Christian
Cuando hablamos de precarización laboral nos referimos a una estrategia de la patronal para aumentar sus ganancias, con facilidades de contratación otorgadas por el Estado, que consiste básicamente en abaratar los costos de la mano de obra que realizamos los trabajadores.
La precarización es el desarrollo y la profundización de la cotidiana explotación a la que estamos sometidos diariamente en nuestros trabajos, siendo uno de los ejes primordiales en los que avanzaron el gobierno y las empresas en los últimos años para dejarle a sus sucesores una clase trabajadora debil y sin demasiadas muestras de resistencia. Con el fin de hacer crecer a los grandes poderes económicos de siempre aumentaron las agencias de trabajo temporal, la tercerización y los despidos a voluntad; y para hacer crecer a la pequeña y mediana empresa, se favoreció el trabajo en negro y los sueldos de miseria. Estas medidas dejan en evidencia que gobiernos y empresarios comparten profundos intereses y que, en detrimentos de la salud y el bienestar de la gran mayoría explotada, solo buscan consolidar su poder y riquezas.
Cuando hablamos de precarización laboral nos referimos a una estrategia de la patronal para aumentar sus ganancias, con facilidades de contratación otorgadas por el Estado, que consiste básicamente en abaratar los costos de la mano de obra que realizamos los trabajadores.
La precarización es el desarrollo y la profundización de la cotidiana explotación a la que estamos sometidos diariamente en nuestros trabajos, siendo uno de los ejes primordiales en los que avanzaron el gobierno y las empresas en los últimos años para dejarle a sus sucesores una clase trabajadora debil y sin demasiadas muestras de resistencia. Con el fin de hacer crecer a los grandes poderes económicos de siempre aumentaron las agencias de trabajo temporal, la tercerización y los despidos a voluntad; y para hacer crecer a la pequeña y mediana empresa, se favoreció el trabajo en negro y los sueldos de miseria. Estas medidas dejan en evidencia que gobiernos y empresarios comparten profundos intereses y que, en detrimentos de la salud y el bienestar de la gran mayoría explotada, solo buscan consolidar su poder y riquezas.
Esta forma de explotación económica es avalada y fomentada, no solo por los gobiernos, sino también por los partidos políticos, ya sea no diciendo nada al respecto, o desviando la atención pública a luchas entre los sectores de poder, demostrando una vez más que para ellos el progreso del país es el progreso de los ricos y poderosos a costa de la pobreza del trabajador.
La precarización empeora gravemente nuestras condiciones de vida y de trabajo en general, ya que los sueldos no alcanzan para cubrir nuestras necesidades y la de nuestras familias; viéndonos forzados a realizar horas extras para sobrevivir y pagar deudas que adquirimos para vivir. Nos vemos obligados a aceptar trabajos inestables que la empresa llama “eventuales” por medio de una Agencia, y realizar un trabajo permanente con un contrato “flexible”, convirtiéndonos así en mano de obra descartable para las empresas que nos pueden despedir cuando quieran. Asimismo la introduccion de tecnologias más sofisticadas, ya sea en industrias o en los servicios, en lugar de hacer más soportable la jornada laboral, lo único que crean es una mano de obra prescindible y facilmente reemplazable, debido al poco conocimiento que se necesita para realizar dichas tareas.
Estos mecanismos empresariales no solo nos impiden planear la cobertura de las necesidades, sino que también nos hacen vivir con el miedo a perder el trabajo de un día para el otro. Inclusive, este tipo de contrataciones se volvieron tan normales que ya muchos trabajadores aceptan sin discutir esta realidad, preparados para el despido encubierto desde el mismo día que empiezan a trabajar. Es evidente que si el sueldo alcanzara, no sería necesario hacer horas extras y si hay tanto trabajo como para hacer 2, 4 o 6 horas extras, podrían contratar más gente efectiva y generar más puestos de trabajo. Esto la patronal y el Estado lo saben pero nadie los obliga a realizarlo, ya que siempre les va a resultar más barato que un trabajador haga lo que podrían hacer dos, o despedir sin pagar antigüedad, aunque uno tenga años en la agencia, y no arriesgarse a tener juicios laborales.
