Oriana Faoro (Correo del Caroní)
Venezuela tiene la conexión a internet más lenta de toda América Latina según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y otros estudios publicados en 2015. Como ocurre con los servicios públicos, la continua desinversión del Estado en materia de telecomunicaciones se tradujo en un retroceso tecnológico en la plataforma que a partir de 2011 fue decretada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como un Derecho Humano.
En 2016 la conexión a internet se ha vuelto más inestable, factor que se añade a la lentitud en la transmisión de los datos como obstáculos para mantenerse informado y para trabajar. Por ejemplo, el 12 de julio toda Ciudad Guayana estuvo sin conexión a internet durante la mañana por una falla técnica aún desconocida. “Normalmente tenemos que subir cosas que están en nubes fuera del país y se hace complicado interactuar con el servidor que está afuera”, relata Noel Pérez, programador y desarrollador web free lance en Ciudad Guayana. “Esto baja demasiado la productividad porque no se cumplen con las fechas estipuladas. El internet es una variable que afecta a toda una planificación de trabajo, sin contar también que el programador tiene que documentarse y estar constantemente conectado a internet para resolver sus inconvenientes”, añade Pérez. Alexandra Navarro, diseñadora gráfica, agrega los apagones a la deficiencia del servicio de internet. “El servicio es pésimo. La productividad baja mucho”.
Negligencia del EstadoVenezuela tiene la conexión a internet más lenta de toda América Latina según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y otros estudios publicados en 2015. Como ocurre con los servicios públicos, la continua desinversión del Estado en materia de telecomunicaciones se tradujo en un retroceso tecnológico en la plataforma que a partir de 2011 fue decretada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como un Derecho Humano.
En 2016 la conexión a internet se ha vuelto más inestable, factor que se añade a la lentitud en la transmisión de los datos como obstáculos para mantenerse informado y para trabajar. Por ejemplo, el 12 de julio toda Ciudad Guayana estuvo sin conexión a internet durante la mañana por una falla técnica aún desconocida. “Normalmente tenemos que subir cosas que están en nubes fuera del país y se hace complicado interactuar con el servidor que está afuera”, relata Noel Pérez, programador y desarrollador web free lance en Ciudad Guayana. “Esto baja demasiado la productividad porque no se cumplen con las fechas estipuladas. El internet es una variable que afecta a toda una planificación de trabajo, sin contar también que el programador tiene que documentarse y estar constantemente conectado a internet para resolver sus inconvenientes”, añade Pérez. Alexandra Navarro, diseñadora gráfica, agrega los apagones a la deficiencia del servicio de internet. “El servicio es pésimo. La productividad baja mucho”.
El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) de Venezuela emprendió en julio la campaña #NavegarConLibertad para documentar y hacer públicas las limitaciones y consecuencias negativas de tener la peor conexión a internet de Latinoamérica.
La investigadora Iria Puyosa, en entrevista con esta ONG, precisa que el proceso de involución de las telecomunicaciones en Venezuela comenzó en 2007 con la estatización de Cantv. A partir de allí, el Estado venezolano empieza a contravenir sus propios objetivos.
En el 2000, el entonces presidente Hugo Chávez firmó el decreto N° 825 en donde se declara “el acceso y uso de internet como política prioritaria para el desarrollo cultural, económico, social y político del país”, ordenando la paulatina incursión de todos los ministerios en sistemas en línea para la atención al usuario. Sin embargo, el Estado ha incumplido con la adecuación de la infraestructura que permita mejorar la conectividad de los ciudadanos. En 2009 Chávez firma el decreto N° 6.649, en donde declara los gastos en materia de telecomunicaciones dentro de los gastos suntuosos. En 2013 Venezuela comienza a tener la peor conectividad del continente.
El presidente Nicolás Maduro da otro golpe al avance tecnológico del país cuando a finales de 2013 anuncia un recorte en la inversión para telecomunicaciones para 2014 y 2015, lo que contrasta con la entrega masiva de equipos de computación en medio de un velado uso propagandístico. Puyosa afirma que las políticas de desinversión, restricción de divisas para la importación de equipos tecnológicos y la no inversión en internet dentro de universidades nacionales conforman las causas del pésimo servicio on line del país, que representa además un golpe a la libertad de expresión e información cuando atenta contra la facilidad de acceder a redes sociales o medios informativos, así como también cuando el Estado comenzó a bloquear dominios y páginas web.
Respecto a otros países
Lisbet Albarrán es ingeniera mecánica egresada de la Unexpo, con maestría en Dirección y Administración de Proyectos (Máster DAP) en la Universidad de Valencia, España.
La institución Máster DAP la contactó para formar parte de la plantilla de profesores del posgrado, en la modalidad a distancia, desde acá. “Las clases tenían que ser en vivo (…) Teníamos listo el programa y lo estábamos ubicando dentro de la maestría pero cuando confirman la velocidad de conexión que tengo, la respuesta fue que la velocidad de mi internet (la máxima que ofrece ABA para conexión de hogar) no era ni la mitad” de lo requerido.
Si bien Cepal coloca a Venezuela en el último lugar de conectividad de internet con 2,3 mega bits por segundo (mbps) en 2015, la empresa Ookla Netidex asignó a Venezuela la misma posición pero con 2,10 mbps, mientras que la compañía Mediatelecom indica que en el país hay una velocidad promedio de 1,3 mbps. Para este trabajo, Correo del Caroní consultó la velocidad de internet de una computadora en Puerto Ordaz con un plan de ABA 6 mbps, a través de la página www.speedtests.net: el promedio de la conexión del ordenador estuvo entre 0,66 (10:00 de la mañana) y 1,22 mbps (5:00 de la tarde), lo cual demuestra que para 2016 la conexión ha desmejorado.
La presidenta de Movilnet, Jacqueline Faría, indicó el 11 de julio que la poca velocidad del internet venezolano responde a la democratización del servicio y su accesibilidad económica para todos. “En otros países es más rápido porque lo usan pocas personas y es carísimo”. En respuesta a la funcionaria, el 14 de julio dirigentes del Sindicato de Trabajadores Telefónicos, como Víctor Urbáez de Anzoátegui, respondieron que la precaria conexión se debe a que las conexiones aún son de cobre y no de fibra óptica. “Ofrecemos de 4 a 20 megabytes pero no llegamos a 2. El cliente no obtiene el servicio por el cual paga”, afirmó.
Proyectos olvidados
Iria Puyosa, investigadora en comunicación política y redes sociales, indicó a IPYS que dos importantes proyectos estatales en materia de comunicación están olvidados. En primer lugar, el Octavo Proyecto de Servicio Universal o Red Nacional de Transporte (2011), que incluye la instalación de 6.886,22 kilómetros de fibra óptica en todo el territorio del país con 213 nodos, más centros de operaciones de la red, para mejorar las conexiones en 18 estados del país.
Según la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), este proyecto debía culminarse en 2012, sin embargo, cuatro años más tarde sigue inconcluso. En segundo lugar, el Noveno Proyecto de Servicio Universal, que trataría de la mejora de conexiones hacia los hogares, dando prioridad a la red Orinoco-Apure y región nororiental del país, zonas con poco acceso a internet. Debía culminarse en 2020, pero en 2015 se canceló.
La falta de inversión en mejorar la velocidad del internet venezolano no solo imposibilita el crecimiento tecnológico o dificulta las oportunidades profesionales, también es piedra de tranca para la libertad de expresión e información, y representa el rezago de la sociedad venezolana en cuanto a investigación y educación de calidad.
[Tomado de http://www.correodelcaroni.com/index.php/mas/comunicacion/item/47498-a11.]
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