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PSL
El desastre al que nos ha conducido el modelo económico del gobierno es insoportable, porque se ha paralizado el aparato productivo, el campo ha sido abandonado y se destruyeron los salarios de millones de trabajadores y trabajadoras, y peor que en el pasado el país depende de la renta petrolera. Pero eso no es todo. La política económica del gobierno ha dilapidado la más grande bonanza petrolera de nuestra historia, malbaratando y permitiendo el robo de más 500 mil millones de dólares que se han llevado los funcionarios corruptos, los nuevos ricos boliburgueses, las cúpulas del Psuv y de las FF.AA., las multinacionales y supuestos gobiernos “amigos” como la dictadura china o el gobierno mafioso ruso, entre otros.
El triste final de esta política económica no ha sido otro que el más brutal saqueo de la nación, se han hipotecado los recursos naturales y creció como espuma la deuda externa al punto que el presidente Maduro y su gabinete económico han preferido pagar cumplidamente onerosos intereses a organismos financieros internacionales o a los tenedores de bonos de la República y de Pdvsa a costa del hambre de millones de compatriotas. Ese modelo infectado de corrupción y de entrega ha llevado a la ruina a la salud, la educación, los servicios públicos y el abandono de las obras de infraestructura existentes en el país. Lo poco que hace este gobierno tiene un marcado interés clientelar para seguir atornillados en el poder, pero sin responder ni resolver a los problemas de fondo que aquejan a la mayoría de la población.
Y cuando la población se ha decido a luchar contra el gobierno en los procesos electorales o en las calles, Maduro, su gabinete y las cúpulas del Psuv y de las FF.AA. no ha dudado en desconocer la voluntad popular, criminalizar la protesta o recurriendo directamente a la violencia criminal y asesina para pasar por encima de los más elementales derechos democráticos de la población. Las instituciones del Estado como el CNE, el TSJ, el Poder Moral, han sido manejadas a libre arbitrio del interés del presidente Maduro y las cúpulas del Psuv y las Fuerzas Armadas.
Hace 10 años el presidente Chávez desconoció los resultados del Referendo Constitucional mediante la artimaña de las Leyes Habilitantes que le otorgaron poderes absolutos para imponer los aspectos centrales contenidos en su proyecto de Reforma Constitucional. Del mismo modo, Maduro se ha apoyado en el TSJ y en la violencia para desconocer la decisión soberana de la mayoría de la población que le derrotó en diciembre de 2015. Ese ha sido el más grande golpe que se la ha propinado a la voluntad popular, tan importante y retardatario como el que se fraguó hace 15 años. Esa política antidemocrática, autoritaria y criminal es la que explica que hoy existan miles de venezolanos y venezolanas viviendo el calvario como presos políticos por opinar distinto y oponerse al gobierno, que se generalice la proscripción política a dirigentes y partidos políticos que desafían al gobierno mientras se cuentan por decenas los muertos y por miles los heridos que participan en movilizaciones y acciones de protesta contra este gobierno antiobrero y antipopular.
Pueblo trabajador salgamos a la calle levantando nuestras propias consignas
El Partido Socialismo y Libertad, es una organización que ha confrontado política y sindicalmente no solo al gobierno de Maduro sino también al del fallecido presidente Chávez, a quienes denunciamos y confrontamos en forma permanente como estafadores del pueblo a nombre de un supuesto socialismo que nunca existió en Venezuela. A esos gobiernos los hemos señalado como inconsecuentes y los seguimos acusando como corruptos y traidores por la entrega de los recursos naturales de la nación mediante la fórmula de las empresas mixtas y el endeudamiento externo.
Esa lucha consecuente le ha costado al PSL el sacrificio humano de 9 militantes en Aragua a manos de esbirros del gobierno; al despido de decenas de activistas de empresas del Estado, así como a la proscripción política y sindical para luchar en el terreno político o en las organizaciones sindicales en defensa de los contratos colectivos y el salario de los trabajadores. El gobierno del presidente Chávez junto a su burocracia sindical roja-rojita prefirió destruir a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) antes que permitir que nuestra corriente sindical C-cura fuera la mayoría reconocida por los trabajadores. Ellos bien sabían que nosotros llamábamos a la movilización, defendíamos la independencia política y reivindicábamos la autonomía sindical frente al el Estado, del gobierno y los empresarios públicos y privados.
