Jeanfreddy Gutierrez
* A pesar de las medidas de protección, vecinos de 17 comunidades temen quedar bajo las aguas que ya rebasan el terraplén construido en 2005. 8.000 hectáreas productivas están inundadas.
Cuando Rita Mendoza se mudó en 1981 de Maripérez a La Esmeralda, en el sur de Maracay, su casa fue de las primeras que entregó la constructora. Como jubilada del Ministerio de Transporte y Comunicaciones logró arreglar su vivienda poco a poco hasta transformarla en una quinta, con un solar lleno de árboles frutales y plantas ornamentales, entrada, porche y mirador. “Me llamaban la millonaria”. La viuda de 85 años de edad no puede contener las lágrimas al ofrecerla por lo que le den.
* A pesar de las medidas de protección, vecinos de 17 comunidades temen quedar bajo las aguas que ya rebasan el terraplén construido en 2005. 8.000 hectáreas productivas están inundadas.
Cuando Rita Mendoza se mudó en 1981 de Maripérez a La Esmeralda, en el sur de Maracay, su casa fue de las primeras que entregó la constructora. Como jubilada del Ministerio de Transporte y Comunicaciones logró arreglar su vivienda poco a poco hasta transformarla en una quinta, con un solar lleno de árboles frutales y plantas ornamentales, entrada, porche y mirador. “Me llamaban la millonaria”. La viuda de 85 años de edad no puede contener las lágrimas al ofrecerla por lo que le den.
Las calles y casas están cubiertas de aguas negras. Las tuberías que desembocan en el lago de Valencia las devuelven a los inodoros, lavamanos y alcantarillas. Los patios traseros están sumergidos. “Hemos ido a la alcaldía, la gobernación, Protección Civil, y ni siquiera vienen a sacar esa pudrición que tiene mes y medio. Hasta los bomberos nos dijeron que tienen la bomba de achique dañada”.
Sobre el urbanismo, como las miles de familias que viven en La Punta, hay dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, de 2006 y 2012, que ordenan su desalojo después de una indemnización económica para adquirir una vivienda de condición similar. Durante el gobierno de Rafael Isea (2008-2012), 100 familias fueron reubicadas en urbanizaciones clase media de reciente construcción, fuera del municipio. Sin embargo, la mayoría sigue en la zona. Algunos porque se negaron a trasladarse a refugios; otros porque regresaron de estos y muchos, como la Rita Mendoza, porque nunca les han ofrecido nada.
En una reciente reunión vecinal, Ramón Viña, presidente del Instituto de Vivienda de Aragua, les dijo que “trataran de salir como fuese porque no hay dinero”, cuenta Saraith Moreno, que acudió como vocera. Su papá compró la casa número Y-30 en 1981 para establecer allí su hogar. Su casa materna estaba en Caña de Azúcar y la de su esposa en La Pastora. “Cuando nos mudamos esto era un sueño, una belleza”, recuerda. La constancia de “alto riesgo de vulnerabilidad”, firmada por el director de Protección Civil Aragua, Salvador Basile, no ha ayudado a Mariannelys Nieves a salir de la casa 302 de Mata Redonda, justo frente a la estación policial.
Se enamoró de esa casa, que está al final de la extensión de la avenida Fuerzas Aéreas de Maracay, cuando en un viaje de regreso de Choroní pararon en la zona. “Me vine hace 35 años. Esto era un lujo. Ahora echan tierra encima del terraplén, pero la sentencia no dice muro. Esa no es una solución, es una bomba de tiempo, ¿o están esperando que la naturaleza les haga el trabajo sucio?”, dice. Su casa está entre los poligonales detallados en el decreto y a 408,5 metros sobre el nivel del mar (6 por debajo del terraplén que ataja el caudal del río Madre Vieja (que empieza en Las Delicias, en el norte de Maracay) y el lago de Valencia. El miércoles pasado el fuerte oleaje empujaba el agua por encima del muro hasta la planta de rebombeo en La Punta, donde la gobernación realiza obras para elevar esta barrera física otros 2 metros para alcanzar la cota de 416 msnm. “Siempre nos dicen que no hagamos hallacas porque vamos a salir, que no nos disfracemos porque será en Carnaval, pero envejecimos esperando y ahora no hay luz ni aseo urbano, además de que el hampa se desbordó por las Invasiones”.
