Víctor Poleo
Lo llamaremos Alicito, gracioso diminutivo para tan magno criminal. El crímen de Alicito es servir a La Habana, epicentro del diseño y ejecución de la actual tragedia venezolana. Por segunda vez es hoy alicito el “embajador venezolano” en su metropólis. Así coronó su larga carrera de sirviente y traidor a Venezuela. Y es que Alicito ha cultivado durante medio siglo su perruna sumisión a La Habana y ya desde la entrada de los tanques soviéticos en Praga, 20 de Agosto 1968. Si los partidos comunistas del planeta se deslindaron entonces de Moscú, sólo el partido comunista cubano se mantuvo fiel al stalinismo y así Alicito-el-timador anidó tácticamente en La Habana.
Lo llamaremos Alicito, gracioso diminutivo para tan magno criminal. El crímen de Alicito es servir a La Habana, epicentro del diseño y ejecución de la actual tragedia venezolana. Por segunda vez es hoy alicito el “embajador venezolano” en su metropólis. Así coronó su larga carrera de sirviente y traidor a Venezuela. Y es que Alicito ha cultivado durante medio siglo su perruna sumisión a La Habana y ya desde la entrada de los tanques soviéticos en Praga, 20 de Agosto 1968. Si los partidos comunistas del planeta se deslindaron entonces de Moscú, sólo el partido comunista cubano se mantuvo fiel al stalinismo y así Alicito-el-timador anidó tácticamente en La Habana.
Fausto y nefasto. La brutalidad totalitaria de Moscú dio lugar en Venezuela a la escisión del PCV en dos grandes movimientos: el MAS de Petkoff, Pompeyo, Víctor Hugo, Freddy et al; y La Causa Radical (LCR) de Alfredo Maneiro, rara avis de la política venezolana, organización abierta y de múltiples vertientes en las universidades, en la intelectualidad (Casa del Agua Mansa), Catia y Matanceros de Guayana. Luego de medrar en el PRV de Douglas Bravo (1966-68), Alicito-el-trepador ya habría de cabalgar con su tropilla de cabos y cabitos en LCR y, predeciblemente, la intoxicaría hasta su división de 1992. Alfredo Maneiro, quien nunca lo quiso en LCR, lo etiquetaría como el “capitán notariado”, inequívoca tipificación del dedicado comisario político de La Habana. Ladino y simulador, alicito haría fortuna política en el Socialismo del Siglo XXI.
Su biografía oficial es un arreglo conversado con narradora cubana (2012): por si acaso se le olvida. Un montón de páginas exaltan al guerrillero heróico que cuenta haber sido. Otro montón de páginas narran las actuaciones del portentoso multi-funcionario público del Socialismo del Siglo XXI, ese que deshizo la Sociedad, la Economía y el sector Energía venezolanos: para que no se le olvide.
De “capitalismo rentístico” presume Alicito “saber mucho”, ha sido su atávica franquicia para engañar y escalar, es esencia de su sabiduría socialista, es su pensamiento propio que dice tener. Su discursillo político de cinco décadas se contrae a describir –que identificar le es ajeno-, el problema de la propiedad de la renta (que el imperio siempre nos quita) y su mejor asignación populista. De Alicito y Momo-rey es el simplista dictum: el petróleo es del pueblo, el pueblo soy yo, luego el petròleo es mio, ese silogismo que el Gran Timonel hizo suyo.
Su discursillo político se contrae a luchar contra la privatización de PDVSA. Su discursillo político se contrae a estigmatizar a la British Petroleum y a la Shell por ser corporaciones imperiales. Su discursillo político, en fin, preconiza cambiar de amos, porque chinos y rusos son anti-imperialistas, porque todo ello es su guiòn habanero. El guiòn habanero es de un sòlo fin: ser tàbano de Venezuela, ser ese moscòn que parasita las venas abiertas de Latino Amèrica.
Irracional como es, el tàbano destruye para dominar y la cosecha de Alicito es pròdiga en destrucción.
Si ya hoy están arruinadas las industrias petrolera y del gas: alicito estuvo allí. Venezuela importando crudos y gasolinas: alicito estuvo allí. No hay electricidad: alicito estuvo allí. Las empresas mixtas, co-propietarias de los yacimientos petroleros y de su renta, a manos de chinos y rusos: alicito estuvo allí, con el Momo-rey (aka B. Mommer) de advisor. Sicariato de orimulsión: momo-rey y Alicito allí estuvieron. Venezuela consensuadamente estafada por “gobiernos amigos”: Alicito estuvo allí con los Kirchners y el Lula (Lava Jato + ODEBRECHT), adalides del Foro de Sao Paulo. La renta petrolera saqueada por el dojito Ramírez: alicito estuvo allí. Una economía de múltiples paridades monetarias: alicito estuvo allí. Un gobierno mendicante por mayor precio del barril e hipotecando el Salto Angel: Alicito estuvo allí. Un estado fallido, de chapucera diplomacia y querellado con sus pares del hemisferio: Alicito estuvo allí. Perdidos los territorios del Esequibo: Cuba y Alicito estuvieron allí.
En el entero universo de males que hoy dañan a la Nación es Alicito actor pincipalísimo. ¿Cómo explicar entonces causalidades concurrentes en una misma persona?, una persona tenida como racional, seria, estudiosa, … y que de “petróleo sabe mucho”. La conjetura de ayer es certeza hoy: Alicito fuè el zapador de La Habana desde cuando en Agosto del 68 el universo de la razòn rechazara el asalto de los tanques sovièticos a Praga.
Y asì Alicito devino en el recogidito de la revolución cubana, el timador a la espera de emboscadas. Y la aberrante emboscada le llegó a una Venezuela ingenua y predable, con un contador de cuentos al frente y una tan inesperada como inusual renta petrolera. Y entonces fuè la exaltación de Alicito: de un no-nadie a un alguien del crimen.
[Tomado de http://www.ruptura.info/general/crimenes-y-criminales-del-socialismo-del-siglo-xxi-victor-j-poleo-uzcategui.]
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