Alfredo Vallota
* Este post recoge parte de la conferencia "el trabajo, un valor superado", que el Prof. Vallota -integrante de la Redacción de El Libertario- dictase el pasado miércoles 19/10/2016 en el Centro Cultural Chacao, Caracas.
Hemos visto sucintamente el desarrollo de una sociedad occidental centrada en el trabajo y la manera en que el trabajo llegó a identificarse con la esencia del hombre. El trabajo sobrevino la principal idea-fuerza antropogénica, el invariante por el que nos hacemos humanos, transformadores de la naturaleza, en unión de otros humanos junto a quienes realizamos nuestras acciones. El trabajo devino la condición que debemos satisfacer para ser plenamente humanos, no sólo para las corrientes socialistas y marxistas sino también para el cristianismo y la sociedad occidental en general [35]. Más aún, negarse al trabajo productivo llegó a ser considerado absurdo, o resultado de alguna patología, hasta por los movimientos defensores de los trabajadores [36].
* Este post recoge parte de la conferencia "el trabajo, un valor superado", que el Prof. Vallota -integrante de la Redacción de El Libertario- dictase el pasado miércoles 19/10/2016 en el Centro Cultural Chacao, Caracas.
Hemos visto sucintamente el desarrollo de una sociedad occidental centrada en el trabajo y la manera en que el trabajo llegó a identificarse con la esencia del hombre. El trabajo sobrevino la principal idea-fuerza antropogénica, el invariante por el que nos hacemos humanos, transformadores de la naturaleza, en unión de otros humanos junto a quienes realizamos nuestras acciones. El trabajo devino la condición que debemos satisfacer para ser plenamente humanos, no sólo para las corrientes socialistas y marxistas sino también para el cristianismo y la sociedad occidental en general [35]. Más aún, negarse al trabajo productivo llegó a ser considerado absurdo, o resultado de alguna patología, hasta por los movimientos defensores de los trabajadores [36].
Esta manera de ver al trabajo se refleja en la expresión con que nombramos el esfuerzo de la mujer durante el alumbramiento, trabajo de parto, encerrando en ella el dolor y el amor en el acto creador por excelencia, dar vida. También se hace la base por la que se valoran socialmente las empresas, públicas o privadas, en tanto dadoras de empleo que, independientemente de los beneficios que pudieran obtener de sus empleados, son las que brindarían las condiciones que hacen posible la humanización de los humanos mediante el trabajo, lo que sin duda va más allá del salario.
Pues bien, el hecho incontrovertible que se registra en el último medio siglo lo podemos resumir en que cada vez se produce más con menos trabajo humano y se puede anticipar que esta tendencia, lejos de atenuarse, se verá incrementada [37]. Si todavía no se registra urbi et orbe no es por imposibilidad técnica sino porque el trabajo humano se ha hecho paulatinamente tan barato que en muchos lugares es todavía más ventajoso que la tecnificación de las tareas. Basta mirar a nuestro país en donde se vende como un logro del gobierno, principal empleador, y mucha gente así lo estima, que el trabajador reciba la parte principal de su remuneración en forma de tickets de alimentación, es decir, como esclavos del siglo XXI trabajamos principalmente por una escasa comida.
Esto, no cabe dudarlo, muestra una verdadera crisis ante la desaparición de aquello que es la fuente de ingreso de millones de personas pero más aún, como hemos visto, de lo que se considera como el sustentador de la mismísima humanidad del hombre. Pero la indetenible disminución de ofertas de trabajo lleva a poner en tela de juicio la concepción del hombre como un ser cuya esencia es el trabajo [38]. Si la esencia del hombre es el trabajo ¿Qué sucede si no trabaja porque no hay trabajo? ¿Dejaría de ser humano y no cabría entonces preocuparse por su bienestar, su subsistencia, sus derechos, su dignidad de persona? Si el trabajo es fundamento de relaciones sociales ¿El hombre sin trabajo volverá a la condición de animal aislado o reducido a su entorno familiar también debilitado? Ante la ausencia de trabajo para millones y millones de seres humanos ¿Cómo se gestiona la adquisición de los medios para la subsistencia de cada uno? ¿Estamos ante la situación de modificar lo que se concibe como la esencia del hombre? Si así fuera ¿La esencia del hombre cambiaría con las circunstancias?