En el ojo de la indiferencia. Un total de 47 grietas han contado los Bomberos de Aragua, mientras el ingeniero Germán Benedetti, ex diputado al Consejo Legislativo de Carabobo, denuncia que hay cárcavas debajo de la estructura original de concreto que habrían socavado su soporte, lo que podría hacerla ceder por la presión y la antigüedad. Hace cinco años el muro ya había sido reforzado debido a las lluvias. A pesar de que ordenó estudios para el saneamiento, la Comisión Presidencial para la Solución Integral de la Contingencia causada por el Crecimiento de la Cota de Nivel del Lago de Tacarigua y su Contaminación, creada en noviembre de 2011 mediante el decreto 8582, no logró avances. Tampoco la creación, mediante el decreto 8844, del Área de Emergencia Habitacional y Zona de Peligro Potencial en los municipios Girardot y Libertador de Aragua y San Joaquín y Diego Ibarra de Carabobo.
El ingeniero ha documentado de manera consistente la situación. “Fue un error expropiar fincas del sur de Aragua que ejercían un control natural del nivel del lago”. Añade que como cultivo de alta demanda de agua podría absorber 1.200 litros de agua subterránea por metro cuadrado al año en las 10.000 hectáreas, lo que equivaldría a reducir 9.000 litros por segundo de aguas contaminadas, que no caerían al lago. Este aporte hídrico no tratado viola doblemente la Ley de Aguas, que exige la potabilización antes de que sea regresada a cuerpos acuáticos que no son usados para el consumo humano. Según datos de la Sociedad de Cañicultores de Aragua, de 2010 a 2012 la producción de caña de azúcar pasó de 540.000 a 510.000 toneladas métricas, mientras el lago de Valencia subió de la cota 409,8 a 412,48 msnm. Actualmente 8.000 hectáreas productivas están bajo el agua.
Benedetti señala que las inundaciones que ahogan varias zonas de Aragua se deben al desborde de los ríos Turmero y Aragua, así como otros 20 afluentes más pequeños que están represados porque no pueden desembocar debido a la subida del lago. Mientras, las bombas de extracción de la Planta TAR Los Guayos que enviaba 5.600 litros por segundo, por medio de un trasvase creado en 2007 por el Ministerio de Ambiente al embalse Pao-Cachinche, en la parroquia Miguel Peña de Valencia está inundada desde 2016. Y, además, llueve. Advierte que de ceder el muro se inundaría un kilómetro cuadrado de la ciudad.
En la calle El Jobo de Paraparal II, que también está en el decreto de emergencia, Yuraima Serga, de 51 años de edad, mira con tristeza cómo el agua cubre las calles de donde salió hace unos años. 2Pasé ocho meses en un refugio en BAEL, donde nos trataban como en un cuartel, comíamos parados porque en el galpón había acures, perros sarnosos, culebras. De allí nos dieron apartamentos, pero mis hermanas siguen aquí”. En el lugar, otro terraplén, esta vez solo de tierra, es elevado con 1.500 metros cúbicos de material por la Alcaldía del Municipio Linares Alcántara, que planea colocar un nuevo sistema de rebombeo. El agua alcanzó 2 escuelas que usan de refugios y está a 10 metros de la avenida Los Aviadores, que conecta Maracay con Palo Negro y Santa Cruz.
[Tomado de http://desarrollosustentable.com.ve/el-muro-que-nos-separa-del-lago-de-valencia-es-una-bomba-de-tiempo.]
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