Sebastiana Barraez
Nadie sabe en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana qué pasó con la Alerta Naranja que Nicolás Maduro anunció a principios de septiembre del año pasado. Ese 3 de septiembre, las dependencias militares empezaron a correr, el Comandante Estratégico Operacional envió un mensaje de WhatsApp dando unas órdenes improvisadas, los jefes de unidades empezaron a preparar qué decirle a sus subalternos. Casi 24 horas después la mayoría de soldados en los cuarteles no se habían enterado de la orden y mucho menos qué debían hacer. Lo que sí estaban preparados fueron los discursos ideologizantes. A cada rincón del país se le distribuyó el mensaje de “defensa de la patria”, “invasión norteamericana”, “violación del territorio”, “sanciones económicas”, “gringo go home”, entre muchos más.
Más allá de algunos actos efectistas, nada pasó. El verbo de Hugo Chávez recorre los cuarteles, en videos y grabaciones, pero ya ni eso convence, en medio de unidades militares desoladas, armamento convertido en chatarra, gravísimas deficiencias proteicas en el suministro de alimentos, pobre Apresto Operacional. Hay más rusos, más colectivos, más guerrilleros, pero cada vez hay menos soldados.
Cada vez hay menos soldados convencidos de la defensa de la Revolución, pocos generales hablan con verdadera convicción de lealtad, la mayoría responde a parcelas de poder. Hay excepciones como la del Mayor general (Ej) Domingo Antonio Hernández Lares, que no por casualidad es el jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) Capital. Otros hablan de revolución y de socialismo, con deficiencias evidentes, con desconocimiento del contenido de esas palabras. Los hay más inteligentes y preparados, como el ministro de la Defensa Padrino López, identificado con la revolución cubana pero con criterios contradictorios en cuanto a la institución que dirige.
Cuando Maduro ordenó Alerta Naranja, el almirante en Jefe Remigio Ceballos Ichaso dijo, en reunión con el Estado Mayor Conjunto del Ceofanb, que “todas las unidades militares tienen los elementos necesarios para afianzar el Apresto Operacional y de esta manera seguir garantizando la soberanía e integridad en todo el territorio nacional”. Sin duda, que el almirante mintió. La FANB no ha podido cumplir con la exigencia constitucional de defender el territorio y la soberanía. En ese mismo anuncio, el jefe del Ceofanb aseguró que se había iniciado el despliegue operacional de acuerdo a las tareas que se deben cumplir, con el apoyo de la Milicia Nacional Bolivariana. Lo que sucedió no fue más que el desplazamiento de los sistemas antimisiles, armamento militar importante con el que cuenta la Fuerza Armada, como Pechora y los IglaS. Se trató de demostrar, para las fotos y videos el poder militar venezolano.
El impredecible Trump
El nombre del presidente norteamericano, Donald Trump, se oye más en los cuarteles venezolanos que el de Hugo Chávez Frías. Pero se hizo referencia común después de que teniente general iraní Qassem Soleimani, jefe de la Guardia Islámica, muriera en un operativo de los Estados Unidos.
La frase de Trump, refiriéndose a los militares de su país, “el ejército más poderoso del mundo”, es repetida por los soldados venezolanos. “Ahora cada vez que la comida es pésima, o cuando los compañeros no llegan o lo hacen con retardo, cuando falla algo y cosas así, la expresión de burla es decir que así nos vamos a enfrentar al ejército más poderoso del mundo, el que sin anuncio alguno voló al hombre más importante de Irán, militarmente hablando”, comenta para Infobae un mayor del Ejército instalado en la frontera con Colombia.
Alerta y Ejercicios Militares
Los niveles de alerta quedaron claramente establecidos aquel 30 de mayo de 2012 cuando el General en Jefe Henry Rangel Silva, entonces era Comandante Estratégico Operacional de la Fuerza Armada, publicó la “Directiva de apresto operacional N° 1 del Comandante Estratégico Operacional para la FANB y Milicia Bolivariana”. Dijo entonces que el objetivo fue “establecer el proceso del Apresto Operacional para la FANB y la Milicia Bolivariana, como parte integrante del conjunto de medidas que se cumplen para llevar a cabo el despliegue estratégico de la FANB, y con ello el paso del país a tiempo de guerra, el mismo se realiza de forma selectiva, progresiva y escalonada, mediante la aplicación de los diferentes grados de Apresto Operacional que se declaren, en la medida que la situación lo requiera”.
Describió Rangeol Silva que “ante situaciones que surjan súbitamente y por decisión del Comandante Estratégico Operacional, podrá declararse el paso a la fase Amarilla, Naranja y Roja del elevado apresto operacional que nos permitan en plazos breves responder a los planes y objetivos estratégicos de la Defensa Nacional Integral. Es de resaltar que el apresto operacional puede llevarse a cabo con el despliegue operacional previo de una parte de las unidades y con o sin la influencia del enemigo; con el objetivo de elevar el apresto operacional de la FANB y Milicia Bolivariana sus sistemas de exploración, de comunicaciones y lucha radioelectrónica; así como para cumplir las misiones previstas en los diferentes planes operacionales de tiempo de paz”.
