José Manuel Delmoral
[Nota previa de El Libertario: Lo que sigue es parte de un reciente post mucho más extenso, donde Jose Manuel relata todo lo relacionado con su caso. Invitamos a consultar tanto lo que hemos publicado al respecto en este blog (ver http://periodicoellibertario.blogspot.com/search?q=Delmoral&max-results=11), como el blog http://casojosedelmoral.blogspot.in/.]
Recuerdo una de las tantas veces que me he enfermado desde que estoy aquí. Cuando se me hace posible bien sea por orden del Tribunal o porque se le ablanda el corazón a algún funcionario aquí, he logrado en varias oportunidades ir al médico. La cosa es que siempre es la misma expresión de incomodidad terrorífica en el rostro de las personas del mundo exterior cada vez que me ven llegando al hospital o clínica esposado y montado en una patrulla custodiado por policías. La gente en la calle siempre asume que cualquiera que este preso, por regla, es un gran delincuente culpable de alta peligrosidad, cuando la realidad es otra. Quisiera poder hablar (o escribir) con cifras y porcentajes a nivel nacional reales pero solo puedo hacerlo aquí, a nivel local, basado en el sitio donde me encuentro recluido porque es lo único que he visto, pero no se me hace difícil imaginar que en el resto del país sea igual o peor. La cuestión es que un alto porcentaje de las personas privadas de libertad realmente no son delincuentes o culpables de lo que los están acusando. No voy a decir que esto me alegra o reconforta pero de alguna manera me ayuda a entender lo que estoy viviendo. Ya sé que no soy el único privado de libertad por mala praxis (o flojera) de los funcionarios investigadores.
¿Los casos más comunes? De todo. He visto una y otra vez a personas en su mayoría señores de edad algo avanzada ser acusados de violación sin hacer nada, siempre por algún interés extraño de por medio o acusados por personas que les tienen rabia o les quieren quitar alguna propiedad o dinero. He conocido también a personas acusadas por delitos como secuestro o extorsión que son involucrados por supuestos cruces de llamadas o porque los verdaderos delincuentes usan números que están a sus nombres. Una vez inclusive dejaron privado de libertad a un muchacho porque no notificó a la policía que al lado de su casa su vecino estaba muerto y lo dejaron a él como sospechoso. Y si me pongo a contarle a cuántos he visto llegar porque los siembran (fabrican evidencia en su contra) bien sea con una pobre arma de fuego o con droga o ambas. Y oh, como olvidar a los solicitados: dicen que una vez que caes preso es muy probable que vuelvas a estarlo y esto es muy cierto, y no precisamente porque vuelvas a ser acusado de un delito sino porque simplemente después de cumplir tu condena no eres borrado del sistema por lo que eventualmente apareces solicitado por un Tribunal. Lo bueno es que al presentarte te dan libertad. Lo malo es lo que ocurre si estas de paseo por Maracaibo, y apareces solicitado por algún tribunal del Estado Bolívar: una gran odisea en cuanto al traslado se refiere; hay quienes pasan meses o años detenidos porque no tienen el dinero para agilizar sus traslados. Otra cosa que está ocurriendo más recientemente es que gracias a los ilustres redactores y modificadores de las leyes de la reciente reforma que le hicieron al Código Orgánico Procesal Penal, ahora uno puede quedar libre pero preso ya que a la hora de una sentencia absolutoria donde te den la libertad el representante del Ministerio Público tiene toda la facultad de apelar esta decisión y así te mantienen preso esperando a que algún día la Corte de Apelaciones de respuesta al respecto. Esto está ocurriendo con mucha frecuencia últimamente.
