Humberto Decarli
Venezuela vive una de sus horas más aciagas en todos los tiempos y en todos los ámbitos. El desenlace del modelo rentista-extractivistallega al horizonte en su más acabada orfebrería. La enfermedad holandesa ha tocado fondo y desmoraliza a la sociedad mientras la gente huye despavorida escapando del hambre, la pobreza, el infortunio y la ansiedad de no tener ningún proyecto futuro a desarrollar. Pareciéramos haber alcanzado la sinrazón y más que ella, el absurdo significado en el tanatismo que nos asfixia.
El país prometedor
Siempre, desde un punto de vista tradicional, se había dicho hace cincuenta años, junto a América Latina, éramos el futuro a brillar. Simplemente era un espejismo petrolero sin sustentación en el tiempo. Como todos los conmodities el petróleo estaba supeditado a las oscilaciones de precio consecuencia de ampliación o reducción del mercado mundial de hidrocarburos. Acontecimientos imprevistos como la guerra del Yomkippur o la de Irak-Irán alteraban la oferta y el ajuste de precios era hacia arriba y cuando había producción disponible para el comercio internacional descendía el valor del barril. E incluso, con el disparo del oro negro iniciando el presente siglo, se entendió que la conjunción de distintos factores como la baja inversión en materia de refinerías, la guerra civil en Nigeria, los recortes de la OPEP, el requerimiento energético de dos economías emergentes, China y la India, determinaran una espectacular izada de su valor aunado a una escalada especulativa creadora de una burbuja.
Venezuela vive una de sus horas más aciagas en todos los tiempos y en todos los ámbitos. El desenlace del modelo rentista-extractivistallega al horizonte en su más acabada orfebrería. La enfermedad holandesa ha tocado fondo y desmoraliza a la sociedad mientras la gente huye despavorida escapando del hambre, la pobreza, el infortunio y la ansiedad de no tener ningún proyecto futuro a desarrollar. Pareciéramos haber alcanzado la sinrazón y más que ella, el absurdo significado en el tanatismo que nos asfixia.
El país prometedor
Siempre, desde un punto de vista tradicional, se había dicho hace cincuenta años, junto a América Latina, éramos el futuro a brillar. Simplemente era un espejismo petrolero sin sustentación en el tiempo. Como todos los conmodities el petróleo estaba supeditado a las oscilaciones de precio consecuencia de ampliación o reducción del mercado mundial de hidrocarburos. Acontecimientos imprevistos como la guerra del Yomkippur o la de Irak-Irán alteraban la oferta y el ajuste de precios era hacia arriba y cuando había producción disponible para el comercio internacional descendía el valor del barril. E incluso, con el disparo del oro negro iniciando el presente siglo, se entendió que la conjunción de distintos factores como la baja inversión en materia de refinerías, la guerra civil en Nigeria, los recortes de la OPEP, el requerimiento energético de dos economías emergentes, China y la India, determinaran una espectacular izada de su valor aunado a una escalada especulativa creadora de una burbuja.
Sin embargo, el mercado se normalizó porque China y la India disminuyeron sus necesidades de fuentes de energía fósil, el conflicto intestino en el más poblado país africano bajó y además, ante la pujante producción americana por vía fractura hidráulica, Arabia Saudita inundó el mercado para descender los precios. Frente a tal coyuntura Venezuela propuso ante la OPEP recortes para buscar el efecto paradójico y fracasó ante la actitud de todas las monarquías del golfo pérsico jugando al alza de la exportación. Adicionalmente Irán, luego de los acuerdos para desmantelar el programa atómico, se le permitió entrar al mercado.
PDVSA ha ido mermando su capacidad de producción dada la ausencia de inversiones y de mantenimiento de los pozos al convertirse en un ente burocrático financiador de las misiones. El resultado es una caída descomunal que no permite percibir los dólares necesarios para mantener las importaciones de muchas clases de bienes por la carencia productiva nacional.
Por las razones precedentes es obvio el colapso nacional, máxime cuando no hay fuentes financieras ni económicas para sostener la operatividad básica del Estado venezolano. El presupuesto de gastos se va en el corriente porque no hay ninguna holgura que permita hacer erogaciones en otras áreas y menos en la inversión social.
La tendencia histórica ha sido el despilfarro y el gasto superfluo. Desde Juan Vicente Gómez, Pérez Jiménez, el puntofijismohasta el chavismo, se concertaron para elaborar un país supeditado al petróleo y con una cultura clientelar, sobre todo en el período de la democracia representativacuando se calmaban los conflictos sociales mediante algunas concesiones a los sectores populares.
Los momentos estelares vividos por Venezuela, económicamente hablando, fueron los de las bonanzas económicas. Las dos de Juan Vicente Gómez, la del café y cacao en 1918 y la petrolera en 1926, la de 1973 debutando como presidente el líder de Rubio, la de 1978 durante la gestión de Luis Herrera Campins y las del siglo veintiuno con Chávez, fueron coyunturas engendradoras de un inusitado ingreso financiero ocasionante de un rostro optimista aparente de nuestra nación. Se reflejaba en los dígitos algo situacional pero no permanente y cuando se esfumaron esos ingresos extraordinarios volvimos a la cruda realidad, algo peor que una república bananera porque ni eso somos.
La enfermedad holandesa
Los factores de poder se encargaron de construir un país fantástico donde por arte de magia o del azar, Venezuela estaba bendita gracias al baño del excremento del diablo. Los planos de inmanencia populares se elaboraron a base del clientelismo y de la cultura de la banalidad y del esnobismo. Los viajes al exterior de la clase media y algunos sectores populares estaban fundados en el consumismo más ramplón porque vestirse en el exterior era más barato que hacerlo aquí. La frase “tá barato dame dos” centralizaba esa sórdida aspiración de sentirse holgado económicamente.
Realmente fue muy triste la conducta de dos mandatarios porque estimularon esa tendencia derrochadora. C.A. Pérez con su abyección de la “gran Venezuela” promotora de una grandeza falaz y surrealista. Chávez estimulando el mito de la nación “potencia” y de la posesión de las reservas petroleras más grandes del mundo como estandartes de una arrogancia injustificada a todas luces.A fin de cuentas, esas expresiones se tradujeron en la política de pleno empleo del perecismoocuando a limpiadores de baños y ascensoristas; y del chavismo, los taxistas y los bachaqueros.
Los hidrocarburos se presentaron como el fetiche que todo lo soluciona al generar suficientes finanzas para resolver cualquier problema. Y una élite política inmediatista e irresponsable se encargó de promocionar tales ficciones. Desde el benemérito hasta el chavismo, pasando por el binomio de gobierno AD-Copei, se reiteró una actitud conservadora alrededor del petróleo. De nada bastaron las advertencias de Alberto Adriani, Arturo Uslar Pietri, Pérez Alfonzo y Domingo Alberto Rangel advirtiendo la gravedad de desperdiciar las bonanzas generadas por el crudo porque incluso los dos últimos fueron catalogados de profetas del desastre.
La estocada chavista
Si bien es cierto que los gobiernos previos democráticos formales al chavismo se inclinaron hacia el rentismo y al extractivismo, su aceleración correspondió a la experiencia castrense actualmente en el poder. Los adecos-copeyanos incentivaron la extracción petrolera y la minera en Guayana. El sector industrial se limitó a la llamada política de sustitución de importaciones y hubo algo de manufactura en el plano textil y del calzado. Se orientaron hacia el petróleo y la minería, insertando a Venezuela en el camino de la primariedad de productos de escaso valor agregado. No se les ocurrió invertir la renta petrolera porque sus limitaciones históricas no se lo permitían y su sumisión a los factores mundiales de poder, quienes solo concebían a Venezuela como un proveedor de materia prima en la división internacional del trabajo, así se lo imponía.
Con el advenimiento del militarismo populista se apuntaló la dependencia del petróleo al llegarse al extremo de que cada 97 de 100 dólares exportados provienen de los hidrocarburos. Es de hacer notar que al asumir la presidencia Hugo Chávez la relación de exportación era de 88 por cada 100 dólares por petróleo.
