Johnny Castro //
Nelson Méndez
* Reproducimos un par textos
publicados años atrás en la edición impresa de El Libertario, donde dos compañeros de nuestro Colectivo Editor
debatían en torno a estos temas, que ciertamente conservan toda su vigencia.
I .- veg(etari)anismo: más que una opción de alimentación
Johnny Castro
Es bastante común observar entre las personas militantes
de los movimientos sociales en Europa y de otras partes del mundo, que sus
dietas alimenticias son veg(etari)anas, es decir, veganas o vegetarianas. Desde
hace mucho tiempo este tipo de dieta alimenticia, y por consiguiente “método de
lucha“, viene calando entre las personas de las diferentes partes del mundo que
apuestan por un mundo más justo y sin explotación.
Es interesante decir que existen 2 tendencias que
se vienen diferenciando bastante, a pesar de que no comen carne: el “Veganismo”
y el “Vegetarianismo”. Existen otras tendencias, pero hablaremos un poco de
estas dos específicamente.
La diferencia primordial entre estas 2 ramas es que
el “Veganismo” trata de eliminar el consumo y uso de cualquier materia de
origen animal de la vida diaria. Un ejemplo corto sería que un/a vegan@
trataría en lo máximo de no usar cueros de animales en su vestimenta, ni tampoco
consumiría leche, miel o comería queso por tratarse igualmente de productos
provenientes de animales. El término no se limita solo a la alimentación, puesto
que se evita también el uso de productos cosméticos y de uso diario para los
cuales se hacen experimentos en animales o que contienen productos animales
(grasas).
El “Vegetarianismo“ trata de eliminar el consumo de
materias de origen animal en donde se tenga que matar a un animal para
conseguir la misma. Un ejemplo para este caso es que l@s vegetarian@s comen
huevos y toman leche, porque no se mata a los animales para la extracción de
estos productos, pero aquí es donde entra el debate en el tapete puesto que
surgen varias interpretaciones. Como opinión personal podría decir que el
Vegetarianismo es una etapa de transición al Veganismo, pero cada quien lo
interpreta de la manera como mejor crea.
En esta oportunidad, esta columna intenta hablar un
poco de esta opción, esbozando el tema y dando oportunidad a las personas, que
saquen sus propias conclusiones.
Igualmente la idea es comentar y hablar entre las personas
de tu entorno sobre estas tópicos ya que son temas de actualidad que a veces
much@s prefieren no tocar, pero que por las implicaciones que trae consumir productos
de origen animal, es necesario ponernos a pensar un poco.
Los primeros veganos y vegetarianos
La idea de rechazar el consumo de animales y de huevos
se remonta a hace 2.500 años en los países mediterráneos y en la India específicamente.
El rechazo por el consumo de Leche es más reciente, siendo esto desde el siglo
pasado. Pitágoras de Samos veía el parentesco de todos los animales como la
base de querer el bien hacia ellos. Por esta razón evidentemente no querían
matar animales para comérselos. En la India un poco diferente era el punto,
pues veían el no consumo de carnes de índole más religiosa y hoy en día
conservan incluso la creencia de que la vaca es un animal sagrado. En los
siglos 17 y 18 en los tiempos del “Humanismo“, revivió la idea de Pitágoras y
se retomó el tema del respeto a los animales. En 1847 Joseph Brotherton fundó la
primera sociedad vegetariana en el Reino Unido (Vegetarian Society of the
United Kingdom) y mucho tiempo después, en 1944 Elsie Shrigley y Donald Watson en
el Reino Unido también, formaron la Sociedad Vegana (Vegan society) y el día de
la fundación inventaron la palabra “Vegan” (Vegan@) que se originó a partir de
la palabra “Vegetarian” (Vegetarian@)
Algunas motivaciones para ser vegan@
Las motivaciones podrían ser Éticas, Humanitarias, Ecológicas,
y muchas más dependiendo del entorno donde estés y te desenvuelvas.
La “Ética” trata de que se quiere evitar la matanza
y la tortura de animales convenciendo a las personas de que los animales tienen
los mismos derechos que los seres humanos. Se desea una sociedad sin
explotación tanto humana como animal. Aquí entran a consideración también las
“corridas de toros”, “toros coleados”, etc., en la que matan y torturan
animales solo por diversión.
La “Humanitaria” habla un poco de la producción de alimentos
a nivel mundial, la que bastaría para alimentar al género humano completo, pero
estos alimentos están siendo usados para alimentar animales en granjas por grandes
compañías multinacionales en la mayoría de los casos lamentablemente. Como nota
curiosa podemos decir que “para obtener 1 kg de carne de vaca, se necesita 16
kg de de cereales” y con estos cereales se podrían alimentar muchísimas más
personas que con el kilo de carne
La “Ecológica” toca el medio ambiente, y es específicamente
sobre la tenencia de animales hacinados en granjas y esta es una de las causas
principales del efecto de invernadero y de la muerte lenta de los bosques por
la tala y quema de estos para poder meter a los animales allí. Además las
grandes cantidades de estiércol que utilizan estas granjas en un mismo sitio
pueden contaminar gravemente las aguas subterráneas.
