Carlos Solero
Los
incomparables relatos y novelas de Philip Dick nos describían sociedades cada
vez más desiguales y con mayor control social de las corporaciones estatales y
privadas. Un universo social plagado de maquinarias y tarjetas magnéticas para
abrir y cerrar puertas siempre y cuando se hubieran abonado los tributos o
tarifas.
Recordamos
el libro Ubik en el que uno de los personajes queda encerrado en su hogar por
no estar al dia con el fisco. Lo rescata un amigo con su plástico habilitado
por el poder recaudador. A su vez en la misma novela se narra la visita de un
hombre a una agencia de hibernación a dialogar con esposa en estado de
semivida.
Las alucinaciones literarias de P. Dick
parecen en el presente crónicas de lo que vivenciamos cotidianamente. Sociedades
en la que crecen la masa de personas excluidas socialmente y la violencia
institucional e interpersonal. La codicia y acumulación. Los privilegios de
quienes detentan el poder y la difícil supervivencia del resto.
El
creciente armamentismo. Las acechanzas del cambio climático producido por la
lógica capitalista predadora de la vida. Ayer parecían ficciones hoy son
realidades no virtuales.
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