Chávez, siguiendo los ucases de los Castros, liquidó el sector industrial, el agrícola y reemplazó los productos de estos rubros con ingentes importaciones pagadas con los petrodólares.Ahora, con precios petroleros medios pero con una producción precaria, no alcanzan las divisas para adquirir bienes en el exterior y de allí emana la grave descompensación vigente en la vida cotidiana venezolana.
La actual gestión ha decapitado a la economía, la sociedad y la moral de la nación consecuencia de la limitaciónengendrada por la ausencia de monedas fuertes para los pagos, poseer una economía sujeta a los hidrocarburos y luego a la minería y con miras a ser remesera con toda la debilidad significada de depender del dinero remitido al país desde el exterior. El resultado es la ruina de Venezuela expresada en distintos dígitos.
El tanatismomadurista
La destrucción venezolana es patética. Se evidencia en cualquier baremo tomado para referir alguna realidad. Pasaremos a describir varios aspectos en los cuales se muestra la descomposición y difícilmente escapa alguno. La educación, la salud, los servicios, la pobreza, las cárceles, la inseguridad, el trabajo y el salario, la seguridad social,el transporte público, la política cambiaria y la circulación dineraria, la petrolera, la estanflación y el desempleo, la violación de los derechos humanos, el derecho a la información y a la libertad de expresión, la militarización y el autoritarismo, la inexistencia de institucionalidad democrática, la impagable deuda externa,la impunidad ante la corrupción, la desmoralización y la emigración masiva.
La educación
La educación venezolana se encuentra en su punto más bajo desde los últimos cincuenta años. La dictadura perezjimenista desdeñó la educación como lo demuestra la existencia de solo tres universidades a su caída. El puntofijismo con su tesis del Estado docente elevó los centros de educación superior así como la participación de los sectores populares pero fue una docencia enmarcada en lo tradicional porque se practicó la inclusión pero no fue un proceso al servicio del futuro porque sencillamente no existía, no había planes de desarrollo sostenido sino la ejecución del modelo rentista.
Con el chavismo también se incorporan grandes sectores a las instituciones educativas pero la calidad es de lo peor en el tema de la instrucción y menos en la adecuación a un esquema de emancipación social. Las universidades autónomas, con todos sus vicios y su desfase respecto la actualidad, han sido abandonadas por el sector público y se crearon nuevas con adecuación a los paradigmas castrenses que rige la ideología gubernamental. Son expresiones de la fase superior docente pero sin criterios de universalidad.
Asimismo, una de las banderas del fallecido Chávez fue haber abatido el analfabetismo lo cual sufrió un mentís cuando el censo demostró la existencia de más de millón y medio de personas en estado absoluto de comunicación mediante el código de letras y fonemas. Adicionalmente los programas asistencialistas acompañantes de las escuelas primarias se vieron afectados en la medida del descenso de los precios del crudo. Ni qué decir del analfabetismo funcional, demasiado alto en una nación donde la gente no lee, escribe y habla con perímetros reducidos.
La producción editorial se encuentra en un nivel lamentable por el alto costo del papel, las tintas y el tóner. Publicar un libro ahora es una misión imposible porque no tiene ninguna rentabilidad. Las importaciones hechas por los organismos educativos del Estado son cosas del pasado y las librerías y editoriales públicas y privadas se encuentran quebradas. Tampoco ha existido una elaboración de libros alternativa, ajena al Estado y la empresa privada. La lectura está en su momento más álgido en un país que normalmente había carecido de ese hábito.
La salud
En materia de salud es alarmante lo acontecido. El esquema de barrio adentro, paralelo a los organizados alrededor del ministerio de sanidad y de salud, del seguro social y de los poderes estatales y municipales, se expandió en la época de la gran bonanza pero se ha ido extinguiendo en función de la debacle presupuestaria.
Los hospitales, fundamentalmente de medicina curativa, están en un estado deplorable porque los aparatos no funcionan, no hay insumos, no hay medicinas. El personal médico, de enfermería, odontología, radiología, farmacéuticos, los empleados y obreros están subpagados y los enfermos están condenados a la muerte al no recibir tratamientos ni medicinas, cuyo costo es estratosférico.
El sector privado de las clínicas también está afectado por la escasez y desabastecimiento de fármacos, instrumental médico y los costos de las pólizas de seguros tienen un elevado costo imposible de pagar por parte de la pobresía y la clase media.
Enfermedades erradicadas han resurgido consecuencia de la insalubridad y carencia de las condiciones de higiene en varias regiones. Se da el caso del estado Bolívar donde el paludismo es una endemia así como ha ocurrido brotes de sarampión, lechina y afecciones respiratorias recurrentes a lo largo y ancho de nuestro territorio.
Los otros servicios
Los servicios están en una situación de total ineficacia. El agua presenta una condición de racionamiento permanente porque no se construyeron los embalses correspondientes no obstante haber dispuesto recursos financieros en exceso. Las tuberías no están mantenidas ni reemplazadas causando desprendimientos metálicos en el líquido y las cantidades de cloro para hacerla potable no son suficientes.
La electricidad atraviesa un grave pasaje debido a no haberse hecho las obras de infraestructura ni de mantenimiento. Los daños ocasionados son inconmensurables en los hogares por los artefactos eléctricos dañados por las interrupciones frecuentes sin haber ninguna indemnización porque el Estado nunca paga. Es habitual que en muchas regiones sea normal la falla con más de ocho horas diarias mientras el ministro de electricidad, un militar para variar, las justifica racionalizando las consecuencias imputándolas a animales, robo del alumbrado y los cables y a eventos naturales.Corpoelec, la única corporación existente en el ramo, es un panegírico a la incapacidad, paga sueldos de hambre a sus trabajadores y la extracción de recursos por la corrupción bate récord.
Los trámites ante la administración pública son pesados generando el empleo de la corrupción para obtener resultados. Obtener un pasaporte o un acta del registro civil son tareas ciclópeas aquí por las trabas existentes. Los otorgamientos de documentos en los registros inmobiliarios y mercantiles son unas ordalías por los óbices puestos como alcabalas para acudir a las vías paralelas e ilegales.
La velocidad de internet es la más lenta en América Latina y hay paralización de su prestación porque las operadoras ni el Estado han efectuado las erogaciones requeridas para una buena operatividad. Las recolecciones de basura son otra muestra de incapacidad, bien sea a nivel municipal o privado.
La telefonía no es una excepción del mal funcionamiento. La fija está en decadencia pues la CANTV, principal empresa del ramo entrega los dividendos al Estado para su despilfarro al tanto que sus laborantes y jubilados reciben salarios de hambre y no se efectúa mantenimiento alguno. Son reiteradas las suspensiones de las comunicaciones telefónicas y la pérdida de las llamadas por los celulares.
El transporte público es una calamidad. El metro de Caracas se encuentra en el peor de los estados, con escaleras mecánicas paralizadas, los vagones destartalados, peligros de explosiones por falta de prevención, los atracos y hurtos son cotidianos, la conducta de los usuarios es de anomia, amargura y agresividad, arrollamientos sufridos por suicidas y por atracos, los vendedores informales están permanentemente presentes así como los indigentes y mendigos, solo una decena de vagones están en actividad, estaciones abandonadas, el tiempo de desplazamiento es elevado y en fin, es un método de traslación superfluo.
Si a lo anterior le agregamos el cobro de 4 Bolívares como pago del servicio, apreciamos que se trata de un subsidio porque es una cantidad con la cual no se adquiere ningún bien ni servicio. Además, deja en la mente de las personas la sensación de dádiva otorgada por el Estado.
El transporte superficial ha disminuido exponencialmente por la reducción del parque automotriz, debido al encarecimiento, desabastecimiento y escasez de repuestos, alto costo de los cauchos y las baterías que han incidido en la paralización de los vehículos. Se ha disminuido palmariamente la circulación en las calles y las autopistas. Las carreteras, las autopistas y las trochas están impregnadas de huecos que dificultan su tránsito y los pocos autobuses interciudades son cobrados en efectivo con el riesgo de ser asaltados o desvalijados por las policías.