Realmente son cosas horribles las que tiene que vivir un inocente privado de libertad. Lo más tremendo es que la mayoría de las personas terminan “admitiendo los hechos” porque lo ven como la salida más fácil para conseguir la libertad y lo hacen sin tener nada que ver en lo que los están acusando. Y esto no es nuevo, recuerdo haber leído una vez un excelente artículo escrito por algún famoso abogado donde hablaba de esto. Supongo que lo hizo porque de alguna manera esto afecta los ingresos de los abogados privados. Sea como sea, todo cuesta una fortuna y un proceso judicial es muy costoso, así que quien no tenga con qué costearlo, lo más probable es que dude de su dignidad y termine asumiendo la responsabilidad en algo que nunca hizo. A mí me han ofrecido infinidades de veces admitir los hechos pero que va, primero muerto que bañado en sangre.
He leído sobre varias organizaciones que se dedican a ayudar y apoyar a los privados de libertad, a luchar por sus procesos para que sean justos, rápidos y sin vicios y a ayudarlos para que sus derechos se respeten y obtengan todos los beneficios que se merecen. En realidad hacen muchas otras cosas más, pero por desgracia ninguna de esas organizaciones se encuentran en nuestro hermoso y amado país. Acá en cambio únicamente tenemos organizaciones no gubernamentales (ONG) que al parecer son DE presos políticos, POR presos políticos y PARA presos políticos. Únicamente velan por ellos a mi parecer por eso es que dichas organizaciones no tienen vida acá, porque su alcance solo lo limitan a presos políticos y le dan la espalda al resto de los privados de libertad comunes, olvidando (o ignorando) que acá en este país un alto porcentaje de privados de libertad son inocentes y de paso de muy bajos recursos. Ojalá que algún día llegue a existir una o varias organizaciones que en verdad se ganen el respeto de todos al dedicarse no solo a los presos políticos sino a todos los privados de libertad que puedan abarcar. Pero quizás viendo la situación en la que vivimos hoy en día, esa sea una realidad que se encuentra a un millón de años luz…
[Fragmento de un post mas extenso, disponible en http://casojosedelmoral.blogspot.in/2016/10/una-historia-de-terror-contada-por-jose.html?m=1.]
[Nota previa de El Libertario: Lo que sigue es parte de un reciente post mucho más extenso, donde Jose Manuel relata todo lo relacionado con su caso. Invitamos a consultar tanto lo que hemos publicado al respecto en este blog (ver http://periodicoellibertario.blogspot.com/search?q=Delmoral&max-results=11), como el blog http://casojosedelmoral.blogspot.in/.]
Recuerdo una de las tantas veces que me he enfermado desde que estoy aquí. Cuando se me hace posible bien sea por orden del Tribunal o porque se le ablanda el corazón a algún funcionario aquí, he logrado en varias oportunidades ir al médico. La cosa es que siempre es la misma expresión de incomodidad terrorífica en el rostro de las personas del mundo exterior cada vez que me ven llegando al hospital o clínica esposado y montado en una patrulla custodiado por policías. La gente en la calle siempre asume que cualquiera que este preso, por regla, es un gran delincuente culpable de alta peligrosidad, cuando la realidad es otra. Quisiera poder hablar (o escribir) con cifras y porcentajes a nivel nacional reales pero solo puedo hacerlo aquí, a nivel local, basado en el sitio donde me encuentro recluido porque es lo único que he visto, pero no se me hace difícil imaginar que en el resto del país sea igual o peor. La cuestión es que un alto porcentaje de las personas privadas de libertad realmente no son delincuentes o culpables de lo que los están acusando. No voy a decir que esto me alegra o reconforta pero de alguna manera me ayuda a entender lo que estoy viviendo. Ya sé que no soy el único privado de libertad por mala praxis (o flojera) de los funcionarios investigadores.