Existen muchas más motivaciones, pero solo quisimos
tocar el tema del veg(etari)anismo, ya que el tópico completo de “Liberación
Animal” incluye muchos temas y es bastante complicado de esbozar todo en una
pequeña columna.
Pensamientos famosos
“Mientras los hombres sigan masacrando y devorando a
sus hermanos los animales, reinará en la tierra la guerra y el sufrimiento y se
matarán unos a otros, pues aquel que siembra el dolor y la muerte no podrá
cosechar ni la alegría, ni la paz ni el amor” (Pitágoras)
“Si un Hombre aspira sinceramente a vivir una vida más
amorosa y espiritual, su primera decisión debería de ser la de abstenerse de
matar y comer animales” (León Tolstoi)
“El amor hacia todas las criaturas vivas es el
atributo más noble del hombre” (Charles Darwin)
Colectivos / organizaciones y direcciones de interes
- Animal
Liberation Front: http://www.animalliberationfront.com/
- Veganismus: http://www.veganismus.de/
-Links, Informaciones y más: http://www.vegan-welt.de/mahnwache/es/links.phtml
- Bundesverband der TierbefreierInnen Grupo Gandhi:
http://www.angelfire.com/on3/animales/camp.html
Receta vegana: “arroz de borracho”
Aquí dejaremos una receta vegana para aquellos
interesados en incursionar en la cocina de este tipo y variar un poco. Esta receta
no está en ningún libro de cocina y ha salido por casualidad luego de muchos conciertos,
actividades o fiestas. Cuando llegas a tu casa y no tienes nada que comer, puedes
hacer uno de esos platos donde mezclas muchas cosas pero queda muy sabroso...
Ingredientes para 2 personas con mucha
hambre:
1 taza de arroz, 1 cebolla grande picada en
hileras, 1 cabeza de ajo picada, 1 pimentón grande picado en hileras, 200 gr de
guisantes, 200 gr de champiñones picados, 200 gr. de brócoli picado en tamaños
medianos, aceite vegetal, sal, pimienta, ajo molido, Adobo y 4 cucharadas
grandes de salsa de soya. El pimenton, la cebolla generalmente se pican en
hileras de tamaños medianos, pero lo puedes hacer al gusto. El ajo preferiblemente
muy aplastado o licuado.
Preparación en 3 pasos
1) En una olla mediana colocas un poquito de aceite
vegetal y sofríes un poco 1 taza de arroz. Cuando el arroz se torne
amarillento, viertes en la olla 2 tazas y ¼ de agua, agregas sal al gusto y
dejas coninando a fuego normal. Cuando observes que el arroz está al límite del
agua, debido a que el arroz ha crecido y el agua se ha evaporado, tapas la olla
y bajas el fuego y lo cocinarás hasta que casi este por completo seca el agua.
Luego apagas y quitas la olla de la hornilla y dejas reposar un momento.
2) Paralelamente en una olla pequeña, hervir por 10
minutos los 200 gramos de brócoli y luego de finalizado el procedimiento
escurrir el agua y dejar reposar un momento.
3) En un sartén grande (tómese en cuenta que en este
deben de caber todos los ingredientes), deberá cocinar a fuego normal, la cebolla
y el pimentón picado con poquito aceite vegetal por espacio de 5 a 7 minutos. Luego
verterás en este mismo sartén los champiñones, el brócoli escurrido (que ya
estará cocido), los guisantes, el ajo y 4 cucharadas de Salsa de Soya,
sofriendo por espacio de 10 minutos más. Puedes verter la salsa de soya al
gusto si lo deseas e igualmente puedes usar un poquito de agua en el sartén si
observas que se está secando la mezcla. Luego mientras transcurren los 10 minutos
de cocción de esta mezcla, verterás los condimentos que desees conveniente:
sal, pimienta, ajo molido y Adobo. Después que tienes todos los vegetales cocidos
en el sartén, mezclas el arroz que tienes en la olla mediana dentro del sartén
y revuelves por espacio de 5 minutos más hasta que tengas un color uniforme.
¡Buen Provecho!
[Publicado originalmente en el periódico El Libertario # 35, Caracas, noviembre
/diciembre 2003. Edición completa accesible en http://www.nodo50.org/ellibertario/archivoliber.html.]
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II .- Veg(etari)anismo:
¿opción, omisión, obcecación o evasión?