Chávez había anunciado una obra faraónica con los trenes. Un ambicioso plan ferroviario siempre fue parte de su oferta electoral. Apenas si la vía de los Valles del Tuy pudo terminarla. Lo demás fue demagogia pura palpable en los cementerios de vías en la Autopista Regional del Centro.
La comunicación marítima, lacustre y fluvial está signada por la disminución del tránsito de navegación. La carencia de combustible incide en la reducción y es un espectáculo deprimente apreciar el abandono de los barcos, lanchas, botes y ferris.La aeronavegación es deplorable por la minimización de las rutas y de las líneas que sirven en el espacio aéreo nacional.
La fábrica de pobres
La reducción de la pobreza es una de las metas del milenio según el programa de desarrollo de las Naciones Unidas, PNUD. El gobierno chavista se ufanaba, en momentos de bonanza, de su aparente descenso. Pero no era más que una ilusión fundada en el exceso de recursos financieros. En el presente año una encuesta seria realizada por las universidades UCV, Simón Bolívar y la Católica, llamada Encovi (encuesta de las condiciones de vida), arroja la existencia de una pobreza abarcante del 87 por ciento de la población y un terrible 61 por ciento extrema. Son dígitos contundentes en demostrar la máquina de inopia e indigencia generada por esta administración.
La fábrica de pobres
La reducción de la pobreza es una de las metas del milenio según el programa de desarrollo de las Naciones Unidas, PNUD. El gobierno chavista se ufanaba, en momentos de bonanza, de su aparente descenso. Pero no era más que una ilusión fundada en el exceso de recursos financieros. En el presente año una encuesta seria realizada por las universidades UCV, Simón Bolívar y la Católica, llamada Encovi (encuesta de las condiciones de vida), arroja la existencia de una pobreza abarcante del 87 por ciento de la población y un terrible 61 por ciento extrema. Son dígitos contundentes en demostrar la máquina de inopia e indigencia generada por esta administración.
El panóptico carcelario de los pranes
El sistema penitenciario nunca ha cumplido los estándares internacionales de respeto a los derechos humanos pero en los últimos años ha degenerado en una industria delictiva organizada. El Estado ha permitido y aupado esta estructura enquistada en las cárceles dirigida por los llamados pranes (preso rematado asesino nato), suerte de gerentes de los centros de reclusión. Allí se planifican y ejecutan secuestros, asesinatos, extorsiones y demás manifestaciones de la anomia social. Son escuelas de cuadros del lumpen y de los paramilitares mal denominados colectivos.
No se han construido las cárceles requeridas y esto ha causado un gran hacinamiento en los centros provisionales de detención como son las estaciones de policía así como el retardo procesal por las fallas en los traslados a los tribunales y la conducta incuriosa de los jueces, con las consiguientes secuelas lesivas para toda la sociedad. Es una estructura propia para formar la inseguridad personal como elemento disciplinario ejercido sobre la población.
Existe fácticamente un toque de queda en las ciudades venezolanas, evidenciado por las calles desiertas después de las siete de la tarde-noche. El terror ha atrapado a la población por un temor fundado: los espacios públicos son territorio del hampa donde asaltan robando celulares, carteras, joyas, relojes y demás accesorios, amén de las tarjetas de débito y crédito. Lo peor a ocurrir es un secuestro porque destrozan el patrimonio del retenido y en muchos casos matan al rehén por falta de pago del rescate o en otros le suprimen la vida por reconocerlos o las precarias condiciones de los sitios de reclusión.
El estímulo hacia el delito llega a niveles demenciales al llegar a ser legendario un bandolero como “El Picure”, antiguo infante de marina con instrucción de comandos en Israel convertido en un ídolo en los estados Guárico y Aragua. Llega al colmo que llegó a decretar un paro armado (al estilo de Sendero Luminoso) en Maracay, obligando a detener las actividades de transporte, servicios y centros escolares.
Es común el acontecimiento de motines por el hacinamiento, por la corrupción, el cobro de “peajes”, la comida y las condiciones de reclusión. Son muchos con enormes cantidades de muertos y heridos. El más reciente, acaecido este año, fue en la policía de Valencia con saldo de más de sesenta muertos y nada pasó, excepto algunos policías detenidos mientras los responsables disfrutan de la impunidad.
Estas lamentables circunstancias le ahorran al Estado recursos en prevención y represión del delito y conceden un halo disciplinario sobre los hombres y las mujeres, apto para crear una visión apocalíptica de intimidación y así inhibir a la gente de uno de los derechos básicos, el de libre circulación. No es accidental que haya más de cien homicidios por cada cien mil habitantes, un número elevadísimo internacionalmente.
El trabajo, el salario, las prestaciones y la seguridad social
Nunca antes se había despreciado tanto al trabajo como un valor de progreso. Actualmente se ha estimulado no laborar y depender de las dádivas del Estado. Los bonos otorgados estimulan el parasitismo social que aunados a las remesas las cuales alcanzan según estadísticas recientes al 14 por ciento de la población. Se agrega el atributo del poscapitalismo, la ausencia de puestos de labor por el desplazamiento causado por la tecnología en el proceso productivo y en el consumo, fase conocida con el cognomento de cuarta revolución industrial.
Venezuela está formada por legiones de la economía informal porque el trabajo normal no es atractivo por los sueldos y las prestaciones irrisorios. Amén de los desempleados, quienes habiendo perdido su lugar de trabajo se han trasladado hacia la especulación en actividades de ventas de alimentos y servicios básicos conocidos como bachaqueros.
El madurismo ha logrado destruir literalmente al salario. El 90 por ciento de la población activa percibe el salario mínimo, algo asaz irrisorio y denonativo de poseer un mercado laboral sin instrucción ni especialidad. Las pensiones de jubilación también bordean esa misma cantidad, insuficiente para mantener una vida decente. Mas la hiperinflación se ha encargado de pulverizar la contraprestación por la prestación del servicio o venta de la fuerza de trabajo, para decirlo en términos marxistas. Ni siquiera los sueldos alcanzan para adquirir alimentos.
Igual ocurre con las prestaciones sociales, elemento de garantía a favor del laborante cuando concluya la relación laboral o reciba adelantos para vivienda, construcción, medicinas y emergencias. Como los sueldos son rastreros la acumulación de la Antigüedad es similar, intrascendente porque no sirve para adquirir o invertir en nada.
La seguridad social está en veremos porque solo se han aprobado parcialmente leyes del sistema integral,faltando quizá las más importantes, el régimen prestacional económico y el de salud. La Disposición Transitoria Sexta de la Constitución de le República Bolivariana de Venezuela.
El sistema penitenciario nunca ha cumplido los estándares internacionales de respeto a los derechos humanos pero en los últimos años ha degenerado en una industria delictiva organizada. El Estado ha permitido y aupado esta estructura enquistada en las cárceles dirigida por los llamados pranes (preso rematado asesino nato), suerte de gerentes de los centros de reclusión. Allí se planifican y ejecutan secuestros, asesinatos, extorsiones y demás manifestaciones de la anomia social. Son escuelas de cuadros del lumpen y de los paramilitares mal denominados colectivos.
No se han construido las cárceles requeridas y esto ha causado un gran hacinamiento en los centros provisionales de detención como son las estaciones de policía así como el retardo procesal por las fallas en los traslados a los tribunales y la conducta incuriosa de los jueces, con las consiguientes secuelas lesivas para toda la sociedad. Es una estructura propia para formar la inseguridad personal como elemento disciplinario ejercido sobre la población.
Existe fácticamente un toque de queda en las ciudades venezolanas, evidenciado por las calles desiertas después de las siete de la tarde-noche. El terror ha atrapado a la población por un temor fundado: los espacios públicos son territorio del hampa donde asaltan robando celulares, carteras, joyas, relojes y demás accesorios, amén de las tarjetas de débito y crédito. Lo peor a ocurrir es un secuestro porque destrozan el patrimonio del retenido y en muchos casos matan al rehén por falta de pago del rescate o en otros le suprimen la vida por reconocerlos o las precarias condiciones de los sitios de reclusión.
El estímulo hacia el delito llega a niveles demenciales al llegar a ser legendario un bandolero como “El Picure”, antiguo infante de marina con instrucción de comandos en Israel convertido en un ídolo en los estados Guárico y Aragua. Llega al colmo que llegó a decretar un paro armado (al estilo de Sendero Luminoso) en Maracay, obligando a detener las actividades de transporte, servicios y centros escolares.
