Correo del Caroní
“Las órdenes de censura desde el poder han llegado a normalizarse dentro de los medios de comunicación y han debilitado el oficio del periodismo y su rol de contrapeso dentro de la sociedad”, advierte desde el principio el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) en el lanzamiento de su informe sobre la censura durante 2016 [Ver informe completo en http://ipysvenezuela.org/2017/02/23/intimidar-al-mensajero-persecucion-acoso-fuentes-informacion-venezuela].
“Las órdenes de censura desde el poder han llegado a normalizarse dentro de los medios de comunicación y han debilitado el oficio del periodismo y su rol de contrapeso dentro de la sociedad”, advierte desde el principio el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) en el lanzamiento de su informe sobre la censura durante 2016 [Ver informe completo en http://ipysvenezuela.org/2017/02/23/intimidar-al-mensajero-persecucion-acoso-fuentes-informacion-venezuela].
Entre las primeras razones de la censura en el país, el IPYS distingue: el temor y los vínculos opacos entre empresarios dueños de medios que terminan siendo cómplices al sobreponer su interés particular sobre del compromiso ciudadano y el servicio público. Otra conclusión a la que llega la ONG es la tendencia sostenida de la sumisión de algunos medios de comunicación ante las presiones gubernamentales para que los periodistas rectifiquen informaciones debidamente verificadas. De los 252 periodistas encuestados, 120 (48 por ciento) dio cuenta de esta situación como una de las manifestaciones de la censura interna, con la intención de evadir la cobertura de denuncias que involucren al poder estatal. Este fue el mismo promedio de la percepción de los periodistas consultados en 2015, mientras que en 2014 fue de 44 por ciento.
En 2016 también los grupos privados incidieron negativamente con la intención de que los medios de comunicación modificaran una edición informativa para que no afectaran sus intereses políticos y económicos, según expresó 11 por ciento de los periodistas encuestados. Estas coerciones -según lo que evidenciaron los participantes- comprendieron diversas prohibiciones, como las de cubrir un tema en particular (33 por ciento); nombrar a una fuente de información específica (34 por ciento); y de cubrir asuntos noticiosos (28 por ciento).
De eso no se habla
En 2016 la censura interna -como imposición de las empresas de los medios de comunicación- y la autocensura -la disposición del propio periodista de guardar silencio- bordearon la misma línea. Labraron la misma capa superflua para informar generalidades sin causar molestias, para evitar conflictos y esconderles información trascendental a los ciudadanos. En este fenómeno no hay ojos, oídos ni voluntad para contar profundidades ni relatar los verdaderos problemas de la sociedad.
Para el periodismo venezolano hubo temas prohibidos, intocables, indiscutibles. No fueron temas menores, pues la percepción de los periodistas indicó que hubo tres aristas vetadas, que además fueron focos que ocuparon la agenda pública para ese momento: conflictos con las autoridades de gobierno (27 por ciento), la escasez de alimentos (23 por ciento) y las demandas por informar que afectan al periodistas y empresas mediáticas, según la percepción de 22 por ciento.
La censura interna surtió efecto, también, ante el interés de proteger a una fuente (21 por ciento); los intereses o puntos de vista de los anunciantes (21 por ciento); los conflictos con grupos de manifestantes violentos (17 por ciento); los actos violentos relacionados con la seguridad ciudadana (16 por ciento); los temas sobre la seguridad nacional (14 por ciento); el control cambiario (11 por ciento); el tráfico y consumo de drogas (8 por ciento); e informaciones relacionadas con la infancia (8 por ciento). Aunque estas cifras de los temas que se silenciaron por la censura interna fueron menores que en el año 2015, a IPYS Venezuela le preocupa que el grosor de este fenómeno se haya trasladado hacia la autocensura, ese terreno en el que las presiones directas e indirectas se instalan y en el que el periodista guarda silencio por voluntad propia.
Autocensura
Así los consultados refirieron que prefirieron evadir su responsabilidad informativa ante la cobertura de asuntos que los expusieran a ellos y a los medios de comunicación a ser demandados (35 por ciento); cuando sentían la necesidad de proteger a una fuente en particular (30 por ciento), y ante los conflictos que involucraban al gobierno (26 por ciento).
Los periodistas también prefirieron el campo de la autocensura antes que hacer la cobertura de actos violentos y de seguridad ciudadana (22 por ciento); la escasez de alimentos e insumos de primera necesidad (20 por ciento); los conflictos con grupos de manifestantes violentos (19 por ciento); el tráfico y consumo de drogas (18 por ciento); asuntos de seguridad nacional (13 por ciento): el control cambiario (7 por ciento); los intereses de anunciantes (7 por ciento); y relacionados con la infancia (7 por ciento).
[Tomado de http://www.correodelcaroni.com/index.php/mas/comunicacion/item/54887-ipys-advierte-de-la-normalizacion-de-la-censura-en-medios-de-comunicacion-venezolanos.]
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