Revista Libre Pensamiento (Editorial # 85)
La ciencia, ese cúmulo de conocimientos, saberes, construcciones mentales, teorías, desarrollo tecnológico, creaciones, invenciones, soluciones... que la integran, refleja el enorme potencial que, como seres humanos, hemos ido construyendo y acumulando a lo largo de miles y miles de años de evolución, para dar respuesta, en unos casos, a los problemas de la supervivencia y a la satisfacción de nuestras necesidades, en otros. Esto supone, que todo ese conjunto de elementos que podemos integrar bajo el concepto ciencia, nos pertenece a la totalidad de la humanidad, son parte consustancial a nuestro propio desarrollo filogenético, no pudiendo ser patrimonio de ninguna minoría al representar el esfuerzo colectivo acumulado de generación en generación. La ciencia, en este sentido, es parte de nuestro legado a las generaciones venideras.
La ciencia, ese cúmulo de conocimientos, saberes, construcciones mentales, teorías, desarrollo tecnológico, creaciones, invenciones, soluciones... que la integran, refleja el enorme potencial que, como seres humanos, hemos ido construyendo y acumulando a lo largo de miles y miles de años de evolución, para dar respuesta, en unos casos, a los problemas de la supervivencia y a la satisfacción de nuestras necesidades, en otros. Esto supone, que todo ese conjunto de elementos que podemos integrar bajo el concepto ciencia, nos pertenece a la totalidad de la humanidad, son parte consustancial a nuestro propio desarrollo filogenético, no pudiendo ser patrimonio de ninguna minoría al representar el esfuerzo colectivo acumulado de generación en generación. La ciencia, en este sentido, es parte de nuestro legado a las generaciones venideras.
Sin duda, el desarrollo científico y su adquisición, ha sido fruto de una iniciativa, de un impulso natural de búsqueda que hemos ido desplegando como especie humana al haber incrementado nuestra capacidad cerebral y las facultades de que disponemos como la inteligencia, el razonamiento, el lenguaje, la abstracción, la creatividad o la propia autoconciencia.
Con el conocimiento científico, nos hemos ido abriendo paso, en el transcurrir de los siglos, en la búsqueda permanente de la racionalidad, de la verdad, de la objetividad, a sabiendas de que dicha verdad es inalcanzable por su dinamismo. Queremos saber el por qué de las cosas, el por qué de nuestra existencia, de nuestra realidad, intentando alejarnos de supersticiones, miedos, explicaciones intuitivas, manipulaciones, esoterismos, creencias, el más allá... y para ello hemos ido de la consolidación de respuestas pero con la lucidez y la inteligencia antidogmática de ser pilares epistemológicos (racionalistas, empiristas, funcionalistas, ...) revisables, dinámicos y flexibles para ser capaces de deconstruir esa arquitectura a la vista de nuevos descubrimientos que así lo exigían.
La eclosión de todo el conocimiento científico acumulado durante siglos, se produce de manera exponencial a partir del espíritu del enciclopedismo y la Ilustración y más específicamente en el siglo XIX con la adopción generalizada del método hipotético-deductivo, de los métodos experimentales de las ciencias de la naturaleza. Y no se ha querido avanzar en la construcción del conocimiento científico sobre la asunción de verdades o realidades no objetivables, indemostrables, sobre argumentos especulativos. Se ha querido hacer, paso a paso, asegurándose la estabilidad de las teorías que existían como punto de partida, y siempre con una serie de principios metodológicos y éticos permanentes, como han sido, la duda permanente, la búsqueda de la racionalidad, la objetividad, la refutabilidad, la falsación, la universalidad, la flexibilidad... frente al dogmatismo y sectarismo, de manera que se es consciente de que la verdad siempre está por llegar, que la verdad de que disponemos siempre es una función del conocimiento científico y desarrollo tecnológico del momento, la verdad siempre se corresponde con un contexto determinado. Y por otro lado, la construcción de conocimiento científico se ha hecho siempre desde la cooperación, desde el apoyo mutuo, desde la complementariedad, la integración, la inclusión. La ciencia ha sido un ingente ejemplo de construcción colectiva, de sustentación de unos saberes en otros. Si hay alguna creación humana que deba ser considerada como colectiva esa es la ciencia y el desarrollo científico.
[Tomado de la revista Libre Pensamiento # 85, Madrid, invierno 2015-2016. Número completo accesible en http://librepensamiento.org/wp-content/uploads/2015/10/LP-85-_web.pdf.]
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