Con la tecnología de Blogger.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Antología de Proudhon (II)



























Tierra y Libertad

Aprovechando que se han cumplido 150 años de la muerte de Pierre J. Proudhon (1809-1865) hemos querido ofrecer a nuestros lectores una antología de su pensamiento. Los textos están tomados de sus obras, tanto de las que se tradujeron al castellano como de las que están todavía inéditas en nuestra lengua. El título de cada obra va como epígrafe de los textos.


De la Justicia en la Revolución y en la Iglesia (1858)

La metafísica del ideal no ha enseñado nada a Fichte, Schelling o Hegel. Cuando esos hombres, de los que la filosofía se honra, creían deducir el “a priori”, sin saberlo, no hacían más que sintetizar la experiencia (…).
La fórmula hegeliana sólo es una tríada, por el gusto o el error del maestro, que cuenta tres términos allí donde auténticamente sólo hay dos y que no ha visto que la antinomia no se resuelve en absoluto, sino que indica una oscilación o antagonismo susceptible únicamente de equilibrio. Bajo este punto de vista todo el sistema de Hegel debería rehacerse (…).
¿Cuál es ahora esa idea princesa, a la vez objetiva y subjetiva, real y formal, de naturaleza y humanidad, de especulación y sentimiento, de lógica y arte, de política y economía, razón práctica y razón pura, que rige a la vez al mundo de la creación y al mundo de la filosofía, y sobre la cual ellos construyen uno y otro; idea, en fin, que, siendo dualista por su fórmula, excluye no obstante toda anterioridad y toda superioridad y abarca en su síntesis lo real y lo ideal? Es la idea de “Derecho”, la “justicia”. (…).

La Justicia adopta distintos nombres, según las facultades a las que se dirige. En el orden de la consciencia, el más elevado de todos, es la “justicia” propiamente dicha, regla de nuestros “derechos” y de nuestros “deberes”; en el orden de la inteligencia, lógica, matemática, etc., es “igualdad” o “ecuación”; en la esfera de la imaginación se convierte en el “ideal”; en la naturaleza es el “equilibrio”. A cada una de esas categorías de ideas o de hechos la Justicia se impone bajo un nombre particular y como condición sine qua non (…).
La separación de la ciencia y de la consciencia, como la de la lógica y del derecho, no es más que abstracción elemental. En nuestra alma las cosas no ocurren así: la certidumbre del saber es para nosotros una cosa más íntima, más afectiva, más vital de lo que dicen los lógicos y los psicólogos (…).
Es ella [una generación ávida, grosera, sin dignidad] la que ha inaugurado, bajo la excusa de una restauración imperial, el reino de la mediocridad desvergonzada, de la propaganda oficial, de la estafa confesada. Es ella la que deshonra a Francia y la envenena (…).
El gobierno imperial es un gobierno sin principios (…); en lo que respecta a sus presuntos éxitos, dejemos que transcurra algún tiempo y, al seguir siendo las cosas tal como son, no veremos más que calamidades (…).

No dogmatizo; observo, describo, comparo. No voy en absoluto a buscar las fórmulas del derecho en los sondeos fantásticos de una psicología ilusoria; se las pido a las manifestaciones positivas de la humanidad (…).
En esta hora la Revolución se define y, por tanto, vive. El resto no piensa. El ser que vive y que piensa, ¿será suprimido por el cadáver? (…).
El materialismo, al que se podría definir como el misticismo de la materia (…).
El Decálogo había dicho en dos palabras: “No matarás, no robarás”. A la teología cristiana le corresponde buscar si la servidumbre, incluso disfrazada bajo el nombre de asalariado, no era una forma indirecta de matar el cuerpo y el alma; si el asalariado no implicaba la expoliación del trabajador, usurpación en su detrimento por parte del capitalismo-empresario-propietario (…).

Si los patronos se ponen de acuerdo, los empresarios se agrupan y las compañías se fusionan, el ministerio público no puede hacer nada, tanto menos, cuando el poder impulsa a la centralización de los intereses capitalistas y la promueve. Pero si los obreros, que tienen el sentimiento del derecho que les ha legado la Revolución, protestan y hacen huelga, único medio del que disponen para hacer admitir sus reclamaciones, son castigados, deportados sin piedad, entregados a las fiebres de Cayena y de Lambessa (…).
Lo que pido para la propiedad (…) es que se haga el “balance” (…). En efecto, la Justicia, aplicada a la economía, no es otra cosa que un balance perpetuo; o, para expresarme de una forma aún más exacta, la Justicia, en lo que concierne al reparto de los bienes, no es más que la obligación impuesta a todo ciudadano y a todo Estado, en sus relaciones de interés, de conformarse a la ley de equilibrio que se manifiesta en todas partes en la economía y cuya violación, accidental o voluntaria, es el principio de la miseria.

