Natalí
Vásquez
“La mentira necesita siempre complicidad, por eso hay que buscar más allá de las acciones”
Anónimo
Lo
que luce como una acción de “respeto” a la soberanía de Venezuela y la reacción
de Colombia de proteger a sus conciudadanos de la agresión del vecino abusador,
no es más que una acción concertada para ejecutar cuanto antes los mandatos del
IIRSA
Observar
el problema que actualmente se vive en la frontera, solo desde una perspectiva
de la lucha contra el contrabando de gasolina y de alimentos, es por demás
pecar de ingenuos frente a una realidad que va mucho más allá y que tiene
sus motivaciones en intereses mucho más ambiciosos y perversos, que sobrepasa
nuestras fronteras y que forman parte del reacomodo de planes hegemónicos que
ya están en plena ejecución.
Cuando
analizamos la Agenda de Implementación Consensuada 2005-2010 en el marco
de la IIRSA, que incluyen 31 proyectos, la mayoría de ellos clasificados
como “Proyectos Ancla” o de prioridad, establecidos dentro del IIRSA
como parte del eje andino, donde los proyectos denominados Paso de Frontera
Cúcuta-San Antonio, Colombia-Venezuela, la recuperación de la Navegabilidad
por el Río Meta, Colombia-Venezuela y los pasos de frontera de Arauca,
Saravena, Paraguachón, Puerto Carreño, San Miguel, Rumichaca, Río Mataje,
Leticia y Darién, todos articulados con los corredores propuestos
por la IIRSA tanto para Colombia como para Venezuela.
Porque
la IIRSA necesita dar prioridad a los proyectos de Paso de
frontera. La Iniciativa para la Integración de la Infraestructura
Regional Suramericana (IIRSA), dando prioridad no solo a la
integración de Suramérica desde punto de vista de la infraestructura
física, sino también jurídica, energética y económica, con la
finalidad específica de superar las barreras geográficas para generar nuevos
negocios, es una estrategia geopolítica tendiente a mejorar la integración
suramericana como bloque económico para lograr de esta forma, obtener un mejor
posicionamiento en el concierto global, iniciativa que además forma parte de
las acciones de la política exterior norteamericana para el control del espacio
andino y amazónico.
La
IIRSA está estructurada a partir de “Ejes de Integración y
Desarrollo”, que agrupan numerosos proyectos en una estrategia espacial
única. El enfoque con el cual fueron propuestos los ejes de integración, y formulados
los proyectos, busca consolidar los corredores donde ya existe un alto tráfico
de personas y mercancías, y por otro lado necesita abrir nuevas vías de
comunicación con las áreas poco pobladas pero con gran potencial de desarrollo
por la existencia de recursos energéticos, minerales y las zonas
aptas para la agricultura de gran escala. Lo que genera una alta
dependencia económica y política de nuestros países por la extracción
intensiva de nuestros recursos naturales: EXTRACTIVISMO.
Ahora
bien, como este análisis no se trata de profundizar sobre el IIRSA, sino
de cómo la ejecución de los proyectos denominados Paso de Fronteras
deben ser consolidados por ser de prioridad ya debían estar concretados y en
fase final tal como los establece la Agenda de Implementación Consensuada
2005-2010. Allí se centrará este análisis para entender lo que hay de
trasfondo en el “conflicto fronterizo” actual.
Estos
proyectos que venían avanzando con la anuencia concertada de los gobiernos
tanto de Venezuela como de Colombia, y por lo que en un primer
momento significaron los “acuerdos de paz” que se llevan a cabo en Cuba,
ha venido teniendo un revés toda vez que se decidiera en una buena parte de los
mandos medios y bajos de los grupos insurgente mantenerse dentro de la
insurgencia dejando a las cúpulas y altos mandos de la FARC solos en sus
negociaciones de rendición en La Habana. De igual manera la resistencia
ejercida por los grupos indígenas frente a la explotación del carbón y otros
minerales contra las empresas transnacionales que hoy explotan y los
desalojan de sus tierras, así como la defensa de la biodiversidad, sin dejar de
mencionar el avance de los grupos paramilitares vinculados al
narcotráfico que fueron creados por los estados y usados como aliados en la
lucha contra la insurgencia y que hoy también reclaman su espacio.
En
este sentido se hace necesario para ambos gobiernos la incursión de fuerzas
militares y la declaratoria de estados especiales o de excepción que les
permita ocupar la zona y facilitar la concreción de los corredores de frontera,
de esta manera lo que luce como una acción de “respeto” a la soberanía de
Venezuela y la reacción de Colombia de proteger a sus conciudadanos de la
agresión del vecino abusador, no es más que una acción concertada para ejecutar
cuanto antes los mandatos del IIRSA.
Como
podemos ver, el llamado que se hace a crear una NUEVA FRONTERA DE PAZ, no
es una idea trasnochada de un presidente que se subestima en su capacidad,
todo esto no es más que la necesidad de concretar una frontera
que le permita a las compañías transnacionales y explotadoras la paz necesaria
para sacar con libertad nuestros recursos naturales y fomentar el libre
comercio de su mercancía. La gran verdad es que estamos frente a una gran
actuación ejecutada por unos actores que lo hacen con mucha finura, mientras el
pueblo ajeno a sus intenciones y encandilado por la arremetida mediática tanto
oficial como privada se para y aplaude su propia desgracia.
Fuente:
http://www.soberania.org/2015/09/16/que-hay-detras-del-conflicto-fronterizo-con-colombia/
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