Pandora (desde Chile)
La dictadura militar nos ha dejado muchos recuerdos de ella, como las privatizaciones de sectores públicos, detenidos desaparecidos, de quienes aún no se sabe su paradero, además de quitarles a las mujeres su derecho a decidir sobre su cuerpo.
Hoy nos vemos en una acalorada discusión sobre el aborto, pero ojo, es solo por tres causales; peligro para la vida de la mujer, inviabilidad del feto y embarazo por violación. Tras esta propuesta de ley hemos escuchado cómo los militantes de la UDI y RN sacan a relucir lo más nefasto de la derecha chilena con frases que quedarán en el inconsciente colectivo, ya que dentro del feto hay vida, porque la dictadura militar por último mataba gente adulta, entre otros.
La dictadura militar nos ha dejado muchos recuerdos de ella, como las privatizaciones de sectores públicos, detenidos desaparecidos, de quienes aún no se sabe su paradero, además de quitarles a las mujeres su derecho a decidir sobre su cuerpo.
Hoy nos vemos en una acalorada discusión sobre el aborto, pero ojo, es solo por tres causales; peligro para la vida de la mujer, inviabilidad del feto y embarazo por violación. Tras esta propuesta de ley hemos escuchado cómo los militantes de la UDI y RN sacan a relucir lo más nefasto de la derecha chilena con frases que quedarán en el inconsciente colectivo, ya que dentro del feto hay vida, porque la dictadura militar por último mataba gente adulta, entre otros.
Hemos visto cómo las redes sociales también han reaccionado ante esto, con grupos pro-vida, organizando marchas resguardadas por la policía, ¿acaso han vivido lo que es una violación?, ¿acaso saben cuántas mujeres, en este mismo momento, están muriendo por un aborto clandestino?
Es super fácil juzgar a una mujer por su elección, sin estar en sus zapatos, es fácil decirle que tenga al bebé, aun cuando ella no tenga los recursos para mantenerlo y nadie más lo hará por ella, es fácil decirle que ser madre es su deber, cuando ella no está preparada o simplemente los hijos no están en sus planes.
Espero que esto nos lleve por fin a hablar de aborto libre, que dejemos el miedo de lado, el temblar cada vez que nos ponemos una misotrol bajo la lengua, pensando en qué pasará si llegamos hasta el hospital y el médico lo nota, evitando la mirada, mintiendo, decir que no sabía que estaba ahí. Ir con miedo a la casa de a abuela, preguntarle de manera indirecta como se hacían remedios, decirle que una amiga lo necesita, etc. Ojala algún día podamos ser dueñxs de nuestro cuerpo, sin que nadie
nos juzgue.
[Tomado del periódico El Sol Ácrata # 31, Antofagasta, abril 2016. Número completo accesible en https://periodicoelsolacrata.files.wordpress.com/2016/04/el-sol-c3a1crata-n31-abril-de-2016.pdf.]
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