Una Ventana a la Libertad
La falta de políticas adecuadas en materia penitenciaria por parte del ente encargado de ejecutarlos, mantienen a las cárceles venezolanas en un estado de caos total. Es sumamente grave lo que está ocurriendo en los actuales momentos en el Centro Penitenciario David Viloria en Uribana, Estado Lara,donde aún permanecen secuestrados por los reclusos 17 miembros del personal de la cárcel, ya uno falleció ayer, sin que hasta la fecha las autoridades penitenciarias hayan buscado alguna forma de entendimiento y acuerdos con los reclusos.
Desde comienzos de este año cuando en la cárcel de San Antonio en la isla de Margarita los reclusos exhibieron públicamente el gran arsenal de armas que poseían, en un homenaje que le rendían a su antiguo pran, los hechos violentos en los recintos carcelarios no han parado de suceder. Aunado a lo que hoy en día ocurre en la cárcel de Uribana desde hace ya casi una semana, unos días antes ocurrió igualmente un motín, con saldo de reclusos muertos y heridos, en la Comunidad Penitenciaria Fénix en el Estado Lara, así mismo hemos vistos hechos violentos en la cárcel Mínima de Tocuyito en Carabobo, Puente Ayala en Anzoátegui e inclusive en recintos que albergan a menores de edad como el Reten “El Manzano” también en el Estado Lara.
Para Una Ventana a la Libertad todo esto ocurre en recintos carcelarios que el Ministerio para el Servicio Penitenciario anuncia como recuperados y con nuevo régimen penitenciario donde, según ellos, se construye el hombre nuevo, lo que pone en duda la veracidad de estos anuncios y que tales políticas estén dando resultados positivos, porque los hechos demuestran todo lo contrario.
Lamentablemente la situación de las cárceles venezolanas continua siendo de extrema gravedad y esto lo reafirman organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Comité contra la Tortura de la ONU, entre otros, quienes catalogan a nuestros recintos penitenciarios entre los peores del mundo. El Estado venezolano se niega a respetar los derechos humanos de los privados de libertad y garantizar su vida, tal y como lo establece nuestra Constitución Nacional y en su defecto tienen a los reclusos pasando hambre porque no les dan una alimentación adecuada y pretenden mantener el orden dentro de estos recintos aplicando la política del garrote a los privados de libertad, golpeando, maltratando y humillando a los reclusos. Iguales maltratos y humillaciones son sometidas las esposas, madres, hijas y familiares que visitan los recintos carcelarios quienes son sometidas a requisas, inhumanas, humillantes y violatorias a sus derechos humanos.
Para finalizar, vemos con preocupación la indiferencia de las autoridades de los distintos poderes públicos del Estado, quienes han guardado un silencio cómplice ante los graves hechos que ocurren en las cárceles venezolanas, especialmente por parte de la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General de la Republica que han hecho caso omiso a esta grave situación, al igual que el silencio absoluto que guarda la Ministra para el Servicio Penitenciario Iris Varela, principal responsable del caos que se está viviendo en nuestras cárceles.
La falta de políticas adecuadas en materia penitenciaria por parte del ente encargado de ejecutarlos, mantienen a las cárceles venezolanas en un estado de caos total. Es sumamente grave lo que está ocurriendo en los actuales momentos en el Centro Penitenciario David Viloria en Uribana, Estado Lara,donde aún permanecen secuestrados por los reclusos 17 miembros del personal de la cárcel, ya uno falleció ayer, sin que hasta la fecha las autoridades penitenciarias hayan buscado alguna forma de entendimiento y acuerdos con los reclusos.
Desde comienzos de este año cuando en la cárcel de San Antonio en la isla de Margarita los reclusos exhibieron públicamente el gran arsenal de armas que poseían, en un homenaje que le rendían a su antiguo pran, los hechos violentos en los recintos carcelarios no han parado de suceder. Aunado a lo que hoy en día ocurre en la cárcel de Uribana desde hace ya casi una semana, unos días antes ocurrió igualmente un motín, con saldo de reclusos muertos y heridos, en la Comunidad Penitenciaria Fénix en el Estado Lara, así mismo hemos vistos hechos violentos en la cárcel Mínima de Tocuyito en Carabobo, Puente Ayala en Anzoátegui e inclusive en recintos que albergan a menores de edad como el Reten “El Manzano” también en el Estado Lara.
Para Una Ventana a la Libertad todo esto ocurre en recintos carcelarios que el Ministerio para el Servicio Penitenciario anuncia como recuperados y con nuevo régimen penitenciario donde, según ellos, se construye el hombre nuevo, lo que pone en duda la veracidad de estos anuncios y que tales políticas estén dando resultados positivos, porque los hechos demuestran todo lo contrario.
Lamentablemente la situación de las cárceles venezolanas continua siendo de extrema gravedad y esto lo reafirman organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Comité contra la Tortura de la ONU, entre otros, quienes catalogan a nuestros recintos penitenciarios entre los peores del mundo. El Estado venezolano se niega a respetar los derechos humanos de los privados de libertad y garantizar su vida, tal y como lo establece nuestra Constitución Nacional y en su defecto tienen a los reclusos pasando hambre porque no les dan una alimentación adecuada y pretenden mantener el orden dentro de estos recintos aplicando la política del garrote a los privados de libertad, golpeando, maltratando y humillando a los reclusos. Iguales maltratos y humillaciones son sometidas las esposas, madres, hijas y familiares que visitan los recintos carcelarios quienes son sometidas a requisas, inhumanas, humillantes y violatorias a sus derechos humanos.
Para finalizar, vemos con preocupación la indiferencia de las autoridades de los distintos poderes públicos del Estado, quienes han guardado un silencio cómplice ante los graves hechos que ocurren en las cárceles venezolanas, especialmente por parte de la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General de la Republica que han hecho caso omiso a esta grave situación, al igual que el silencio absoluto que guarda la Ministra para el Servicio Penitenciario Iris Varela, principal responsable del caos que se está viviendo en nuestras cárceles.
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