Esta crisis se aprecia fácilmente en la secuela de miseria y desamparo de la desocupación, la progresiva disminución del porcentaje correspondiente al trabajo en la distribución de la riqueza, la pérdida de seguridades sociales asociadas, la pérdida de influencia de las asociaciones sindicales de trabajadores, ausencia para muchos de sentido en la vida, falta de motivación en la educación y el estudio, imposibilidad de planear la existencia, desinterés en la vida colectiva, caída en las peores formas de la manipulación política favorecida por la mendicidad a la que los ciudadanos son sometidos ante las diferentes formas de poder, degradación intelectual y moral, y a serios riesgos de supervivencia para gran parte de la población del planeta. Hemos llegado al punto que, lo que en los años 70 denunciábamosperder la vida trabajando para ganarse la vida, hoy se presenta como un desideratum, sin posibilidades de alcanzarlo.
Hay intentos por resolver el trance sin abandonar la primacía que ostenta el trabajo orientadas a salvar puestos de trabajo, facilitar la generación de empleo, promover el desplazamiento de ocupaciones de un sector deprimido a otro más floreciente, disminuir las horas de trabajo, sostener a los desocupados mediante ayudas económicas, desplazamientos de grandes masas de población a países donde hay oferta de trabajo, es decir, empeños por frenar lo que parece inexorable, pero sin modificar el modelo de sociedad y la concepción del ser humano fundados en el trabajo. Si bien en algunos casos se han logrado paliativos, insuficientes, lo que muestra que lo que debe solucionarse es un problema más de fondo que afecta los cimientos de nuestro modelo civilizatorio [39]. Es por ello el marxismo, que vimos era una de las corrientes reivindicadoras del trabajo, en sus movimientos revisionistas ha abandonado uno de sus pilares, la lucha de clases de las que el proletariado trabajador era protagonista. El socialismo marxista ha dejado de depender de los trabajadores y alcanzarlo es ahora responsabilidad principal de los intelectuales.
Si el trabajo fuera constitutivo de la esencia humana en lo individual y lo social, como hemos mostrado, la progresiva disminución de oferta de trabajo haría que millones de personas estuvieran privadas de hacerse plenamente humanos o permanecer como tales. Por ello es que, en las posiciones más extremas de liberalismo económico, no faltan quienes proponen que, tal como los antiguos no se alarmaban por la vida de quienes no eran humanos plenos, en estos tiempos habría que dejar de preocuparse por los que no trabajan para que, los que alcancen la humanidad vivan en mejores condiciones [40]. Según esta línea de pensamiento hemos de aceptar que una parte de la población del mundo debe pagar, incluso con su vida y seleccionada con criterios variados (fe religiosa, poder económico, identificación ideológica, u otros), para que otra parte pueda sobrevivir y progresar. Esto se presenta como una conclusión monstruosa, para los individuos y para el colectivo, luego de casi medio milenio de aspirar a construir una cultura centrada en el valor del ser humano.Y esto también la encontramos en algunos movimientos calificados como neo-socialistas que priorizan embelesamientos como el partido, el estado o el pueblo y proponen sacrificar a cuantos hombres sea necesario para salvar a la Humanidad, la Revolución o un encanto equivalente.
Pero también cabe pensar, que es la tesis que sostengo, que la sociedad fundada en el trabajo humano está llegando a su fin como consecuencia de sus propios éxitos, entre los que destaca el desarrollo de la técnica. Con ello se hace necesaria una revisión de los fundamentos de nuestra concepción del hombre, en lo individual y en lo colectivo, dada la identificación que, desde una perspectiva marcada por la economía política, se ha identificado la esencia del hombre con el trabajo productivo. Como consecuencia de esta revisión, es de prever la modificación de las condiciones en que se ha de asegurar la subsistencia, la manera con que se ha de concebir la realización personal, la socialización, la educación, la razón de ser, estructura y metas de las empresas e instituciones que hemos construido a partir de esos fundamentos, dando lugar a una nueva institucionalización con la que los seres humanos organicen sus vidas en el futuro cercano. A pesar del vertiginoso desarrollo tecno-científico del que hemos sido testigos, la sociedad occidental sigue apoyada en la noción de trabajo como aquello por lo que nos entendemos, nos hacemos inteligibles a nosotros mismos y orienta nuestra vida y es lo que la mantiene en la situación que Max Weber llamaría encantada. Si hemos de desencantarla, esto no significa otra cosa que hay que encantarla de manera diferente, incorporarla a otro orden, en otra secuencia diferente de la que estaba inmersa, crear otro paradigma cuyo diseño es el desafío que tenemos. El primer paso es, precisamente, reconocer que nuestra esencia, la esencia del hombre es variable y epocal, y que, a lo largo del tiempo, nos hemos entendido a nosotros mismos y a los demás de manera diferente, aunque nuestro punto de partida sea una misma dotación congénita desde donde nos construimos de manera diversa [41]. Por lo que, si en el último siglo hemos llegado a concebir al ser humano como idéntico al trabajo, es posible, o necesario, hacerlo de otra manera [42].
