Adalberto Orellana
La sexualidad es una función importante de la vida y en el ser humano, su libre desarrollo y su satisfacción garantiza la salud integral. Pero el cristianismo tiene una actitud negadora de la sexualidad y del amor. Los curas de la secta católica se someten a la obligación del celibato sacerdotal o eclesiástico desde el II Concilio de Letrán, en 1139. Lo que significa la prohibición de contraer matrimonio, de gozar del amor sexual y procrear hijos/as. A finales del mes de noviembre de este año se divulgaron por los medios de comunicación nacionales e internacionales dos casos de pederastia de sacerdotes católicos salvadoreños que fueron denunciados por sus víctimas.
El primero de los sacerdotes denunciados recientemente fue Monseñor Jesús Delgado, alto jerarca de la iglesia católica, de 77 años de edad, quien fue secretario personal del obispo mártir Monseñor Oscar Arnulfo Romero en la década de 1970 y escribió su biografía oficial.
El sacerdote Jesús Delgado admitió haber abusado sexualmente en la época de 1980 a a la mujer que lo denunció. Delgado abusó de ella desde los 9 años hasta los 17. Que según Vanda Pignato, funcionaria que hizo publica la noticia, a él le gustaba hacer misas para niños y niñas.
La sexualidad es una función importante de la vida y en el ser humano, su libre desarrollo y su satisfacción garantiza la salud integral. Pero el cristianismo tiene una actitud negadora de la sexualidad y del amor. Los curas de la secta católica se someten a la obligación del celibato sacerdotal o eclesiástico desde el II Concilio de Letrán, en 1139. Lo que significa la prohibición de contraer matrimonio, de gozar del amor sexual y procrear hijos/as. A finales del mes de noviembre de este año se divulgaron por los medios de comunicación nacionales e internacionales dos casos de pederastia de sacerdotes católicos salvadoreños que fueron denunciados por sus víctimas.
El primero de los sacerdotes denunciados recientemente fue Monseñor Jesús Delgado, alto jerarca de la iglesia católica, de 77 años de edad, quien fue secretario personal del obispo mártir Monseñor Oscar Arnulfo Romero en la década de 1970 y escribió su biografía oficial.
El sacerdote Jesús Delgado admitió haber abusado sexualmente en la época de 1980 a a la mujer que lo denunció. Delgado abusó de ella desde los 9 años hasta los 17. Que según Vanda Pignato, funcionaria que hizo publica la noticia, a él le gustaba hacer misas para niños y niñas.
Delgado llegó a ser vicario general del arzobispado de San Salvador y fue el postulador de la beatificación de Monseñor Oscar Romero. Para Monseñor Rafael Urrutia, quien presidió la conferencia de prensa del Arzobispado de San Salvador para confirmar este hecho, es el primer caso de pederastia que conoce la Arquidiócesis de San Salvador.
El activista salvadoreño de la comunidad LGTBI, William Hernández, desmintió la afirmación de Urrutia en una entrevista realizada por un periódico digital, donde menciona que él denunció ante un tribunal eclesiástico montado por la iglesia que fue abusado sexualmente cuando era niño por el sacerdote Luis Recinos López.
Juan Francisco Gálvez es el segundo de los sacerdotes denunciados en el mes de Noviembre, acusado de cinco abusos sexuales contra menores de edad. Gálvez fungía como sacerdote de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en el municipio Rosario de Mora, en San Salvador, desde el año de 1994. Este, al contrario de Jesús Delgado, negó ser responsable de los hechos. Ambos sacerdotes han sido destituidos de sus funciones eclesiásticas dentro de la iglesia y conllevan un proceso de investigación.
Para sus seguidores/as creyentes les sorprende que una persona como Jesús Delgado haya cometido «pecado» o crimen sexual. Desde el lado racional y con conocimiento de la naturaleza humana, un ser humano, hombre o mujer, que se someta al celibato, a la abstención total de manifestar su sexualidad, que lo hace reprimiendo y sublimando la misma, conlleva a efectos patológicos somáticos y psicológicos. Esto lo confirma los variados estudios psicológicos, fisiológicos, sexológicos y sociológicos.
