Periódico anarquista La Boina
Nota: Debido a los comentarios que recibimos en nuestro Facebook por personas con falta de comprensión lectora queremos aclarar. NO ESTAMOS JUSTIFICANDO NADA. Si todavía cree que estamos justificando algo, vuelva a leer el texto. Sí todavía cree que estamos justificando una muerte de una persona inocente. Absténgase de hacer comentarios. Por el amor de Bakunin.
Nada más conveniente para el Estado que la muerte de un trabajador. Trabajadores que al capital les da lo mismo. Trabajadores que han sido asesinados por el ejército y por carabineros muchas veces y a lo largo de la historia de Chile y del mundo.
Nota: Debido a los comentarios que recibimos en nuestro Facebook por personas con falta de comprensión lectora queremos aclarar. NO ESTAMOS JUSTIFICANDO NADA. Si todavía cree que estamos justificando algo, vuelva a leer el texto. Sí todavía cree que estamos justificando una muerte de una persona inocente. Absténgase de hacer comentarios. Por el amor de Bakunin.
Nada más conveniente para el Estado que la muerte de un trabajador. Trabajadores que al capital les da lo mismo. Trabajadores que han sido asesinados por el ejército y por carabineros muchas veces y a lo largo de la historia de Chile y del mundo.
La violencia contra los trabajadores no es algo nuevo, el capital lo practica todos los días. Es cosa de ver las cifras por accidentes laborales. El Estado asesina a trabajadores sin miramientos de vez en cuando, como a Rodrigo Cisternas, Nelson Quichillao, Juan Pablo Jiménez, muertos de Iquique, o cuando el ejército asesinó a más de 205 personas en un lejano Santiago de 1905 sin ningún pudor.
El Estado es experto en asesinar trabajadores. El capital también. Pero lo que ocurrió el 21 de Mayo no fue el Estado, pero la muerte del guardia de seguridad es conveniente, a fin de cuentas, para los mismos de siempre: El Estado.
Una muerte que apena todo un país. Una muerte que claramente es funcional al Estado y los medios de comunicación, donde darán noticias y reportajes sobre la violencia callejera de ese día. Como no lo hicieron con Rodrigo Cisternas, como tampoco lo hicieron con Matías Catrileo, Daniel Menco, la Claudia López y tanto otros.
La noticia nos conmueve y nos da una pena enorme. Nos gustaría que ese trabajador estuviera con tu familia en ese momento, abrazando a sus hijos, como lo hacen muchos otros en estos momentos. Pero el destino decidió otra cosa.
Por otro lado, personalmente, no creo que las personas que practican la violencia callejera quieran matar a alguien o hayan siquiera pensado que existía aquel riesgo. Realmente se me hace difícil pensar que alguien que quiera quemar una farmacia, donde sus dueños son unos delincuentes que asaltan a personas como Eduardo todos los días, quisiera ese resultado. Por lo general este tipo de actuar es contra la propiedad no contra la vida humana. Queremos aclarar que no estamos justificando nada. Sólo tratamos de entender los hechos
Creo que hay que reflexionar dos cosas:
1) Creo que las personas que practican la violencia callejera, tienen que reflexionar en torno al hecho puntual, de cómo se práctica el accionar. Y que analicen bien los resultados de esta acción el día de hoy, por que no es algo menor: Una persona resultó muerta. Sus hijos lloran, sus nietos también. Sus amigos, sus compañeros de trabajo. Tenemos que reflexionar en torno a la violencia que puede ser liberadora, (por ejemplo la de los milicianos en la guerra civil del que trataron de evitar el Fascismo en España) o que puede ser un acto horrible como en este caso.
2) ¿Qué hace un trabajador en un edificio donde se sabe que puede correr peligro? Ya que no es primera vez que hay disturbios un 21 de Mayo en Valparaíso, y no es primera vez que una Farmacia es objetivo de un ataque incendiario. Ante ello ¿Por qué los empleadores envían a trabajar a sus empleados sabiendo que estas acciones ocurren?