Nelson Méndez
El
artículo de Johnny Castro "Veg(etari)anismo: más que una opción de
alimentación", publicado en El Libertario
# 35, p. 13, invita a reflexionar en torno al renovado interés que sobre este
tema hay en la escena alternativa radical, incluyendo el ámbito anarquista
donde no es extraño encontrar personas y grupos que consideran este aspecto
como fundamental para su identificación como libertarios, por ejemplo
calificándose a si mismos como "anarcoveganos". Siendo así, vale la
pena examinar si, como lo sugiere Johnny y lo proclama el anarcoveganismo, es
imprescindible asociar al anarquismo con los principios en que se fundamenta el
vegetarianismo, o su versión más vehemente el veganismo (las diferencias entre
ambos conceptos se explican en el artículo comentado). Veamos entonces esos
principios para comprobar si ese enlace es posible y/o deseable.
Ante
todo, es básico entender lo que se asoma desde el mismo título del artículo de
Johnny: estamos hablando de un vegetarianismo que al ir más allá de ser una
opción de alimentación se convierte en una ideología, una visión del mundo
construida desde la perspectiva peculiar de un grupo y con exclusión de otras visiones.
Esto es diferente a lo que se puede llamar vegetarianismo pragmático, entendido
como una conducta dietética basada en consideraciones objetivas de salud, sin
intentar extraer de tal práctica consecuencias éticas y sociales como si lo
asume el vegetarianismo ideológico. De hecho, sobre el vegetarianismo
pragmático lo apropiado es una discusión en el terreno de las Ciencias de la
Nutrición, por ejemplo como aparece en el muy completo y actualizado estudio de
S. Dingott y J. Dwyer: "Vegetarianism: healthfull but unnecessary",
accesible en http://www.quackwatch.com/03HealthPromotion/vegetarian.html.
Para comer pan con
pan
La
ideologización se evidencia de partida en una constante argumental típica del
vegetarianismo principista, del cual lo que escribe Johnny es buen ejemplo:
insistir mucho más en las motivaciones anti-carnívoras que en los efectos
positivos del consumo de productos vegetales. Como ya hace tiempo descubrieron
las religiones autoritarias institucionalizadas, una ideología se puede
construir eficazmente sobre preceptos de restricción y renuncia, de ascetismo y
culpa, de abnegación y austeridad. El rechazo al consumo de carne es perfecto
para tales fines (¡no es casual que lo practicasen y promoviesen tantos
fanáticos religiosos!), mientras que proclamar las virtudes objetivamente
sustentadas del consumo de vegetales parece haber sido bastante menos atractivo
como soporte para construir ideologías sectarias.
A
la hora de discutir sus supuestos, el vegetarianismo ideológico es tendencioso
y selectivo, en especial al apuntar evidencias nutricionales en contra del
consumo de productos de origen animal o al tratar los eventuales riesgos
carenciales de las dietas vegetarianas. Tanto el website en inglés "Beyond
veganism" http://www.beyondveg.com,
como el trabajo de William Jarvis "¿Por qué no soy vegetariano?" http://sindominio.net/biblioweb/escepticos/vegetarianismo.html,
revisan con detalle la argumentación del vegetarianismo ideológico, concluyendo
en que continuamente se exagera lo favorable y se menosprecia lo desfavorable a
dicha ideología proselitista.
Como
se anotaba antes, aquí se está más bien frente a un
"anti-carnivorismo", lo cual queda bien expuesto en la recopilación
de los argumentos anti-carnívoros típicos que resume el texto de Jarvis:
- religiosos, insistiendo en que Dios no
diseño a los humanos para comer carne, aparte del carácter "sagrado"
de la vida animal por lo que debemos respetar sus lapsos de existencia natural;
- ético-estéticos, ya que matar animales es
repugnante y degradante;
- económico-ecológicos, afirmando que la
crianza de animales siempre supone un uso ineficaz de recursos alimenticios
vegetales y de la tierra; y
-biológico-nutricionales, pues los productos
animales contienen diversos elementos nocivos para la salud humana (toxinas,
bacterias, acido úrico, etc.) y sus nutrientes son de deficiente calidad.
Vale
que destaquemos los equívocos e inconsistencias de esos argumentos:
1)
Se obvia el hecho de que en la naturaleza hay cadenas alimenticias (donde unos
se comen a los otros) y condiciones de existencia que impiden a la gran mayoría
de los animales que nacen subsistir hasta el límite genético de longevidad de
su especie, que en muchos casos tampoco está muy claro cuál es. Además, nuestro
proceso evolutivo como especie y las múltiples prácticas dietéticas que han
aplicado las sociedades humanas desmienten un supuesto diseño divino para el
vegetarianismo. Sin mencionar el problema de determinar cuál es el auténtico
Dios que da la apropiada sacralidad a la vida, pareciera que el vegetarianismo
ideológico supone que hay vidas que son más sagradas que otras, como diría
Orwell, pero en términos biológicos un grano es tanta promesa de vida como el
huevo de un ave o un feto. Esta gradación de los seres vivos fácilmente puede
extenderse a todos en general ya que si la deidad del caso bendice matar
cruelmente una zanahoria arrancándola de la tierra pero no una vaca, bien
pudiera hacer lo mismo con los infieles frente a los fieles.