Por supuesto que otro de los beneficios que obtienen de esto es que impide la organización dentro del trabajo para resistir y detener los atropellos. Esta situación causa un deterioro en las relaciones con los demás trabajadores, ya que profundiza la jerarquización en el trabajo, construyendo la imagen de distintos tipos de trabajadores. Por eso existen los “efectivos” y los “contratados”, por eso existen los que usan ropa distintiva de una empresa, y los que usan la ropa de la agencia, por eso unos cobran menos que los otros aunque cumplan la misma tarea, por eso unos no pueden faltar ni por enfermedad, ni por haber tenido un hijo. Muchas veces los efectivos ni se molestan en aprenderse el nombre del “eventual”, ni mucho menos se arriesgan a perder su relativa estabilidad solidarizándose con los que están por despedir, generando así que los trabajadores estemos completamente separados, desprotegidos y hasta enemistados, compitiendo los unos con los otros, en lugar de ver al enemigo común y ayudarnos.
Y así como es causa, esta situación también es consecuencia de nuestra falta de organización gremial en los lugares de trabajo, debido a que no hay una resistencia obrera para evitar este atropello patronal. El problema de fondo no son los sindicalistas mafiosos dueños de Agencias, ni los patrones ambiciosos, ni el gobierno corrupto, ya que ellos pertenecen a otra clase social, tienen otros intereses y es lógico que los cuiden. El problema de fondo no esta en el sindicato vertical que crearon para regular las relaciones laborales que a ellos les convienen, ya que solo es un apendice del Estado hecho a su imagen y semejanza. El problema real es que los mismos afectados, los que lo sufrimos, los trabajadores, soportamos todo esto en silencio, aceptando todos los días como nos empeoran las condiciones laborales, sin ofrecer ningun tipo de lucha. Y por todo esto es que a nosotros nos corresponde rebelarnos, organizarnos y luchar contra los avances del capitalismo, y evitar que el Estado, los patrones y los sindicatos burócratas sigan enriqueciendose a costa nuestra.
Los trabajadores tenemos que enfrentar esta situación porque si no hacemos nada, vamos a estar peor, y es la sociedad que les dejamos a los que vienen detrás nuestro. Vivimos en una sociedad en la que nos criaron para no pensar en los padecimientos de los demás, dónde reina la competencia y el pisoteo mutuo para escalar puestos. Vivimos en una sociedad capitalista que nos quiere exprimir cada vez más, y no estamos organizados efectivamente para enfrentarla. Para nosotros la solución a esto empieza en el lugar de trabajo, siendo solidarios, y ayudándonos mutuamente para avanzar en conjunto, sin dirigentes y sin Partidos Políticos.
Para nosotros la solución empieza dejando de esperar soluciones por parte de los dirigentes sindicales, actuar directamente y tomar decisiones en conjunto con nuestros compañeros. Hay que juntarse, reunirse, discutir, y estar dispuesto a actuar, siendo todos responsables de lo que se haga, sin esperar ni buscar nuevos dirigentes que nos manden como manada o que saquen redito politico. Necesitamos organizarnos en los lugares de trabajo para que no se vuelva a repetir la decada ganada para los patrones. Hay que organizar el descontento y crear una verdadera resistencia, y la F.O.R.A. es la mejor herramienta que tenemos para comenzar.
¡Asamblea, Solidaridad y acción directa!
[Publicado originalmente en el periódico Organización Obrera # 61, Buenos Aires, marzo-abril 2016. Numero completo accesible en http://fora-ait.com.ar/includes/download.php?file=OO_2016_61.pdf&download=noresume.]
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