Es común el acontecimiento de motines por el hacinamiento, por la corrupción, el cobro de “peajes”, la comida y las condiciones de reclusión. Son muchos con enormes cantidades de muertos y heridos. El más reciente, acaecido este año, fue en la policía de Valencia con saldo de más de sesenta muertos y nada pasó, excepto algunos policías detenidos mientras los responsables disfrutan de la impunidad.
Estas lamentables circunstancias le ahorran al Estado recursos en prevención y represión del delito y conceden un halo disciplinario sobre los hombres y las mujeres, apto para crear una visión apocalíptica de intimidación y así inhibir a la gente de uno de los derechos básicos, el de libre circulación. No es accidental que haya más de cien homicidios por cada cien mil habitantes, un número elevadísimo internacionalmente.
El trabajo, el salario, las prestaciones y la seguridad social
Nunca antes se había despreciado tanto al trabajo como un valor de progreso. Actualmente se ha estimulado no laborar y depender de las dádivas del Estado. Los bonos otorgados estimulan el parasitismo social que aunados a las remesas las cuales alcanzan según estadísticas recientes al 14 por ciento de la población. Se agrega el atributo del poscapitalismo, la ausencia de puestos de labor por el desplazamiento causado por la tecnología en el proceso productivo y en el consumo, fase conocida con el cognomento de cuarta revolución industrial.
Venezuela está formada por legiones de la economía informal porque el trabajo normal no es atractivo por los sueldos y las prestaciones irrisorios. Amén de los desempleados, quienes habiendo perdido su lugar de trabajo se han trasladado hacia la especulación en actividades de ventas de alimentos y servicios básicos conocidos como bachaqueros.
El madurismo ha logrado destruir literalmente al salario. El 90 por ciento de la población activa percibe el salario mínimo, algo asaz irrisorio y denonativo de poseer un mercado laboral sin instrucción ni especialidad. Las pensiones de jubilación también bordean esa misma cantidad, insuficiente para mantener una vida decente. Mas la hiperinflación se ha encargado de pulverizar la contraprestación por la prestación del servicio o venta de la fuerza de trabajo, para decirlo en términos marxistas. Ni siquiera los sueldos alcanzan para adquirir alimentos.
Igual ocurre con las prestaciones sociales, elemento de garantía a favor del laborante cuando concluya la relación laboral o reciba adelantos para vivienda, construcción, medicinas y emergencias. Como los sueldos son rastreros la acumulación de la Antigüedad es similar, intrascendente porque no sirve para adquirir o invertir en nada.
La seguridad social está en veremos porque solo se han aprobado parcialmente leyes del sistema integral,faltando quizá las más importantes, el régimen prestacional económico y el de salud. La Disposición Transitoria Sexta de la Constitución de le República Bolivariana de Venezuela.
En tal sentido, dicha disposición transitoria, expresa:
“Sexta. La Asamblea Nacional en un lapso de dos años legislará sobre todas las materias relacionadas con esta Constitución. Se le dará prioridad a las leyes orgánicas sobre pueblos indígenas, educación y fronteras”.
Dentro de las materias relacionadas estrictamente con la constitución se encuentra la seguridad social, asunto extremadamente relevante para la consideración de los seres humanos como entidades teleológica de la Carta Magna.Es importante señalar que en fecha 30 de diciembre de 2002 se publicó en la Gaceta Oficial No. 36.000, la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social en la cual se estatuyen seis regímenes prestacionales, como son el de Salud, de Servicios Sociales al Adulto Mayor y otra categoría de Personas, el de empleo, el de seguridad y salud en el trabajo, de vivienda y hábitat y el de pensiones y otras asignaciones económicas. Se incluyó en el contenido de la ley un plazo de cinco años para legislar y se hizo respecto a todos los del elenco antes señalado excepto el de Salud y Prestaciones y otras Asignaciones Económicas. Antes de cumplirse tal término hubo una reforma de la ley en comento donde increíblemente se suprime el plazo para legislar los regímenes faltantes, violentando la Asamblea Nacional de una manera estentórea la constitución.
No obstante, hay una contravención a la máxima expresión del ordenamiento jurídico venezolano porque la Disposición Transitoria Sexta es tajante y diáfana al respecto. Y la ley de leyes no puede ser transgredida mediante un sofisma como el recogido con la supresión propuesta por la reforma de la ley señalada. Además, múltiples disposiciones constitucionales son contundentes en esta materia, lo cual hace enervar esta maniobra legislativa que busca postergar sine die la seguridad social de los venezolanos.
Demás está decir que la operatividad del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales está en el subsuelo. Sus hospitales son de terror, las pensiones de vejez son invisibles, es tardío siempre el pago de los reposos, la recreación es inexistente y en general, funciona pésima.
Empero, lo aplicado por el Estado es la previsión legal o el asistencialismo, políticas puntuales para ayudar a resolver determinada deficiencia sin trascendencia por ser circunstanciales. Son la saga de las becas alimentarias de los adecos, ahora llamadas misiones con fines eminentemente electorales. Estas iniciativas están diseñadas para situaciones temporales pero el criterio clientelar las ha convertido en permanentes. Es la perversión de la dinámica populista.
La política cambiaria, monetaria, económica y petrolera del Estado
Desde el año 2003 se estableció un rígido control de cambio bajo el efugio de evitar la fuga de divisas.A tantos años ha ocurrido un efecto contrario porque la balanza de cuenta corriente nacional indica que han egresado allende las fronteras muchas más divisas que las recibidas. Los petrodólares se fueron con las importaciones dada la incapacidad productiva de la nación.
Aparte se creó un esquema múltiple de cambios incentivando de esa manera la corrupción por la tentación significada de obtener divisas por la tasa mínima y luego liquidarlas por la máxima. Los dólares preferenciales fueron el imán para esas maniobras extractivas. Las empresas de maletín fueron creadas para enviar divisas al exterior sin la contraprestación de adquirir bienes que justificaran esa concesión. Fue un fraude mayúsculo que no ha sido investigado por la complicidad existente. Se comenzó a conocer con la denuncia del ex ministro Jorge Giordani porque hasta ese momento no se sabía y el oficialismo culpaba a los raspadores de cupo para el consumo por las pérdidas cambiarias que en todo caso no era importante cuantitativamente como sí lo era la evasión mediante entes mercantiles ficticios. Junto a Cuba éramos los únicos con variedad de valor del signo monetario nacional respecto las monedas duras.
Escándalos con la importación de alimentos incentivados por la multiplicidad de tipos de convertibilidad porque se traían con un precio original de Bs. 10 el dólar y se vendía a la población al cambio paralelo por intermedio de los Claps. Se decretó este dólar preferencial para el béisbol profesional a fin de mantener distraídos a la gente con este espectáculo.
Se crearon organismos y mecanismos con diferentes nombres, CADIVI, CENCOEX, SICAD I y SICAD II, DICOM, para implementar la flexibilidad de cambios. Todos fueron inútiles y solo el último existe en la actualidad, siendo el único dispositivo empleado para otorgar algunas divisas al sector privado y a las personas.
Empero, lo aplicado por el Estado es la previsión legal o el asistencialismo, políticas puntuales para ayudar a resolver determinada deficiencia sin trascendencia por ser circunstanciales. Son la saga de las becas alimentarias de los adecos, ahora llamadas misiones con fines eminentemente electorales. Estas iniciativas están diseñadas para situaciones temporales pero el criterio clientelar las ha convertido en permanentes. Es la perversión de la dinámica populista.
La política cambiaria, monetaria, económica y petrolera del Estado
Desde el año 2003 se estableció un rígido control de cambio bajo el efugio de evitar la fuga de divisas.A tantos años ha ocurrido un efecto contrario porque la balanza de cuenta corriente nacional indica que han egresado allende las fronteras muchas más divisas que las recibidas. Los petrodólares se fueron con las importaciones dada la incapacidad productiva de la nación.