¿Los casos más comunes? De todo. He visto una y otra vez a personas en su mayoría señores de edad algo avanzada ser acusados de violación sin hacer nada, siempre por algún interés extraño de por medio o acusados por personas que les tienen rabia o les quieren quitar alguna propiedad o dinero. He conocido también a personas acusadas por delitos como secuestro o extorsión que son involucrados por supuestos cruces de llamadas o porque los verdaderos delincuentes usan números que están a sus nombres. Una vez inclusive dejaron privado de libertad a un muchacho porque no notificó a la policía que al lado de su casa su vecino estaba muerto y lo dejaron a él como sospechoso. Y si me pongo a contarle a cuántos he visto llegar porque los siembran (fabrican evidencia en su contra) bien sea con una pobre arma de fuego o con droga o ambas. Y oh, como olvidar a los solicitados: dicen que una vez que caes preso es muy probable que vuelvas a estarlo y esto es muy cierto, y no precisamente porque vuelvas a ser acusado de un delito sino porque simplemente después de cumplir tu condena no eres borrado del sistema por lo que eventualmente apareces solicitado por un Tribunal. Lo bueno es que al presentarte te dan libertad. Lo malo es lo que ocurre si estas de paseo por Maracaibo, y apareces solicitado por algún tribunal del Estado Bolívar: una gran odisea en cuanto al traslado se refiere; hay quienes pasan meses o años detenidos porque no tienen el dinero para agilizar sus traslados. Otra cosa que está ocurriendo más recientemente es que gracias a los ilustres redactores y modificadores de las leyes de la reciente reforma que le hicieron al Código Orgánico Procesal Penal, ahora uno puede quedar libre pero preso ya que a la hora de una sentencia absolutoria donde te den la libertad el representante del Ministerio Público tiene toda la facultad de apelar esta decisión y así te mantienen preso esperando a que algún día la Corte de Apelaciones de respuesta al respecto. Esto está ocurriendo con mucha frecuencia últimamente.
Realmente son cosas horribles las que tiene que vivir un inocente privado de libertad. Lo más tremendo es que la mayoría de las personas terminan “admitiendo los hechos” porque lo ven como la salida más fácil para conseguir la libertad y lo hacen sin tener nada que ver en lo que los están acusando. Y esto no es nuevo, recuerdo haber leído una vez un excelente artículo escrito por algún famoso abogado donde hablaba de esto. Supongo que lo hizo porque de alguna manera esto afecta los ingresos de los abogados privados. Sea como sea, todo cuesta una fortuna y un proceso judicial es muy costoso, así que quien no tenga con qué costearlo, lo más probable es que dude de su dignidad y termine asumiendo la responsabilidad en algo que nunca hizo. A mí me han ofrecido infinidades de veces admitir los hechos pero que va, primero muerto que bañado en sangre.
He leído sobre varias organizaciones que se dedican a ayudar y apoyar a los privados de libertad, a luchar por sus procesos para que sean justos, rápidos y sin vicios y a ayudarlos para que sus derechos se respeten y obtengan todos los beneficios que se merecen. En realidad hacen muchas otras cosas más, pero por desgracia ninguna de esas organizaciones se encuentran en nuestro hermoso y amado país. Acá en cambio únicamente tenemos organizaciones no gubernamentales (ONG) que al parecer son DE presos políticos, POR presos políticos y PARA presos políticos. Únicamente velan por ellos a mi parecer por eso es que dichas organizaciones no tienen vida acá, porque su alcance solo lo limitan a presos políticos y le dan la espalda al resto de los privados de libertad comunes, olvidando (o ignorando) que acá en este país un alto porcentaje de privados de libertad son inocentes y de paso de muy bajos recursos. Ojalá que algún día llegue a existir una o varias organizaciones que en verdad se ganen el respeto de todos al dedicarse no solo a los presos políticos sino a todos los privados de libertad que puedan abarcar. Pero quizás viendo la situación en la que vivimos hoy en día, esa sea una realidad que se encuentra a un millón de años luz…
[Fragmento de un post mas extenso, disponible en http://casojosedelmoral.blogspot.in/2016/10/una-historia-de-terror-contada-por-jose.html?m=1.]
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