Thomas
Giovanni (Autor)
Ricardo Araya (Traducción al español)
Tras el uso de tácticas callejeras
activistas en las protestas de la inauguración de Trump, la controvertida
cancelación de dos prominentes oradores de derecha en la Universidad de
California, Berkeley, y variadas acciones notorias contra la extrema derecha,
los anarquistas han recibido una mayor atención mediática y suscitado unextenso debate, particularmente alrededor de las luchas antifascistas. Pero
muchas personas siguen confundidas con respecto al anarquismo, asociándolo con
violencia indiscriminada, caos y desorden. Esta imagen distorsionada
contraviene más de un siglo de actividad anarquista dentro y fuera de Estados
Unidos. De modo que, si no es caos o desorden, ¿qué representa el anarquismo?
¿En qué creen los anarquistas?
Valores
centrales del anarquismo
Al nivel más elemental, los anarquistas
creen en el valor igualitario de todos los seres humanos. Los anarquistas
también creen que las relaciones de poder jerárquicas no sólo son injustas,
sino que corrompen a quienes ostentan poder y deshumanizan a quienes no lo
tienen. En cambio, los anarquistas creen en democracia directa, cooperación ysolidaridad. Los anarquistas se oponen al estado, el capitalismo, la supremacía
blanca, el patriarcado, el imperialismo y otras formas de opresión, no porque crean
en el desorden, sino más bien porque creen en una libertad igualitaria para
todos y se oponen a todas las formas de explotación, dominación y jerarquía.
De modo que, si los anarquistas no están
a favor del desorden y el caos, ¿qué apoyan? Los anarquistas reconocen que el
orden social actual promueve un desorden individualista y competitivo, y la
destrucción de la ecología, no la libertad para todos. Por ejemplo, bajo el
capitalismo, la élite adinerada posee la libertad de dominar y explotar al
resto de nosotros, mientras nos quita la libertad de controlar nuestro trabajo
y nuestras vidas, y nos despoja de la capacidad de participar equitativamente
de las ventajas económicas y tecnológicas de nuestro mundo creadas global e
históricamente. En contraste, los anarquistas apoyan los principios de la
solidaridad y la libertad igualitaria para todos, en todos los aspectos de la
sociedad.
La
democracia directa reemplaza al estado
El estado democrático es una
contradicción conceptual para los anarquistas. El estado no es realmenteparticipativo, sino es más bien un sistema de gobierno en que algunos gobiernan
y otros son gobernados. Está compuesto de instituciones y relaciones de poder
jerárquicas en las que algunos, elegidos o no (en lugar de la sociedad en su totalidad),
toman decisiones obligatorias y con carga valórica para el resto de nosotros, e
imponen dichas decisiones con la amenaza directa (o subyacente) de violencia.
Para gobernarnos a nosotros mismos sin el estado, los anarquistas proponen
asambleas de democracia directa con delegados revocables sujetos a mandato
popular (es decir, deben transmitir las visiones específicas y los votos de
todos los participantes de la asamblea) que son inmediatamente revocables (en
contraste con los “representantes” que, luego de elegidos, toman sus propias
decisiones) para entablar diálogos, negociaciones y compromisos con grandes
cantidades de personas. Por ejemplo, en lugar de elegir senadores y
representantes, los anarquistas proponen asambleas de barrio compuestas probablemente
por 200 a 400 personas para analizar, debatir y dialogar directamente acerca de
los distintos asuntos que surgen en nuestra sociedad. Los grupos de vecinos
pueden enviar a sus delegados con votos específicos sobre cada asunto para que
haga lo mismo en asambleas subregionales, asambleas regionales y una asamblea
global. Si cada uno de estos cuatro niveles de asambleas de democracia directa
fuera de alrededor de 300 personas, se puede tener un autogobierno de
democracia directa de 8.100 millones de personas. Por supuesto que este es sólo
un ejemplo teórico y podría tener distintas formas y cantidades numéricas en la
práctica; pero estas estructuras de democracia directa eliminarían la necesidad
de que otros tomen decisiones para la población global y, por el contrario,
implican la toma de decisiones participativa y de todas las personas del
planeta mediante la democracia directa.
