Humberto Decarli
La elección presidencial en Colombia aclara más aún el panorama político latinoamericano por la elección de Iván Duque en la segunda vuelta sobre Gustavo Petro. El primero, líder del uribismo, suerte de accionar vinculado en el pasado a los paramilitares y la extrema derecha; el segundo, representante de la izquierda muy golpeada últimamente en la región por su fracaso humano y en múltiples aspectos donde ha sido gobierno.
La tragedia colombiana se incubó hace mucho tiempo con el enfrentamiento entre los liberales y los conservadores, quienes no era similares pero tenían mucho parecido. Estalló cuando asesinan al caudillo Jorge Eliécer Gaitán en 1948 y ha sido reseñada por los escritores, especialmente por Gabriel García Márquez en su inolvidableCien años de soledad. Una oligarquía dominante en el plano político derivada de los grandes dueños del café acompañados de una pobreza impresionante que acicateó todas las confrontaciones.
Tiempo después se configuró la constitución de guerrillas campesinas para defenderse de las atrocidades cometidas por el ejército nacional. Fue el caldo de cultivo de los futuros insurgentes motivadosa posteriori por razones ideológicas que lamentablemente cayeron en actividades de narcotráfico y transgresión de los derechos humanos.
La elección presidencial en Colombia aclara más aún el panorama político latinoamericano por la elección de Iván Duque en la segunda vuelta sobre Gustavo Petro. El primero, líder del uribismo, suerte de accionar vinculado en el pasado a los paramilitares y la extrema derecha; el segundo, representante de la izquierda muy golpeada últimamente en la región por su fracaso humano y en múltiples aspectos donde ha sido gobierno.
La tragedia colombiana se incubó hace mucho tiempo con el enfrentamiento entre los liberales y los conservadores, quienes no era similares pero tenían mucho parecido. Estalló cuando asesinan al caudillo Jorge Eliécer Gaitán en 1948 y ha sido reseñada por los escritores, especialmente por Gabriel García Márquez en su inolvidableCien años de soledad. Una oligarquía dominante en el plano político derivada de los grandes dueños del café acompañados de una pobreza impresionante que acicateó todas las confrontaciones.
Tiempo después se configuró la constitución de guerrillas campesinas para defenderse de las atrocidades cometidas por el ejército nacional. Fue el caldo de cultivo de los futuros insurgentes motivadosa posteriori por razones ideológicas que lamentablemente cayeron en actividades de narcotráfico y transgresión de los derechos humanos.
Escalada de la muerte en los años sesenta
Durante la década maravillosa del pasado siglo, Colombia fue testigo de muchos conflictos sociales, traducidos en la formación de grupos armados bajo el estímulo de la revolución cubana. La izquierda, siguiendo emocionalmente el triunfo de los barbudos en la mayor de las Antillas, se fue a la montaña fundando ejércitos guerrilleros alzados contra el gobierno.
Las FARC fueron los primeros en lanzarse a la aventura bélica, encabezados por líderes campesinos y dirigentes fogueados en las luchas sociales. El E.L.N., de orientación castrista, también se dirigió hacia el monte y posteriormente se vio influenciado por sectores católicos del movimiento Golconda, en el contexto de la teología de la liberación, como los sacerdotes Camilo Torres y Domingo Laín, muertos en combate, y Manuel Pérez. El maoísmo no se quedó atrás y se organizó en el E.P.L. y el P.R.T., los aborígenes fundaron el movimiento Quintin Lame y el sector más radical del rojaspinillismo, después del fraude ejecutado contra el general Rojas Pinilla, asumió la lucha armada y el M-19 comenzó a realizar actuaciones espectaculares como la sustracción de la espada de Bolívar, el secuestro y ejecución del sindicalero José Raquel Mercado y la toma de la embajada dominicana en Bogotá.
El activismo guerrillero se expandió y llegó un momento en el cual había miles de personas en las armas e incluso se estructuró una coalición sediciosa, la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar donde se nuclearon todos ellos pero poco duró por la aspiración de predominio de las FARC, debido a su mayor envergadura. Los mismos americanos en un momento determinado buscaron negociar pero al final se impuso el llamado Plan Colombia como una fórmula de exterminio de esos ejércitos irregulares.
Es relevante destacar las matanzas practicadas sobre dirigentes altos y medios de la organización izquierdista Unión Patriótica al igual que cuadros del M-19. Fueron asesinatos a mansalva materializados por la policía, las fuerzas armadas y los paramilitares. Igual fue la muerte del candidato del liberalismo Juan Carlos Galán y de muchos políticos, ordenadas por las organizaciones del narcotráfico y las autodefensa. Fue muy conocida también la barbaridad cometida por el Frente Ricardo Franco, disidencia de las FARC.
