David Lugo C. (diario La Verdad, Maracaibo)
Cuando un gobierno es ineficiente y directamente perjudicial para la sociedad en general, dañando por igual a quienes lo apoyan y a quienes no, además de propiciar situaciones de terror, violencia, desconfianza e inseguridad para arremeter contra todo aquel que piensa distinto a sus ideales, es un gobierno terrorista.
Ante el Gobierno venezolano, un gobierno netamente terrorista, las ideas libertarias son necesarias, las ideas anarquistas representan la libertad del pueblo y la caída del régimen. A pesar de no saberlo, este tipo de gobiernos crea dentro del colectivo social, un grupo anárquico, revolucionario y rebelde que va en contra de cualquier injusticia a la cual someten a sus ciudadanos, por el mero hecho de cuidar privilegios de “señores” gobernantes, que por una parte que no les pertenecen y por otra, privilegios que ha dejado de percibir el pueblo y que, necesariamente debe reclamarlos.
Cuando un gobierno es ineficiente y directamente perjudicial para la sociedad en general, dañando por igual a quienes lo apoyan y a quienes no, además de propiciar situaciones de terror, violencia, desconfianza e inseguridad para arremeter contra todo aquel que piensa distinto a sus ideales, es un gobierno terrorista.
Ante el Gobierno venezolano, un gobierno netamente terrorista, las ideas libertarias son necesarias, las ideas anarquistas representan la libertad del pueblo y la caída del régimen. A pesar de no saberlo, este tipo de gobiernos crea dentro del colectivo social, un grupo anárquico, revolucionario y rebelde que va en contra de cualquier injusticia a la cual someten a sus ciudadanos, por el mero hecho de cuidar privilegios de “señores” gobernantes, que por una parte que no les pertenecen y por otra, privilegios que ha dejado de percibir el pueblo y que, necesariamente debe reclamarlos.
Ahora bien, tratando de llevar a cabo una línea ideológica sensata y moderna, debo acuñar la terminología “anarquía cívica” estableciendo que, ante cualquier forma de gobierno irrita, nefasta, populista, acéfala, caótica, temeraria y dañina, debe existir un grupo de desobedientes cívicos, un grupo de luchadores no violentos que mediante criterio y cerebro pueden derrocar cualquier régimen paupérrimo, inútil y sobre todo peligroso.
Pero, sucede que estos gobiernos terroristas utilizan la fuerza pública en contra de cualquier particular que pretenda desestabilizarlos o quitarles el disfraz de democracia con el cual han sido capaces de llegar al poder, ante esto, es necesario mantener un orden organizacional capaz de desequilibrar al gobierno terrorista, cuyo control y acción debe ser ejecutado ante dos líneas: la primera, capaz de atraer a la opinión pública internacional y de esta manera denunciar las violaciones de derechos humanos y constitucionales a las que está siendo sometida la población y así perder credibilidad ante cualquier otro Estado y ente internacional, y la segunda, tratar de hacer entender a aquellas personas que aun creen en ideas falaces planteadas por el gobernante, para poder seguir haciendo de las arcas del Estado su alcancía, que la lucha a la cual someten los anárquicos cívicos al Gobierno, es una lucha también por ellos; es una lucha por Venezuela.
La anarquía cívica es entonces, la manera crucial de lucha no violenta más tenaz, infalible y capaz que puede tener un pueblo para cuidar sus intereses económicos y sociales. La anarquía cívica en la Venezuela de hoy, en el mundo de hoy, es una necesidad.
[Tomado de http://www.laverdad.com/opinion/119002-ante-el-terrorismo-gubernamental-lo-necesario-es-anarquia-civica.html.]
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