Alexis Andarcia
Hace unos cuantos años, aun siendo estudiante, escuché una intervención del Profesor Ángel Lombardi en el Auditorio de la Facultad de Humanidades y Educación [Universidad del Zulia]; con su acostumbrada elocuencia, dijo una frase que cambió mi visión sobre la lucha que manteníamos, desde el movimiento estudiantil; dijo: “La relación Universidad-Estado…Universidad-poder ha sido y será siempre irreconciliable, de contradicciones, pues conocimiento y poder son históricamente enfrentados”.
Comprendí y asumí, que tal relación sobrepasaba los límites de nuestra apasionada gesta estudiantil; que formábamos parte de una dinámica de constante y tradicional confrontación… ¿Qué duda cabe? Definirse entre la luz y la sombra, ser ciudadano o ser súbdito, ser país o ser hacienda, ser libre o doblegado; descubrirlo me apasionó y dio más brío a mis convicciones. Descubrí Prometeo robándose el fuego, para dárselo a los humanos.
Hace unos cuantos años, aun siendo estudiante, escuché una intervención del Profesor Ángel Lombardi en el Auditorio de la Facultad de Humanidades y Educación [Universidad del Zulia]; con su acostumbrada elocuencia, dijo una frase que cambió mi visión sobre la lucha que manteníamos, desde el movimiento estudiantil; dijo: “La relación Universidad-Estado…Universidad-poder ha sido y será siempre irreconciliable, de contradicciones, pues conocimiento y poder son históricamente enfrentados”.
Comprendí y asumí, que tal relación sobrepasaba los límites de nuestra apasionada gesta estudiantil; que formábamos parte de una dinámica de constante y tradicional confrontación… ¿Qué duda cabe? Definirse entre la luz y la sombra, ser ciudadano o ser súbdito, ser país o ser hacienda, ser libre o doblegado; descubrirlo me apasionó y dio más brío a mis convicciones. Descubrí Prometeo robándose el fuego, para dárselo a los humanos.
Es así que comprendo y asumo la actual situación de nuestra universidad, bajo el actual régimen; como parte de una guerra asimétrica que se libra. Una confrontación que ha tenido etapas, de alta y baja intensidad, pero que actualmente ha subido exponencialmente; diría que a nivel del primer gobierno de Caldera; casualmente, muchos de quienes hoy se colocan en el bando del Poder, ayer eran universitarios que rechazaban la violencia del Estado… ¡Y vaya que en aquel entonces, la Universidad era un hervidero!
Hoy, sin tanques en los terrenos universitarios, este régimen suma mayor cantidad de estudiantes presos y muertos; la llamada revolución bolivariana representa, por vía de hecho y de derecho, la agresión más trabajada y continuada del Estado contra la universidad autónoma venezolana.
Es allí donde se inscriben la I y IICCU, como continuidad de un proceso de dominación que tiene varios frentes: 1) Mantener en el limbo jurídico el proceso electoral de autoridades 2) Controlar los procesos de ingresos estudiantiles 3) Propiciar el deterioro de la infraestructura, a través de la desinversión 4) Captación de dirigentes gremiales, para penetrar políticamente 5) La depauperación del trabajador universitario.
En realidad, no sé si estos dirigentes entienden o les interesa, conocer sobre las implicaciones de que el Poder termine controlando la Universidad; seguramente, no ven más allá de los pequeños placeres y encantos de los beneficios personales.
El I y II CCU [Contrato Colectivo Universitario], han sido escenarios montados bajo la premisa de mantener y consolidar esa visión de control social, autoritaria; sustentada en la decadente como irresponsable opinión de que los universitarios somos unos privilegiados y el conocimiento y la meritocracia son cosas de oligarcas; tal cual lo emprendieron en PDVSA y ya se ven los resultados.
Un ejemplo puede verse en la forma como, violentando los lapsos y procesos, formaron y legalizaron la FTUV; una federación dispuesta a los fines del régimen, para dividir y debilitar el factor trabajo en las mesa de discusión y afiliar los sindicatos de su eje.
Pero ¿Qué se puede esperar de un régimen militarista? Sin sentido de la metáfora; empeñado más en mantenerse en el poder y usufructuar los bienes públicos, en una desaforada gestión de acumulación capitalista, a través de la corrupción.
De quienes si pudiéramos esperar más, es de los universitarios; del liderazgo académico y gremial, una actitud de mayor estatura política y ética; en vez de ésta patética doblez y genuflexión mostrada por algunos dirigentes.
La contundente e innegable verdad es que tanto profesores como empleados, obreros y estudiantes, HOY ESTAMOS EN PEORES CONDICIONES… QUE LA I y IICCU NO HAN LOGRADO DEVOLVERNOS LA CAPACIDAD DE AHORRO Y CALIDAD DE VIDA A LOS TRABAJADORES UNIVERSITARIOS.
Se escudan en “la situación del país”. No, no es la situación del país, sino la ineficiencia y corrupción de un gobierno; hace cinco años atrás, con el petróleo a 100 dólares, tampoco se les otorgó a los universitarios un salario digno; hace 10 o 15 años, los profesores, empleados y obreros podíamos acceder a una casa, apartamento o un automóvil.
El Sr. Carlos López, dirigente de la FTUV, casi que nos pide dar gracias por los favores recibidos; sus cómplices en LUZ, están “satisfechos”. No se puede agradecer que te devuelvan la mitad de lo que te han quitado; es como si usted tuviera una casa, se la expropiaran y, luego, aplaudiera porque le dieron uno de los cuartos para vivir.
Al reincorporarnos, seguirán con el aguaje; hacer como si estuvieran luchando y enfrentados al Poder…UNA FARSA. Son parte de la guerra asimétrica contra la Universidad; caballos de Troya, insertados entre los trabajadores para debilitar la protesta y ejercer el control social. Nunca como ahora, se hace necesario y urgente que salga el sol, después de las nubes
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