Edgar López (Provea)
Con la crisis causada por la escasez de alimentos, la militarización de la gestión pública ha llegado a su máxima expresión. Cinco militares han dirigido el Ministerio de Alimentación durante el gobierno de Nicolás Maduro: el teniente coronel Yván José Bello Rojas, el mayor general Carlos Osorio Zambrano, el general de Brigada Félix Osorio, el mayor general Hebert García Plaza y, actualmente, el general de División Rodolfo Marco Torres.
Con la crisis causada por la escasez de alimentos, la militarización de la gestión pública ha llegado a su máxima expresión. Cinco militares han dirigido el Ministerio de Alimentación durante el gobierno de Nicolás Maduro: el teniente coronel Yván José Bello Rojas, el mayor general Carlos Osorio Zambrano, el general de Brigada Félix Osorio, el mayor general Hebert García Plaza y, actualmente, el general de División Rodolfo Marco Torres.
El 12 de julio de 2016 se anunció la creación del Comando para el Abastecimiento Soberano bajo el mando del ministro de la Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López. Ese día el presidente Nicolás Maduro fue enfático al señalar que todos los ministerios quedaban a la orden de Padrino López a efectos de ejecutar las estrategias para afrontar la escasez de alimentos, entre ellas los CLAP. Y lo reiteró el 8 de septiembre: “El Estado Mayor de los CLAP es un Estado Mayor que tiene más que rango ministerial. Cuando el Estado Mayor de los CLAP cite a un ministro, el ministro está obligado a rendirle cuentas porque le está rindiendo cuentas al pueblo organizado, al Poder Popular. Tienen que acudir y ponerse a las órdenes directas de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, como instancia central de producción, de abastecimiento, de trabajo”.
Sin embargo, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ya estaba sumada “al fortalecimiento de los CLAP”, según lo había anunciado Padrino López el 16 de junio de 2016.
“El presidente y Comandante en Jefe Nicolás Maduro ha llamado a todo el pueblo a conformar los CLAP y garantizar la paz, por eso la FANB se ha sumado con todo vigor a estos comités, y por eso la Milicia Bolivariana está allí como punta de lanza. También está la Guardia del Pueblo, el Ejército, las unidades de la Aviación, de la Armada y de toda la Fuerza Armada Nacional con todo su potencial para empoderar a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción”, afirmó el ministro de la Defensa desde el estado Portuguesa, durante una jornada de “Gobierno de Eficiencia Militar en la Calle”.
El militar de más alto rango en el país hizo suyo el discurso oficialista al señalar que el desabastecimiento es “inducido” y que existe una “guerra no convencional, con ramificaciones económicas, psicológicas y de carácter mediático, para poner de rodillas al pueblo de Venezuela”. Esa coincidencia con el chavismo, aunada a la proclamación de las FANB como socialistas y chavistas, constituye otro riesgo de discriminación política en la ejecución del programa de distribución de alimentos.
La tarea asignada a Padrino López va más allá del cambio de denominación de un programa social; de misión a gran misión, por ejemplo. Los términos “comando” y “estado mayor” tienen las implicaciones épicas (o belicistas, desde otro punto de vista) que el gobierno ha querido imprimir a los programas sociales, y ahora al combate del desabastecimiento a partir de la tesis de la guerra económica.
A continuación el texto completo del decreto de creación del Comando para el Abastecimiento Soberano, con destacados en negrillas que, en función de los objetivos de este informe, merecen consideraciones adicionales.
Aunque el decreto es el documento más específico sobre el uso de los CLAP como estrategia gubernamental para afrontar la coyuntura de desabastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad, no resulta suficiente para comprender cabalmente su organización y funcionamiento.
La participación de militares “en actividades y tareas de apoyo al abastecimiento nacional de productos estratégicos para la garantía de los derechos a la alimentación y la salud de los venezolanos y las venezolanas”, ha sido más visible en el control de la distribución a través de redes públicas y privadas que en los CLAP, específicamente en labores de orden público. Todas las víctimas de discriminación política consultadas por separado para este informe, aseguraron no tener conocimiento de la intervención de militares en la repartición de bolsas de comida. En todo caso, parece clara la disposición de instaurar los CLAP manu militari.