Aparte se creó un esquema múltiple de cambios incentivando de esa manera la corrupción por la tentación significada de obtener divisas por la tasa mínima y luego liquidarlas por la máxima. Los dólares preferenciales fueron el imán para esas maniobras extractivas. Las empresas de maletín fueron creadas para enviar divisas al exterior sin la contraprestación de adquirir bienes que justificaran esa concesión. Fue un fraude mayúsculo que no ha sido investigado por la complicidad existente. Se comenzó a conocer con la denuncia del ex ministro Jorge Giordani porque hasta ese momento no se sabía y el oficialismo culpaba a los raspadores de cupo para el consumo por las pérdidas cambiarias que en todo caso no era importante cuantitativamente como sí lo era la evasión mediante entes mercantiles ficticios. Junto a Cuba éramos los únicos con variedad de valor del signo monetario nacional respecto las monedas duras.
Escándalos con la importación de alimentos incentivados por la multiplicidad de tipos de convertibilidad porque se traían con un precio original de Bs. 10 el dólar y se vendía a la población al cambio paralelo por intermedio de los Claps. Se decretó este dólar preferencial para el béisbol profesional a fin de mantener distraídos a la gente con este espectáculo.
Se crearon organismos y mecanismos con diferentes nombres, CADIVI, CENCOEX, SICAD I y SICAD II, DICOM, para implementar la flexibilidad de cambios. Todos fueron inútiles y solo el último existe en la actualidad, siendo el único dispositivo empleado para otorgar algunas divisas al sector privado y a las personas.
Existe un mercado paralelo, fuera de la ley. No obstante, ante la ausencia de divisas es una referencia obligada para hacer operaciones. El Bolívar ha sufrido permanentes devaluaciones tanto en el área permitida como la zona negra. Nuestro signo no vale nada y como hay muchas importaciones, originalmente masivas, eso incide en incrementar los precios de bienes y servicios.
Monetariamente ha sido un desastre pues ha habido un exceso de liquidez producida por la emisión de dinero inorgánico a través de bonos emitidos por el Banco Central de Venezuela y el trasvase de divisas obtenidas por PDVSA. La resultante es una exacerbación de la masa monetaria y la inflación inferida de esa acumulación. Para colmo, ha habido dos reconversiones de la moneda, una en el año 2008 y la otra ahora en el 2018, sin aportar solución alguna salvo reducir nominalmente el valor del Bolívar.
Monetariamente ha sido un desastre pues ha habido un exceso de liquidez producida por la emisión de dinero inorgánico a través de bonos emitidos por el Banco Central de Venezuela y el trasvase de divisas obtenidas por PDVSA. La resultante es una exacerbación de la masa monetaria y la inflación inferida de esa acumulación. Para colmo, ha habido dos reconversiones de la moneda, una en el año 2008 y la otra ahora en el 2018, sin aportar solución alguna salvo reducir nominalmente el valor del Bolívar.
Paralelamente hay un corralito disfrazado por no haber suficientes billetes para proveer a la población de dinero contante y sonante y permitiendo retiros exiguos insatisfactorio para realizar pagos en el consumo. Además, las transacciones electrónicas dinerarias son lentas y presentan frecuentemente dificultad, razón por la cual se bajan los precios en los pagos para obtener liquidez. Toda una situación anómala.
Venezuela siempre, por la enfermedad holandesa, fue una economía de puertos pero se ha acicateado debido a la baja de la producción y del precio petrolero en la presente gestión administrativa. La carencia de producción nacional dirige hacia las importaciones la satisfacción de las necesidadesy al detentarse menos divisas no hay forma de cumplir con la respuesta a los requerimientos de la gente.
La mayor gravedad ocurre con la inflación y la recesión. Atravesamos el peor de los momentos de la economía, la estanflación, confluencia de altísimos precios con una paralización del aparato productivo. Al importarse muchos rubros, incluso el café y el arroz otrora estandartes de la nación, se encarecen porque su pago es en divisas y como se ha devaluado nuestra moneda la inflación se incrementa al infinito. Se estima en más del diez mil por ciento la tasa en el año 2018, la más alta del mundo y los sueldos no aumentan a ese ritmo. El gobierno ha decretado incrementos del salario mínimo y ejecutado un control de precios, ambas medidas paulatinas pero es ahíto insuficiente. No es la vía para detener la inflación.
Estamos al borde de una depresión porque la economía se ha disminuido descomunalmente en los últimos tres años y de acuerdo a una investigación de la Universidad de Harvard, estamos a punto de superar la caída del año 1929 en los Estados Unidos. El Estado está en un default parcial sin capacidad crediticia porque las reservas internacionales, aval para cualquier préstamo, no alcanzan los 10 mil millones de dólares. Si algo se hubiera ahorrado cuando entraron sumas equivalentes a varios planes Marshall no habría esta coyuntura de cesación de pagos pero no fue así. El rentismo chavista obnubiló a los gobernantes quienes no se preocuparon por el futuro. Paradójicamente, mientras había la bonanza se incrementaba la deuda externa sin resultados concretos porque el dinero se había evaporado en las dádivas electorales, la corrupción y el gasto corriente.
El desempleo está en pleno apogeo por la recesión eliminando puestos de trabajo, la tecnología en las áreas más álgidas de la economía como las telecomunicaciones, la energética y la financiera y el Estado también reduciendo su nómina. Son expresiones de una nación en decadencia.
Venezuela siempre, por la enfermedad holandesa, fue una economía de puertos pero se ha acicateado debido a la baja de la producción y del precio petrolero en la presente gestión administrativa. La carencia de producción nacional dirige hacia las importaciones la satisfacción de las necesidadesy al detentarse menos divisas no hay forma de cumplir con la respuesta a los requerimientos de la gente.
La mayor gravedad ocurre con la inflación y la recesión. Atravesamos el peor de los momentos de la economía, la estanflación, confluencia de altísimos precios con una paralización del aparato productivo. Al importarse muchos rubros, incluso el café y el arroz otrora estandartes de la nación, se encarecen porque su pago es en divisas y como se ha devaluado nuestra moneda la inflación se incrementa al infinito. Se estima en más del diez mil por ciento la tasa en el año 2018, la más alta del mundo y los sueldos no aumentan a ese ritmo. El gobierno ha decretado incrementos del salario mínimo y ejecutado un control de precios, ambas medidas paulatinas pero es ahíto insuficiente. No es la vía para detener la inflación.
Estamos al borde de una depresión porque la economía se ha disminuido descomunalmente en los últimos tres años y de acuerdo a una investigación de la Universidad de Harvard, estamos a punto de superar la caída del año 1929 en los Estados Unidos. El Estado está en un default parcial sin capacidad crediticia porque las reservas internacionales, aval para cualquier préstamo, no alcanzan los 10 mil millones de dólares. Si algo se hubiera ahorrado cuando entraron sumas equivalentes a varios planes Marshall no habría esta coyuntura de cesación de pagos pero no fue así. El rentismo chavista obnubiló a los gobernantes quienes no se preocuparon por el futuro. Paradójicamente, mientras había la bonanza se incrementaba la deuda externa sin resultados concretos porque el dinero se había evaporado en las dádivas electorales, la corrupción y el gasto corriente.
El desempleo está en pleno apogeo por la recesión eliminando puestos de trabajo, la tecnología en las áreas más álgidas de la economía como las telecomunicaciones, la energética y la financiera y el Estado también reduciendo su nómina. Son expresiones de una nación en decadencia.
En materia petrolera se siguió una tradición rentista heredada por todos los gobiernos desde Juan Vicente Gómez. Chávez anunció en la campaña electoral la ruptura del rentismo pero ha sido quien lo ha ejercido en mayor cantidad. No hubo desarrollo del petróleo aguas abajo, la petroquímica no despegó así como tampoco los miles de derivados del excremento del diablo pero sí transformaron a PDVSA. La convirtieron en un ministerio de las misiones expandiendo su nómina, después de despedir a 20 mil, un personal competente, a más de 140 mil trabajadores, que no son profesionales, técnicos ni obreros especializados en hidrocarburos sino en clientelismo. No hubo ninguna diversificación de la economía sino se profundizó la dependencia del oro negro como nunca antes.