Los economistas pretenden que no le corresponde a la razón humana intervenir en la determinación de este equilibrio, que es preciso dejar que la plaga oscile a su antojo y seguirla paso a paso en nuestras operaciones. Yo sostengo que eso es una idea absurda (…).
“La antinomia no se resuelve”; ahí reside el vicio fundamental de toda la filosofía hegeliana. Los dos términos de que se compone se compensan, bien entre sí o bien con otros términos antinómicos: lo que conduce al resultado buscado. Una compensación no es en absoluto una síntesis tal como la entendía Hegel (…).
Para no hablar aquí más que de las colectividades humanas supongamos que unos individuos, en el número que se quiera, de un modo y con un objetivo cualquiera agrupan sus fuerzas: la resultante de esas fuerzas aglomeradas, que no se debe confundir con su suma, constituye la fuerza o potencia del grupo.
Un taller formado por obreros cuyos trabajos convergen hacia un mismo objetivo, que es obtener tal o cual producto, posee en tanto que taller o colectividad, una potencia que le es característica: la prueba de ello es que el producto de esos individuos así agrupados es muy superior a lo que habría sido la suma de sus productos particulares si hubiesen trabajado separadamente.

De igual modo la tripulación de un barco, una sociedad en comandita, una academia, una orquesta, un ejército, etc., todo ello colectividades más o menos hábilmente organizadas, contienen una potencia, potencia sintética y consecuentemente especial al grupo, superior en calidad y en energía a la suma de las fuerzas elementales que la componen (…).
En consecuencia, al ser la fuerza colectiva un hecho tan objetivo como la fuerza individual, la primera totalmente distinta a la segunda, los seres colectivos son una realidad exactamente igual que lo son los individuos (…).
Los grupos activos que componen la ciudad, al diferir entre sí de organización como también de idea y objeto, la relación que les une ya no es tanto una relación de cooperación como una relación de conmutación. La fuerza social tendrá por tanto como carácter el ser esencialmente conmutativa y no por ello será menos real (…).
Mediante la agrupación de las fuerzas individuales y por la relación de los grupos, toda la nación forma un cuerpo: es un ser real de un orden superior cuyo movimiento arrastra toda existencia, toda fortuna. El individuo está sumergido en la sociedad; depende de esta alta potencia, de la que sólo podría separarse para caer en la nada (…).

Supongamos la Revolución hecha, la paz asegurada en el exterior por la federación de los pueblos, y la estabilidad estará garantizada en el interior por el balance de los valores y de los servicios, por la organización del trabajo y por la reintegración del pueblo en la propiedad de sus fuerzas colectivas (…).
“La idea, con sus categorías, nace de la acción y debe retornar a la acción bajo pena de inhabilitación para el agente”. Esto significa que todo conocimiento, dicho a priori, incluida la metafísica, ha salido del trabajo y debe servir de instrumento al trabajo; contrariamente a lo que enseñan el orgullo filosófico y el espiritualismo religioso que hacen de la idea una revelación gratuita, llegada no se sabe cómo, y de la cual la industria no es por consiguiente más que una aplicación (…).
Vayamos más lejos: si tal como decíamos anteriormente, la reflexión y por consiguiente la idea, nace en el hombre de la acción y no la acción de la reflexión, es el trabajo el que debe prevalecer sobre la especulación, el hombre de industria sobre la filosofía, lo que es el derrocamiento del prejuicio y del actual estado social (…). Así pues, hemos establecido la primera parte de nuestra propuesta: “la idea con sus categorías nace de la acción”; en otras palabras, la industria es madre de la filosofía y de las ciencias.

Queda por demostrar la segunda: “la idea debe regresar a la acción”; lo que significa que la filosofía y las ciencias deben volver a entrar en la industria, bajo pena de degradación para la humanidad. Una vez hecha esta demostración, está resuelto el problema de la liberación del trabajo. Recordemos primero en qué términos se ha planteado ese problema. El trabajo presenta dos aspectos contrarios, uno subjetivo y otro objetivo (…) Bajo el primer aspecto, es espontáneo y libre, principio de felicidad: es la actividad en su ejercicio legítimo, indispensable para la salud del alma y del cuerpo. Bajo el segundo, el trabajo es repugnante y penoso, principio de servidumbre y de envilecimiento (…).
Ya se ha dicho en el texto que la obra de Le Play, Les Ouvriers européens, no tiene por objeto más que dar el método a seguir para la esclavización de los trabajadores (…). Con objeto de que no se nos acuse de calumnia, esbozaremos ahora el pretendido método de Le Play (…) Le Play no cree en absoluto en la igualdad de condiciones y de fortunas; no cree lógico la igualdad frente a la ley y, por consiguiente, no cree en la Justicia. Por el contrario, no duda en absoluto en la necesidad de una jerarquía social; por tanto quiere, con toda la fuerza de sus convicciones, el mantenimiento de lo que compone esta jerarquía: la propiedad y sus privilegios, el dominio industrial y sus prerrogativas, el capitalismo y sus dividendos, la Iglesia y sus dotaciones, la centralización y su mundo de funcionarios, el ejército y el reclutamiento; el trabajador en fin, pero el trabajador disciplinado, clasificado, fijado, obediente. En cuanto a la revolución política, económica, social, Le Play la rechaza enérgicamente.

