Gonzalo
Cuando
me hablan de capitalismo verde no puedo dejar de pensar en cada una de las voces
que, desde diferentes perspectivas, nos hablan de las atrocidades del capitalismo
y sus avances.
Desde
la creación de las primeras ciudades hasta el día de hoy vemos como el medio que
rodeaba éstas y sus recursos eran degradados o esquilmados. Sin ningún miramiento
por el equilibrio del ecosistema.
Con
el nacimiento de las ciudades se estrenó el capitalismo y el mercado. Ya en aquellos
tiempos se hicieron evidentes los pilares que lo sustentarían. Con dicha concentración,
el impacto ambiental creció. Aunque todavía era sostenible. Avanzó con la
creación de los imperios y su necesidad de madera, piedra y agua.
El
capitalismo industrial nació de la unión del carbón y la máquina de vapor. Es
en este momento cuando se producen las grandes privatizaciones de la tierra y
nace la identidad obrera. Producto de la falta de medios de subsistencia y la
huida a la ciudad en busca de trabajo. No es casualidad que en estos momentos
comiencen a aparecer leyes contra maleantes, etc.: personas sin trabajo. Las
mejoras en educación y salubridad fueron para mantenernos vivas, funcionando, trabajando.
El poder enseñado en la escuela para rendir en la fábrica.
La
sociedad capitalista financiera proviene de una serie de planes de ajuste
provocados por cada una de las crisis económicas y diferentes evoluciones de
los combustibles fósiles con el petróleo a la cabeza seguido del gas natural,
fracking y arenas bituminosas. De la nuclear ni hablamos que todavía no sabemos
qué hacer con sus residuos, más allá de esconderlos debajo de la cama.
Podríamos
hablar de una época donde la identidad predominante es la consumidora. Ya no
nos necesitan para trabajar, ahora tienen máquinas. Una máquina vale el trabajo
de diez personas ¿Podría esta máquina valer por el descanso (que no paro) de
diez personas?
Hablar
de Green New Deal puede parecer una
idea atractiva. Quién se podría oponer a las ideas que se desprenden de toda
propuesta que ayude a la mejora del medio ambiente. A día de hoy nuestros ríos
están contaminados, el aire está contaminado y también está contaminada la
tierra.
Pero
este “Nuevo” Capitalismo Verde no es más que el lobo con piel de cordero. Creo
que después de más de doscientos años de desarrollo del capitalismo industrial llegan
un poco tarde medidas de ajuste ecológico. Kyoto pasó y no se han cumplido la mayoría
de sus medidas. Y si se han alcanzado, ha sido gracias a normativas sin mucha
mano del mercado.
Si
echamos la vista atrás podemos ver cómo, previas a las grandes cumbres ecológicas,
ha habido otras tantas convenciones económicas donde se ponían trabas y coto a
muchas medidas que pudieran proponer. Se crearon sus propios tribunales
internacionales fuera de los estados que les podrían controlar.
Y
ahora, una vez más querrán utilizar al Estado para mantener el poder. Compran
cuotas de emisión de CO2, trasladan fábricas a zonas con normativas laxas en
materia laboral y medioambiental o utilizan regiones como vertedero tecnológico.
También están las luchas de muchos pueblos enfrentados a grandes empresas
internacionales por la protección de su tierra (colectiva) amenazada por grandes
oleoductos, estaciones petrolíferas o asentamientos mineros. ¡Pero claro, esto no
nos lo cuenta la TV! Los derechos humanos de tercera generación fueron olvidados
según se promulgaron.
Primero
había que terminar de expoliar los territorios en los que había materias primas.
El capitalismo nos prefiere sin tierra para producir alimentos básicos. De esta
forma tiene la excusa perfecta para someternos.
Vivimos
una época curiosa donde las mismas empresas que contaminan el medio ambiente y
precarizan nuestro modo de vida dicen estar interesadas en nuestro cuidado. En
algunos casos ya reciben subvenciones internacionales para costear la reparación
de los daños causados por su actividad industrial. Coste colectivo, beneficio individual.
¿Qué
les impedirá justificar un despido por cuestiones ambientales? ¿Qué les impedirá
aumentar el coste de la vida o las bajadas salariales por la implantación de
planes de ajuste medioambiental? Y, por favor, no me hablen del Nuevo que
todavía me quedan cosas del viejo. Si es por medio ambiente, podemos empezar en
pequeñito. ¿Qué os parece respetar los EPIs en relación a los productos
químicos empleados en muchos ámbitos profesionales? ¿O el reconocimiento de
enfermedades pulmonares, cánceres, etc. debido a los materiales utilizados en los
medios de trabajo o en la actividad productiva? ¿O la jubilación anticipada en
sectores de riesgo? ¿O el cambio de todos los productos mencionados por
aquéllos menos dañinos al ser humano y su medio ambiente? Nuestro medio
ambiente
¿Qué
te parece dejar de comprar en grandes superficies de productos plastificados y apostar
por los productos locales de Km0? ¿O presionar para la mejora de los transportes
colectivos frente a los medios de transporte individual? ¿O reparar frente a comprar?
¿Remendar frente a comprar? ¿Compartir frente a comprar? ¿Crear frente a comprar?
[Aparecido
originalmente en la publicación anarquista Siglo
XXI # 51, Madrid, octubre 2019. Número completo accesible en https://drive.google.com/file/d/1kxcYkRuRqzEeJ4eE2nSZxTXBXA02bCh5/view.]
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