Alirio Martínez
* Hoy escribí este texto, que refleja mi indignación ante la muerte de Berta Cáceres ocurrida hace un año en Honduras, asesinada por sicarios, aunque el gobierno de ese país en estos días asomó la tesis de muerte pasional. Son unos hijos de puta. La escuché hablar en un evento en Bolivia donde participé sobre la protección de la amazonia.
Las formas y mecanismos utilizados por los grupos de sicarios y paramilitares que asesinan a dirigentes sociales en Colombia y Honduras son diferentes. Lo que los une y donde se borran las diferencias, son en las victimas seleccionadas, en la oscura presencia de intereses de poder detrás de esos asesinatos y en la conducta ambigua, lenta y sospechosa de las instituciones del Estado como lo son los tribunales, jueces, aparatos policiales y miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad. Algo huele mal en Dinamarca.
* Hoy escribí este texto, que refleja mi indignación ante la muerte de Berta Cáceres ocurrida hace un año en Honduras, asesinada por sicarios, aunque el gobierno de ese país en estos días asomó la tesis de muerte pasional. Son unos hijos de puta. La escuché hablar en un evento en Bolivia donde participé sobre la protección de la amazonia.
Las formas y mecanismos utilizados por los grupos de sicarios y paramilitares que asesinan a dirigentes sociales en Colombia y Honduras son diferentes. Lo que los une y donde se borran las diferencias, son en las victimas seleccionadas, en la oscura presencia de intereses de poder detrás de esos asesinatos y en la conducta ambigua, lenta y sospechosa de las instituciones del Estado como lo son los tribunales, jueces, aparatos policiales y miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad. Algo huele mal en Dinamarca.
Tal ha sido una estrategia en términos generales para eliminar a luchadores sociales que se convierten en obstáculos a modelos de desarrollos capitalistas depredadores del ambiente, de las culturas locales y explotadores, tanto nacionales como internacionales, Dicha estrategia está incrementado su poder en toda la región. Es un poder que combina diversas formas de actuación, de narrativas y de organizaciones.
Uno de sus modos de operar es la violencia abierta. Se ejerce por vía de grupos criminales que actúan en la sombra y hacen el trabajo sucio de la venganza política, liquidando físicamente y llenando de miedo y de amenazas a quienes están en la defensa abierta, publica y democrática de sus ideas y acciones.
En Colombia desde el año pasado hasta ayer 2 de marzo, en medio de la construcción de un camino de paz, han asesinado a más de 90 dirigentes sociales.
Deseo recordarles a quienes me leen que hoy 3 de marzo se cumple un año del asesinato en Honduras de la dirigente y defensora de derechos medioambientales, Berta Cáceres. Ella fue asesinada por desconocidos que entraron en su casa en horas de la madrugada.
Todavía no se hace justicia y los aparatos políticos del Estado Hondureño buscan desvirtuar su asesinato.
Detrás de su muerte, negocios nacionales de la minería y energía con socios internacionales.
¡Justicia para Berta Cáceres!
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