Pero, tal como lo hemos hecho observar en el texto, para contener al trabajador es preciso como mínimo, que sus necesidades sean satisfechas; es preciso, si queremos que prescinda de lo superfluo, asegurarle lo necesario. El punto primordial, la cuestión esencial, el auténtico problema social, según Le Play, es pues, regular esa porción congruente del obrero, con la cual una vez cumplida su jornada, no debe pensar más en beber, dormir, y sin la cual siempre se puede temer que se rebele (…).
Eso es lo que se denomina aplicar el método de observación a la economía política. De acuerdo con este principio Le Play ha efectuado la monografía de treinta y seis clases distintas de obreros, observados en Suecia, Rusia, Turquía, Alemania, Inglaterra, Francia, etc. (…).
Creo que es inútil insistir en esta distinción fundamental de la razón individual y de la razón colectiva, la primera esencialmente absolutista, la segunda antipática a todo absolutismo (…).
Vemos a la razón colectiva destruir constantemente, con sus ecuaciones, el sistema formado por la coalición de las razones particulares: por tanto, no es únicamente distinta sino que es superior a todas y su superioridad proviene precisamente de que el absolutismo, que ocupa un lugar tan importante en las demás, frente a ella se desvanece (…).

Digo que la razón colectiva, resultado del antagonismo de las razones particulares, al igual que el poder público resulta de la suma de las fuerzas individuales, es una realidad igual que ese poder; y puesto que ambas se reúnen en la misma colectividad llego a la conclusión de que forman los dos atributos esenciales del mismo ser: la razón y la fuerza.
Es esta Razón colectiva, teórica y práctica a la vez, la que desde hace tres siglos, ha empezado a dominar al mundo y a impulsar por el camino del progreso a la civilización (…).
El órgano de la razón colectiva es el mismo que el de la fuerza colectiva: es el grupo trabajador, instructor; la compañía industrial, inteligente, artística; las academias, escuelas, ayuntamientos; es la Asamblea Nacional, el club, el jurado; cualquier reunión de hombres, en una palabra (…).
Es inútil que cite a Hegel: él niega y se burla de la libertad de igual modo y forma en que Spinoza había ejecutado a Descartes y, al igual que Spinoza, concluye en política en el absolutismo (…).
¿Cuál es, pues, ese movimiento mediante el cual el libre arbitrio, precediendo simultáneamente a la manifestación y a la idealización del ser social, crea la historia y el destino? (…).

En presencia de tan grandes esfuerzos, frente a esa inmensa labor de una naturaleza que se busca a sí misma, se ensaya, se pone a prueba, se hace, se deshace, se rehace de otra forma, que cambia de principio, de método y objetivo, ¿es posible negar la existencia en la humanidad de una función especial que no es ni la inteligencia, ni el amor ni la Justicia? (…).
Así pues, ¿qué es el progreso? Confieso que anteriormente me dejé engañar por ese monigote psicológico-político que no resistió mucho tiempo el examen (…).
No, no hay en absoluto un papel para la libertad en el sistema de Hegel y por ello, nada de progreso. Hegel se consuela de esta pérdida al modo de Spinoza. Y llama libertad al movimiento orgánico del espíritu dando al de la naturaleza el de necesidad. En el fondo, dice, ambos movimientos son idénticos: por ello, añade el filósofo, la más alta libertad, la más alta independencia del hombre, consiste en “saberse” determinado por la idea absoluta (…).
Es como si alguien dijera que la más alta libertad política consiste, para el ciudadano, en “saberse” gobernado por el poder absoluto: cosa que es muy cómoda para los partidarios de la dictadura perpetua y del derecho divino (…).

He aquí pues, lo que se ha comprobado: el progreso, según todas las definiciones que se me han dado, no sólo no es debido a nuestra libertad sino que aún menos es el testimonio de nuestra virtud. Es el signo de nuestra servidumbre (…).
Afirmo que el Progreso es ante todo un fenómeno de orden moral, del que el movimiento se irradia a continuación, tanto para el bien como para el mal, sobre todas las facultades del ser humano, colectivo e individual.
Esta irradiación de la conciencia puede operarse de dos formas según siga el camino de la virtud o el del pecado. En el primer caso, la llamo “Justificación” o “perfeccionamiento de la humanidad por sí misma”; y tiene por efecto hacer crecer indefinidamente a la humanidad en la libertad y en la justicia; después desarrollar cada vez más su potencia, sus facultades y sus medios, y consecuentemente elevarla por encima de lo que hay en ella de fatal: como veremos a continuación, en esto consiste el “progreso”. En el segundo caso, llamo al movimiento de la conciencia “Corrupción” o “disolución de la humanidad por sí misma”, manifestada por la pérdida sucesiva de las costumbres, de la libertad, del talento, por la disminución del valor, de la fe, el empobrecimiento de las razas, etc. es la “decadencia”.