2)
¿Cómo pueden definirse conceptos de lo que sería repugnante y/o degradante para
toda la humanidad?: las distintas perspectivas culturales y psicológicas harían
inútil cualquier esfuerzo en ese sentido.
3)
Es equivocado decir que toda área de crianza sea utilizable para producir
eficientemente alimentos vegetales y suponer que todo lo vegetal que se consume
en la crianza animal podría ser consumido con los humanos. Ecológica y
económicamente se trata de procesos complejos que no pueden describirse con
semejante simplificación.
4)
También, y en similar medida, se encuentran elementos dañinos para la salud en
los alimentos vegetales, sin olvidar que las colectividades humanas con mejores
registros en cuanto a resistencia frente a las enfermedades y longevidad suelen
ser comunidades con alto consumo de productos de origen animal, es decir, los
pastores tienden a vivir más que los agricultores. De los aproximadamente
140.000 años que tiene el humano moderno sobre la Tierra, apenas los últimos
10.000 han existido sociedades que centran su alimentación en los granos y
vegetales.
Inconsistente, como
parrillada de verduras
Por
lo demás, en la pesquisa para escribir esta reflexión, encontramos otra línea
argumental que puede enlazarse con el anti-carnivorismo: la defensa de los
Derechos de los animales, expuesta con todo detalle y claridad en el website en
castellano de Animal Freedom http://www.animalfreedom.org/espagnol/index.htm.
Lo que se apunta en esa página web sin duda es muy interesante, siendo una
enunciación más elaborada a lo habitual entre tantos voceros simplistas del
vegetarianismo ideológico. No obstante, cabe una incógnita que pone en duda el
supuesto clave de esta línea argumental: ¿es el Derecho una categoría zoológica
y/o ecológica?; es decir, nos preguntamos si tiene sentido llevar a las relaciones
entre especies un aparato conceptual y normativo desarrollado en el contexto
inherente a la especie humana. En cuanto a objeciones más concretas, un punto
significativo aquí es el ataque muy documentado contra las prácticas de la
industria ganadera capitalista, en contraste con el silencio que se guarda
frente a actividades igualmente condenables de la agricultura capitalista
industrializada. Se insiste en que sólo con dejar de comer carne de inmediato
la producción de cereales alcanzaría para alimentarnos bien a todos, ignorando
que para el capitalismo siempre es más importante el incremento creciente de
las ganancias que la satisfacción estable de las necesidades colectivas, por lo
que en interés de la humanidad es mucho más urgente un cambio en el sistema
socioeconómico que un cambio de dieta. En el hipotético caso de que todos
tuviésemos que comer vegetales bajo un régimen de capitalismo privado o
estatal, ya veríamos como el acceso a ellos seguiría siendo abismalmente
desigual, controlado, regulado, normado en afán de dominación. La aparición de
clases sociales y elites que se imponen a sus congéneres fue, en muchos
aspectos, el resultado de la planificación, conservación y distribución que se
ha asociado con la producción agrícola.
La
preocupación por la coherencia entre nuestros objetivos finales y los medios
para alcanzarlos es decisiva para quienes adherimos al anarquismo. Por ello
preocupa que al vegetarianismo ideológico, como a otras sectas proselitistas,
sólo le interesen los medios en tanto meros mecanismos para alcanzar sus fines
supuestamente superiores. Manipular argumentos para que concuerden con las
propias creencias, colocar la fe dogmática en sustitución de las evidencias
objetivas, descalificar sin debatir racionalmente a toda crítica que venga de
fuera del círculo de los convencidos; estos y otros mecanismos similares son
harto frecuentes en el vegetarianismo ideológico, por lo que tenemos que poner
en duda que desde allí sea posible una vinculación coherente con los ideales
libertarios como la pretende el anarcoveganismo.
Nota
final: Es frecuente que el vegetarianismo ideológico, para ejemplificar la
preeminencia moral que le es inherente, recuerde que personajes como Gandhi han
sido vegetarianos. Al respecto: ¿por qué se olvida mencionar que también lo
fueron Hitler y algunos de sus secuaces?...
[Publicado originalmente en el periódico El Libertario # 37, Caracas, abril/mayo
2004. Edición completa accesible en http://www.nodo50.org/ellibertario/archivoliber.html.]
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