Hacia el mundo se empleó al crudo como un arma geopolítica para armar alianzas, asociaciones y actividades tendientes a colocar a Hugo Chávez como un emergente líder mundial. La creación de Telesur, el Alba, la Celac y Unasur fueron entes nacidos al calor de la abundancia de dinero. Ahora están en los estertores de la agonía al fallar el financiamiento. Ya C.A. Pérez, cuando la bonanza de 1973, había utilizado ese sendero para la búsqueda de los mismos objetivos.
Hacia el mundo se empleó al crudo como un arma geopolítica para armar alianzas, asociaciones y actividades tendientes a colocar a Hugo Chávez como un emergente líder mundial. La creación de Telesur, el Alba, la Celac y Unasur fueron entes nacidos al calor de la abundancia de dinero. Ahora están en los estertores de la agonía al fallar el financiamiento. Ya C.A. Pérez, cuando la bonanza de 1973, había utilizado ese sendero para la búsqueda de los mismos objetivos.
Debemos significar la destrucción de PDVSA porque por vez primera Colombia le vende más petróleo a Estados Unidos que Venezuela. La tesis izquierdosa de que el imperio se quiere apropiar de la riqueza del oro negro recibe una bofetada dado que Washington está extrayendo más que nunca para proyectarse al final del año como el primer productor del mundo y además, con la incapacidad del ente venezolano más la baja calidad de su crudo, se complementa la prescindencia de esa materia prima por parte del norte.
A pesar de la opacidad de las cifras, política habitual del Estado venezolano, se sabe por estadísticas de la Agencia Internacional de Energía, que hemos caído al sexto lugar de los países que exportan crudo hacia U.S.A., siguiendo en primer lugar a Canadá, luego Arabia Saudita, México, Irak y Colombia, cuando hubo años como primero. Tampoco se conoce cuánto se le vende a India como segundo cliente porque las transferencias de hidrocarburos a China y Rusia son daciones en pago por deudas preexistentes y las de solidaridad (Petro Sur, Petro Andina y Petro Caribe), se ignoran.
A pesar de la opacidad de las cifras, política habitual del Estado venezolano, se sabe por estadísticas de la Agencia Internacional de Energía, que hemos caído al sexto lugar de los países que exportan crudo hacia U.S.A., siguiendo en primer lugar a Canadá, luego Arabia Saudita, México, Irak y Colombia, cuando hubo años como primero. Tampoco se conoce cuánto se le vende a India como segundo cliente porque las transferencias de hidrocarburos a China y Rusia son daciones en pago por deudas preexistentes y las de solidaridad (Petro Sur, Petro Andina y Petro Caribe), se ignoran.
En conclusión, el negocio petrolero ha decaído totalmente por la precariedad en que se encuentra PDVSA y ni siquiera somos extractores de crudo. Cuánto daño ha causado que Hugo Chávez haya hecho fanfarronadas como aseverar que poseemos las reservas de hidrocarburos más grandes del mundo sin poder sacarlas del subsuelo y venderlas. No dijo nunca nada sobre lo ultrapresado que son nuestro petróleo ni tampoco hizo ningún esfuerzo para desarrollarlo aguas abajo, como la petreoquímica, por ejemplo.
La violación de los derechos humanos
La tradición venezolana en esta materia es deficiente históricamente. La represión del gomecismo, el perezjimenismo y el puntofijismo, ha sido continuada con el período inaugurado en 1998 pero con aumentos sistemáticos. La tortura, desapariciones, malos tratos, heridos y fallecidos se traduce en cifras espeluznantes. Provea acaba de publicar la existencia de más de 200 muertos desde el año pasado consecuencia de la represión a las manifestaciones y operaciones presuntamente antidelictivas.
La violación de los derechos humanos
La tradición venezolana en esta materia es deficiente históricamente. La represión del gomecismo, el perezjimenismo y el puntofijismo, ha sido continuada con el período inaugurado en 1998 pero con aumentos sistemáticos. La tortura, desapariciones, malos tratos, heridos y fallecidos se traduce en cifras espeluznantes. Provea acaba de publicar la existencia de más de 200 muertos desde el año pasado consecuencia de la represión a las manifestaciones y operaciones presuntamente antidelictivas.
Las denominadas OLP han constituido verdaderas razzias en las cuales se liquida, hiere y se roba a los sectores populares, con personalrepresivo con pasamontañas para no ser reconocidos. Los organismos policiales (Policía Nacional, Sebin, CICPC y municipales), militares (la guardia nacional y el Dgcim), paramilitares (colectivos) y bandas criminales (como el tren de Aragua), participan en estos pogromos.
Los entes policiales desobedecen las órdenes de excarcelación decretadas por los jueces, se trasladan los procesados a cárceles distantes decidido por autoridades penitenciarias y no por órganos jurisdiccionales, hay centros de tortura en el Helicoide y la “tumba” en la Plaza Venezuela.
Los entes policiales desobedecen las órdenes de excarcelación decretadas por los jueces, se trasladan los procesados a cárceles distantes decidido por autoridades penitenciarias y no por órganos jurisdiccionales, hay centros de tortura en el Helicoide y la “tumba” en la Plaza Venezuela.
Las desapariciones están a la orden del día. Alcedo Mora, funcionario asistente del secretario de la gobernación de Mérida,denunció un caso de corrupción de PDVSA en El Vigía, localidad del mismo estado, y desapareció junto a dos hermanos de nacionalidad colombiana de apellido Vergel. A tres años de su mutis no se encuentran ni hay la más mínima pesquisa. También existen muchísimas ejecuciones extrajudiciales.
El derecho a la información y a la libertad de expresión
En los círculos superiores del gobierno se ha manejado la tesis de la hegemonía comunicacional la cual impusieron. Gracias a varios movimientos y decisiones se ha implementado esta tesis. Consiste en controlar a los medios de comunicación mediante la censura establecida en los públicos y la autocensura en los privados, unos todavía propiedad de particulares ajenos al oficialismo y otros adquiridos mediante testaferros, logrando el dominio hermético sobre estos medios difusivos.
El derecho a la información y a la libertad de expresión
En los círculos superiores del gobierno se ha manejado la tesis de la hegemonía comunicacional la cual impusieron. Gracias a varios movimientos y decisiones se ha implementado esta tesis. Consiste en controlar a los medios de comunicación mediante la censura establecida en los públicos y la autocensura en los privados, unos todavía propiedad de particulares ajenos al oficialismo y otros adquiridos mediante testaferros, logrando el dominio hermético sobre estos medios difusivos.
Los otros medios, los alternativos, son las redes sociales y a pesar de que ha aumentado su presencia todavía los de difusión tramitan más informaciones. Estamos muy distantes de lo acontecido en los Estados Unidos, cuando en las últimas campañas presidenciales los candidatos Barack Obama y Donald Trump, fueron boicoteados por la gran prensa y cadenas televisivas pero recurrieron a las redes sociales (twitter, instagram, correo electrónico, pinterest, facebook, etc.) y lograron vencer el cerco informativo.
En el plano opinático el régimen ha utilizado la ley contra el odio para arremeter contra quienes disienten cuando en realidad los estímulos para el desprecio provienen del alto oficialismo. El aparato judicial, el policial y el militar son empleados para detener y enjuiciar, bajo el subterfugio de traición a la patria y rebelión, a las personas con ideas contrarias al gobierno. Es una caza de brujas al mejor estilo cubano.
La militarización y el autoritarismo
Uno de los signos distintivos de este esquema de gobernabilidad es la militarización. Se le entiende como la dirección del Estado a cargo de oficiales de la fuerza armada con valores de belicismo, cuartelarios, obediencia ciega, disciplina castrense y la obligación de ejecutar las órdenes ordenadas desde los ejes de gobierno. Esta estructura autoritaria es incompatible con las expresiones democráticas cotidianas.
Venezuela siempre fue una nación con perfiles castrenses. Como lo sostuvo Simón Bolívar en la Carta de Jamaica (la consideró un cuartel); la tesis reaccionaria de Laureano Vallenilla Lanz del gendarme necesario; la del pretorianismo preconizada por el coronel José Machillanda en su texto Podre Político y Poder Militar.