En los dos casos digo que la humanidad se perfecciona o se deshace a “sí misma”, porque aquí todo depende exclusivamente, de la consciencia y de la libertad, de tal manera que el movimiento cuya base de operaciones está en la Justicia, su fuerza motriz en la libertad, no puede ya conservar nada de fatal (…).
No es el ideal el que produce las ideas, sino que las refina; no es él quien crea la riqueza, quien enseña el trabajo, quien distribuye los servicios, quien pondera las fuerzas y los poderes, quien puede dirigirnos en la búsqueda de la verdad y mostrarnos las leyes de la Justicia (…).
La doctrina del progreso se resume, por tanto, en dos proposiciones cuya verdad resulta fácil constatar históricamente:
Toda sociedad progresa por el trabajo, la ciencia y el derecho idealizados).
Toda sociedad retrocede por la preponderancia del ideal (…).
Desde hace cincuenta años la literatura francesa, aspirando a vivir exclusivamente por el ideal y para el ideal, ha desertado de la Revolución y de la Justicia; por esta apostasía ha traicionado a su propia causa. Se anunciaba como la razón del siglo y ni siquiera tiene a su servicio una paradoja. Se ha basado en el idealismo y ni siquiera tiene un ideal (…).
La justicia es más grande que el yo (…).
El socialismo es la doctrina de la síntesis, de la conciliación universal; lo que el socialismo ataca es el antagonismo universal (…).
Gracias a la noción finalmente explicada del libre arbitrio me doy cuenta de ese “ideal” que me encanta, de ese “progreso” que es mi ley y que consiste, no en una evolución fatal de la humanidad, sino en su liberación indefinida de toda fatalidad (…).

La capacidad política de la clase obrera (1865)

Hace diez meses me preguntabais lo que pensaba del Manifiesto electoral publicado por sesenta obreros del Sena (…). Ciertamente, me alegré de ese despertar del socialismo ¿quién habría tenido en Francia más derecho que yo de alegrarme por ese hecho? Sin duda una vez más, estaba de acuerdo con vosotros y con los Sesenta, en que la clase obrera no está representada y debe estarlo: ¿cómo habría podido tener otro sentimiento? (…).
Pero de eso a participar en unas elecciones que hubiesen comprometido con la conciencia democrática, sus principios y su futuro, no he disimulado, ciudadanos, en mi opinión hay un abismo (…).
Se trata de demostrar a la democracia obrera que, al carecer de una suficiente conciencia de sí misma y de su idea, ha dado el aporte de sus sufragios a unas personas que no la representaban, ¡con qué condiciones entra un partido en la vida política! (…).

En dos palabras, la plebe, que hasta 1840 no era nada, que apenas se distinguía de la burguesía, aun cuando a partir del 89 se haya separado de la misma de hecho y de derecho, se ha convertido repentinamente por su propia pobreza y por su oposición a la clase de los poseedores del suelo y de los explotadores de la industria, en “algo”, igual que la burguesía del 89 aspira a convertirse en un todo (…).
La causa de los campesinos es la misma que la de los trabajadores industriales; la “Marianne” de los campos es la contrapartida de la “Social” de las ciudades. Sus adversarios son los mismos (…).
Es la emancipación completa del trabajador; es la abolición del trabajo asalariado (…).
El problema de la capacidad política en la clase obrera (…) equivale por tanto a preguntarse: a) si la clase obrera, desde el punto de vista de sus relaciones con la sociedad y con el Estado, ha adquirido conciencia de sí misma; si, como ser colectivo, moral y libre, se distingue de la clase burguesa, si separa de la misma sus intereses, si no desea confundirse con ella; b) si posee una idea, o sea, si se ha creado una noción de su propia constitución, si conoce las leyes, condiciones y fórmulas de su existencia, si prevé el destino y el fin, si se comprende a sí misma en sus relaciones con el Estado, la nación y el orden universal; c) y finalmente, si la clase obrera está capacitada, en la organización de la sociedad, para deducir unas conclusiones prácticas que sean suyas, características y, en el caso en que el poder por la inhabilitación o la retirada de la burguesía le fuera devuelto, capaz de crear y desarrollar un nuevo orden político (…).

Sobre el primer punto: Sí; las clases obreras han adquirido conciencia de sí mismas y podemos asignar la fecha de esta eclosión que es el año 1848.
Sobre el segundo punto: Sí; las clases obreras poseen una idea que corresponde a la conciencia que tienen de sí mismas y que está en perfecto contraste con la idea burguesa (…).
Sobre el tercer punto, relativo a las conclusiones políticas a extraer de su idea: No; las clases obreras, seguras de sí mismas y ya medio iluminadas sobre los principios que componen su nueva fe, no han llegado aún a deducir de estos principios una práctica general adecuada, una política apropiada (…).
Negar hoy en día esta distinción de las dos clases sería más que negar la escisión que la provocó, y que no fue en sí misma más que una gran iniquidad; sería negar la independencia industrial, política y civil del obrero, única compensación que ha obtenido; sería afirmar que la libertad y la igualdad del 89 no han sido hechas para él ni tampoco para la burguesía (…).