Introducción en escena de Uribe
Luego del agotamiento de la polarización entre liberales y conservadores ocupa ese lugar un político con imagen radicalizada. Es Álvaro UribeVelez quien triunfa en las elecciones de 2002 y 2006 pero en el año 2010 promueve a su pupilo, el ministro de la defensa Juan Manuel Santos, quien al triunfar se distanció de su mentor. Santos es reelecto en la segunda vuelta en el 2014 aunque perdió en la primera con el abanderado de Uribe, Oscar Iván Zuloaga. No obstante, en los actuales comicios gana en la elección inicial su alumno Iván Duque y todo parece indicar que será ratificado en la segunda ante el candidato de la izquierda Gustavo Petro.
Uribe es una expresión del conservatismo, la violencia, la represión, la tortura, el autoritarismo y la intolerancia, pero ha sabido capitalizar ese sentimiento generado por el proceder de las guerrillas, de la izquierda y por sobre todas las cosas, el rechazo al modelo venezolano como fórmula de hambre, fracaso, desempleo, hiperinflación, inseguridad, recesión y pobreza. Ese mundo distópico ejemplarizado por el chavismo ha prendido totalmente en la población neogranadina y genera obviamente temor a un esquema inhumano cuya valoración paradigmática es el estado de tragedia vivido por los venezolanos.
Auge y caída de los insurgentes
Después de muchos combates se comenzó a deteriorar la insurgencia. El M-19, luego del ataque al máximo tribunal, inició un período de declive terminado con la participación electoral y su incorporación al movimiento constituyente, suerte de gatopardianismo para remozar el poder. Antonio Navarro Wolf fue directivo de la asamblea constituyente y gobernador de Nariño. Ulteriormente se vino abajo y quedan sus restos como el caso particular de Gustavo Petro quien llegó a ser alcalde de Bogotá. El Quintin Lame y el EPL se pacificaron igualmente y prácticamente desaparecieron aunque restan algunas columnas de los maoístas todavía activos.
Auge y caída de los insurgentes
Después de muchos combates se comenzó a deteriorar la insurgencia. El M-19, luego del ataque al máximo tribunal, inició un período de declive terminado con la participación electoral y su incorporación al movimiento constituyente, suerte de gatopardianismo para remozar el poder. Antonio Navarro Wolf fue directivo de la asamblea constituyente y gobernador de Nariño. Ulteriormente se vino abajo y quedan sus restos como el caso particular de Gustavo Petro quien llegó a ser alcalde de Bogotá. El Quintin Lame y el EPL se pacificaron igualmente y prácticamente desaparecieron aunque restan algunas columnas de los maoístas todavía activos.
Las columnas de las FARC fueron diezmadas por la presencia de armas anti insurgentes americanas además de una labor completa de inteligencia incluyendo la satelital. Esa situación provocó grandes bajas y las muertes de los comandantes Raúl Reyes, Mono Jojoy y Alfonso Cano amén del fallecimiento por infarto de Manuel Marulanda “Tiro fijo”, su más legendario combatiente.
Esta orientación más dos circunstancias redundantes en aislar y desprestigiar a las FARC como fueron su vinculación al narcotráfico y la violación de derechos humanos en el terrible tratamiento de sus prisioneros encadenados. Consecuencia de la debilidad popular, política e ideológica mas no financiera, se vieron en la necesidad de buscar negociación. Asimismo, otro hecho ha provocado la celebración de acuerdos: la exigencia de las transnacionales de la minería de pacificar al país para invertir en Colombia.
La resultante de los dos acontecimientos señalados fue la implantación de conversaciones entre el gobierno y las FARC, con los resultados por todos conocidos, culminado con el tratado en La Habana rechazado por el pueblo cuando lo negó en el referéndum efectuado para consultarlo. Sin embargo, han avanzado en los pasos para procesar el arreglo con el beneficio de un número de parlamentarios garantizados a esta guerrilla a pesar de su pobre desempeño comicial al alcanzar alrededor de 50 mil votos y haber retirado al candidato, Timochenko, por razones de salud para encubrir la precariedad de sufragios. Esas expresiones electorales han demostrado el rechazo contundente de Colombia hacia las FARC.
El E.L.N. ha sido reducido por las operaciones del ejército neogranadino y se ha visto obligado a negociar aunque todavía no hay resultados definitivos pero todo parece encaminado a buscar el mismo dispositivo hecho con las FARC.
