José Gómez Biamón
En el día de hoy recordamos, cuando en el 1961 Fidel
Castro, el líder máximo de la Revolución Cubana declaró que la Revolución era
socialista, en el sentido del marxismo-leninismo. De esa manera, Cuba
estableció lazos ideológicos con la Unión Soviética y eso trajo una secuela de
eventos que transformarían la geopolítica del Caribe para siempre. Igualmente
Fidel Castor rompió con el movimiento anarquista, que ayudó a la Revolución
desde el inicio, pero en Cuba se retienen al día de hoy los símbolos anarquistas
que testimonian esa interesante influencia.
El movimiento anarquista en Cuba fue muy fuerte en el
sector obrero de esa Isla. Concentrado, pero no limitado a los tabacaleros, el
anarquismo en Cuba fundó varios periódicos y agrupaciones muy importantes en la
política cubana del S. 19. Las influencias de Mijail Bakunin y de Pierre Joseph
Prodhoun fueron notables en la Sociedad Mutualista Proudhoniana (1857) y en el Periódico
La Aurora (1865), solo para mencionar los primeros que florecieron.
En los talleres de tabaco de Cuba y de Puerto Rico se
leían textos de revolucionarios anarquistas, de esa forma los obreros estaban
muy ilustrados en todos los temas libertarios. A modo de comentario, los
tabacaleros puertorriqueños igualmente fueron participes del movimiento
anarquista internacional, como se puede ver en las obras sobre Luisa Capetillo
y también en el Diario de Bernaldo Vega. En este sentido, el Caribe desde el S.
XIX y en el S. XX fue un fértil jardín del anarquismo.
En la Guerra de Independencia de Cuba (Guerra de los Diez
Años) el anarquismo cubano dio vital apoyo a los independentistas, habiendo
muchos líderes que habían participado en la Comuna de París (1871) inmersos
activamente en la Guerra. Los anarquistas se distinguieron en buscar el apoyo
de negros cubanos esclavos, para que lucharan por su independencia y libertad.
Igualmente, durante la Segunda Guerra de Independencia de
Cuba (1895) el anarquismo se distinguió por su ayuda a la revolución. En el
caso específico de los tabacaleros de Tampa y otros lugares de los Estados
Unidos, el apoyo económico, logístico y de propaganda de estos grupos muy
ligados al anarquismo internacional fue el factor decisivo en la
Internalización de la Guerra y para su subsistencia en el suministro de armas.
Luego del final del régimen español en la Isla de Cuba,
el anarquismo se mantuvo muy fuerte en la Isla, con una tendencia más
anarco-sindical, inmersa en conflictos con capitalistas y el gobierno de la
Isla.
En la Guerra Civil Española, donde el movimiento
anarquista tomó un rol de militancia internacional, los cubanos anarquistas
fueron en grandes números a combatir en zonas como en Barcelona, por ejemplo.
Muchos de estos anarquistas regresaron a Cuba y se mantuvieron activos en el
sindicalismo y en la lucha política de la Isla. Ese fue el caso con los anarquistas
y Fidel Castro.
En el Movimiento del 26 de julio hubo alianzas políticas
con varios grupos anarquistas de Cuba. Entrenaron milicias y enseñaron ideas
libertarias a los revolucionarios. El mejor testimonio, vivo al día de hoy, es
La bandera roja y negra del movimiento 26 de julio que es de tipo anarquista.
Igualmente, la apariencia física de los llamados barbudos, hace alusión a un
grupo de revolucionarios anarquistas en el Caribe, muy distanciado al
imaginario del estalinismo Soviético o del maoísmo de China. En Cuba, durante
la gesta del Movimiento 26 de julio estuvo llena de una fuerte dosis de
individualismo revolucionario anarquista.
Las relaciones del Movimiento del 26 de Julio con el
movimiento socialista Internacional, no fue la mejor en sus inicios. Inclusive
las relaciones con el Partido Comunista generaron ciertos conflictos
ideológicos, que luego fueron resueltos, pero por eso no dejaron de estar
manifiestos. Estas relaciones estuvieron llenas de las contradicciones, entre
ideologías literarias de tipo individual vis a vis el socialismo internacional,
liderado por la Unión Soviética. Las relaciones de Cuba y la Unión Soviética
fueron iniciadas por el dictador cubano Fulgensio Batista, asunto que enfureció
grandemente a los Estados Unidos, como señala el historiador trinidino Eric
Williams. No obstante, fue Castro quien se aprovechó de esas relaciones
diplomáticas y la culminó con la declaración del 16 de abril.
Los anarquistas cubanos, mantuvieron una resistencia al
socialismo marxista-leninista del tipo de la dictadura del proletariado, en
contra de Fidel Castro. Inclusive en el 1961, las agrupaciones y organizaciones
anarquistas fueron expulsadas de la Isla. Estos libertarios buscaron refugio y
apoyo en ciudades como Miami y Nueva York en los Estados Unidos. También muchos
fueron para Argentina y Francia.
Aunque el anarquismo fue eliminado de la revolución
cubana, sus símbolos están vivos y son evidencia de una larga historia de lucha
obrera y libertaria en esta Isla hermana. El anarquismo cubano está engranado
de tal forma que no podrá ser olvidada.
Fuente: Fernández, Frank. “El Anarquismo en Cuba”, Ed.
Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, Madrid, 2000. 142pp.
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