Luego entra a describir las medidas del grado de elevada apresto operacional que establecen en tres fases:
1- Alerta Amarilla donde se incrementan las medidas de seguridad y toman medidas de inteligencia y contrainteligencia. Además se revisan los planes de tiempo de guerra, “especialmente los destinados contra la invasión limitada y el desgaste sistemático”. Y se cumple con el completamiento de las plazas vacantes de las unidades, así como el adiestramiento de los efectivos.
2- Alerta Naranja que establece: acuartelamiento del personal, completamiento de las unidades fronterizas y de combate, se organiza el apoyo logístico de las unidades del primer escalón y se desconcentran los buques y las aeronaves.
3- Alerta Roja que consiste en poner a punto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en su Apresto Operacional y prepararla para la lucha.
Mientras Nicolás Maduro anunciaba el inicio de Alerta Naranja en la frontera en septiembre de 2019, hubo declaraciones de los altos mandos militares, paseo de equipo militar y más nada. Hace unos días, arrancando el año 2020, anunció ejercicios militares para febrero, para los que por cierto pocos parecen estarse preparando, porque dijo que sería para defender las ciudades. No hay capacidad para volver a hacer ninguna acción en la frontera. Y como si fuera poco, la Administración Trump, la del “Ejército más poderoso del mundo”, anuncia ejercicios militares con Colombia, que se realizarán desde mañana jueves 23 hasta el 29 de enero, con militares de Brasil como observadores.
Está claro qué harán. Los ejercicios buscan demostrar cómo proteger la vida de civiles. Además, la estrategia para que terroristas no tomen un aeropuerto, a la vez que se pueda enfrentar un ataque aéreo. No las tiene fácil la Fuerza Armada de Venezuela porque además ha crecido el descontento entre oficiales que ven el derrumbe de la institución castrense en lo que a sus bases se refiere. Con ello ha aumentado la cantidad de militares detenidos, por lo que hoy los calabozos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) están a reventar. Han construido más celdas y ampliado los sitios de reclusión de militares “bajo sospecha”.
[Tomado de https://www.costadelsolfm.org/2020/01/23/nadie-sabe-en-la-fanb-que-paso-con-la-alerta-naranja.]
Nadie sabe en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana qué pasó con la Alerta Naranja que Nicolás Maduro anunció a principios de septiembre del año pasado. Ese 3 de septiembre, las dependencias militares empezaron a correr, el Comandante Estratégico Operacional envió un mensaje de WhatsApp dando unas órdenes improvisadas, los jefes de unidades empezaron a preparar qué decirle a sus subalternos. Casi 24 horas después la mayoría de soldados en los cuarteles no se habían enterado de la orden y mucho menos qué debían hacer. Lo que sí estaban preparados fueron los discursos ideologizantes. A cada rincón del país se le distribuyó el mensaje de “defensa de la patria”, “invasión norteamericana”, “violación del territorio”, “sanciones económicas”, “gringo go home”, entre muchos más.
Más allá de algunos actos efectistas, nada pasó. El verbo de Hugo Chávez recorre los cuarteles, en videos y grabaciones, pero ya ni eso convence, en medio de unidades militares desoladas, armamento convertido en chatarra, gravísimas deficiencias proteicas en el suministro de alimentos, pobre Apresto Operacional. Hay más rusos, más colectivos, más guerrilleros, pero cada vez hay menos soldados.
Cada vez hay menos soldados convencidos de la defensa de la Revolución, pocos generales hablan con verdadera convicción de lealtad, la mayoría responde a parcelas de poder. Hay excepciones como la del Mayor general (Ej) Domingo Antonio Hernández Lares, que no por casualidad es el jefe de la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI) Capital. Otros hablan de revolución y de socialismo, con deficiencias evidentes, con desconocimiento del contenido de esas palabras. Los hay más inteligentes y preparados, como el ministro de la Defensa Padrino López, identificado con la revolución cubana pero con criterios contradictorios en cuanto a la institución que dirige.
Cuando Maduro ordenó Alerta Naranja, el almirante en Jefe Remigio Ceballos Ichaso dijo, en reunión con el Estado Mayor Conjunto del Ceofanb, que “todas las unidades militares tienen los elementos necesarios para afianzar el Apresto Operacional y de esta manera seguir garantizando la soberanía e integridad en todo el territorio nacional”. Sin duda, que el almirante mintió. La FANB no ha podido cumplir con la exigencia constitucional de defender el territorio y la soberanía. En ese mismo anuncio, el jefe del Ceofanb aseguró que se había iniciado el despliegue operacional de acuerdo a las tareas que se deben cumplir, con el apoyo de la Milicia Nacional Bolivariana. Lo que sucedió no fue más que el desplazamiento de los sistemas antimisiles, armamento militar importante con el que cuenta la Fuerza Armada, como Pechora y los IglaS. Se trató de demostrar, para las fotos y videos el poder militar venezolano.
