidad de probar la realidad de los hechos, y evitar la sanción de un hombre que no hizo "nada", equivale a infligir nuevas violencia contra la mujer que tuvo el coraje de denunciar el asalto que sufrió. También es un recordatorio para todos los que buscan minimizar que denunciar significa ponerse en peligro. Está haciendo que todas las mujeres, que ya viven con el miedo a ser atacadas, se vuelvan aún más inseguras. Es, para todas ellas, decirles que no pueden esperar encontrar el apoyo y la atención que puedan necesitar.
[Publicado originalmente en francés en el periódico Alternative Libertaire # 304, Francia, abril 2020. Número completo accesible en https://www.unioncommunistelibertaire.org/IMG/pdf/alternative_libertaire_n304_avril_2020_.pdf. Traducido por la Redacción de El Libertario.]
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