La abstinencia sexual y la continencia forman parte de la ideología ascética que la iglesia cristiana promueve a través de la educación hacia la población creyente y que es contraria a la naturaleza y es un acto criminal a la vida humana. La iglesia cristiana es un semillero de perversión y trastornos sexuales. Esto se hace visible por todos los casos de abusos sexuales a niños y niñas alrededor del mundo, no solamente dentro de la comunidad católica, sino todas las demás.
En una sociedad libre, la gente gozaría de expresar libremente su afectividad, su cariño y su amor a sus
iguales, y se vería como un acto de violencia la negación de su capacidad
natural a la alegría, la comunión y la felicidad.
Que personas pasen su vida sin expresar su amor a una pareja del otro sexo es ya en estos tiempos indignante y si queremos como sociedad evitar tales hechos, los crímenes sexuales y la seducción a niños y niñas, deberiase abolir tales prohibiciones irracionales o mejor aun, eliminar dichas instituciones, por el bienestar social.
[Publicado originalmente en la revista Aurora # 2, San Salvador, diciembre 2015. Número completo accesible en http://concienciaanarquista.noblogs.org/files/2016/01/RevistaAuroraEd2WEB.pdf.]
El activista salvadoreño de la comunidad LGTBI, William Hernández, desmintió la afirmación de Urrutia en una entrevista realizada por un periódico digital, donde menciona que él denunció ante un tribunal eclesiástico montado por la iglesia que fue abusado sexualmente cuando era niño por el sacerdote Luis Recinos López.
Juan Francisco Gálvez es el segundo de los sacerdotes denunciados en el mes de Noviembre, acusado de cinco abusos sexuales contra menores de edad. Gálvez fungía como sacerdote de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en el municipio Rosario de Mora, en San Salvador, desde el año de 1994. Este, al contrario de Jesús Delgado, negó ser responsable de los hechos. Ambos sacerdotes han sido destituidos de sus funciones eclesiásticas dentro de la iglesia y conllevan un proceso de investigación.
Para sus seguidores/as creyentes les sorprende que una persona como Jesús Delgado haya cometido «pecado» o crimen sexual. Desde el lado racional y con conocimiento de la naturaleza humana, un ser humano, hombre o mujer, que se someta al celibato, a la abstención total de manifestar su sexualidad, que lo hace reprimiendo y sublimando la misma, conlleva a efectos patológicos somáticos y psicológicos. Esto lo confirma los variados estudios psicológicos, fisiológicos, sexológicos y sociológicos.
La abstinencia sexual y la continencia forman parte de la ideología ascética que la iglesia cristiana promueve a través de la educación hacia la población creyente y que es contraria a la naturaleza y es un acto criminal a la vida humana. La iglesia cristiana es un semillero de perversión y trastornos sexuales. Esto se hace visible por todos los casos de abusos sexuales a niños y niñas alrededor del mundo, no solamente dentro de la comunidad católica, sino todas las demás.
En una sociedad libre, la gente gozaría de expresar libremente su afectividad, su cariño y su amor a sus
iguales, y se vería como un acto de violencia la negación de su capacidad
natural a la alegría, la comunión y la felicidad.
Que personas pasen su vida sin expresar su amor a una pareja del otro sexo es ya en estos tiempos indignante y si queremos como sociedad evitar tales hechos, los crímenes sexuales y la seducción a niños y niñas, deberiase abolir tales prohibiciones irracionales o mejor aun, eliminar dichas instituciones, por el bienestar social.
[Publicado originalmente en la revista Aurora # 2, San Salvador, diciembre 2015. Número completo accesible en http://concienciaanarquista.noblogs.org/files/2016/01/RevistaAuroraEd2WEB.pdf.]
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