Javier Smaldone
Por
lo general, cuando un político (politólogo, abogado o similar) analiza cómo
solucionar los problemas del sistema electoral argentino, aparece el argumento
de la modernidad, expresado más o menos de la siguiente forma: “¿Cómo puede ser
que en pleno siglo XXI sigamos votando con papeles y contándolos a mano?
Tenemos que modernizar el sistema”. Acto seguido, esboza una propuesta en la
que la solución parte de introducir una computadora (o varias) en el proceso de
emisión del sufragio. “Boleta única electrónica“, “boleta única digital“, “voto
codificado“, entre otros, son los nombres con los que se bautiza a variantes de
sistemas de voto electrónico (con respaldo en papel), que nos permitirían
erradicar los vicios electorales. Pero… ¿cómo se vota en el resto del mundo (en
particular, en los países considerados “modernos”)?
Votar
es un problema universal (hasta en Corea del Norte se vota), que existe desde
hace bastante más de un siglo, y que en general tiene los mismos requisitos de
igualdad y secreto que en nuestro país. Sin embargo, los analistas locales
parecen negarse a examinar cuáles son las formas en las que el resto del mundo
ha intentado solucionar los mismos problemas que hoy se nos presentan (y cuáles
han sido los resultados de esos intentos). A continuación, algunos fragmentos
(adaptados) de la ponencia presentada por Enrique Chaparro en el III CongresoArgentino de Derecho Electoral.
Definición
Adoptamos
la definición de “voto electrónico” de (Alvarez y Hall 2010, 9–10): la acción
del votante que convierte su selección en en una cadena de señales electrónicas
define la condición de voto electrónico. Esta, por lo demás, es consistente con
la opinión generalizada tanto jurídica como técnica. Los sistemas denominados
comercialmente “boleta única electrónica”, como los usados en las elecciones
locales de 2015 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la provincia de
Salta, pertenecen pues a esta clasificación: es un sistema de registro
electrónico, puesto que las opciones escogidas por el votante se registran
directamente en una memoria electrónica incluida en la BUE, e incluye un
comprobante impreso verificable por el elector. Para el caso, carece de
significación que el registro electrónico se realice en un dispositivo distinto
de la misma especie para cada voto, o que se acumule en una única unidad de
memoria incorporada al dispositivo en el cual se lleva a cabo la emisión del
voto, puesto que la lógica implícita es la misma. Tampoco hace diferencia que
el proceso de totalización se lleve a cabo con cierto diferimiento o en
simultaneidad con la emisión del voto, porque en ambos casos la operación
involucrada implica leer del dispositivo de memoria (distribuido en
dispositivos individuales en el caso de la bue o sistemas similares, o
consolidado en otros sistemas) mediante un programa y acumular los resultados
parciales hasta obtener el escrutinio provisorio.
La experiencia mundial
A
finales del siglo pasado y comienzos del actual hubo una marcada propensión a
considerar las percibidas ventajas de los sistemas de voto electrónico que
llevó a muchos gobiernos a experimentarlo y ponerlo en práctica. Los Estados
Unidos fueron un país pionero en la implantación de sistemas de voto
electrónico en los últimos dos decenios del siglo pasado, principalmente debido
a tres razones: las particularidades de su sistema electoral, que hacen muy
complicada la cuenta manual, el desarrollo de su industria informática y una
prolongada tradición en el uso de dispositivos primero mecánicos y luego
electromecánicos que se remonta a finales del siglo XIX. El primer sistema de
voto electrónico con selección por pantalla fue patentado en 1974 (McKay et al.
1974). En Europa, la adopción temprana tuvo lugar en los Países Bajos y
Bélgica; Alemania contó tempranamente con disposiciones legales habilitantes,
pero el empleo de sistemas de voto electrónico no fue significativo hasta
entrada la primera década del siglo XXI. Este impulso inicial, sin embargo, no
parece haber logrado los alcances inicialmente imaginados.
