Oriana Faoro (Correo del Caroní, Ciudad Guayana)
[Nota de El Libertario: el siguiente reporte alude particularmente a la delincuencia y vandalismo del cual son víctimas las escuelas en la urbe guayanesa, pero no hay duda que muestra un problema que está presente en todo el país, válido como otro testimonio de a lo que hemos llegado tras casi 17 años de seudo "socialismo del siglo XXI".)
“Hay desánimo. La mayoría de las cosas que nos robaron fueron (compradas) con autogestión, poquito a poco (…) ¿Para qué vamos a recoger (dinero) si no tenemos solucionado lo de la seguridad interna?”. Los seis robos que cuenta la Unidad Educativa Nacional Lloyd Peterrgson en lo que va de año, han plagado de desánimo a su personal docente y obrero. Este lunes, la escuela ubicada en la vía a Río Claro se encontró con otro ataque más del hampa, en el que rompieron una pared del preescolar para robarse un ventilador “que no sabemos si funcionaba”. La directora del plantel, Xiomara Moreno, está desanimada. Cuenta que este sería el tercer hurto que sufrió la escuela durante vacaciones. En el primero asaltaron (por segunda vez en el año) la dirección para sustraer un congelador y un filtro de agua. Luego, el 10 de septiembre, consiguieron violentada la oficina de deportes en donde resguardaban una licuadora industrial, dos bombonas de gas y dos calderos.
El mismo desánimo corre por toda Ciudad Guayana ante los constantes embates de la inseguridad. La crisis socioeconómica ha favorecido el repunte de hechos delictivos que aquejan al transporte público, comercios, viviendas y también las instituciones educativas que sobreviven con la autogestión de padres, representantes, profesores y trabajadores ante la desatención estatal. En los tres robos anteriores, la profesora Moreno recuerda que los ladrones cargaron con alimentos y utensilios del Sistema de Alimentación Escolar (SAE) y equipos de la dirección. “Ahorita nos dejaron sin nada. Las cosas que se salvaron están resguardadas con los consejos comunales”, comenta, pero el temor de un nuevo robo en el reinicio escolar es latente.
“Hay desánimo. La mayoría de las cosas que nos robaron fueron (compradas) con autogestión, poquito a poco (…) ¿Para qué vamos a recoger (dinero) si no tenemos solucionado lo de la seguridad interna?”. Los seis robos que cuenta la Unidad Educativa Nacional Lloyd Peterrgson en lo que va de año, han plagado de desánimo a su personal docente y obrero. Este lunes, la escuela ubicada en la vía a Río Claro se encontró con otro ataque más del hampa, en el que rompieron una pared del preescolar para robarse un ventilador “que no sabemos si funcionaba”. La directora del plantel, Xiomara Moreno, está desanimada. Cuenta que este sería el tercer hurto que sufrió la escuela durante vacaciones. En el primero asaltaron (por segunda vez en el año) la dirección para sustraer un congelador y un filtro de agua. Luego, el 10 de septiembre, consiguieron violentada la oficina de deportes en donde resguardaban una licuadora industrial, dos bombonas de gas y dos calderos.
El mismo desánimo corre por toda Ciudad Guayana ante los constantes embates de la inseguridad. La crisis socioeconómica ha favorecido el repunte de hechos delictivos que aquejan al transporte público, comercios, viviendas y también las instituciones educativas que sobreviven con la autogestión de padres, representantes, profesores y trabajadores ante la desatención estatal. En los tres robos anteriores, la profesora Moreno recuerda que los ladrones cargaron con alimentos y utensilios del Sistema de Alimentación Escolar (SAE) y equipos de la dirección. “Ahorita nos dejaron sin nada. Las cosas que se salvaron están resguardadas con los consejos comunales”, comenta, pero el temor de un nuevo robo en el reinicio escolar es latente.
En un recorrido realizado esta semana por cinco escuelas de la ciudad, Correo del Caroní corroboró que todas habían robos durante 2015, dos de ellas durante este fin de semana. En los testimonios recabados, ninguno hizo referencia a “bandas paramilitares” como responsables de los hechos, como mencionó el presidente Nicolás Maduro el fin de semana pasado. De hecho, solo en una se encontraron los culpables de uno de los robos, que resultaron ser vecinos del sector.