Sin embargo, la gobernadora de Cojedes y miembro del Estado Mayor de los CLAP, Erika Farías, afirmó el 8 de septiembre de 2016 que la Milicia Bolivariana estaba activamente incorporada a la distribución de alimentos, así como militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela. Ese día se llevó a cabo el llamado Congreso de la Patria, Capítulo CLAP en el sector La Placera, parroquia María de San José, en el municipio Mariño del estado Aragua, y el presidente Nicolás Maduro saludó la presencia de los milicianos en el acto: “Teniente de milicias de Aragua sigue siendo Bolívar, personificado en su pueblo. Allá están. Mira la Milicia Nacional Bolivariana, allí están los milicianos de Bolívar”.
Del decreto a través del cual se creó el Comando para el Abastecimiento Soberano también destaca la línea de mando. Los tres primeros cargos de la estructura se enuncian en el siguiente orden: 1) El presidente de la República, en su carácter de jefe de Estado y de gobierno, así como de comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, quien lo preside. 2) El Ministro de la Defensa, y comandante Estratégico Operacional (CEO), quien asumirá la jefatura del Órgano Superior de dicho Comando, de acuerdo a lo establecido en el reglamento que lo organice. 3) El segundo comandante Estratégico Operacional (CEO) y jefe del Estado Mayor Conjunto del Comando Estratégico Operacional de la FANB.
De esta forma, podría quedar disminuida la posibilidad de que los ciudadanos organizados incidan determinantemente en la toma de decisiones. Al militarizar los CLAP, privan los principios de disciplina, obediencia y subordinación que rigen a la institución castrense.
La idea de “unión cívico-militar”, impulsada por el fallecido presidente Hugo Chávez a partir de las elaboraciones teóricas del argentino Norberto Ceresole, se comenzó a ensayar, precisamente, en materia de distribución de alimentos a través del Plan Bolívar 2000. Después de 16 años, el aprendizaje de los militares deja mucho que desear si se toma en cuenta el hallazgo de la ONG Transparencia Venezuela: en la Memoria y Cuenta 2015 del Ministerio de Alimentación (que ha estado en manos de cinco altos oficiales durante el gobierno de Maduro) se registra 62% de incumplimiento de metas.
“La orden de arriba es que consejo comunal que no esté aliado al gobierno no va a recibir las bolsas de los CLAP”, dice José Andrés Rivero, sobre lo que sucede en la parroquia San Juan, en Caracas, sin poder precisar cuál es esa instancia superior que da las órdenes. “Tienen que acudir y ponerse a las órdenes directas de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, como instancia central de producción, de abastecimiento, de trabajo”, afirma el presidente Nicolás Maduro refiriéndose a los ministros de manera genérica, pero como comandante en jefe de la Fuerza Armada Bolivariana, como máxima autoridad del Comando para el Abastecimiento Soberano. En definitiva, no hay claridad sobre el alcance de la militarización de los CLAP, sino solo que están diseñados con lógica castrense a efectos de incorporar a las bases chavistas en la supuesta guerra económica.
[Fragmento extraido del informe especial titulado "Los CLAP: 7 indicios de discriminación política", que en versión completa es accesible en https://www.derechos.org.ve/investigacion/los-clap-7-indicios-de-discriminacion-politica.]
Sin embargo, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ya estaba sumada “al fortalecimiento de los CLAP”, según lo había anunciado Padrino López el 16 de junio de 2016.
“El presidente y Comandante en Jefe Nicolás Maduro ha llamado a todo el pueblo a conformar los CLAP y garantizar la paz, por eso la FANB se ha sumado con todo vigor a estos comités, y por eso la Milicia Bolivariana está allí como punta de lanza. También está la Guardia del Pueblo, el Ejército, las unidades de la Aviación, de la Armada y de toda la Fuerza Armada Nacional con todo su potencial para empoderar a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción”, afirmó el ministro de la Defensa desde el estado Portuguesa, durante una jornada de “Gobierno de Eficiencia Militar en la Calle”.
El militar de más alto rango en el país hizo suyo el discurso oficialista al señalar que el desabastecimiento es “inducido” y que existe una “guerra no convencional, con ramificaciones económicas, psicológicas y de carácter mediático, para poner de rodillas al pueblo de Venezuela”. Esa coincidencia con el chavismo, aunada a la proclamación de las FANB como socialistas y chavistas, constituye otro riesgo de discriminación política en la ejecución del programa de distribución de alimentos.