El impredecible Trump
El nombre del presidente norteamericano, Donald Trump, se oye más en los cuarteles venezolanos que el de Hugo Chávez Frías. Pero se hizo referencia común después de que teniente general iraní Qassem Soleimani, jefe de la Guardia Islámica, muriera en un operativo de los Estados Unidos.
La frase de Trump, refiriéndose a los militares de su país, “el ejército más poderoso del mundo”, es repetida por los soldados venezolanos. “Ahora cada vez que la comida es pésima, o cuando los compañeros no llegan o lo hacen con retardo, cuando falla algo y cosas así, la expresión de burla es decir que así nos vamos a enfrentar al ejército más poderoso del mundo, el que sin anuncio alguno voló al hombre más importante de Irán, militarmente hablando”, comenta para Infobae un mayor del Ejército instalado en la frontera con Colombia.
Alerta y Ejercicios Militares
Los niveles de alerta quedaron claramente establecidos aquel 30 de mayo de 2012 cuando el General en Jefe Henry Rangel Silva, entonces era Comandante Estratégico Operacional de la Fuerza Armada, publicó la “Directiva de apresto operacional N° 1 del Comandante Estratégico Operacional para la FANB y Milicia Bolivariana”. Dijo entonces que el objetivo fue “establecer el proceso del Apresto Operacional para la FANB y la Milicia Bolivariana, como parte integrante del conjunto de medidas que se cumplen para llevar a cabo el despliegue estratégico de la FANB, y con ello el paso del país a tiempo de guerra, el mismo se realiza de forma selectiva, progresiva y escalonada, mediante la aplicación de los diferentes grados de Apresto Operacional que se declaren, en la medida que la situación lo requiera”.
Describió Rangeol Silva que “ante situaciones que surjan súbitamente y por decisión del Comandante Estratégico Operacional, podrá declararse el paso a la fase Amarilla, Naranja y Roja del elevado apresto operacional que nos permitan en plazos breves responder a los planes y objetivos estratégicos de la Defensa Nacional Integral. Es de resaltar que el apresto operacional puede llevarse a cabo con el despliegue operacional previo de una parte de las unidades y con o sin la influencia del enemigo; con el objetivo de elevar el apresto operacional de la FANB y Milicia Bolivariana sus sistemas de exploración, de comunicaciones y lucha radioelectrónica; así como para cumplir las misiones previstas en los diferentes planes operacionales de tiempo de paz”.
Luego entra a describir las medidas del grado de elevada apresto operacional que establecen en tres fases:
1- Alerta Amarilla donde se incrementan las medidas de seguridad y toman medidas de inteligencia y contrainteligencia. Además se revisan los planes de tiempo de guerra, “especialmente los destinados contra la invasión limitada y el desgaste sistemático”. Y se cumple con el completamiento de las plazas vacantes de las unidades, así como el adiestramiento de los efectivos.
2- Alerta Naranja que establece: acuartelamiento del personal, completamiento de las unidades fronterizas y de combate, se organiza el apoyo logístico de las unidades del primer escalón y se desconcentran los buques y las aeronaves.
3- Alerta Roja que consiste en poner a punto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en su Apresto Operacional y prepararla para la lucha.
Mientras Nicolás Maduro anunciaba el inicio de Alerta Naranja en la frontera en septiembre de 2019, hubo declaraciones de los altos mandos militares, paseo de equipo militar y más nada. Hace unos días, arrancando el año 2020, anunció ejercicios militares para febrero, para los que por cierto pocos parecen estarse preparando, porque dijo que sería para defender las ciudades. No hay capacidad para volver a hacer ninguna acción en la frontera. Y como si fuera poco, la Administración Trump, la del “Ejército más poderoso del mundo”, anuncia ejercicios militares con Colombia, que se realizarán desde mañana jueves 23 hasta el 29 de enero, con militares de Brasil como observadores.
Está claro qué harán. Los ejercicios buscan demostrar cómo proteger la vida de civiles. Además, la estrategia para que terroristas no tomen un aeropuerto, a la vez que se pueda enfrentar un ataque aéreo. No las tiene fácil la Fuerza Armada de Venezuela porque además ha crecido el descontento entre oficiales que ven el derrumbe de la institución castrense en lo que a sus bases se refiere. Con ello ha aumentado la cantidad de militares detenidos, por lo que hoy los calabozos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) están a reventar. Han construido más celdas y ampliado los sitios de reclusión de militares “bajo sospecha”.
[Tomado de https://www.costadelsolfm.org/2020/01/23/nadie-sabe-en-la-fanb-que-paso-con-la-alerta-naranja.]
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