Resignación vs indignación
El pasado fin de semana robaron parte del cableado eléctrico de 220 voltios en la escuela Bachiller Felipe Hernández, ubicada en Las Parcelas de El Roble, en San Félix. Con ello, tres salones de clases de la institución que alberga 600 alumnos no podrán conectar sus aires acondicionados. La directora Yuleidys Rodríguez confía en que Corpoelec responda la solicitud que hicieron esta semana para que se repongan los cables. Este plantel ha sido asaltado dos veces en 2015. El primer robo se registró el 17 de julio, cuando desvalijaron la dirección al llevarse computadores, equipo de sonido, un video beam, aire acondicionado, cafetera y otros objetos. Rodríguez informó que a la semana del hecho, oficiales del Destacamento de Seguridad Urbana (Desur) de la UD-102 dieron con los ladrones, que resultaron ser vecinos de Las Parcelas de El Roble, y recuperar lo robado. Jamás se habló de paramilitarismo.
Aun así la incertidumbre persiste. Para evitar un robo durante las vacaciones -agosto y septiembre- los profesores resguardaron, como todos los años, bienes como aires acondicionados, computadores y demás artefactos entre los representantes y consejos comunales. “Tengo cuatro años aquí y eso siempre se ha hecho”, prosigue Rodríguez, acostumbrada al ritual que impone la inseguridad en las escuelas.
Pero Luis García, vocero del consejo comunal El Legado de Chávez y miembro de la Unidad de Batalla Bolívar Chávez (UBCH) Las Américas, es más crítico. Indica que en la escuela Las Américas, “con todo y que se ha hecho coordinaciones con el patrullaje inteligente, no está funcionando como debería. En las vacaciones ya ha habido tres intentos de robo, que si no tuviéramos al vigilante que duerme aquí, se hubieran metido”. Aun cuando no han robado nada del plantel, García pide más eficiencia de los entes del Estado “para que den respuesta inmediata, porque se les llama y no vienen. Esa es la verdad”.
¿Soluciones?
Entre el 1 de enero y el 15 de septiembre se han registrado 49 robos a escuelas en el municipio Caroní, afectando a 30 instituciones. 39 robos se han dado en San Félix mientras que los 10 restantes han sido en Puerto Ordaz, de acuerdo con las denuncias públicas realizadas por los directivos de cada institución. Frente al problema, la respuesta de la autoridad unidad de Educación del estado Bolívar, Brizeida Quiñones siempre es la misma: “las escuelas son de las comunidades”, y que por ello deben ser estas las que garanticen la seguridad. La funcionaria es reiterativa en que son los mismos vecinos quienes ingresan violentamente a las escuelas a sustraer los objetos. Lo mismo repite el jefe del Municipio Escolar 2 Caroní, Emilio Aguilar, quien reportó siete robos a diferentes escuelas en lo que va de septiembre. Ninguna de las autoridades regionales ha declarado, nunca, sobre una “banda de paramilitares” orquestando robos a las instituciones educativas.
La sempiterna excusa, que bien podría sustentarse en la verdad, es el escudo que ampara el fracaso de los tantos planes de seguridad que se han coordinado entre la Zona Educativa y los cuerpos policiales del Estado, entre los que destacan la implementación de “patrullaje inteligente” y números telefónicos de “cuadrantes inteligentes”, cuyos llamados no surten efecto. Otra de las medidas es la incorporación de un vigilante dentro de la escuela, servicio que muchas veces corre por cuenta de los mismos representantes, como en el caso de la escuela José María Vargas, en Cambalache.
El pasado 7 de junio le sustrajeron al plantel el cableado de 220 voltios que mantiene sin aire acondicionado seis aulas de la escuela. El director, Miguel Natera, informó que aún no han podido reponerlo, pero que gracias a la incorporación del vigilante los robos han disminuido en los últimos meses y la institución está lista para comenzar clases. Algo similar propone la directora de la escuela Lloyd Peterson. Informó que desde el Municipio Escolar le encomendaron hacer una asamblea entre representantes, consejos comunales y UBCHs para involucrarles en la situación de inseguridad, comenzar las gestiones para construir un muro en la parte posterior del recinto, y estudiar la posibilidad de albergar una familia dentro de la escuela para que se queden cuidando.
En la escuela Fe y Alegría de La Victoria, que fue asaltada por segunda vez en 2015 el domingo 13 de septiembre, la directora Raiza Peña recomienda que “rescate de valores en la comunidad, porque los que se metieron son de aquí que quizás estudiaron aquí mismo. Si la gente tuviera los valores bien afianzados y el respeto a la propiedad ajena, creo que por allí iríamos en buen camino”.
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