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Más de trescientos trabajadores se concentraron este martes 3 de bril ante la sede del Ministerio Público en Parque Carabobo [Caracas], exigiendo que se abra una investigación que establezca responsabilidades administrativas y penales ante la muerte de un compañero de trabajo durante labores de reparación en una tubería en la zona de El Cafetal, en el este de la capital, el sábado 31 de marzo a tempranas horas de la mañana. Ayer lunes 2 también protestaron ante la Unidad de Atención a la Víctima del Ministerio Público en la avenida Urdaneta.
Luis Sánchez, soldador, falleció ahogado como consecuencia de una violación de los protocolos de seguridad por parte de sus superiores jerárquicos. Por órdenes superiores se restableció el flujo de agua dentro de la tubería de 72 pulgadas en la que trabajaba junto a cuatro trabajadores más, antes de que lograra salir. Sus cuatro compañeros lograron ponerse a salvo pero Sánchez fue arrastrado por el agua y falleció.
Más de trescientos trabajadores se concentraron este martes 3 de bril ante la sede del Ministerio Público en Parque Carabobo [Caracas], exigiendo que se abra una investigación que establezca responsabilidades administrativas y penales ante la muerte de un compañero de trabajo durante labores de reparación en una tubería en la zona de El Cafetal, en el este de la capital, el sábado 31 de marzo a tempranas horas de la mañana. Ayer lunes 2 también protestaron ante la Unidad de Atención a la Víctima del Ministerio Público en la avenida Urdaneta.
Luis Sánchez, soldador, falleció ahogado como consecuencia de una violación de los protocolos de seguridad por parte de sus superiores jerárquicos. Por órdenes superiores se restableció el flujo de agua dentro de la tubería de 72 pulgadas en la que trabajaba junto a cuatro trabajadores más, antes de que lograra salir. Sus cuatro compañeros lograron ponerse a salvo pero Sánchez fue arrastrado por el agua y falleció.
La procesión funeraria de Sánchez, que partió desde la zona popular de Catia hacia el cementerio de La Guairita, se convirtió en una movilización obrera con fuertes cuestionamientos a las autoridades militares de Hidrocapital, ante la ausencia de condiciones de seguridad, la persecución antiobrera y antisindical, los miserables salarios y la muerte de Sánchez.
El 2 de abril se realizó una protesta ante Miraflores exigiendo justicia por Sánchez y el 3 ante las sedes del Ministerio Público en Parque Carabobo y la avenida Urdaneta en el centro de Caracas. Los trabajadores y los dirigentes del sindicato Sinebustrapsv también denunciaron la persecución por parte de los militares que dirigen Hidrocapital: cuatro directivos del sindicato están suspendidos sin goce de sueldo y uno de los trabajadores que declaró sobre la muerte de Sánchez fue buscado en su casa el 2 de abril en la noche por parte del Sebin. Por todo ello, una de las exigencias de las protestas es también la destitución de las autoridades militares de Hidrocapital.
[Tomado de http://laclase.info/content/trabajadores-de-hidrocapital-exigen-justicia-por-muerte-de-companero-durante-labores.]
Trabajadores de Hidrocapital señalan responsabilidad militar en muerte de trabajador
María J. Vallejo (El Pitazo)
El sábado 31 de marzo, Luis Sánchez murió mientras reparaba una tubería de 1,80 metros de diametro perteneciente al sistema Tuy II de Hidrocapital en el municipio Baruta, porque se abrieron las compuertas que conducen el agua y su fuerza y velocidad arrastraron a quien tenía 17 años trabajando para la compañía.
José Gilberto Luzardo, de 52 años, era quien estaba acompañando a Sánchez durante la jornada de guardia de Semana Santa. Aseguró que faltaba poco para terminar la reparación pero no sabe quién ordenó que se diera paso al agua. “Yo salí de ahí de milagro”, contó.
Luzardo explicó que el deber ser es utilizar arneses y cuerdas que puedan sostener a los trabajadores y suspenderlos en caso de emergencia como en el que murió Luis Sánchez. “Hace más de tres años que nosotros no sabemos lo que es tener equipo de seguridad o herramientas de trabajo. Nosotros lo hacemos así igual, porque ya tenemos años trabajando en eso y bueno, uno confía en la experiencia propia y de los compañeros”, aseveró.
Los compañeros de Luis Sánchez responsabilizaron al Mayor Eddison Torrealba, presidente de Hidrocapital, y a Joan Sotillo, gerente del Acueducto Metropolitano. Daisy Lara, vocera sindical de los trabajadores, manifestó que desde que Torrealba está a cargo de la compañía no paran las amenazas ni la intimidación: “Los militares no saben de agua; a ellos no les importa esta empresa. Ellos solos saben de terrorismo con sus amenazas y sus armas”.
