Marcos Valverde (Correo del Caroní)
La revolución ha servido para mucho. Ha desenmascarado a los tibios y acomodaticios. Ha corrompido. Ha llevado a los venezolanos a la profusión de sus miserias.
Ejemplos hay muchos. Novedosos. Fresquecitos. Empacados, cómo no, al vacío con sello de calidad rojita. El primero en una foto en la que aparece un hombre con dos bolsas de comida. Viste una franela con la cara aniñada de Hugo Chávez. Las bolsas las entrega a una mujer que lleva puesta una mascarilla. Al lado de todos, con camisa amarilla, el alcalde de Ciudad Bolívar Sergio Hernández enhiesto, supervisor. Segundo ejemplo: una nota de prensa de la nueva administración municipal de Tito Oviedo. El título: Dirección de Despacho del Alcalde de Caroní fortalecerá ayudas sociales. La respectiva foto muestra al responsable de esa oficina recibiendo a una mujer. Los escoltan Simón Bolívar, Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Tanto aspaviento patriótico se debe a la entrega de… un paquete de pañal para adultos.
La revolución ha servido para mucho. Ha desenmascarado a los tibios y acomodaticios. Ha corrompido. Ha llevado a los venezolanos a la profusión de sus miserias.
Ejemplos hay muchos. Novedosos. Fresquecitos. Empacados, cómo no, al vacío con sello de calidad rojita. El primero en una foto en la que aparece un hombre con dos bolsas de comida. Viste una franela con la cara aniñada de Hugo Chávez. Las bolsas las entrega a una mujer que lleva puesta una mascarilla. Al lado de todos, con camisa amarilla, el alcalde de Ciudad Bolívar Sergio Hernández enhiesto, supervisor. Segundo ejemplo: una nota de prensa de la nueva administración municipal de Tito Oviedo. El título: Dirección de Despacho del Alcalde de Caroní fortalecerá ayudas sociales. La respectiva foto muestra al responsable de esa oficina recibiendo a una mujer. Los escoltan Simón Bolívar, Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Tanto aspaviento patriótico se debe a la entrega de… un paquete de pañal para adultos.
Ambas fotos representan la utilización del ciudadano como objeto de caridad y receptor sumiso de las dádivas. Representan al venezolano sin posibilidad de adquirir los alimentos mediante un salario digno fruto de un empleo decente. Representa al venezolano que tiene que ir a una Alcaldía para que le entreguen un paquete de pañales que podría comprar en la farmacia de la esquina.
Ambas escenas revelan a unos fanfarrones que obligan a ciudadanos necesitados a ser imagen de una supuesta benevolencia que, lejos de ello, no es más que la escenificación de una realidad: la de las migajas. La revolución de las migajas. Porque dos bolsas de comida y un paquete de pañales como logros no son más que eso: migajas.
Las caras de la verdadera emergencia
Hay, decíamos, una pretendida realidad que se dibuja en el aparataje propagandístico del gobierno. Pero a esa ficción la demuele la otra realidad: la real. La tangible. La que padecen los venezolanos a diario.
Parte de esa realidad la demostraron los médicos del hospital de Guaiparo [Ciudad Guayana], quienes el miércoles protestaron contra ciertas carencias: de aire acondicionado. De antibióticos. De imágenes de radiología. De sangre en el banco de ídem. De alcohol. La directiva, apuntaron, no responde. Mientras una Alcaldía impuesta por las maniobras turbias del oficialismo celebra que entregó un paquete de pañales.
En vez de tres platos, 18 protestas
El informe reciente del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social detalla que, en vez de comer tres veces al día, los venezolanos lo que hacen es protestar 18 veces al día. Ese es el promedio de manifestaciones diarias por varios motivos, principalmente la falta de comida. En septiembre no descendió el ritmo, y hubo más de 500 en todo el país.
La otra manifestación fueron los 678 saqueos e intentos de saqueo que ha habido en los nueve meses de lo que va de año. La justicia social tiene otras formas. Raras. Rarísimas. Todo en revolución bolivariana.
Un año de sequía
Han sido muchas las excusas de Hidrobolívar para justificar los lapsos prolongados y constantes de sequía a los que están sometidos los habitantes de Ciudad Guayana, sin contar otras localidades sureñas y del oeste de la región.
Vista al Sol ha sido una de las más afectadas. Esta semana, habitantes de varios de sus sectores rebatieron los comunicados técnicos y rebuscados de la hidrológica del viernes pasado para recordar que no es de ese día que viene el problema: es desde hace más de un año. Deben, entonces, sacar tres mil bolívares de sus bolsillos, dinero que muchas veces no tienen, para tener agua. Así sobreviven.
[Tomado de http://www.correodelcaroni.com/index.php/cdad/item/50675-asi-sobrevivimos-sociala-revolucion-de-las-migajas.]
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