¿Significaría esto que estaríamos en
contra de agencias administrativas encargadas de desarrollar investigaciones
científicas o coordinar la salud o la educación de la población? Por supuesto
que no. Sin embargo, el sistema de control de élite que domina y manipula
dichas agencias sería eliminado. En su lugar, estas agencias serían exigibles
de abajo hacia arriba mediante nuestras asambleas y concejos de delegados
encomendados, y se basarían en la cooperación voluntaria entre quienes estén
activos en sus respectivos campos, tal como funcionan muchas asociaciones y
agencias en la actualidad, a pesar de los intentos de control gubernamental de
arriba hacia abajo.
Un
orden económico global igualitario y liberador
¿Qué pasa con la economía? Todos los
anarquistas son anticapitalistas y creemos que la clase trabajadora general
debe terminar con el capitalismo y reemplazarlo por un sistema económico que
nos beneficie a todos. La mayoría de los anarquistas creen en el comunismo (no
las dictaduras de estado de lugares como la URSS, China o Cuba lideradas por
partidos “comunistas”). Tal como se utilizó el término originalmente en el siglo
19, para los anarquistas, el comunismo significa una sociedad sin estado ni
clases en la que la tierra, las máquinas, los edificios, los recursos y otras herramientas/infraestructuras/ubicaciones mediante las cuales desarrollamos
actividades económicas serían controladas desde abajo hacia arriba mediante
asambleas de democracia directa de trabajadores y delegados encomendados con
distintas funciones de coordinación, de forma similar en la que funcionarían
las asambleas comunitarias. Es probable que se produjera especialización, pero
los trabajos se dividirían más equitativamente para poder reducir el tiempo de
trabajo, mejorar las condiciones laborales y eliminar los trabajos indeseables
o compartirlos parcialmente entre muchos. El lugar de trabajo seríaadministrado por quienes realizan el trabajo con responsabilidad ante sus
comunidades locales y las federaciones de comunidades de manera subregional,
regional y global. El lema comunista “de cada cual según su capacidad, a cada
cual según su necesidad” significa que se esperaría que cada uno contribuya de
acuerdo con su capacidad, sea cual sea. Por lo tanto, las personas podrían
satisfacer todas sus necesidades (salud, educación, vivienda, transporte,
alimentación, vestimenta, etc.) y cumplir muchos de sus deseos
(entretenimiento, artículos de lujo) de manera igualitaria.
A diferencia de algunos modelos que
históricamente van de arriba hacia abajo, una economía participativa de abajo
hacia arriba estimularía una diversidad de producción de bienes y servicios
para las distintas necesidades y deseos de las personas. Sin embargo, todas las
personas contarían con la oportunidad de desarrollar sus habilidades y
destrezas de acuerdo con sus capacidades, talentos y deseos, de modo que
contribuyan a la sociedad de la manera más gratificante y productiva posible.
No obstante, no se esperaría que todos trabajen para la sociedad (jubilados,
niños en edad escolar, padres con permiso parental, personas con problemas de
salud incapacitantes, etc.). Se esperaría distintos tipos y niveles de trabajo
social de parte personas solteras en comparación con padres, o de personas con
capacidades diferentes en comparación con otros. Cumplir con niveles
diferenciados de contribución esperada no significaría niveles diferenciados de
compensación. Todas las necesidades y deseos se cumplirían de forma igualitaria
para no crear una desventaja para alguien debido a que tiene mayores
necesidades (como necesidades de salud o requisitos para sus hijos). En
definitiva, en lugar de una sociedad que se basa en el prestigio social
mediante la adquisición de bienes, el prestigio social se enfocaría en quienes
contribuyen a la sociedad de manera significativa de acuerdo con sus
capacidades individuales.
Además, la economía sería una global que
busque desarrollar y utilizar las capacidades, los talentos y las habilidades
de todos para el beneficio de todos. Esto implicaría un compromiso con la
solidaridad internacional y el compartir la tecnología, los recursos y el
conocimiento para revertir las inequidades de nuestro mundo creadas histórica,
económica, política y socialmente. Permitir que todos desarrollen su potencial
proporcionando los recursos, las oportunidades y las conexiones para hacerlo,
generará avances profundos en la medida en que liberemos las capacidades de
tantos que actualmente no tienen la posibilidad de contribuir a su máxima
capacidad. Esto significa que el movimiento que construimos debe ser global.
