El Pitazo
Desde su época como estudiante universitario en la Universidad de Los Andes (ULA), donde estudió Criminología y Derecho desde 1990 hasta 2004, Tareck El Aissami, actual vicepresidente de Venezuela, comenzó a tejer una red de relaciones y contactos que le permitieron su ascenso en el chavismo. El Aissami, de ascendencia siria-libanesa, fue sancionado el pasado 13 de febrero por la Oficina de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de EE.UU. que lo vincula con narcotráfico y lavado de activos. Las autoridades también le señalan de prestar asistencia a narcotraficantes mexicanos y colombianos para enviar toneladas de droga a territorio estadounidense.
Pero la llegada de El Aissami al poder en Venezuela se gestó en la década de los 90, con una organización política estudiantil llamada Utopía 78, fundada en la ULA en marzo de 1992, un mes después del fallido golpe de Estado que comandó por Hugo Chávez. Utopía 78ha sido desde entonces una de las organizaciones estudiantiles más influyentes en la izquierda venezolana y —también— una cantera de la que han salido al menos 11 funcionarios y altos cargos de los gobiernos de Chávez y Maduro. Entre esos, El Aissami.
El Aissami lideró Utopía 78 junto a compañeros y mentores que son hoy prominentes figuras del chavismo, y de allí pasó a dirigir —entre 2001 y 2003— la Federación de Centros Universitarios de la ULA, la más grande organización del gobierno estudiantil. De ese grupo estudiantil salieron también cuatro ministros en el gabinete del presidente Nicolás Maduro.
Entre los antiguos miembros de Utopía 78 hay funcionarios en cargos decisivos en la nomenklatura del oficialismo, como un viceministro, dos gobernadores, un magistrado del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el director del organismo estatal encargado de controlar la distribución del papel periódico para medios venezolanos. Incluso, una figura que no fue compañero de aulas de El Aissami, pero que sí coincidió con él en las aulas, como docente, ocupa hoy la cartera del Ministerio Cultura. Tres antiguos dirigentes estudiantiles en la ULA para esa época ayudaron a conectar a los integrantes de Utopía 78, hoy en cargos de gobierno. El Pitazo intentó obtener la lista completa de los miembros de la organización política estudiantil, pero representantes de la comisión electoral de la ULA negaron el acceso a la documentación.
En 2003, cuando aún no había terminado la universidad, El Aissami asumió la subdirección de la Misión Identidad, un programa social del gobierno chavista cuyo objetivo era acelerar la cedulación de indocumentados e incrementar el número de inscritos en el Registro Electoral, de cara al referendo de 2004 que fracasó en su meta de revocar el mandato a Hugo Chávez. Como líder de esa misión estaba Hugo Cabezas, su antiguo compañero fundador de Utopía 78.
Desde su época como estudiante universitario en la Universidad de Los Andes (ULA), donde estudió Criminología y Derecho desde 1990 hasta 2004, Tareck El Aissami, actual vicepresidente de Venezuela, comenzó a tejer una red de relaciones y contactos que le permitieron su ascenso en el chavismo. El Aissami, de ascendencia siria-libanesa, fue sancionado el pasado 13 de febrero por la Oficina de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de EE.UU. que lo vincula con narcotráfico y lavado de activos. Las autoridades también le señalan de prestar asistencia a narcotraficantes mexicanos y colombianos para enviar toneladas de droga a territorio estadounidense.
Pero la llegada de El Aissami al poder en Venezuela se gestó en la década de los 90, con una organización política estudiantil llamada Utopía 78, fundada en la ULA en marzo de 1992, un mes después del fallido golpe de Estado que comandó por Hugo Chávez. Utopía 78ha sido desde entonces una de las organizaciones estudiantiles más influyentes en la izquierda venezolana y —también— una cantera de la que han salido al menos 11 funcionarios y altos cargos de los gobiernos de Chávez y Maduro. Entre esos, El Aissami.
