Volin
(1882-1945)
[Nota
previa de El Libertario: La “Historia
Oficial” -tanto burguesa como marxista- conmemora por estos días el centenario
de la revolución rusa, dando especial notoriedad a los hechos que rodearon la
toma y consolidación en el poder político por parte de Lenin y su partido. Para
el anarquismo, los sucesos revolucionarios ocurridos entonces en el antiguo
imperio de los zares merecen recordarse pero desde un enfoque distinto:
honrando la memoria de un estallido social que hizo trizas al viejo orden
intentando recorrer caminos hacia la libertad e igualdad, pero que vería
truncados esos anhelos por la imposición de la dictadura bolchevique. Tal vez
el mejor exponente de esta visión libertaria sea Volin -seudónimo de Vsévolod
Eichenbaum- autor de las líneas que siguen, donde se recoge el prefacio de su
libro La Revolución Desconocida, obra fundamental cuya lectura
recomendamos para entender esos aspectos esenciales de la revolución rusa que
autoritarios y estatistas de todo pelaje se empeñan en ocultar o negar.]
* Esta
obra es un deber de conciencia
.
Toda
revolución es, en sus raíces, una gran desconocida, aunque sea estudiada de cerca
por autores de diversas tendencias y en diferentes épocas.
Pasan los
siglos y, de vez en cuando, otros hombres escudriñan los vestigios de antiguas
y grandes agitaciones para descubrir hechos y documentos que no vieron la luz.
Tales descubrimientos modifican nuestros conocimientos e ideas que suponíamos
definitivos. ¡Cuántas obras sobre la Revolución Francesa de 1789 existían ya
cuando Kropotkin y Jaurès descubrieron en sus escombros elementos hasta entonces
ignorados que esclarecieron aquella época! El mismo Jaurès convino en que los inmensos
archivos de la gran revolución apenas habían sido investigados.
En
general, todavía no se sabe estudiar una revolución, como tampoco se sabe
escribir la historia de un pueblo. Además, aún autores experimentados y
concienzudos cometen errores y negligencias que impiden la justa comprensión de
los acontecimientos. Se realiza un esfuerzo para investigar a fondo y exponer
detalladamente los hechos y los fenómenos sorprendentes que se han desarrollado
a plena luz, en la ruidosa manifestación revolucionaria, pero se desprecian o ignoran
los sucesos ocurridos en el silencio, en lo profundo de la revolución, fuera de
la batahola.
A veces
se alude a ellos ligeramente con testimonios vagos que son interpretados casi
siempre con error o interés. Y son precisamente estos hechos ocultos los
realmente importantes para descubrir el verdadero sentido de su historia y de
su época.
Además,
la economía, la sociología, la psicología, consideradas como ciencias-clave de la
revolución, son todavía incapaces, por rudimentarias, de comprender y explicar convenientemente
lo sucedido.
Y aún en
el aspecto puramente informativo, ¡cuántas lagunas! En el formidable torbellino
de la revolución, muchos acontecimientos, en ese vaivén incesante de
efervescencia, quizá quedan perdidos para siempre. Quienes viven una
revolución, los millones de individuos que, de uno u otro modo, son arrastrados
por el huracán, se preocupan muy poco de anotar, para las futuras generaciones,
lo que han visto, sabido, pensado y vivido. Subrayo que, con raras excepciones,
los pocos testigos que registran notas, y también los señores historiadores,
son de una parcialidad repugnante. Cada uno busca y encuentra a voluntad en una
revolución elementos que puedan apoyar una tesis personal, o ser útiles a un dogma,
a un partido, a una casta, ocultando y separando cuidadosamente todo lo que
puede ser contrario a tales propósitos parciales. Los mismos revolucionarios,
divididos por sus teorías, se esfuerzan por disimular o desfigurar lo que no
concuerda exactamente tal o cual doctrina. Y esto sin contar el número
desconcertante de obras sin importancia alguna y que son hasta irrisorias.
¿Quién
podría vanagloriarse de establecer la verdad inconfundible?... No es, pues, extraño
que, sobre una revolución, existan casi tantas versiones como libros y que, en
el fondo, la verdadera revolución siga siendo desconocida.
No
obstante, esta revolución oculta, que lleva en sí los gérmenes de futuras agitaciones,
hay que descubrirla. Cualquiera que piense revivirla activamente, o quiera sencillamente
seguir los acontecimientos con discernimiento, debe investigar lo desconocido.
Y el autor afirma que su propio deber le obliga a ayudar al investigador en su
búsqueda.
En este
libro, la revolución desconocida es la Revolución rusa, no la que fue muchas veces
descrita por políticos o escritores patentados, sino lo que fue, por ellos
mismos, descuidada o hábilmente velada y aún falsificada. Esta es la que se
ignora.