Como dije antes dudo que la intención de estas personas haya previsto la posibilidad de este resultado. Y creo que en estos momentos esas personas no deben estar pasándolo bien. Yo personalmente no los juzgo.
Este clima de violencia no nos conviene, en el 2011 mataron a Manuel Gutiérrez, el 2013 a Juan Pablo Jiménez, el año pasado un desquiciado asesinó a sangre fría a dos estudiantes. Y hoy muere accidentalmente un trabajador. El panorama es desolador. Si bien algunos dicen que estamos en una guerra, pues miren ¡Estamos Perdiendo!
Burgos debe estar contento en su oficina. A quienes provocaron el incendio los están buscando con lupa, pero no así a quienes tenían a un guardia de 70 años trabajando un día feriado, conociendo los peligros que corren los 21 de mayo. Están buscando a gente y si no la encuentran inventaran “culpables”, porque así opera el Estado si no encuentra los culpables los inventa. Todos los vimos con el Caso Bombas, con el caso PDI.
Burgos con todo su arsenal neo-fascista. Recordemos que él operó en La Oficina en los 90 cuando dejó de funcionar la CNI. Es alguien que sabe, que se maneja en estos temas. El Estado con este caso está contento puesto que se levantará con más fuerza que nunca, y ahora con más apoyo que nunca con el cuerpo social que queremos conquistar para su emancipación. (Llámenlos como quieran: ciudadanos, pueblo, trabajadores, chilenas, hombres y mujeres que queremos que se emancipen del Estado apoyarán la persecución real o ficticia de un accidente).
Las noticias son lamentables, tengo pena. Tanto por el recién fallecido, como por lo que se vendrá después.
Si algún familiar de don Eduardo, algún amigo, algún compañero de trabajo lee esto. Quiero comunicar que este hecho le duele a todos. Sé que mi dolor no es equiparable al que ustedes deben estar sufriendo pero quisiera mandarle un abrazo. Quizá no ayude de mucho. No se lo que se siente, no se lo que sienten. Pero quisiera acompañarlos en sentimiento, tanto como los acompañan en sentimiento muchas personas de esta región dominada por el Estado de Chile.
Por último queremos compartir una reflexión de Errico Malatesta sobre la violencia, que nunca estará demás recordar.
“Los anarquistas están en contra de la violencia. Es sabido. La idea central del anarquismo es la eliminación de la violencia de la vida social; es la organización de las relaciones sociales fundadas en la libre voluntad de las individualidades sin la intervención de los gendarmes. Por esa razón somos enemigos del capitalismo que, respaldándose en la protección de los gendarmes, obliga a los trabajadores a dejarse explotar por los dueños de los medios de producción, también a estar ociosos o a pasar hambre, según los patrones estén o no interesados en explotarles. Por eso somos enemigos del Estado que es la organización coercitiva, o sea, violenta, de la sociedad. Pero, si un caballero dice que considera bárbaro y estúpido entenderse a golpes de bastón y que es injusto y malvado obligar a alguien a cumplir la voluntad del otro bajo amenaza de pistola, ¿a caso es razonable el deducir que ese caballero tenga la intención de hacerse apalear y de someterse a la voluntad ajena sin recurrir a los medios más extremos para defenderse?… La violencia es justificable solo cuando es necesaria para defenderse a uno mismo o a los demás de la violencia. Donde termina la necesidad empieza el delito… El esclavo siempre está en un estado de legítima defensa, así que su violencia contra su patrón, contra el opresor, está siempre moralmente justificada y tiene que ser regulada solo con el criterio de su utilidad y de la economía del esfuerzo humano y de los sufrimientos humanos.”
«Umanità Nova» 25 de agosto de 1921
[Tomado de https://periodicolaboina.wordpress.com/2016/05/22/una-opinion-anarquista-ante-los-hechos-de-valparaiso.]
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