En el plano opinático el régimen ha utilizado la ley contra el odio para arremeter contra quienes disienten cuando en realidad los estímulos para el desprecio provienen del alto oficialismo. El aparato judicial, el policial y el militar son empleados para detener y enjuiciar, bajo el subterfugio de traición a la patria y rebelión, a las personas con ideas contrarias al gobierno. Es una caza de brujas al mejor estilo cubano.
La militarización y el autoritarismo
Uno de los signos distintivos de este esquema de gobernabilidad es la militarización. Se le entiende como la dirección del Estado a cargo de oficiales de la fuerza armada con valores de belicismo, cuartelarios, obediencia ciega, disciplina castrense y la obligación de ejecutar las órdenes ordenadas desde los ejes de gobierno. Esta estructura autoritaria es incompatible con las expresiones democráticas cotidianas.
Venezuela siempre fue una nación con perfiles castrenses. Como lo sostuvo Simón Bolívar en la Carta de Jamaica (la consideró un cuartel); la tesis reaccionaria de Laureano Vallenilla Lanz del gendarme necesario; la del pretorianismo preconizada por el coronel José Machillanda en su texto Podre Político y Poder Militar.
La experiencia chavista fue una combinación del castrismo con el militarismo tradicional venezolano. La intensidad de la participación de los uniformados en la cúpula dirigente del Estado es impresionante. Nunca antes había una presencia de oficiales de la milicia tan contundente en las altas esferas del aparato de sumisión como en la actualidad.
La impagable deuda externa
Uno de los rasgos definitorios de la dialéctica de la deuda externa es su incremento en época de bonanzas lo cual es paradójico por haber menos necesidad de financiamiento al poseerse liquidez suficiente para acometer planes económicos y sociales. Cada vez que Venezuela recibía excedentes financieros la banca aprovechaba para comprometer las arcas fiscales nacionales. Era el modus operandi de esta clase de operaciones.
Chávez en la campaña electoral de 1998 anunció que prefería no pagar los compromisos internacionales e invertirlos en la sociedad pero una vez gobierno procedió a endeudar hasta al infinito al Estado venezolano y para eso contaba con unas reservas internacionales que le permitían comprometerse. Ese laberinto ya transitado por los gobiernos de C.A. Pérez y Luis Herrera Campins, también en sendas bonanzas, se repitió pero en mayor cantidad. Nunca se negó a cancelar las obligaciones con las entidades bancarias sino por el contrario, fue un excelente y puntual cliente.
Sin embargo, el exceso de obligaciones y la disminución del precio petrolero comenzaron a comprometer el presupuesto de gastos nacionales y se llevaba una enorme proporción que reducía la maniobrabilidad del Estado. Adicionalmente la incapacidad de producción de PDVSA congeló las finanzas y hubo de inhibirse de efectuar otras erogaciones indispensables socialmente hablando. El colmo ha sido la cesación de pagos parcial motivada a la reducción considerable de las reservas internacionales.
La impagable deuda externa
Uno de los rasgos definitorios de la dialéctica de la deuda externa es su incremento en época de bonanzas lo cual es paradójico por haber menos necesidad de financiamiento al poseerse liquidez suficiente para acometer planes económicos y sociales. Cada vez que Venezuela recibía excedentes financieros la banca aprovechaba para comprometer las arcas fiscales nacionales. Era el modus operandi de esta clase de operaciones.
Chávez en la campaña electoral de 1998 anunció que prefería no pagar los compromisos internacionales e invertirlos en la sociedad pero una vez gobierno procedió a endeudar hasta al infinito al Estado venezolano y para eso contaba con unas reservas internacionales que le permitían comprometerse. Ese laberinto ya transitado por los gobiernos de C.A. Pérez y Luis Herrera Campins, también en sendas bonanzas, se repitió pero en mayor cantidad. Nunca se negó a cancelar las obligaciones con las entidades bancarias sino por el contrario, fue un excelente y puntual cliente.
Sin embargo, el exceso de obligaciones y la disminución del precio petrolero comenzaron a comprometer el presupuesto de gastos nacionales y se llevaba una enorme proporción que reducía la maniobrabilidad del Estado. Adicionalmente la incapacidad de producción de PDVSA congeló las finanzas y hubo de inhibirse de efectuar otras erogaciones indispensables socialmente hablando. El colmo ha sido la cesación de pagos parcial motivada a la reducción considerable de las reservas internacionales.
Asimismo, la estatal petrolera venezolana ha obtenido préstamos internacionales colocando el oro en garantía y perdiéndolo por incumplimiento. Ha perdido una serie de juicios en el CIADE, siendo uno de los últimos el de Conoco Phillips por expropiaciones no pagadas a ejecutarse en refinerías propiedad de PDVSA en el Caribe e incluso el Estado ha retirado dinero del Fondo Monetario Internacional en forma de Derechos Especiales de Giro a favor de un acreedor, elCitibank.
La ausencia de institucionalidad democrática
Venezuela ha sufrido una historia de autoritarismo desde su separación de Colombia en 1830, aún más desde la segunda república porque Simón Bolívar en el documento autocrítico El Manifiesto de Cartagena señalaba que una de las causas de la caída de la primera república fue la flexibilidad del poder. Siempre estuvo de acuerdo con la concentración de poder y criticó cualquier clase de autonomismo y federalismo. Al final, estableció una férrea dictadura en Bogotá hasta decidir irse a Europa pero la muerte lo alcanzó en la ciudad de Santa Marta en la costa colombiana.
La Cosiata, como se llamó el movimiento separatista, tuvo en los militares sus protagonistas porque habían dirigido la cruenta guerra de independencia y a cambio, literalmente se adueñaron del país. No se formó un criterio de autonomía en las organizaciones sino uno concentracionista en los altos cuadros del ejército.
La ausencia de institucionalidad democrática
Venezuela ha sufrido una historia de autoritarismo desde su separación de Colombia en 1830, aún más desde la segunda república porque Simón Bolívar en el documento autocrítico El Manifiesto de Cartagena señalaba que una de las causas de la caída de la primera república fue la flexibilidad del poder. Siempre estuvo de acuerdo con la concentración de poder y criticó cualquier clase de autonomismo y federalismo. Al final, estableció una férrea dictadura en Bogotá hasta decidir irse a Europa pero la muerte lo alcanzó en la ciudad de Santa Marta en la costa colombiana.
La Cosiata, como se llamó el movimiento separatista, tuvo en los militares sus protagonistas porque habían dirigido la cruenta guerra de independencia y a cambio, literalmente se adueñaron del país. No se formó un criterio de autonomía en las organizaciones sino uno concentracionista en los altos cuadros del ejército.
Todo el siglo diecinueve estuvo signado por la violencia, el enfrentamiento y lucha fratricida que dio como resultado una nación empobrecida y endeudada, con asonadas frecuentes entre los grandes caudillos, Páez y los Monagas, hasta la llegada de la guerra federal que también dependía de los grandes líderes y fue Guzmán Blanco quien al final se anexó al país.
Con la llegada de los andinos a Caracas se reformuló el poder al asumirlo Cipriano Castro en nombre de la región más rica pero olvidada de Venezuela. Luego de la salida de El Cabito, Juan Vicente Gómez tuvo la noche oscura de 37 años de una férrea dictadura culminada solo con su muerte en 1937. Le siguieron dos regímenes más amplios pero igualmente autoritarios y cuando los militares aliados con los adecos derrocaron a Medina Angarita, se abrió otro modelo fáctico interrumpido por los meses de gestión del novelista Rómulo Gallegos. Siguió la dictadura de Pérez Jiménez luego de una junta militar. Todos esos gobiernos fueron absolutamente personalistas, sin institución alguna.
Con el derrocamiento del último dictador se crea un gobierno civil producto de un pacto entre tres caudillos y se pretendió consolidar el civilismo pero exactamente no fue así. Los acuerdos interpartidistas incrementaron la corrupción y el sector militar participó en la derrota de la izquierda y después fue corrompido. No hubo tampoco institucionalidad democrática porque las influencias, los líderes, los partidos y el peculado, se encargaron de impedirlo.
