Franklin Valduz
Recientemente experimenté otro de esos tristes episodios relacionado con los graves problemas de los servicios públicos que padece nuestra amada Venezuela. Esta vez no se trató de las habituales colas para comprar alimentos, productos de higiene personal u otros. En esta oportunidad, fueron poco más de 5 horas para comprar gas en la Planta de Llenado Argimiro Gabaldón en Acarigua, Portuguesa.
Unidades en mal estado, algunas abandonadas por falta de repuestos y piezas, déficit de cilindros, problemas laborales, ‘bachaqueo’, entre otros, forman parte del quehacer cotidiano de esta empresa que fue estatizada por el comandante Chávez con la premisa de brindar un óptimo servicio, pero que luego de algunos años la ineficiencia es tal, que se quedó en pañales para dar respuesta a miles de usuarios que todos los días deben recorrer las dos plantas de distribución existentes en Acarigua y Araure, para tratar de adquirir el producto.
Recientemente experimenté otro de esos tristes episodios relacionado con los graves problemas de los servicios públicos que padece nuestra amada Venezuela. Esta vez no se trató de las habituales colas para comprar alimentos, productos de higiene personal u otros. En esta oportunidad, fueron poco más de 5 horas para comprar gas en la Planta de Llenado Argimiro Gabaldón en Acarigua, Portuguesa.
Unidades en mal estado, algunas abandonadas por falta de repuestos y piezas, déficit de cilindros, problemas laborales, ‘bachaqueo’, entre otros, forman parte del quehacer cotidiano de esta empresa que fue estatizada por el comandante Chávez con la premisa de brindar un óptimo servicio, pero que luego de algunos años la ineficiencia es tal, que se quedó en pañales para dar respuesta a miles de usuarios que todos los días deben recorrer las dos plantas de distribución existentes en Acarigua y Araure, para tratar de adquirir el producto.
Como otra de las tantas empresas expropiadas por el Estado, en el caso de Portuguesa, Pdvsa Gas viene presentando gravísimas fallas en un servicio que operaba de manera eficiente bajo administración privada, y hasta recuerdo que en cualquier establecimiento de venta el usuario podía conseguir sin inconvenientes la bombona de autogas.
Hoy la realidad de este servicio es otra en esta Venezuela azotada por una crisis económica, moral y social, que no avizora en el corto plazo la aplicación de medidas acordes a este drama, agravada por la pugna política de tirios y troyanos (gobierno-oposición) a los que pareciera importarles poco la estelar hora que vive la República, la cual amerita dejar de lado la confrontación para hacer frente a este hervidero que no aguanta una burbuja más.
La gerencia de Pdvsa Gas en la entidad, así como el gobernador Reinaldo Castañeda, tienen la palabra en la resolución de esta compleja problemática, que afecta la vida diaria de cientos de familias que deben ocupar tiempo valioso en un servicio que se ha convertido en otro padecimiento más, derivado de esta situación de ‘guerra económica’ o no sé qué término acuñarle ya, a la que están sometidos millones de connacionales.
Desconozco si los altos jerarcas de Pdvsa están informados de la situación en esta entidad, a quienes es muy oportuno recordarles que la pésima prestación de servicios vitales como el gas doméstico y otros como el agua potable y la electricidad, fueron uno de los detonantes que condujeron a la aplastante derrota del Psuv y el GPP en las parlamentarias del pasado 6 de diciembre. Rectificar es de sabios, si aún queda algo de vergüenza en la comarca gubernamental que pareciera escuchar sólo cantos de sirenas, mientras el difícil trance que abruma al país crece a pasos agigantados día tras día.
Esperamos que las autoridades atiendan con premura las graves fallas del servicio de gas en Portuguesa, o de lo contrario, se seguirá repitiendo lo dicho por un trabajador de la empresa al salir de las instalaciones y observar el dantesco ambiente de usuarios haciendo cola para adquirir el producto: "Por eso fue que perdimos las elecciones…".
Con esa máxima, estamos plenamente de acuerdo, ya que la inacción de las empresas e instituciones del Estado, tienen mucho que ver con eso que los expertos llaman voto castigo y que quedó fehacientemente demostrado con el descalabro electoral del 6D. A las autoridades responsables las exhortamos a ponerse a trabajar, porque como dicen los cuates mexicanos "camarón que se duerme amanece un coctel".
[Tomado de http://www.aporrea.org/contraloria/a221666.html.]
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