Es por tanto flagrante la división de la sociedad moderna en dos clases: una de trabajadores asalariados y otra de propietarios-capitalistas-empresarios (…).
Mientras que la plebe obrera, ignorante, sin influencia, sin crédito, se plantea, se afirma, habla de su emancipación, de su futuro, de una transformación social que debe cambiar su condición y emancipar a todos los trabajadores del mundo; la burguesía que es rica, que posee, que sabe y que puede, no tiene nada que decir de sí misma, desde que ha salido de su antiguo medio, parece carecer de destino y de papel histórico; ya no tiene pensamiento ni voluntad. Alternativamente revolucionaria y conservadora, republicana, legitimista, doctrinaria o moderada; por un instante cautivada por las formas representativas y parlamentarias y después perdiendo hasta la inteligencia; no sabiendo actualmente qué sistema es el suyo, qué gobierno prefiere (…) la burguesía ha perdido todo su carácter: ya no es una clase poderosa por su número, el trabajo y el genio, que quiere y que piensa, que produce y que razona, que rige y que gobierna; es una minoría que trafica, especula; una batahola (…).
Tanto si la burguesía lo sabe como si no, su papel ha acabado; no puede ir lejos y tampoco puede renacer (…).

Una de las cosas que más le importan a la democracia obrera es, al mismo tiempo que afirma su Derecho y desarrolla su “Fuerza”, plantear también su “idea”, diría aún más, producir tal cual su cuerpo de Doctrina (…).
La revolución, al democratizarnos, nos ha lanzado por los caminos de la democracia industrial (…).
Ahora le corresponde a la democracia obrera encargarse de la cuestión. Que se pronuncie y, bajo la presión de su opinión, será preciso que el Estado, órgano de la sociedad, actúe. Que si la democracia obrera satisfecha de hacer la agitación en sus talleres, de hostigar al burgués y de ponerse de manifiesto en elecciones inútiles, permanece indiferente ante los principios de la economía política que son los de la revolución, es preciso que sepa que falta a sus deberes y se verá mancillada un día por ello ante la posteridad (…).
Lo que distingue a las reformas mutualistas es que son simultáneamente un producto del derecho estricto y de una alta sociabilidad; esas reformas consisten en suprimir los tributos de todo tipo sacados de los trabajadores (…).

Esas asociaciones, que podrán incluso conservar sus actuales designaciones, sometidas unas respecto a otras y con respecto al público al deber de mutualidad, imbuidas del nuevo espíritu, no podrán ya compararse a sus análogas de estos tiempos. Habrán perdido su carácter egoísta y subversivo aun conservando las ventajas particulares que extraen de su potencia económica. Serán otras tantas iglesias particulares en el seno de la Iglesia universal, capaces de reproducirse si fueran extinguidas (…).
La unidad no está señalada en el derecho, más que por la promesa que se hacen entre sí los diversos grupos soberanos: 1.º de gobernarse mutuamente a sí mismos y tratar con sus vecinos de acuerdo con determinados principios; 2.° de protegerse contra el enemigo del exterior y la tiranía del interior; 3.° de ponerse de acuerdo en el interés de sus explotaciones y de sus empresas respectivas, así como prestarse ayuda en sus infortunios (…).
Así, trasladado a la esfera política, lo que hemos llamado hasta este momento mutualismo o garantismo toma el nombre de “federalismo” (…).

Al contrario, el nuevo derecho es esencialmente “positivo”. Su objeto es procurar, con certidumbre y amplitud, todo lo que el antiguo derecho permitía simplemente hacer pero sin buscar las garantías ni los medios, sin ni siquiera expresar a este respecto ni aprobación ni desaprobación (…).
Por ello podemos decir también a partir de ahora, que entre la burguesía capitalista-propietaria-empresaria y el gobierno, y la democracia obrera, desde todos los puntos de vista, los papeles se han invertido: ya no es a ésta a la que se debe denominar “la masa, la multitud, la vil multitud”; sino que sería más bien a aquélla. (…) Lo que ya no piensa, lo que ha recaído en el estado de turba y de masa indigesta es la clase burguesa. (…)
Vemos a la alta burguesía (después de haber rodado de catástrofe política en catástrofe política llegada al último grado del vacío intelectual y moral), cómo se convierte en una masa que no tiene ya nada de humano más que el egoísmo y busca salvadores cuando para ella ya no hay salvación, presentar por todo programa una indiferencia cínica, y, que antes de aceptar una transformación inevitable, invocar sobre el país y sobre sí misma un nuevo diluvio (…).

Un poco más y las clases medias, absorbidas por la alta competencia o arruinadas, entrarán en la domesticidad feudal o serán lanzadas en medio del proletariado (…).
La separación que recomiendo es la condición misma de la vida. Distinguirse y definirse es ser; al igual que confundirse y absorberse es perderse. Escindirse, con una escisión legítima, es el único medio que tenemos para afirmar nuestro derecho y, como partido político, para hacernos reconocer. Y pronto se verá que es también el arma política más potente, así como la más leal, que se nos ha dado tanto para la defensa como para el ataque (…).
Así pues, llego a la conclusión de que al no ser el ideal político y económico perseguido por la democracia obrera el mismo que busca en vano la burguesía desde hace sesenta años, no podemos figurar, no digo únicamente en el mismo Parlamento, sino ni siquiera en la Oposición; nuestras palabras tienen un sentido totalmente distinto a las suyas, y ni las ideas, ni los principios, ni las formas de gobierno, ni las instituciones, ni las costumbres son las mismas (…).
La clase obrera, si se toma a sí misma en serio, si persigue algo más que una mera fantasía, tenga esto presente: es preciso ante todo que salga de la tutela y que (…) actúe a partir de ahora y en forma exclusiva por sí misma y para sí misma (…).
Es preciso recordar lo siguiente: entre la igualdad o el derecho político y la igualdad o el derecho económico hay una íntima relación, de modo que allí donde uno de ambos términos es negado el otro no tardará en desaparecer (…).

