Redacción
Desde el anarquismo, por variadas razones de peso que se han explicado muchas veces (por ejemplo, en este blog), estamos contra el engaño del "voto universal, directo y secreto" con el cual las democracias del Capital y del Estado pretenden darse una legitimación masiva Incluso cuando los torneos electorales presuman de honestidad y pulcritud en sus procedimientos, y aun cuando sean eventos donde formalmente se establezcan reglas de juego limpio, su esencia es el hecho cierto de que así los electores puedan votar cumpliéndose todas las garantías legales en torno a ese acto y su voto sea contado rigurosamente, las decisiones verdaderas respecto a quién y para qué se elige corresponden a las élites que tienen las riendas del Estado y el Capital, de modo que los comicios solo sirven para dar el barniz de aprobación colectiva que requiere el sistema de poder para marchar mejor.
Lo cierto es que una legitimidad pretendidamente democrática también suele asociarse con la imagen que transmite el aparato de poder político en sus procesos electorales, es decir que a mejor imagen de los actos comiciales, mejor puede venderse lo de una "democracia que respeta la voluntad mayoritaria" que hoy alega la dominación estatal en muchas partes del mundo. Pero en el caso venezolano, eso hoy se está dejando de lado descaradamente, pretendiendo que la legitimidad venga solamente del hecho de realizar elecciones, sin importar las más que dudosas condiciones en que se efectúen. Siendo así, hasta se vuelve ocioso o una pérdida de tiempo exponer la razonada argumentación que desde el anarquismo se ha venido elaborando y presentando en contra de la participación en las mascaradas electorales de las "democracias", pues actualmente en Venezuela el nivel de cínico y evidente ventajismo que ha impuesto el chavomadurismo antes, durante y después de las votaciones es tal que hace de ello una de los motivos por los cuales calificar el actual régimen de dictadura.
Desde el anarquismo, por variadas razones de peso que se han explicado muchas veces (por ejemplo, en este blog), estamos contra el engaño del "voto universal, directo y secreto" con el cual las democracias del Capital y del Estado pretenden darse una legitimación masiva Incluso cuando los torneos electorales presuman de honestidad y pulcritud en sus procedimientos, y aun cuando sean eventos donde formalmente se establezcan reglas de juego limpio, su esencia es el hecho cierto de que así los electores puedan votar cumpliéndose todas las garantías legales en torno a ese acto y su voto sea contado rigurosamente, las decisiones verdaderas respecto a quién y para qué se elige corresponden a las élites que tienen las riendas del Estado y el Capital, de modo que los comicios solo sirven para dar el barniz de aprobación colectiva que requiere el sistema de poder para marchar mejor.
Lo cierto es que una legitimidad pretendidamente democrática también suele asociarse con la imagen que transmite el aparato de poder político en sus procesos electorales, es decir que a mejor imagen de los actos comiciales, mejor puede venderse lo de una "democracia que respeta la voluntad mayoritaria" que hoy alega la dominación estatal en muchas partes del mundo. Pero en el caso venezolano, eso hoy se está dejando de lado descaradamente, pretendiendo que la legitimidad venga solamente del hecho de realizar elecciones, sin importar las más que dudosas condiciones en que se efectúen. Siendo así, hasta se vuelve ocioso o una pérdida de tiempo exponer la razonada argumentación que desde el anarquismo se ha venido elaborando y presentando en contra de la participación en las mascaradas electorales de las "democracias", pues actualmente en Venezuela el nivel de cínico y evidente ventajismo que ha impuesto el chavomadurismo antes, durante y después de las votaciones es tal que hace de ello una de los motivos por los cuales calificar el actual régimen de dictadura.
Esa es una importante razón por la que de un tiempo para acá ya l@s anarquistas en Venezuela no nos esforzamos tanto en la prédica abstencionista, pues se hace innecesario el discurso trabajado y riguroso que se precisa en otros lugares donde las tramoyas electorales se venden de una manera mas refinada y atractiva. acá el asunto es mucho mas grotesco y brutal, prueba de lo cual es el relato que sigue a continuación, tomado de un post mas extenso disponible en http://rupturaorg.blogspot.com/2018/03/al-voto-asistido-no-le-gana-nadie.html, que alguien desestimará como pura ficción, pero que recoge lo qie ha sido plenamente real y vivido cada vez con más fuerza en los procesos electorales realizados en Venezuela en lo que llevamos del siglo XXI.
«1. Acercarse al "punto rojo" colocado a la entrada del centro electoral. No hay respeto a la Ley ni normas del CNE al respecto. El ejército estará allí para garantizar a punta de ametralladora que l@s agentes gubernamentales no sean importunad@s por cualquier soquete que ose reclamar el cumplimiento de la Ley.
Saludo:
· Hola chama ¿cómo estás?
v Bien, gracias y tú.
· ¿Trajiste el carnet?
v Si aquí está pero se me olvido la cédula de identidad.
· No importa el carnet es más que suficiente. Gueno lo vamos a chequear.
v Okey. Espero.
· Listo, ya visualizamos que te estamos dando real que jode; estás en tres misiones bichita y una por preñada.
v Ay que pena, pero bueno eso es para medio aguantar la pela.
· ¿Qué nombre le pondrás?
v Nicolásito si es varón y Celita si es hembra, ja, ja, ja.
· Seguro que parirás un revolucionario como nuestro presidente obrero. Oka chequeado. Gueno ahora pasa al centro de votación acompañada de esta "combatiente"; al llegar a la mesa te identificas con el carnet y solicitas que la "combatiente" te acompañe para ejercer tu derecho al sufragio.
v Pero eso no es necesario porque yo se votar.
· ¡Nooo mijita! La "combatiente" votará por ti para asegurarnos que no te equivoques, cumplas con la patria que nos da Maduro y puedas seguir "gozando" de las bondades que te ofrece el presidente obrero ¿Entendido?
v Si está bien, vamos.
2. Regresar al "punto rojo", custodiado a punta e´ cañón por el ejército bolivariano y libertador.
Confirmación:
· Listo, otro voto pa´ nojotros; chequeado y confirmado, ya voté por la chama.
v ¿Ahora qué hago?
· A celebrar bichita, gozar de los churupos que te seguiremos regalando y estar atenta a la próxima elección que acordemos con las compinches del CNE. Chao.»
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