No por casualidad el gobierno ha tratado de impedir que nuestras voces y opiniones se conozcan entre los trabajadores, bloqueando nuestros medios de comunicación como el portal laclase.info, la difusión de nuestro periódico Voz de los Trabajadores o negándonos la participación en actividades sindicales, ya que invariablemente los funcionarios del Ministerio del Trabajo prefirieron aliarse a los empresarios privados para derrotar a los trabajadores.
Necesitamos que millones salgan a las calles para que se materialice lo antes posibles el clamor general de la población que quiere que este gobierno se vaya, como única solución posible e inmediata a esta crisis dramática. Solo la presencia de cientos de miles en las calles impediremos que el gobierno siga llenado las cárceles con activistas y luchadores y que se sigan corriendo impunemente la sangre de compatriotas para las calles del país. El futuro depende exclusivamente del pueblo venezolano, sin injerencias extranjeras como gobiernos foráneos, la OEA o la ONU, pero sí con la solidaridad de los pueblos y trabajadores de otras naciones que desde sus países nos brinden el aliento en esta difícil batalla.
Somos conscientes que la movilización del 19 de abril tiene como referentes políticos a los partidos y diputados de la oposición agrupados en la MUD. A ellos no nos ata ningún compromiso político, porque sabemos quiénes son, sabemos que ellos ya gobernaron este país devastándolo y aún siguen siendo gobierno en muchas regiones con pésima gestión. De ellos no esperamos nada, más que traiciones y frustraciones al pueblo. Su comportamiento al frente de las demandas democráticas es prueba palmaria que sólo busca el recambio de gobierno para reinstalarse ellos en el poder.
Desde el año pasado la juventud y la vanguardia luchadora por los derechos democráticos viene pasando por encima los dirigentes de la MUD, razón más que suficiente para decir que todos los luchadores por los derechos de los trabajadores debemos ayudar a que las bases superen en la acción a dirigentes, diputados y partidos políticos de oposición que de una u otra forma con corresponsables con el actual estado de cosas que suceden en Venezuela.
Potenciemos esta tendencia de sobrepasar a los dirigentes inconsecuentes que en cualquier recodo de la lucha están dispuestos a pactar por migajas las aspiraciones de la población. Esta dinámica podrá tener un final feliz si los trabajadores y el pueblo que sufrimos los embates económicos del gobierno y empresarios desde el Consejo Nacional de la Economía Productiva aportamos nuestro esfuerzo para que confluyan en una sola movilización los reclamos democráticos y los económicos, aportando una propuesta de resolución a la crisis distinta a las del PSUV y MUD. En esta batalla, tienen mucho que decir aquellos trabajadores y sectores populares que creían en el gobierno de Chávez-Maduro pero que hoy están decepcionados y se sienten estafados. Todos ellos deben romper definitivamente con este gobierno antipopular, y sumarse a este torrente de luchas democráticas, económicas y sociales, porque es la única garantía de triunfo frente a este gobierno de burócratas, corruptos, represores y entreguistas.
Es necesario realizar plenarios sindicales en los estados, donde discutamos un Plan Obrero y Popular alternativo, que parta de exigir comida y medicinas para todos, sin chantajes ni limitaciones, aumento de salario mínimo igual a a canasta básica, ajustado cada tres meses de acuerdo a la inflación; no pago de la deuda externa, repatriación de capitales fugados, que el petróleo sea 100% estatal sin empresas mixtas ni transnacionales, entre otras medidas de emergencia.
Tal Hoja de Ruta debe ser elaborada desde abajo, en las asambleas de los trabajadores, de los estudiantes y profesores de centros educativos, en las comunidades populares y campesinas, desde las empresas del estado.
Exijamos la salida del gobierno de Maduro y la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que supere la actual Constitución que sólo preserva los intereses de los poderosos. Una Asamblea Nacional Constituyente que revoque todos los poderes, y refunde el país al servicio del pueblo trabajador.
Y en consonancia con el Plan Económico de Emergencia, en dicha Asamblea Nacional Constituyente luchar por una salida de fondo a la crisis nacional. Defendamos la necesidad de un verdadero gobierno del pueblo trabajador a través de sus organizaciones legítimas, sin burócratas, ni corruptos, y con plenas garantías democráticas de la población para que sea ella la que en todo momento y sin restricciones pueda decidir sobre los destinos de la nación.
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