Notas:
[35] Cfr. Castro Aguayo, F.: Catecismo de la Iglesia Católica, Síntesis, Parroquia Sagrada Familia de Nazaret y San Josemaría Escrivá de Balaguer, Baruta, (2ª edición 2008), p. 27: El hombre que no trabajaa peca porque no se desarrolla como persona y no contribuye el bien de la sociedad. Además una vida perezosa es una fuente de muchosmales para uno y para los demás.
[36] Enrico Malatesta, una de las grandes figuras del anarquismo italiano comenta: "Si nos dicen que habrá hombres que no querrían trabajar, abundamos en seguida en óptimas razones para demostrar que el trabajo, es decir, el ejercicio de las propias facultades y el placer de la producción, es condición del bienestar humano y que por lo tanto resulta absurdo pensar en hombres sanos que quieran sustraerse a las necesidades de producir para la colectividad, cuando el trabajo no sea, como lo es hoy, oprimido, explotado y despreciado." Cfr. Richards, V.(Sel) : Malatesta, pensamiento y acción revolucionarios, Proyección, Buenos Aires, (1965), p. 191.
[37] Uno de los ámbitos con resultados más espectaculares es el agrícola-ganadero. En EE.UU. en 1910 había 25.000 tractores, en 1920 llegaban a 246.000, en 1940 a 1,6 millones y en 1960 a casi 5 millones. Paralelamente, en 1850 en EE.UU. el 60% de su población estaba empleada en este sector y a finales del siglo XX era menos del 2,7 %favoreciendo la economía de escala. En cuanto a productividad, en 1850 un agricultor producía alimentos para 4 personas mientras que en la actualidad lo hace para 80. Cfr. Rifkin, J.: El fin del trabajo, Paidós, Buenos Aires, (7ª reimpresión 2002), pp. 141-143. El capítulo se llama No más granjeros. En Francia, en 1945 la agricultura absorbía el 30 % de la población mientras que en 1975 sólo el 10 %. Cfr. Bouvier, P.: Le Travail, PUF. Paris (1991), p. 59.Como ejemplo puntual uno de los saborisantes de mayor consumo es la vainilla, que se produce en casi el 98% en las islas Madagascar, Reunión y Comores en el Océano Indico y en cuya producción laboran más de 100.000 agricultores y resulta en un costo de casi 3.000 dólares el kilo por la complejidad de su extracción. En la actualidad, la producción mediante transferencia de genes y/o cultivo de tejidos permite producirla a un costo 100 veces menor. Cfr. Rifkin, J.: El fin del trabajo, Paidós, Buenos Aires, (7ª reimpresión 2002), pp. 155-156.
[38] Cfr. Vallota, A. D.: "La técnica y el desafío del siglo XXI", El Cuervo # 31, Universidad de Puerto Rico, Aguadilla, (2004), p. 56 y ss.
[39] En esta parte del mundo en la que vivimos la opción parece haber sido menos elaborada ya que nos hemos limitado al discurso quejumbroso contra enemigos que nos acechan y fuerzas abstractas que nos acosan,o a cubrir la situación con la retórica a la que somos tan proclives, mientras presenciamos en Latinoamérica el incremento de quienes viven en situación de pobreza y franca miseria sin que haya ninguna reflexión ni propuesta coherente ni constante ni proyecto alguno firme y claro para resolverlo, salvo la denigrante, ocasional y arbitraria limosna estatal, aunque está lejos de ser una asistencia social ordenada generadora de derechos. Más que soluciones, nos hemos dedicado a buscar explicaciones de por qué no las buscamos y culpables sobre los que volcar la responsabilidad. Sin duda que esto se presenta como socialmente insostenible cuya explosión y consiguiente situaciones de conflicto y violencia parecen insoslayables.
[40] Cfr. Stolerú, L.: La France à deuxvitesses, Flammarion, París, (1982): Cook, R.H yP,J.: The winner-take-all society, Free Press, New York, (1995).
[41] Cfr. Vallota, A. D.: "Meta-técnica, antropocentrismo y evolución", Revista Hispanismo Filosófico# 3, FCE, Madrid, (1998), p. 91.
[42] Cfr. Vallota, A.D.: "De la metafísica a la meta-técnica", Revista de la Sociedad Argentina de Filosofía, Año X-XI, Nº 11, Córdoba, 2001,, pp. 175-201.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.