En las estaciones de bombeo y oficinas de Hidrocapital donde El Pitazo pudo comprobar, los trabajadores son amenazados con una sentencia de despido si declaran en contra de la directiva o en relación con la muerte de Luis Sánchez. Quienes se alzan en contra del gerente son llevados a un sótano de la sede ubicada en la avenida Casanova a modo de castigo.
La trabajadora de 51 años contó que cada vez que alguien se queja, el capitán Sotillo y sus guardaespaldas se presentan ante la persona que puso el reclamo para darle “un ultimátum”. Mientras cumplía su jornada laboral en la estación de bombeo de La Yaguara, en el suroeste de la capital, el día lunes 2 de abril fue amenazada por haber participado en una protesta por la muerte de Luis Sánchez: “Joan Sotillo llegó con hombres armados que no sé si son del Sebin o de qué organismo”. Denunció el hecho ante el Ministerio Público y aseguró que cualquier cosa que le pase será responsabilidad de la gerencia de Hidrocapital.
El sábado 31 de marzo, Luis Sánchez murió mientras reparaba una tubería de 1,80 metros de diametro perteneciente al sistema Tuy II de Hidrocapital en el municipio Baruta, porque se abrieron las compuertas que conducen el agua y su fuerza y velocidad arrastraron a quien tenía 17 años trabajando para la compañía.
José Gilberto Luzardo, de 52 años, era quien estaba acompañando a Sánchez durante la jornada de guardia de Semana Santa. Aseguró que faltaba poco para terminar la reparación pero no sabe quién ordenó que se diera paso al agua. “Yo salí de ahí de milagro”, contó.
Luzardo explicó que el deber ser es utilizar arneses y cuerdas que puedan sostener a los trabajadores y suspenderlos en caso de emergencia como en el que murió Luis Sánchez. “Hace más de tres años que nosotros no sabemos lo que es tener equipo de seguridad o herramientas de trabajo. Nosotros lo hacemos así igual, porque ya tenemos años trabajando en eso y bueno, uno confía en la experiencia propia y de los compañeros”, aseveró.
Los compañeros de Luis Sánchez responsabilizaron al Mayor Eddison Torrealba, presidente de Hidrocapital, y a Joan Sotillo, gerente del Acueducto Metropolitano. Daisy Lara, vocera sindical de los trabajadores, manifestó que desde que Torrealba está a cargo de la compañía no paran las amenazas ni la intimidación: “Los militares no saben de agua; a ellos no les importa esta empresa. Ellos solos saben de terrorismo con sus amenazas y sus armas”.
En las estaciones de bombeo y oficinas de Hidrocapital donde El Pitazo pudo comprobar, los trabajadores son amenazados con una sentencia de despido si declaran en contra de la directiva o en relación con la muerte de Luis Sánchez. Quienes se alzan en contra del gerente son llevados a un sótano de la sede ubicada en la avenida Casanova a modo de castigo.
La trabajadora de 51 años contó que cada vez que alguien se queja, el capitán Sotillo y sus guardaespaldas se presentan ante la persona que puso el reclamo para darle “un ultimátum”. Mientras cumplía su jornada laboral en la estación de bombeo de La Yaguara, en el suroeste de la capital, el día lunes 2 de abril fue amenazada por haber participado en una protesta por la muerte de Luis Sánchez: “Joan Sotillo llegó con hombres armados que no sé si son del Sebin o de qué organismo”. Denunció el hecho ante el Ministerio Público y aseguró que cualquier cosa que le pase será responsabilidad de la gerencia de Hidrocapital.
Condiciones laborales inadecuadas
El preámbulo del artículo 87 de la Constitución establece: “Todo patrono o patrona garantizará a sus trabajadores y trabajadoras condiciones de seguridad, higiene y ambiente de trabajo adecuados. El Estado adoptará medidas y creará instituciones que permitan el control y la promoción de estas condiciones”. Sin embargo, Pedro Pérez pasa las noches a oscuras y sin garantías de vida en la estación de bombeo de Lídice, en Catia.
Hace más de diez meses que no hay alumbrado en esa estación ni policías que monitoreen la zona. Cuando algo se daña o se roban los cables, Sotillo y los funcionarios armados llegan hasta el lugar para intimidar y acosar: “Cuando aquí se daña algo o se para la bomba, ellos llegan diciendo que eso es un saboteo, que lo hice porque soy escuálido y yo, la verdad, no me meto en política“.
Pérez, como los demás empleados de la empresa del Estado, no cuenta con seguro HCM, comedor o transporte. Tampoco recibe uniforme ni equipo de trabajo que garantice su seguridad y el funcionamiento de la estación.
[Tomado de http://elpitazo.info/gran-caracas/la-gerencia-militar-de-hidrocapital-no-sabe-de-agua-sino-de-terrorismo.]
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