[Tomado de periódico Tierra y Libertad #.325, Madrid, agosto 2015. Accesible en http://acracia.org/antologia-de-proudhon/#more-1276.]


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.

Ser gobernado es...

Charla: El Anarquismo en América Latina

Seguidores

Etiquetas

@kRata (comic) `Sabino Romero 10deLuluncoto 18 años El Libertario 1º de Mayo 27 de febrero 4 de febrero Aana Wainjirawa abajo los muros de las prisiones Abdicación del rey de España abolicionismo Aborto abstencion Abstención abstención electoral abuso militar en Venezuela abuso policial abuso sexual niños Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat acampada Acampadas acción directa anarquista Acción Directa Autogestiva Accion directa no violenta Acción Ecológica Acción Libertaria actividades activismo actualidad del anarquismo Acuerdo Venezuela China adecos chavistas agresiones en Venezuela agresiones a sindicalistas en Venezuela agroecología Agustín García Calvo Alan Furth Alan Moore Albert Camus Alberto Acosta Alcedo Mora Alejandro Álvarez Alentuy Alexander Luzardo Alfonso "el Set@" Alfredo Bonanno Alfredo Vallota Alí Moshiri Alí Primera Alí Rodríguez Araque alternativa Alternativa Antimilitarista Alto costo de la vida Alvaro García Linera Amador Fernández-Savater América Latina Américo Alejandro Balbuena Aministía Internacional Amnistía Internacional Amnistía Internacional Venezuela Amor amor libre Amor y Rabia análisis análisis anarquista sobre Venezuela análisis asamblea nacional análisis conflicto con Colombia análisis de izquierda Venezuela análisis de la revolución bolivariana análisis económico análisis reformas en Cuba análisis sobre Venezuela anarchico anarchism anarchism kurdistan anarchism venezuela anarcofeminismo anarcopunk venezuela anarquismo a la venezolana anarquismo básico anarquismo caracas Anarquismo en América Latina anarquismo en Argentina anarquismo en barquisimeto anarquismo en Francia Anarquismo en México anarquismo en Perú anarquismo en rusia anarquismo en Uruguay Anarquismo en Venezuela Anarquismo es movimiento anarquismo hoy anarquismo ilegalista Anarquismo social anarquismo suiza anarquismo venezuela anarquismo vs. Estado anarquismo y cárceles anarquismo y comunicación anarquismo y derecho anarquismo y ecología anarquismo y educación anarquismo y literatura anarquismo y luchas sociales anarquismo y marxismo anarquismo y nacionalismo anarquismo y planificación urbana Anarquismo y política Anarquismo y Postestructuralismo anarquismo y religión anarquismo y violencia anarquismo zulia anarquistas anarquistas caracas Anarquistas contra el muro anarquistas de Alemania anarquistas de Brasil anarquistas de Chile anarquistas de Cuba anarquistas de México Anarquistas de Temuco anarquistas de Turquía anarquistas en Bolivia anarquistas en Colombia anarquistas en Costa Rica anarquistas en Cuba anarquistas en El Salvador anarquistas en Paraguay anarquistas en Venezuela anarquistas presos anarquistas solidarios con los yukpa anarquistas ucv anarquistas y prisiones Andreas Speck Ángel Cappelletti anonymous venezuela antiimperialismo antimilitarismo antimilitarismo anarquista Antonio Ledezma Antonio Pasquali Antonio Serrano antropología Antulio Rosales Anzoátegui apagones apoyo a El Libertario apoyo internacional al chavismo apoyo internacional al madurismo APPO Archivo Histórico del Anarquismo en Venezuela armamentismo Armando Chaguaceda Armando Guerra Armando Investiga Armando la Resistencia arte callejero arte y anarquismo artistas asesinato de estudiantes asesinatos de manifestantes Asier Guridi Asilo y refugio ataques contra defensores de derechos humanos ataques contra defensores de derechos humanos en Venezuela ataques contra el movimiento anarquista ataques contra el movimiento popular en Venezuela ataques libertad de expresión autodefensa autogestion autogestión Autonomía autonomía de los movimientos sociales autonomía universitaria autoritarismo burocratico en Cuba Barquisimeto Bernhard Heidbreder biblioteca anarquista bicentenario bakunin bicicletas biciescuela urbana bienes comunes brutalidad policial Buenaventura Durruti Buenos Aires calentamiento global Cambiar el mundo sin tomar el poder Cambio Climático cambio social Campaña contra la Criminalización del Anarquismo capitalismo y medio ambiente caracas Carlos Crespo Carlos Crespo Flores Carmen García Guadilla Casa de la Mujer "Juana la Avanzadora" de Maracay Casa de la Mujer Juana la Avanzadora de Maracay Centro de Derechos Humanos UCAB chavismo y religiosidad popular chile ciberactivismo ciclismo urbano ciclo guerrilla urbana ciencia y tecnología en Venezuela Civetchi CNT Coalicion Anarquista y Libertaria de Porto Alegre Coalición Venezolana de Organizaciones LGBTI Colombia comercio de armas comic comics comida