Oriana Faoro (Correo del Caroní)
El miércoles de esta semana saquearon un camión de Alimentos Polar en Bella Vista, San Félix. Hace quince días, la venta de dos kilos de pasta por persona terminó en violencia y hasta mordiscos en Las Batallas. Porque en Ciudad Guayana -como en toda Venezuela- hay escasez de comida y la desesperación se adueña, cada vez más, de las colas que ya son costumbre para poder comprar algo básico como un kilo de arroz o de harina de maíz precocida.coyuntu
La reciente fórmula del Gobierno nacional para hacer frente a la escasez y desabastecimiento son los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP), que se vislumbra como una nueva célula sociopolítica venezolana. El presidente Nicolás Maduro anunció la creación de este nuevo grupo comunal el 3 de abril de 2016, como “una revolución económica en el Sistema de Distribución de Alimentos del pueblo venezolano, por la vía del socialismo”. El anuncio vino tras la operación gorgojo que dejó empleados de Abastos Bicentenario detenidos en todo el país por presunto desvío de recursos, siendo los CLAP “la cura del bachaqueo y la corrupción”, en palabras de Maduro.
El miércoles de esta semana saquearon un camión de Alimentos Polar en Bella Vista, San Félix. Hace quince días, la venta de dos kilos de pasta por persona terminó en violencia y hasta mordiscos en Las Batallas. Porque en Ciudad Guayana -como en toda Venezuela- hay escasez de comida y la desesperación se adueña, cada vez más, de las colas que ya son costumbre para poder comprar algo básico como un kilo de arroz o de harina de maíz precocida.coyuntu
La reciente fórmula del Gobierno nacional para hacer frente a la escasez y desabastecimiento son los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP), que se vislumbra como una nueva célula sociopolítica venezolana. El presidente Nicolás Maduro anunció la creación de este nuevo grupo comunal el 3 de abril de 2016, como “una revolución económica en el Sistema de Distribución de Alimentos del pueblo venezolano, por la vía del socialismo”. El anuncio vino tras la operación gorgojo que dejó empleados de Abastos Bicentenario detenidos en todo el país por presunto desvío de recursos, siendo los CLAP “la cura del bachaqueo y la corrupción”, en palabras de Maduro.
“Es prácticamente lo mismo que se hacía antes, porque es el mismo comité de alimentación del consejo comunal, con el del comité de contraloría, los que hacen la solicitud de la jornada”, indicó Tibisay Rosas, vocera del consejo comunal Cambalache sector III, de la parroquia Unare. Esta comunidad tiene ocho consejos comunales, por lo que hay ocho CLAP. Para este sábado esperan el Plan piloto de abastecimiento alimentario de la mano de Mercal, junto con otras comunidades de Unare, según informó un comunicado de prensa de la Alcaldía de Caroní. “Esperamos que llegue ese Mercal casa por casa, porque la verdad que Mercal tiene tiempo que no pasa por aquí”. Rosas reconoce que la fórmula popular es la misma, con algunas diferencias de logística. “En mi sector hay 11 calles y hay un jefe (del CLAP) por cada calle. Nosotros traemos la comida y la distribuimos en las casas y lo que se evita es las colas, el despelote, el bachaqueo… porque la comida te llega a tu casa y no al precio del bachaqueo”.
¿Y los mecanismos anteriores?
El Gobierno nacional ya había creado una red estatal de alimentos para garantizar “que la comida llegue al pueblo a precio justo”. Para eso estaban las bodegas de Mercado de Alimentos (Mercal), a precios subsidiados por el Estado. También Pdval y los abastos Bicentenario (producto de la expropiación de hipermercados Éxito y automercados CADA), locales que poco a poco se fueron llenando de colas, ofreciendo menos y menos productos. Los operativos de Mercal y Pdval en cada comunidad, a solicitud de los consejos comunales, previa consignación de un censo de familias dentro de las poligonales… también dejaron de ocurrir, cuando se agravó la escasez.
Isaías Luna, vecino de Pinto Salinas, San Félix, recordó que el último Mercal a cielo abierto llegó el 24 de julio de 2015, momento en el que ya habían esperado cerca de un año por el retorno de la jornada casa por casa, que comenzó en 2014 -previa consignación de censo- y que funcionó por dos meses solamente. Esta jornada también llevaba la bolsa de comida a los hogares y, hasta marzo de 2016, era concebido por Maduro como el plan para “hacer frente a la ‘guerra económica”. “Lo que nos llegó ahorita fue una jornada de Friosa (compañía local expropiada en 2010) y trajeron 250 bolsas de comida, cuando pasamos el censo de 500 familias. Pero ellos dijeron que no tenían suficiente comida para tantas bolsas y vendrán cada 15 días”, a Pinto Salinas, con la limitante de que cada familia podrá comprar una vez al mes. Luna no ve diferencia “con CLAP o sin CLAP. El problema es que los revolucionarios no tenemos a quien reclamarle porque uno pide las jornadas y no llegan. Yo mismo he ido a los depósitos de Mercal en la 321 y ahí no tienen comida”.
Rosas coincidió con el desabastecimiento de Mercal, sobre todo de carne y pollo, pero tiene esperanzas en el nuevo mecanismo. La semana pasada tuvieron su primer operativo gestionado por CLAP, con Alimentos Bolívar (empresa de la Gobernación), quien tramitó los alimentos con Friosa. La bolsa de comida traía: cuatro kilos de harinas de maíz, dos kilos de arroz, un litro de aceite, una harina de trigo, una margarina, un litro de leche y un kilo de caraotas por 2.500 bolívares. El precio incluía 200 bolívares que tuvo que poner cada familia para el traslado y las bolsas de la comida, trámite que anteriormente no existía. “Lo normal es que uno vaya a la bodega o al mercado y compre, pero esa no es nuestra realidad. Nos tenemos que mover para que no nos ahogue el bachaqueo”.
Alcance de los CLAP
El decreto de Estado de Excepción Emergencia Económica que se publicó en Gaceta Oficial N° 6.227, el 13 de mayo, autoriza a los CLAP con “funciones de vigilancia y organización”, junto con los cuerpos de seguridad del Estado, “para mantener el orden público y garantizar la seguridad y soberanía del país”. A Tibisay Rosas no le han llegado directrices de esta función. En su comunidad, se conformaron los CLAP al momento del anuncio de Maduro y para lograr una jornada de alimentación tienen que llevar la lista de los miembros, con el sello del consejo comunal, a cualquiera de los mercados estatales e incluso a Alimentos Polar.
Mientras los CLAP se nombran como la nueva célula que sí acabará con el desabastecimiento y la reventa a precios exorbitantes, [el municiío] Caroní sigue esperando porque se inaugure el segundo abasto Bicentenario (antiguo Koma) que está en espera desde hace cinco años, o que se reabra el Pdval de Vista al Sol, inoperativo desde hace tres, así como el Mercal de Los Alacranes. El Gobierno profundiza las gestiones vecinales para obtener alimentos cuando lo que falta es producción para llenar anaqueles de locales privados y públicos.
[Tomado de http://www.correodelcaroni.com/index.php/economia/item/45237-con-clap-o-sin-clap-el-problema-es-que-las-jornadas-de-alimentos-no-llegan.]
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