Rubén Hernández
Acabo de vivir una experiencia realmente desagradable, tan negativa que llegué a pensar que perdería la vida, nada más y nada menos que en un linchamiento azuzado por un malandro. ¡Sí amigo lector, por un malandro¡ El mundo al revés en una Venezuela en la que delincuentes comunes y de cuello blanco hacen de las suyas para mantener aterrorizado al pueblo decente y humilde. El capitalismo como sistema, intrínsecamente delincuencial, consolidado en un país en el que los voceros del Gobierno se llenan la boca todos los días para hacer creer que vamos rumbo al socialismo. ¿Qué es socialismo para las autoridades “revolucionarias”?
Acabo de vivir una experiencia realmente desagradable, tan negativa que llegué a pensar que perdería la vida, nada más y nada menos que en un linchamiento azuzado por un malandro. ¡Sí amigo lector, por un malandro¡ El mundo al revés en una Venezuela en la que delincuentes comunes y de cuello blanco hacen de las suyas para mantener aterrorizado al pueblo decente y humilde. El capitalismo como sistema, intrínsecamente delincuencial, consolidado en un país en el que los voceros del Gobierno se llenan la boca todos los días para hacer creer que vamos rumbo al socialismo. ¿Qué es socialismo para las autoridades “revolucionarias”?
Ahora el relato de lo ocurrido. Sucedió en el sector La Vega de la ciudad de Ejido, estado Mérida, la tarde del 14 de mayo del presente año. Estaba caminando en una de las montañas que circundan la zona, disfrutando del paisaje, cuando se apareció un individuoa bordo de una moto con una actitud amenazante, insultando y ordenando que abandonara inmediatamente el lugar. Le pregunté al sujeto que era lo que pasaba, si yo simplemente caminaba por el lugar, como otras tantas veces lo había hecho allí, y el individuo, ante mi sorpresa, me dijo que yo iba a robar su casa, que estaba ‘brujeando’. Le respondí que eso era absurdo, que yo sólo caminaba y no me metía con nadie, pero el tipo insistía en que me fuera, y de pronto metió sus manos en una mochila pequeña, lo que generó en mí un susto tremendo, pensando que iba a sacar a relucir un arma de fuego. Fue ahí que emprendí una carrera veloz para salvar mi vida, y corrí corrí y corrí hasta que llegué a un sitio donde creí estar a buen resguardo, cerca de algunas viviendas.
Donde creí estar seguro me percaté que el sujeto a bordo de su moto venía siguiéndome, y al pasar a mi lado continuó con insultos y amenazas, hasta que se bajó de su vehículo, y entonces metió denuevo sus manos en la mochila, por lo que de inmediato pensé en pedir ayuda de los vecinos, y mi primera opción fue ingresar a un cafetín, a cuyo encargadorogué ayuda, sugiriéndole que avisara a la policía. Pero esta persona en vez de ayudar me advirtió que saliera del cafetín, que arreglara mi problema con el otro sujeto, y fue ahí cuando el motorizado también ingresó y se me vino encima primero con una navaja y luego con un alicate o algo así, ataques de los que me defendí eficazmente. Al instante me fui del local, con otra carrera veloz porque el individuo empezó a lanzarme piedras, y para mi gran asombro, llamó la atención de la comunidad al gritar que yo lo había robado, que tenían que lincharme, que yo era esto y lo otro. Ahí el susto fue mucho mayor, pues por un instante me vi rodeado por una turba de bestias dementes golpeándome sin parar, e imaginé el terror sufrido por aquellos que han sido sometidos y asesinados de esta manera.
Ante tal situación, y tratando de mantener la calma, advertí a los vecinos que ese tipo trataba de hacerme daño sin razón alguna, que era mentira que yo lo había robado, que si eso era verdad que me revisara quien quisiera, un morral en el que llevaba algo para merendar. Tras esto, el sujeto no cedía en sus perversas intenciones, y seguía azuzando el linchamiento mientras continuaba insultándome y arrojando piedras. Finalmente algunos vecinos lo hicieron desistir de querer agredirme o asesinarme con la ayuda de otros individuos, y pude salir de la zona en taxi. Insólito pero cierto, fui a una montaña a hacer una simple caminata, y por poco me linchan, gracias al estímulo de un individuo que, según me confesaron algunos habitantes del sitio, ¡es nada más y nada menos que un malandro al que apodan “El Coco”¡ Es decir, el linchamiento está tan de moda en Venezuela, que hasta los delincuentes lo aplican para agredir y crear temor en quienes “invaden” sus ‘cotos’ delictivos, o para tener sometidas a comunidades enteras mediante el terror.
Tras el relato considero hacer los siguientes comentarios:
1) Agradezco la acción oportuna de los vecinos para frustrar las intenciones del sujeto, y el suficiente raciocinio para no haber llegado al extremo de lincharme. Sin embargo critico que no hayan detenido a esa lacra para luego entregarlo a la policía; de cierta manera hubo complicidad, pues el malandro intentó asesinarme e instigó mi homicidio a la vista de todos.
2) El linchamiento, además de ser una acción aberrante e ineficaz contra la delincuencia, es ejecutado en ocasiones por individuos que tienen rencillascon otros, por ejemplo. Basta con acusar a alguien de ladrón, para que algunos vecinos piensen en lincharlo aun siendo inocente. Otra forma de agredirnos los ciudadanos comunes, para beneplácito del poder.
3) Sugiero que haya vigilancia permanente en el lugar, mediante trabajo conjunto de la policía municipal de Ejido y la comunidad.
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