vegetariana Comitê Popular da Copa 2014 Comites de Defensa de la Revolución compra de armas concretera caracas concretera de chuao Concretera la carlota conflicto universitario conflicto yukpa consecuencias ambientales explotación petrolera en Venezuela contaminación ambiental contaminación PDVSA Cooperativismo cooptación de movimientos sociales cooptación medios alternativos Venezuela CORPOELEC Correo A coyuntura mexicana 2012 coyuntura venezolana 2010 coyuntura venezolana 2012 coyuntura venezolana 2013 coyuntura venezolana 2014 coyuntura venezolana 2015 coyuntura venezolana 2016 criminalización de la protesta en Colombia criminalización de la protesta en Venezuela Criminalización de los pueblos indígenas crisis agropecuaria en Venezuela crisis económica en Venezuela crisis economica venezuela crítica anarquista al marxismo crítica de izquierda al chavismo críticas de izquierda al madurismo críticas revolucionarias a Rafael Ramírez Cuba Libertaria Cuba Libertaria 22 Daniel Ortega Daniel Pinos deforestación delimitación de tierras indígenas demarcación de territorios indígenas demarcación de tierras en Venezuela deporte y anarquia deporte y capitalismo derecho a la manifestación derecho a la protesta desabastecimiento desaparecidos en Argentina desaparecidos en México desaparecidos en Venezuela desarrollo científico-tecnológico desencanto en el chavismo despidos injustificados detenciones difusión anarquista Douglas Bravo ecologismo ecologismo en Venezuela economía educación en Venezuela Ejército Venezolano Eliseo Reclus Emma Goldman endeudamiento Enfermedad Hugo Chávez equidad de género en Venezuela Erick Benítez Escritos de Domingo Alberto Rangel Espacio Público Estado y corrupción en Venezuela Estado y economía en Venezuela Esteban Emilio Mosonyi ética y práctica médica Europa Eva Golinger Evo Morales extractivismo EZLN falso socialismo Fanzine Exilio Interior FARC fascismo Federación Anarquista Centroamericana y Caribeña Federación Anarquista Centroamericana y del Caribe Federación Anarquista de México Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) Felipe Pérez Martí Feria del libro anarquista Feria del Libro Independiente y Autogestionario Ferrominera Ferrominera Orinoco FIFA Filosofía Filosofía en la Ciudad Francisco Flaco Prada Frente Clasista Argimiro Gabaldón futbol brasil Gadafi Galsic Género Genocidio GLBIT Global Voices globalizacion en Venezuela golpe de Estado en Venezuela Grupo de Estudio y Trabajo Jesús Alberto Márquez Finol Guardia Nacional Bolivariana Guardianas de Chávez Gustavo Godoy Gustavo Rodríguez hacktivismo Heinz Dieterich Henrique Capriles hiperinflación Historia de Venezuela historia del anarquismo homicidios Homofobia Humano Derecho Humberto Decarli Humberto Márquez Humor ilustraciones imágen El Libertario indigenas ecuador indígenas en Argentina indígenas en Bolivia indígenas en Brasil indígenas en México indígenas en Perú indigenas en venezuela indígenas en Venezuela indígenas presos en Venezuela Indígenas Venezuela indìgenas y revolución bolivariana individualismo y anarquismo industria forestal en Chile industria petrolera inflación en Venezuela informática libertaria Informe situación indígenas en Venezuela Inseguridad Ciudadana en Venezuela Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela Irak Iris Varela Isbel Díaz Torres Israel izquierda antiautoritaria en Cuba izquierda antichavista izquierda en Venezuela James C. Scott Javier Gárate John Holloway Jorell Meléndez Jorge Videla jornadas de diversidad sexual Jornadas Magonistas Jose Manuel Delmoral Jose María Korta José María Korta José Quintero Weir José Rafael López Padrino Juan Carlos La Rosa la Justicia y los Derechos Humanos Laura Vicente LEEME CARACAS legado del chavismo Lexys Rendón Ley Antiterrorista Liber Forti Líber Forti liberacion animal liberación animal liberación humana libertad a los presos anarquistas libertad Bernhard Heidbreder libertad de expresión libertad de expresión en Venezuela libertad para detenidos en Lulea los Salarios y los Sindicatos lucha indígena en Colombia lucha indígena en Venezuela lucha revolucionaria lucha socio-ambiental luchas ambientales Venezuela luchas de los pueblos indígenas luchas de los trabajadores luchas de los trabajadores Venezuela luchas de mujeres luchas estudiantiles luchas indígenas en Venezuela luchas obreras luchas populares en Venezuela luciano pitronello Luis Carlos Díaz Luis Fuenmayor Toro Luis Rafael Escobar Ugas Luis Reyes Reyes Madres de Plaza de Mayo Madrid madurismo maestros manifestaciones manifestaciones en Venezuela manipulación mediática manipulación religiosa Manuales Manuel Castells Marc Saint-Upéry Marcela Masperó Marea Socialista María Esperanza Hermida Mario Antonio López mario gonzalez masa crítica Masacre