Basta
hojear algunos libros sobre la Revolución rusa para ver que, hasta ahora, todos
han sido escritos con interés doctrinal, político o personal. La verdad se
disfraza de acuerdo con el escritor, y los hechos cambian de aspecto según sea
un «blanco», un demócrata, un socialista, un estaliniano o un trotskista quién
los relate. Cada uno adereza a su gusto la realidad, y cuanto más se busca ésta
menos se la halla, porque los autores han silenciado siempre los hechos de mayor
importancia si éstos no concordaban con sus propias ideas, no les interesaban o
no les convenían.
Pues
bien: esta documentación inédita y tan excepcionalmente edificante constituye precisamente
la mayor parte de este volumen. Sin exagerar ni envanecerse, el autor afirma: quién
no llegue a conocer este libro seguirá ignorando muchísimos hechos de una
importancia fundamental.
Las
revoluciones precedentes nos han legado un problema importante, sobre todo las de
1789 y 1917: iniciadas extensamente contra la opresión, animadas por el
poderoso aliento de la libertad y proclamando a ésta como fin esencial, ¿por
qué degeneraron en una nueva dictadura de otras clases dominantes y
privilegiadas y en una nueva esclavitud del pueblo? ¿Cuáles serían las
condiciones que permitirían a una revolución evitar tan deleznable resultado?
¿Sería este fin, todavía por mucho tiempo, una especie de fatalidad histórica o
sería el efecto de factores accidentales o sencillamente de errores y faltas
que puedan corregirse en adelante? En este último caso, ¿qué medios podrían
eliminar el peligro que amenaza ya a las futuras revoluciones? ¿Podría
abrigarse alguna esperanza al respecto?
El autor
ratifica que son, precisamente, los elementos ignorados y disimulados a sabiendas
los que nos ofrecen la clave del problema y los medios precisos para
solucionarlo. Y este propósito es el que ha de guiar toda la exposición de
hechos incontestables que contiene este libro.
El autor
participó activamente en las revoluciones de 1905 y 1917 y jamás hubiera pensado
en escribir este libro si no le guiase el propósito de relatar los hechos
auténticos con perfecta objetividad.
Este
cuidado de un relato franco y de un análisis imparcial está favorecido por la
posición ideológica del que escribe. Desde 1908 no pertenece a ningún partido
político. Por sus convicciones simpatiza con la tendencia libertaria. Se puede
permitir la completa imparcialidad porque, siendo libertario, no tiene interés
alguno en traicionar a la verdad o disfrazarla; no aspira al poder, ni a un
puesto dirigente, ni a privilegios, ni siquiera al triunfo, a cualquier precio,
de una doctrina. No busca sino la verdad, porque sólo ella es fecunda. Su pasión,
su única ambición, es hacer comprender los sucesos por el conocimiento de los
hechos exactos, porque sólo así se pueden formular conclusiones justas y
útiles.
Como toda
revolución, la Revolución rusa posee un tesoro de hechos ignorados y aún insospechados.
Este estudio pretende colocarse al lado de la obra de autores que hayan
querido, podido y sabido explorar estas grandes riquezas con toda honestidad e
independencia.
Aclaraciones indispensables
1º La
Revolución rusa puede estudiarse desde la revuelta de los decembristas en 1825 hasta
nuestros días, o bien en las revoluciones de 1905 y 1917, ó únicamente en la
gran explosión de 1917. En nuestra exposición vamos a considerar todo el
proceso histórico desde 1825, ya que así se comprenderá la relación total de
los acontecimientos y la situación actual.
2º La historia completa exigiría más de un
volumen y sería una obra de gran aliento, reservada sobre todo a los
historiadores futuros. Nuestro estudio se propone: a) relatar sucintamente los
hechos revolucionarios desde su origen; b) aclarar los elementos esenciales
poco conocidos o ignorados en el extranjero; c) discernir las más salientes
apreciaciones y establecer lógicas deducciones. No obstante, el relato que
haremos será cada vez más amplio y detallado. Sobre los sucesos de 1905 y 1917
mostraremos aspectos hasta ahora desconocidos y abundante documentación
inédita.
3º. Habrá
de comprenderse la diferencia entre la evolución general de Rusia y la de
Europa occidental. Creemos que el estudio de la Revolución rusa debería ser
precedido del estudio histórico de todo el país y encuadrarlo en él. Pero esta
tarea sobrepasaría los límites del tema. De todos modos, facilitaremos algunas
nociones históricas en todos los casos necesarios.
[Nota
final de El Libertario: La
Revolución Desconocida ha sido traducida al castellano e impresa en distintas
oportunidades, así que se puede intentar localizar alguna de esas ediciones en papel o
también la versión en digital de la obra, accesible en las siguientes
direcciones de Internet:
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