Sin embargo, un cambio social revolucionario probablemente sería irregular debido
a triunfos en algunas áreas y contratiempos en otras, mientras establecemos
conexiones alrededor del mundo para luchar paralelamente y socavar las fuerzas
reaccionarias, elitistas y opresivas bajo el liderazgo de quienes se ven más
directamente afectados por ellas.
La
eliminación de la opresión social
Más allá de la política y la economía,
aún existen profundas injusticias y relaciones de poder dominantes que afectan
nuestro mundo. Los sistemas y las culturas de supremacía blanca, prejuicios
religiosos, patriarcado, heterosexismo, xenofobia y muchas otras formas de
opresión aún dominan nuestro mundo. La destrucción de estas instituciones,
sistemas y elementos opresores de culturas es central para la visión
anarquista. Estos sistemas se deben destruir y reemplazar por relaciones
igualitarias que prioricen el respeto, la liberación, solidaridad, diversidad y
autonomía dentro de varias comunidades que permitan que las personas sean
libres y completamente humanas de la manera que escojan, mientras esto no implique
la dominación, opresión o explotación de otros.
¿Qué pasa con la policía, el
comportamiento antisocial y los crímenes? La inmensa mayoría de comportamientos
antisociales y crímenes se debe a injusticias estructurales bajo el capitalismo
y otros sistemas de opresión socioeconómica. Otro importante factor
contribuyente al comportamiento antisocial y a los crímenes se relaciona con
servicios de salud mental insuficientes. En una sociedad anarcocomunista, se
eliminaría la mayor parte del incentivo y las causas del crimen. No obstante,
aún continuarían existiendo remanentes de comportamiento antisocial, violento y
opresivo. El anarquismo no apoya la libertad de algunos para explotar, oprimir
o dañar a otros: no se trata de un sistema competitivo, abusivo tipo “todos
contra todos” como el capitalismo. Por el contrario, el anarquismo se basa
fundamentalmente en la eliminación de las relaciones de poder dominantes y
opresivas. Esto no implicaría una institución especializada como la policía,
que consolida demasiado poder represor en las manos de muy pocos, lo que
produce corrupción, abuso y el albergue de sitios dominantes de poder
jerárquico. En su lugar, se llevarían a cabo patrullas comunitarias y redes derespuesta rápida de manera organizada, general y rotativa (asistidas por un
agudizado sentido de solidaridad, familiaridad y compromiso social entre
vecinos bajo el anarcocomunismo) para defenderse contra acciones reaccionarias,
antisociales u opresivas por parte de personas y grupos. Los procesos de justiciatransformativa, desarrollados considerablemente dentro de variadas culturas
indígenas de América del Norte, podrían servir para responsabilizar a los
transgresores e intentar evitar dichas acciones en el futuro.
La
posibilidad de anarquismo
¿Es esto siquiera posible? Los
movimientos explícitamente anarquistas más antiguos que han logrado implementar
dicha visión ocurrieron en Manchuria de 1929 a 1931, Ucrania de 1917 a 1921 y
España de 1936 a 1939. Los anarquistas también desarrollaron y mantuvieron una
importante influencia o fueron fuerzas significativas en algunos de los
primeros movimientos obreros en prácticamente todos los continentes a fines del
siglo 19 y principios del siglo 20. Más recientemente, también han surgido
algunas sociedades izquierdistas libertarias* y revolucionarias (que, aunque no
son sociedades anarcocomunistas, están en la misma tendencia y alineadas con
muchos de los mismos valores y principios izquierdistas libertarios generales
que el anarquismo) en lugares como Chiapas, México durante la década de 1990
hasta la actualidad, lideradas por los Zapatistas, y en Rojava, Kurdistán (al
norte de Siria e Iraq) desde 2012 hasta la actualidad (mientras que combaten
exitosa y heroicamente contra las fuerzas de ISIS en el proceso).
