Carlos
Aznárez
Resumen Latinoamericano, 23 de
enero 2016.- Puerto Príncipe y otras ciudades de Haití son hoy el escenario de
la más grande rebelión popular de las últimas décadas de la sufrida nación
haitiana. Decenas de miles de manifestantes se han lanzado a la calle para
demostrar su repulsa contra el actual gobierno presidido por Michell Martelly,
que había decidido, contra el pensamiento de la gran mayoría, mantener la fecha
del domingo 24 para realizar una “mascarada electoral”, tal cual la califican
los partidos opositores. Sin embargo, un griterío ensordecedor comenzó a subir
desde los rincones más pobres de la ciudad e incluso invadió con inusitada
violencia las calles residenciales de Petion-Ville: es es pueblo en toda la
magnitud de su capacidad de resistencia, haciendo honor a sus orígenes
independentistas y anti-esclavistas de 1804, que se ha puesto de pie para
generar una ofensiva antiimperialista y escribir en las páginas de su propia
historia un descomunal: “¡¡Basta!!”.
-Basta de utilizar el
territorio haitiano como un laboratorio invasivo por parte de Estados Unidos y
sus aliados.
-Basta de tropas invasoras de
la Minustah, que muy por el contrario de lo que enuncian sus promotores cuando
hablan de “ayudar al pueblo haitiano y ejercer una misión humanitaria”, todo lo
que ha dejado su accionar es represión, ocupación, violación de niños y niñas
por parte de soldados entrenados para matar, transmisión del cólera, cuya
epidemia causó decenas de miles de muertos.
-Basta de complicidad
latinoamericana con las tropas invasoras de las Naciones Unidas.
-Basta de la burla e
hipocresía internacional, derivada de las vergonzosas “misiones de ayuda”,
encabezadas por el genocida norteamericano Bill Clinton, que solo persiguen
afianzar aún más los lazos de dependencia y dominación del pueblo haitiano.
Es por ello que durante las
últimas semanas Haíti se fue convirtiendo en un escenario claramente pre-
revolucionario, produciéndose estos últimos días una masiva rebelión popular.
Frente a la tozudez criminal de Martelly y sus secuaces de querer que el acto
electoral se realizara de todas maneras, y la tibia y epistolar respuesta de la
partidocracia opositora (salvo honrosas excepciones), miles de jóvenes
decidieron tomar el futuro en sus manos y en grandes oleadas comenzaron a
recorrer las calles, primero pacíficamente, levantando consignas contra el
Consejo Electoral y pidiendo la renuncia del Presidente. Frente a la brutal
represión policial y de las tropas de la Minustah, quienes se movilizaron
comenzaron a ejercer, en respuesta, la lógica y necesaria violencia popular.
Esa que cuando surge, en las circunstancias límites (y esta, vaya si lo es)
siempre provoca reacciones de repudio en los sectores oligárquicos y pequeño
burgueses (incluso en algunos sectores de cierta izquierda boba) que no pueden
comprender que la paciencia de los pueblos tiene límites muy claros.
En el Haití de hoy, todo lo
que haga el pueblo en su autodefensa, frente a políticos venales y uniformados
invasores, está más que justificado.
Los ejemplos de estas últimas
horas son contundentes: Estudiantes, trabajadores y luchadores de todas las
generaciones atravesaron a la carrera el bulevard La Saline. luego irrumpieron
en el barrio Bel-Air y en la ruta Delmas, al grito de “Martelly se tiene que
ir. Nosotros somos el gobierno”. En la plaza Saint-Pierre la policía y no pocos
cascos azules de la Minustah atacaron a la multitud con gases, balas de goma y
chorros de líquido irritante para la vista y la piel, pero los jóvenes no
cedieron y comenzaron a levantar barricadas y a encender neumáticos en los
cortes de calle. Las bombas molotov, las piedras y otros objetos similares,
eran la respuesta a la violencia de los uniformados que convirtieron en pocos
minutos el clima irrespirable por los gases en un verdadero pandemónium. Coches
incendiados, locales del partido oficialista destruidos y el boca a boca
advirtiendo que “nadie abandone las calles, somos el poder popular”.
Cuando un grueso de los
manifestantes invadieron con sus cantos y protestas el bastión “martellista” de
Petion-Ville, los comerciantes cerraron sus puertas y algunos energúmenos
ligados al partido de Martelly golpearon a un joven, que fue defendido
rápidamente por otros, mientras la ira popular se desató en toda su magnitud
contra vehículos y algunos establecimientos oficiales.
Fue en ese preciso momento,
que una noticia recorrió cada una de las manifestaciones como un reguero de
pólvora: “el gobierno ha decidido no realizar los comicios el 24 por razones de
seguridad”. El estallido de alegría atronó en todo el territorio, y se
redoblaron las consignas que exigen que Martelly abandone el cargo. “Mientras
él no renuncie, nadie se irá a su casa”, gritó subido al techo de un vehículo
uno de los luchadores haitianos. Y miles de brazos se levantaron haciendo la V
de la victoria.
Así está el panorama por estas
horas, a pesar del ninguneo y la tergiversación mediática, en una nación a la
que América Latina y el Caribe le deben tanto. Entre otras cosas: los vientos
libertarios de 1804 que iluminaron las luchas independentistas posteriores.
Ahora, lo que hace falta, es que en cada uno de los países donde los malos
gobiernos impulsaron invadir Haití con tropas latinoamericanas, se haga todo lo
posible para que esa vergüenza concluya de una buena vez. Y que a cambio, las
organizaciones populares del continente eleven su solidaridad concreta con
quienes en las calles están peleando con todos los medios a su alcance por la
definitiva independencia.
VER VIDEOS SOBRE LOS ÚLTIMOS ACONTECIMIENTOS Y LA LUCHA DEL PUEBLO HAITIANO
Un resumen en función de las
secuencias del vídeo titulado: La movilización posterga la segunda vuelta.
1.- En forma de broma cantan:
el presidente no puede mentir, vamos a votar el 24;
2.- Luego hacen una ronda y
repiten: No vamos a votar;
3.- No creyeron en lo de hoy,
en lo que está pasando ahora en las calles, no creyeron que fuera posible;
ahora lo están viendo, estamos acá y no tenemos miedo;
4.- Garantizamos al pueblo que
no va a haber elección el 24;
5.- Dónde está Martelly…..
6.- No aceptamos a Martelly.
Le decimos que tiene que retroceder con su proyecto de realizar elección el 24,
si no quiere correr la misma suerte que Guillaume Sam -el presidente haitiano
que fue quemado en las calles-;
7.- Pues, quizá Martelly, no
tendrá la suerte de escapar utilizando los servicios de la Embajada
norteamericana;
8.- Hace 5 años desde que
venimos reclamando cambios a Martelly solamente goleando las manos, hoy decimos
que nos hace falta una revolución social,
9.- Hoy, ante tal demostración
de fuerza popular en las calles, tuvieron que retroceder,pero ahora queremos un
retroceso total como respuesta a la voz de la mayoría;
10.- Abajo Martelly;
11.- No puede haber elección
el 24;
12.- Represión con tiros y
gases;
13.- Ahora la lucha plantea
otra consigna: no sólo queremos la anulación de las elecciones sino la partida
de Martelly y de Evans Paul;
14.- Por primera vez en
nuestra historia un presidente va a tener que abandonar el poder una semana
antes de la finalización de su mandato;
15.- Esto es una prueba de los
abusos, de la represión de la Policía, sobre todo de los del CIMO -una unidad
especializada de la Policía Nacional Haitiana-.
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