Lorena Quintanilla
El año cerrará con un aumento de precios sobre 400%. Se estima que para 2016 el aumento de precios oscile entre 800 y 1.000 por ciento, asostiene Oscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas). Indicó que en noviembre la escasez alcanzó 40%. Otros productos pudieran desaparecer y se acentuará la escasez de aquellos alimentos que hoy en día no se consiguen con facilidad.
El año cerrará con un aumento de precios sobre 400%. Se estima que para 2016 el aumento de precios oscile entre 800 y 1.000 por ciento, asostiene Oscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas). Indicó que en noviembre la escasez alcanzó 40%. Otros productos pudieran desaparecer y se acentuará la escasez de aquellos alimentos que hoy en día no se consiguen con facilidad.
Los huevos se sumaron a la lista de productos que no se encuentran en el mercado. Luego de que el Gobierno regulara el precio del producto se desplomó la oferta. Mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 10% en 2015, la Canasta Alimentaria aumentó 400%.
Se requieren más de ocho salarios mínimos para adquirir la Canasta Alimentaria y más de 12 salarios mínimos para la Canasta Básica, la cual incrementó 340% aproximadamente. “El comportamiento de 2015 ha sido histórico. Por primera vez el país ingresa a la hiperinflación. Ha sido un año dramático. Venezuela nunca había vivido este episodio. Nuestra perspectiva es que en 2016 hablaremos de una hiperinflación en todo el contexto de la palabra”.
El precio de los alimentos experimentará en 2016 un aumento entre 800 y 1.000 por ciento. La Canasta Básica se reducirá cada día a menos bienes, servicios y cobertura, destacó. El próximo año, dijo, el índice general de precios al consumidor estará sobre 500%. “Los niveles de escasez que se situaron en el mes de noviembre en 40%, se colocarán sobre 50% en 2016”, esto lo mencionó respecto a la canasta alimentaria familiar, la cual contempla 58 productos esenciales.
El director del Cendas también se refirió a la escasez de medicinas y repuestos, ubicándose cada una en más de 50% y 80% respectivamente. “Todo eso tiene un impacto negativo en la vida cotidiana del venezolano. Esta realidad nos llevaría a una paralización de las actividades ordinarias. Tarde o temprano la escasez de insumos terminará paralizando el aparato productivo y sus diferentes eslabones”.
La caída de la actividad económica se situó este año sobre 10%, la tasa pudiera aumentar o girar en torno a ese indicador en 2016. “Nosotros vivimos una crisis sin parangón en toda nuestra historia, jamás habíamos visto estos niveles de escasez, comparable únicamente con los registros de la Guerra de Independencia y la Guerra Federal , porque ni siquiera cuando tuvo lugar la Segunda Guerra Mundial y estuvieron restringidas las importaciones, se vivieron estos índices”. La realidad obliga a pensar en la necesidad de producir bienes y servicios.
[Tomado de http://www.elimpulso.com/noticias/economia/en-2015-venezuela-entro-en-hiperinflacion.]
Anexo: ¿Qué es la hiperinflación?
Yoskira Cordero
¿Podría imaginarse, amigo lector, empapelando su habitación con billetes, o yendo al mercado con una carretilla cargada de papel moneda, o teniendo en su cartera un billetico de 1.000.000 de alguna unidad monetaria (marco alemán o peso argentino), o transitar por la calle y pisar una gran cantidad de monedas tiradas en el piso ante la indiferencia absoluta de los peatones?
Si no puede imaginárselo es porque nunca ha vivido en un país con hiperinflación, tiene Ud. mucha suerte, en serio.
Hiperinflación, en términos no técnicos, es cuando los precios de los bienes y servicios aumentan a niveles tales que las personas sienten la necesidad de desprenderse rápidamente de sus activos monetarios (billetes y monedas), ante el terror que les produce el hecho de saber que en un periodo de tiempo tan corto como días (horas en los casos más extremos) éstos podrán comprar sólo una ínfima parte de lo que pueden comprar en este momento.
Asistimos a la destrucción de la moneda de un país, nadie la quiere; y el dinero pierde sus propiedades características, que son:
1.- Medio de cambio y pago: Es aceptado universalmente para realizar transacciones de bienes y servicios… En hiperinflación los agentes económicos desprecian y huyen de la moneda local, por lo que deja de ser el medio de pago de esa economía. Muchos prefieren utilizar otra moneda o incluso recurrir al trueque.