El Aissami lideró Utopía 78 junto a compañeros y mentores que son hoy prominentes figuras del chavismo, y de allí pasó a dirigir —entre 2001 y 2003— la Federación de Centros Universitarios de la ULA, la más grande organización del gobierno estudiantil. De ese grupo estudiantil salieron también cuatro ministros en el gabinete del presidente Nicolás Maduro.
Entre los antiguos miembros de Utopía 78 hay funcionarios en cargos decisivos en la nomenklatura del oficialismo, como un viceministro, dos gobernadores, un magistrado del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el director del organismo estatal encargado de controlar la distribución del papel periódico para medios venezolanos. Incluso, una figura que no fue compañero de aulas de El Aissami, pero que sí coincidió con él en las aulas, como docente, ocupa hoy la cartera del Ministerio Cultura. Tres antiguos dirigentes estudiantiles en la ULA para esa época ayudaron a conectar a los integrantes de Utopía 78, hoy en cargos de gobierno. El Pitazo intentó obtener la lista completa de los miembros de la organización política estudiantil, pero representantes de la comisión electoral de la ULA negaron el acceso a la documentación.
En 2003, cuando aún no había terminado la universidad, El Aissami asumió la subdirección de la Misión Identidad, un programa social del gobierno chavista cuyo objetivo era acelerar la cedulación de indocumentados e incrementar el número de inscritos en el Registro Electoral, de cara al referendo de 2004 que fracasó en su meta de revocar el mandato a Hugo Chávez. Como líder de esa misión estaba Hugo Cabezas, su antiguo compañero fundador de Utopía 78.
Pero en la trayectoria política nacional de 14 años, El Aissami ha ampliado su rango de influencia al ala militar, con oficiales de alta jerarquía. Dos de ellos son ministros del gabinete de Maduro, otra es una directora nacional de presupuesto y el cuarto con un alto cargo ejecutivo en Pdvsa, la estatal petrolera y principal empresa del país, que genera 90% de los ingresos en divisas del país.
Tres de los cuatro oficiales, así como dos de sus excompañeros universitarios, lo acompañaron desde 2013 en el gobierno de Aragua, estado central de Venezuela con la principal base aérea del país y un extenso parque industrial. El Aissami ganó la gobernación de esa entidad en diciembre de 2012, pese a que Chávez lo postuló inicialmente para ser el mandatario regional de la entidad fronteriza de Táchira, donde su candidatura no caló en la preferencia de los electores, por eso el mismo expresidente, ya muy enfermo, decidió cambiarlo de jurisdicción.
Por su ala familiar, su hermana Haiffa El Aissami fue la polémica fiscal en el juicio contra cuatro comisarios de la extinta Policía Metropolitana de Caracas, cuerpo de seguridad eliminado por el fallecido Hugo Chávez. Los funcionarios fueron condenados a altas penas por presuntamente haber provocado la muerte de 19 personas durante la marcha opositora y el golpe de Estado de abril de 2002 contra Chávez. Haiffa El Aissami ocupa hoy el puesto de embajadora de Venezuela ante el Reino de los Países Bajos y encabeza la representación del país ante la Corte Penal Internacional en La Haya.
Las relaciones empresariales de El Aissami no eran tan claras hasta el lunes 13 de febrero de 2017, cuando el Departamento del Tesoro de EEUU señaló a Samark López Bello como el presunto testaferro del vicepresidente, responsable de lavar el dinero proveniente del narcotráfico, de acuerdo con la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés). Junto a López Bello se encuentran los directivos de las 13 empresas y bienes congelados por las autoridades de EE.UU., figuras que pendulan de una firma a la otra construyendo esta red ligada a El Aissami.
[Extraido de una amplia investigación periodística accesible en http://rupturaorg.blogspot.com/2017/12/informacion-y-mapa-de-las-relaciones-de.html, donde también hay más detalles sobre los integrantes de esta pandilla.]
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