Con la llegada de los andinos a Caracas se reformuló el poder al asumirlo Cipriano Castro en nombre de la región más rica pero olvidada de Venezuela. Luego de la salida de El Cabito, Juan Vicente Gómez tuvo la noche oscura de 37 años de una férrea dictadura culminada solo con su muerte en 1937. Le siguieron dos regímenes más amplios pero igualmente autoritarios y cuando los militares aliados con los adecos derrocaron a Medina Angarita, se abrió otro modelo fáctico interrumpido por los meses de gestión del novelista Rómulo Gallegos. Siguió la dictadura de Pérez Jiménez luego de una junta militar. Todos esos gobiernos fueron absolutamente personalistas, sin institución alguna.
Con el derrocamiento del último dictador se crea un gobierno civil producto de un pacto entre tres caudillos y se pretendió consolidar el civilismo pero exactamente no fue así. Los acuerdos interpartidistas incrementaron la corrupción y el sector militar participó en la derrota de la izquierda y después fue corrompido. No hubo tampoco institucionalidad democrática porque las influencias, los líderes, los partidos y el peculado, se encargaron de impedirlo.
La descomposición puntofijista dio paso a un dirigente militar carismático con rasgos mesiánicos. Hugo Chávez se encargó de sepultar cualquier signo de autonomía en el Estado, en los movimientos sociales y en general en el país. Gobernó con el esquema líder-ejército-pueblo del pensador neofascista argentino Norberto Ceresole y fue afortunado al verse beneficiado por la mayor bonanza petrolera en la historia. Con el madurismo se acentuó la arbitrariedad para compensar la ausencia de imantación del presidente amén de que la producción del crudo declinó porque ni siquiera fueron capaces de mantener al ente petrolero de donde emanan las divisas históricamente.
La desmoralización y el éxodo
La sociedad venezolana se encuentra desmoralizada. Un régimen basado en las bayonetas para gobernar, generador de la mayor catástrofe económico-social que haya conocido el país se las ha ingeniado para gobernar con fuerza. Se apoya en un estamento militar hasta ahora monolítico que impide hasta la protesta más insignificante, auxiliado por paramilitares y policías y el soporte de unos medios de difusión de masas a su servicio.
Aunada a la anterior circunstancia se conjuga la conducta de una clase política opositora cuya abyección raya en la sordidez, la cual ha colaborado con creces para mantener esta cruel dictadura. Ha sido un acompañante del gobierno y solo la presión internacional ha impedido un mayor beneficio de quienes mandan.
La desmoralización y el éxodo
La sociedad venezolana se encuentra desmoralizada. Un régimen basado en las bayonetas para gobernar, generador de la mayor catástrofe económico-social que haya conocido el país se las ha ingeniado para gobernar con fuerza. Se apoya en un estamento militar hasta ahora monolítico que impide hasta la protesta más insignificante, auxiliado por paramilitares y policías y el soporte de unos medios de difusión de masas a su servicio.
Aunada a la anterior circunstancia se conjuga la conducta de una clase política opositora cuya abyección raya en la sordidez, la cual ha colaborado con creces para mantener esta cruel dictadura. Ha sido un acompañante del gobierno y solo la presión internacional ha impedido un mayor beneficio de quienes mandan.
Ante tal coyuntura la gente se ha asustado y debido a la carencia de futuro se ha desplazado masivamente hacia Colombia y Brasil y de allí hacia los demás países de América del Sur. Es una estampida incontrolable y la conforman grandes masas empobrecidas generadoras de una inestabilidad imprevista en las naciones del sur.
El huracán sartreano en manos del chavismo
Parafraseando a Jean Paul Sartre cuando inicialmente escribió un ensayo sobre el régimen fidelista,Huracán sobre el azúcar, Venezuela ha sido arrasada por un ciclón llamado el chavomadurismo. Ha sido peor que el reciente fenómeno atmosférico ocurrido en Puerto Rico, donde el pueblo hermano padece una gravísima recesión económica porque ya no tiene importancia geopolítica abrumadapara mayor desgracia por un desajuste natural.
El huracán sartreano en manos del chavismo
Parafraseando a Jean Paul Sartre cuando inicialmente escribió un ensayo sobre el régimen fidelista,Huracán sobre el azúcar, Venezuela ha sido arrasada por un ciclón llamado el chavomadurismo. Ha sido peor que el reciente fenómeno atmosférico ocurrido en Puerto Rico, donde el pueblo hermano padece una gravísima recesión económica porque ya no tiene importancia geopolítica abrumadapara mayor desgracia por un desajuste natural.
Se ha instalado una cúpula militar ocupando los cuadros superiores del Estado, rayana a negocios ilícitos como se conoce de manera pública y notoria. Se ha vinculado con los gobiernos más descalificados como Cuba, Irán, Belarus, Siria, Al Fatah palestino, Rusia, China y Nicaragua y a grupos terroristas islámicos como Hizbulá o a la bandas de las FARC y el ELN.
El esquema estalinista ha sido reiterativo en cuanto a derribar las conquistas sociales, los derechos humanos y las libertades democráticas, como lo atestigua la extinta Unión Soviética, la China de Mao y la de Den Ziao Pin, autor de la masacre de la plaza Tianamen, Cuba, Corea del Norte, Etiopía de MarianMengistuHaileMariam, la Albania de Enver Hoxa, la Yugoslavia de Tito, las democracias populares del este de Europa, en especial la República Democrática Alemana de Walter Ulbricht y Rumania de Ceaucesco. El caso venezolano es dramático porque es la simbiosis de socialismo autoritario, militarismo ramplón y la industria criminal.
El esquema estalinista ha sido reiterativo en cuanto a derribar las conquistas sociales, los derechos humanos y las libertades democráticas, como lo atestigua la extinta Unión Soviética, la China de Mao y la de Den Ziao Pin, autor de la masacre de la plaza Tianamen, Cuba, Corea del Norte, Etiopía de MarianMengistuHaileMariam, la Albania de Enver Hoxa, la Yugoslavia de Tito, las democracias populares del este de Europa, en especial la República Democrática Alemana de Walter Ulbricht y Rumania de Ceaucesco. El caso venezolano es dramático porque es la simbiosis de socialismo autoritario, militarismo ramplón y la industria criminal.
Como antes lo describimos, delatando un cuadro dantesco y de horror, no hay aspecto en el cual no hemos padecido una regresión. Ha sido una política de tierra arrasada como la de la Legión Cóndor sobre el pueblo vasco de Guernica, inmortalizada por Pablo Picasso en su conocida obra pictórica. Pareciera que el tiempo en Venezuela no existiera y se diera un intenso retorno a estadios aparentemente superados.
Es inconcebible que gente autodenominada de izquierda defienda esta administración antidemocrática, desconozca los graves niveles de crisis y la situación humanitaria en materia de salud y de hambre. Igualmente intelectuales que por cuotas de poder o por dogmatismo colegido de su formación eclesiástica marxista, pretenden imputar a una hipotética guerra económica todas las calamidades padecidas.
La desesperación ha hecho considerar cualquier reemplazo a esta terrible administración, como necesario. Nada más distante a la realidad porque la irrupción de Chávez fue consecuencia de la acumulación de desafortunadas gestiones precedentes y que ahora se pretende repetir. El desiderátum pasa por aspirar un sucedáneo rigurosamente distinto para poder recuperar una de las obras destructiva más acabada en la historia contemporánea como el socialismo del siglo veintiuno.
Es inconcebible que gente autodenominada de izquierda defienda esta administración antidemocrática, desconozca los graves niveles de crisis y la situación humanitaria en materia de salud y de hambre. Igualmente intelectuales que por cuotas de poder o por dogmatismo colegido de su formación eclesiástica marxista, pretenden imputar a una hipotética guerra económica todas las calamidades padecidas.
La desesperación ha hecho considerar cualquier reemplazo a esta terrible administración, como necesario. Nada más distante a la realidad porque la irrupción de Chávez fue consecuencia de la acumulación de desafortunadas gestiones precedentes y que ahora se pretende repetir. El desiderátum pasa por aspirar un sucedáneo rigurosamente distinto para poder recuperar una de las obras destructiva más acabada en la historia contemporánea como el socialismo del siglo veintiuno.
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