2.- Unidad de medida: Los precios de los bienes y servicios se expresan en términos de la moneda aceptada… En hiperinflación los agentes económicos, ante las variaciones veloces de los precios, recurren a expresar o calcular los valores monetarios en otra moneda más estable, que garantice una ganancia o una pérdida mínima en sus transacciones.
3.- Depósito de valor: El dinero debe poder garantizar a quien lo posee ahorrarlo para desplazar el consumo presente a un momento en el futuro cuando así lo requiera… En hiperinflación nadie sabe que podrá comprar mañana con el dinero que tenga hoy, se produce entonces un aumento extremo en el consumo para cambiar la posición de los agentes económicos de activos monetarios a activos reales (inmuebles, joyas, arte, artefactos eléctricos, autos, divisas). Cualquier cosa es preferible a tener dinero guardado en el banco o “bajo el colchón”, el ahorro desaparece y con el aumento del consumo asistimos a una retroalimentación del proceso hiperinflacionario… Se desata muchas veces el pánico y se ven personas haciendo “colas” para comprar lo que sea antes que aumente de precio: ¡Cualquier cosa menos dinero en mis manos es la consigna!
4.- Patrón de pagos diferidos: El dinero sirve para ser prestado o para calcular los pagos futuros de las compras a crédito a una determinada tasa de interés… En hiperinflación no es posible hacer esos cálculos con una precisión tal que garantice la justa retribución a quien presta o a quien vende a crédito, los plazos largos son desechados para los préstamos ante la incertidumbre y los comerciantes prefieren hacer sus ventas a contado. Los préstamos y las ventas a crédito se hacen a tasas muy altas, que buscan compensar la pérdida de valor de la moneda en el tiempo.
Situaciones parecidas han ocurrido pocas veces en la historia, es verdad, pero sus devastadoras consecuencias para las sociedades que las sufren son tales que quedan como hitos en la memoria colectiva. Una de las hiperinflaciones más documentadas ha sido la alemana de la primera postguerra, la de la República de Weimar, tuvo lugar entre 1.922 y 1.923 debido a los altos costes que supuso la indemnización que las potencias vencedoras impusieron a la Alemania derrotada en el Tratado de Versalles (firmado el 28 de junio de 1.919). Los gastos necesarios para la reconstrucción del país más la carga que supuso la indemnización hizo que el déficit fiscal fuera una constante sin esperanzas de superar a corto plazo, ante esta situación se recurrió a la peor de las medicinas. Dada la falta de dinero para hacer frente a sus compromiso internos y externos, el Estado Alemán imprime moneda sin ningún respaldo, lo que provoca que al entrar ésta en circulación en una economía arruinada, sin bienes y servicios en el mercado que comprar, genera un incremento de precios nunca visto, que tuvo un pico en octubre de 1.923 con una tasa de 29.500% (con precios incrementándose un 20,9% diario).
En América Latina, un poco más recientemente, se vivieron episodios hiperinflacionarios, afectando a varios países. La más famosa fue la hiperinflación argentina en 1.989 (más de 3.000% anual de incremento de precios), pero también sufrieron este mal Nicaragua entre los años 1.988 y 1.989 (14.000% anual), Bolivia en 1.985 (8.000% anual), Perú en 1.990 (8.000%) y Brasil en 1.993 (2.700%).
La hiperinflación no debería existir, es un “fenómeno”, una antigualla, un mal recuerdo de la historia económica. Está suficientemente probada su causa principal: el aumento irresponsable por parte de la autoridad monetaria (Banco Central) de la cantidad de dinero en circulación, generalmente para financiar al Estado, cuando éste carece de la disciplina fiscal para controlar sus gastos.
Todos los países del mundo desarrollado procuran dotar de autonomía y poder de decisión a sus bancos centrales a los fines de tomar decisiones con criterios técnicos (nunca políticos ni ideológicos) para influir en las variables que les compete: la oferta monetaria, las tasas de interés, el encaje legal, el nivel y uso de las reservas internacionales, etc., para de esta manera mantener los equilibrios necesarios que permitan a los agentes económicos tomar las decisiones que garanticen la prosperidad y el progreso material de las sociedades.
Así es, amigo lector, las hiperinflaciones e incluso las inflaciones altas (de 2 dígitos) y prolongadas, son culpa de los burócratas que toman las decisiones económicas sin criterios técnicos. Y por ello se les debe reclamar… Al fin y al cabo se trata de nuestro dinero, no cree Ud.?
[Tomado de http://www.monedasdevenezuela.net/articulos/cuando-la-moneda-se-desvanece-entre-los-dedos-hiperinflacion/.]
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