La tarea asignada a Padrino López va más allá del cambio de denominación de un programa social; de misión a gran misión, por ejemplo. Los términos “comando” y “estado mayor” tienen las implicaciones épicas (o belicistas, desde otro punto de vista) que el gobierno ha querido imprimir a los programas sociales, y ahora al combate del desabastecimiento a partir de la tesis de la guerra económica.
A continuación el texto completo del decreto de creación del Comando para el Abastecimiento Soberano, con destacados en negrillas que, en función de los objetivos de este informe, merecen consideraciones adicionales.
Aunque el decreto es el documento más específico sobre el uso de los CLAP como estrategia gubernamental para afrontar la coyuntura de desabastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad, no resulta suficiente para comprender cabalmente su organización y funcionamiento.
La participación de militares “en actividades y tareas de apoyo al abastecimiento nacional de productos estratégicos para la garantía de los derechos a la alimentación y la salud de los venezolanos y las venezolanas”, ha sido más visible en el control de la distribución a través de redes públicas y privadas que en los CLAP, específicamente en labores de orden público. Todas las víctimas de discriminación política consultadas por separado para este informe, aseguraron no tener conocimiento de la intervención de militares en la repartición de bolsas de comida. En todo caso, parece clara la disposición de instaurar los CLAP manu militari.
Sin embargo, la gobernadora de Cojedes y miembro del Estado Mayor de los CLAP, Erika Farías, afirmó el 8 de septiembre de 2016 que la Milicia Bolivariana estaba activamente incorporada a la distribución de alimentos, así como militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela. Ese día se llevó a cabo el llamado Congreso de la Patria, Capítulo CLAP en el sector La Placera, parroquia María de San José, en el municipio Mariño del estado Aragua, y el presidente Nicolás Maduro saludó la presencia de los milicianos en el acto: “Teniente de milicias de Aragua sigue siendo Bolívar, personificado en su pueblo. Allá están. Mira la Milicia Nacional Bolivariana, allí están los milicianos de Bolívar”.
Del decreto a través del cual se creó el Comando para el Abastecimiento Soberano también destaca la línea de mando. Los tres primeros cargos de la estructura se enuncian en el siguiente orden: 1) El presidente de la República, en su carácter de jefe de Estado y de gobierno, así como de comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, quien lo preside. 2) El Ministro de la Defensa, y comandante Estratégico Operacional (CEO), quien asumirá la jefatura del Órgano Superior de dicho Comando, de acuerdo a lo establecido en el reglamento que lo organice. 3) El segundo comandante Estratégico Operacional (CEO) y jefe del Estado Mayor Conjunto del Comando Estratégico Operacional de la FANB.
De esta forma, podría quedar disminuida la posibilidad de que los ciudadanos organizados incidan determinantemente en la toma de decisiones. Al militarizar los CLAP, privan los principios de disciplina, obediencia y subordinación que rigen a la institución castrense.
La idea de “unión cívico-militar”, impulsada por el fallecido presidente Hugo Chávez a partir de las elaboraciones teóricas del argentino Norberto Ceresole, se comenzó a ensayar, precisamente, en materia de distribución de alimentos a través del Plan Bolívar 2000. Después de 16 años, el aprendizaje de los militares deja mucho que desear si se toma en cuenta el hallazgo de la ONG Transparencia Venezuela: en la Memoria y Cuenta 2015 del Ministerio de Alimentación (que ha estado en manos de cinco altos oficiales durante el gobierno de Maduro) se registra 62% de incumplimiento de metas.
“La orden de arriba es que consejo comunal que no esté aliado al gobierno no va a recibir las bolsas de los CLAP”, dice José Andrés Rivero, sobre lo que sucede en la parroquia San Juan, en Caracas, sin poder precisar cuál es esa instancia superior que da las órdenes. “Tienen que acudir y ponerse a las órdenes directas de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, como instancia central de producción, de abastecimiento, de trabajo”, afirma el presidente Nicolás Maduro refiriéndose a los ministros de manera genérica, pero como comandante en jefe de la Fuerza Armada Bolivariana, como máxima autoridad del Comando para el Abastecimiento Soberano. En definitiva, no hay claridad sobre el alcance de la militarización de los CLAP, sino solo que están diseñados con lógica castrense a efectos de incorporar a las bases chavistas en la supuesta guerra económica.
[Fragmento extraido del informe especial titulado "Los CLAP: 7 indicios de discriminación política", que en versión completa es accesible en https://www.derechos.org.ve/investigacion/los-clap-7-indicios-de-discriminacion-politica.]
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