¿Cómo podemos llegar a esto? Los
anarquistas creen en la acción directa, el poder popular y la políticaprefigurativa. Las estrategias de acción directa significan que los anarquistas
no intentan salir electos en cargos públicos (o apoderarse del estado de ninguna
otra forma), priorizar desafíos legales en las cortes para cambiar leyes ni
obtener cargos administrativos dentro de empresas para cambiar cómo se
administran las cosas. En lugar de esto, mediante acciones colectivas de
democracia directa que van de abajo hacia arriba en nuestros lugares detrabajo, escuelas y dentro de nuestras comunidades, buscamos obligar a quienes
estén en cargos de poder a realizar mejoras en nuestras condiciones (o cambiar
directamente las condiciones sin la aprobación de las autoridades), mientras
desarrollamos el poder popular de abajo hacia arriba entre la clase trabajadora
en general para obtener mayores ganancias y finalmente una transformación
fundamental. Por ejemplo, una acción directa colectiva puede implicar huelgas,
boicots, bloqueos, desobediencia civil o hacer cambios directamente sin la
aprobación de arriba hacia abajo. Además, los esfuerzos educativos y
organizacionales más amplios ayudan a desarrollar dichas acciones de manera que
se amplíe la lucha y la consciencia. El poder popular que construimos es
autónomo del estado, los partidos políticos u otras fuerzas elitistas o
jerárquicas, y en cambio representan el poder de democracia directa colectivo e
igualitario de la clase trabajadora en general en nuestras comunidades, lugares
de trabajo y escuelas.
La política prefigurativa significa que
buscamos organizarnos de manera consciente con la sociedad en que queremos
vivir mientras desarrollamos el poder popular. Nos organizamos de forma
colectiva e igualitaria a través de la democracia directa para enfrentar el
capitalismo, el estado y todos los sistemas de opresión tanto fuera como dentro
de los movimientos y comenzamos a plantar las semillas y a construir los
cimientos de una sociedad nueva a través de un poder popular cada vez mayor que
desarrollamos en los movimientos y las organizaciones a los que pertenecemos
actualmente. Las diversas fuerzas elitistas, reaccionarias u opresoras no
permitirán pasivamente que esto ocurra. Todo esto será una lucha que finalmente
llevará a la revolución: la abolición del estado, la expropiación de todos los
medios de producción a manos de unos pocos para transferirlos al control y
beneficio de todos, y la transformación fundamental de los sistemas,
instituciones y culturas dominantes, opresoras y explotadoras de nuestro mundo
para dar paso a los sistemas liberadores, libres e igualitarios del mañana.
Pero para crear tal sociedad, los
anarquistas creen que debemos comenzar a operar ahora en forma congruente con
la misma. Debemos confrontar y socavar todos los sistemas de opresión,
dominación y explotación en nuestras comunidades, escuelas y lugares de
trabajo, y construir modelos y relaciones alternativas en el proceso. Las
semillas del nuevo mundo que estamos creando mediante el poder popular que
desarrollamos en la lucha contra la opresión del viejo mundo, deben crecer con
el tiempo durante la lucha con los sistemas actuales hasta que tengamos la
oportunidad de reemplazarlos. Esta revolución debe llevarse a cabo si realmente
creemos que todos los seres humanos tienen el mismo valor, que todos debemos
tener la misma libertad y que dicho mundo sería un lugar deseable para vivir.
Las élites no nos otorgarán esto, por lo que debemos luchar para lograrlo
contra sus acciones y en el proceso de desarrollar las nuestras. De modo que
únete a nosotros (y a tus vecinos, compañeros de trabajo, compañeros de
estudios y a todos los que pertenezcan a la clase trabajadora en general) para
combatir contra la dominación, la explotación y la opresión en la lucha hacia
el desarrollo de un mundo mejor.
* “Libertario”
ha sido utilizado históricamente como sinónimo de anarquismo a nivel mundial.
La derecha de Estados Unidos intentó apropiarse de este término en la década de
1970 con la formación del “Partido libertario” que es procapitalista, competitivo
y extremadamente individualista. Este no tiene nada que ver con el anarquismo
ni la izquierda libertaria que es socialista, cooperativa y que cree que la
verdadera individualidad se cultiva en el contexto de relaciones colectivas
saludables.
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