de Cantaura Masacre de El Amparo Masacre de Haximú Masacre de Loma de León Masacre de Monte Oscuro masacre de San Vicente Masacre de Uribana medio ambiente medios comunitarios y alternativos de Venezuela medios de transporte alternativos megaminería Mercosur Mérida Mijaíl Martínez minería mineria en Venezuela minería en Venezuela Misiones Sociales MOC movilizacion en la planta muerte de neonatos en Venezuela mujeres anarquistas Mujeres Libres Mundial de Fútbol 2014 narcotráfico neoliberalismo Nicaragua nicolas maduro Nicolás Maduro Niñas y Adolescentes no a la concretera no a la extradicion de Bernhard Heidbreder no a las corridas de toros Nu-Sol objeción de conciencia Observatorio Venezolano de Conflictividad Social Occupy Wall Street Octavio Alberola organizacion nelson garrido Organización Nelson Garrido Origen de las Fuerzas Armadas en Venezuela Orlando Chirino Pablo Hernández Parra Paquete económico paramilitarismo paro universitario Parque Verde La Carlota patriarcado patriotismo Pedro Pablo Peñaloza Pelao Carvallo pelea de almohadas periódico anarquista Periódico Apoyo Mutuo periodico Bandera Negra periódico CNT Periódico El Amanecer Periódico El Libertario periódicos petróleo venezolano Picnic urbano poder y política en Latinoamérica poder y política en Venezuela poesía libertaria polarización en Venezuela Policía Nacional Bolivariana policías corruptos en Venezuela práctica anarquista prensa anarquista preso anarquista presos anarquistas presos políticos en Venezuela prision venezuela prisiones en venezuela proceso bolivariano producción agrícola protesta creativa protesta pacífica protestas contra el Mundial 2014 protestas en venezuela proyecto de reforma de la Ley de Conscripción y Alistamiento Militar pueblos originarios pugnas internas del chavismo Punk Latinoamericano punk veneziuela Quiteria Franco Rafael Ramírez Rafael Uzcátegui Raisa Urribarri Ramón Álvarez Ramón Carrizales Ramón Rodríguez Chacín Raúl Zibechi rebelion en venezuela recursos Red Latinoamericana Antimilitarista red Observatorio Crítico Red por los Derechos Humanos de Niños Red Protagónica Observatorio Crítico (OC) de la Revolución Cubana Regeneración Radio relaciones Cuba-EE.UU. relaciones de Venezuela con China relaciones de Venezuela con Colombia relaciones de Venezuela con Cuba relaciones de Venezuela con U$A relaciones entre la banca y chávez represión represión antianarquista represión en Colombia Represión en Cuba represion en Venezuela represión en Venezuela represión policial represion policial en Venezuela Repsol YPF resistencia indígena resistencia venezuela revista AL MARGEN revolución bolivariana Revolución ciudadana robert serra Roberto Yépez Rodolfo Montes de Oca Rodolfo Rico Roger Cordero Lara Rubén González Rubèn González Rusia Sacudón salario en venezuela salario mínimo en Venezuela San Cristóbal sanciones sancocho Santiago de Chile secuestro seguridad industrial semana pro presos anarquistas 2014 Servicio Militar Obligatorio sexismo sexualidad libre sicariato Sidor Sierra de Perijá Simón Rodríguez Porras sindicalismo situación agraria latinoamericana situación de la salud situación de los trabajadores en Venezuela situación del periodismo en Venezuela situación del sindicalismo en Argentina situación del sindicalismo en Venezuela situación político-social en Brasil situación político-social en la península ibérica situación político-social mexicana situación venezolana situation in Venezuela 2014 soberanía alimentaria en Venezuela Soberanía energética bolivariana Sociedad Homo et Natura Sociedad Homoetnatura Sofía Comuniello Sofía Esteves software libre solidaridad con Cuba Subcomandante Marcos Taller Libertario Alfredo López Tamoa Calzadilla Tarek William Saab tercerización en Venezuela terrorismo terrorismo cotidiano terrorismo de Estado en Colombia Testimonio represión Testimonios de la revolución cubana Todo por Hacer toma yukpa del TSJ Tomás Ibáñez torturas en Venezuela totalitarismo Trabajadores de la Chrysler trabajadores del Estado trabajadores en Argentina Transexuales Transfobia Transformando información en acción transición transnacionales chinas Transparencia Venezuela Transportes Camila Trasnacionales Tribunal Supremo de Justicia turquia Turquía tweets anarquistas Twitter UBV UCV ULA UNETE UNEY universidad central de venezuela Uribana Uruguay utopía Valles del Tuy Vaticano vegetarianismo Venevisión venezuela Venezuela bolivariana Venezuela protests in February 2014 Víctor Muñoz vidas anarquistas viento sin fronteras vigilia frente al TSJ violaciones a los derechos humanos violencia contra la mujer violencia contra niños Vivienda Vladimir Aguilar Williams Sanguino Wladimir Pérez Yaracuy Yendri Sánchez Zaida García Zapatistas Zara zona temporalmente autónoma Zulia