Significado del triunfo de Duque
El candidato de Uribe no representa ninguna innovación porque todos conocemos el proceder de ese sector. Fue un presidente intransigente con una gran vinculación con los paramilitares quienes hacían el trabajo sucio del Estado. Cometieron, al igual que los grupos guerrilleros, muchos crímenes que no tienen justificación alguna. En materia económica, Colombia es un país todavía dependiente del crudo, el oro, el carbón, el café, las flores y las esmeraldas, vale decir, una economía primaria sin señales de despegue hacia estadios capaces de elevar la calidad de vida de sus moradores. La tendencia fraguada en los ejes de la economía mundial es convertirla en una nación donde la minería sea el eje de la producción de bienes y servicios. Ya han logrado desplazar a Venezuela como exportador de petróleo a los Estados Unidos y la garantía de paz con los avenimientos con las FARC y el ELN patentizan el camino abierto para apuntalar al extractivismo.
Ganar la presidencia por parte de Iván Duque simboliza la vuelta del uribismo con su postura tajante en contra del gobierno de Maduro. Es un hecho público y notorio la distancia política entre ese espacio político de la nación vecina y el chavismo, así como los estrechos nexos del militarismo venezolano con las formaciones guerrilleras. Este panorama podría comprenderse como un elemento de discordia difícil de superar.
Sin embargo, a pesar de su orientación contundente estimamos que pudiese complicar las relaciones con el Estado venezolano pero estaría supeditado a las decisiones de los grandes centros de poder respecto nuestro país. Los factores internacionales seguramente decidirán el destino de Venezuela como más les convenga, seguramente negociaciones mediante, y podrían tener apoyo popular como reacción por la coyuntura catastrófica vivida por el país.
Esta orientación más dos circunstancias redundantes en aislar y desprestigiar a las FARC como fueron su vinculación al narcotráfico y la violación de derechos humanos en el terrible tratamiento de sus prisioneros encadenados. Consecuencia de la debilidad popular, política e ideológica mas no financiera, se vieron en la necesidad de buscar negociación. Asimismo, otro hecho ha provocado la celebración de acuerdos: la exigencia de las transnacionales de la minería de pacificar al país para invertir en Colombia.
La resultante de los dos acontecimientos señalados fue la implantación de conversaciones entre el gobierno y las FARC, con los resultados por todos conocidos, culminado con el tratado en La Habana rechazado por el pueblo cuando lo negó en el referéndum efectuado para consultarlo. Sin embargo, han avanzado en los pasos para procesar el arreglo con el beneficio de un número de parlamentarios garantizados a esta guerrilla a pesar de su pobre desempeño comicial al alcanzar alrededor de 50 mil votos y haber retirado al candidato, Timochenko, por razones de salud para encubrir la precariedad de sufragios. Esas expresiones electorales han demostrado el rechazo contundente de Colombia hacia las FARC.
El E.L.N. ha sido reducido por las operaciones del ejército neogranadino y se ha visto obligado a negociar aunque todavía no hay resultados definitivos pero todo parece encaminado a buscar el mismo dispositivo hecho con las FARC.
Significado del triunfo de Duque
El candidato de Uribe no representa ninguna innovación porque todos conocemos el proceder de ese sector. Fue un presidente intransigente con una gran vinculación con los paramilitares quienes hacían el trabajo sucio del Estado. Cometieron, al igual que los grupos guerrilleros, muchos crímenes que no tienen justificación alguna. En materia económica, Colombia es un país todavía dependiente del crudo, el oro, el carbón, el café, las flores y las esmeraldas, vale decir, una economía primaria sin señales de despegue hacia estadios capaces de elevar la calidad de vida de sus moradores. La tendencia fraguada en los ejes de la economía mundial es convertirla en una nación donde la minería sea el eje de la producción de bienes y servicios. Ya han logrado desplazar a Venezuela como exportador de petróleo a los Estados Unidos y la garantía de paz con los avenimientos con las FARC y el ELN patentizan el camino abierto para apuntalar al extractivismo.
Ganar la presidencia por parte de Iván Duque simboliza la vuelta del uribismo con su postura tajante en contra del gobierno de Maduro. Es un hecho público y notorio la distancia política entre ese espacio político de la nación vecina y el chavismo, así como los estrechos nexos del militarismo venezolano con las formaciones guerrilleras. Este panorama podría comprenderse como un elemento de discordia difícil de superar.
Sin embargo, a pesar de su orientación contundente estimamos que pudiese complicar las relaciones con el Estado venezolano pero estaría supeditado a las decisiones de los grandes centros de poder respecto nuestro país. Los factores internacionales seguramente decidirán el destino de Venezuela como más les convenga, seguramente negociaciones mediante, y podrían tener apoyo popular como reacción por la coyuntura catastrófica vivida por el país.
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