En
2015, tomando en cuenta hasta la última elección general en cada caso, los
sistemas automatizados de emisión conocidos genéricamente como “voto electrónico”
eran utilizados por la mayoría de los electores en solo cuatro países del
mundo: Bélgica, Brasil, la India y Venezuela. En los Estados Unidos es el
segundo sistema más usado, después del basado en lectura óptica de boletas
marcadas por el elector, en tanto que en Canadá sólo se utiliza en algunas
ciudades en elecciones de nivel municipal.
Mientras
tanto, países que lo habían adoptado o realizado pruebas piloto fueron
abandonándolo: los Países Bajos, donde la cantidad de votantes que utilizaban
voto electrónico era superior al 90%, retornaron al voto en papel con cuenta
manual en 2008, después de que se detectase fraude en las elecciones comunales
de una pequeña localidad, la asociación civil Wij vertrouwen stemcomputers niet
demostrase graves fallas de seguridad en el sistema empleado (Gonggrijp y
Hengeveld 2007) y el tribunal superior de Amsterdam anulara en octubre de 2007
la certificación de las máquinas Nedap; el tribunal constitucional federal
declaró la inconstitucionalidad del sistema de voto electrónico usado en
Alemania en 2009; el tribunal constitucional de Austria, donde se había llevado
a cabo una elección experimental pero vinculante para la Federación de
Estudiantes la declaró nula y fijó normas muy estrictas para futuros intentos;
en enero de 2010 el Ministerio de Justicia de Finlandia comunicó que el
gobierno de ese país desistía de sus proyectos luego de que el Supremo Tribunal
Administrativo (Korkein hallinto-oikeu) declarara nulas y ordenara rehacer por
medios convencionales las elecciones en que se había experimentado en tres
municipalidades en 2008; y la corte constitucional de Bulgaria declaró
inconstitucionales ciertas provisiones del código electoral que autorizaban el
uso del voto electrónico.
En
Francia el uso de machines à voter fue autorizado por la ley 69-419 del 10 de
mayo de 1969 modificatoria del Código Electoral. Las máquinas electromecánicas
nunca se extendieron demasiado, y pronto cayeron en desuso, pero en 2002 una
nueva ola de modernización llevó a instalar en forma experimental sistemas de
voto electrónico en tres comunas, incrementándose progresivamente el número
hasta 2007. La instalación de sistemas de voto electrónico se encuentra en
moratoria de facto, porque desde finales de 2007 el ministerio del Interior no
ha dado nuevas autorizaciones a las comunas para incorporar este tipo de
equipamiento, el uso ha disminuido desde su máximo de 82 comunas y 1,5 millones
de electores en 2007 (5% del padrón electoral nacional) a 64 comunas y 1 millón
de electores en 2012, y se han presentado varios proyectos de ley para su
erradicación definitiva. Irlanda planeó introducir un sistema de voto
electrónico para las elecciones de 2004 para lo que adquirió equipamiento entre
2002 y 2003, pero nunca llegó a efectivizarlo por resistencia de los electores
e importantes sectores académicos, abandonando el proyecto en 2009 y finalmente
destruyendo las máquinas en 2012; en Lituania las intenciones de la autoridad
electoral para introducir voto electrónico han sido sistemáticamente rechazadas
por el parlamento; Noruega realizó un estudio de factibilidad en 2006, una
prueba piloto en 10 municipalidades en 2010 y otra en 2013, para finalmente
anunciar oficialmente el abandono de todas las pruebas en junio de 2014; el
Reino Unido realizó varios pilotos entre 2000 y 2007, pero tomando en cuenta
los resultados negativos en otros países y las críticas de la Comisión
Electoral no se han hecho nuevos intentos desde entonces; en noviembre de 2011
el gobierno de Kazajstán decidió abandonar el sistema Sailau que había iniciado
en 2004, en razón de que la preferencia de los votantes por el papel, la
desconfianza de los partidos y el costo;16 y en Paraguay, que venía adoptando
gradualmente el sistema brasileño desde 2001 y que para 2006 había alcanzado prácticamente
la cobertura completa del padrón electoral, el Tribunal Superior de Justicia
Electoral dispuso el retorno al voto manual en papel en las elecciones
generales de 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.