Alirio Gil
Revolución es transformación radical de una realidad cultural, política económica, social, moral y ética. Lastimosamente este proceso político iniciado en 1999 fue una estafa para los venezolanos en el que creímos ciegamente. El líder Chávez permitió la corrupción a los generales, coroneles y demás jerarcas de la Fuerza Armada Bolivariana, y a los hijos políticos de AD y COPEI que encontraron la oportunidad de saquear las arcas del país. Lo que se criticó a la IV República, se multiplicó en una enésima potencia, se toleró y se premió. Por esta razón, en lo ético y moral no hubo revolución alguna.
Revolución es transformación radical de una realidad cultural, política económica, social, moral y ética. Lastimosamente este proceso político iniciado en 1999 fue una estafa para los venezolanos en el que creímos ciegamente. El líder Chávez permitió la corrupción a los generales, coroneles y demás jerarcas de la Fuerza Armada Bolivariana, y a los hijos políticos de AD y COPEI que encontraron la oportunidad de saquear las arcas del país. Lo que se criticó a la IV República, se multiplicó en una enésima potencia, se toleró y se premió. Por esta razón, en lo ético y moral no hubo revolución alguna.
Con todo el respeto que se merece el profesor Héctor Navarro, por ser una de las pocas figuras incuestionables que el ex presidente Chávez tuvo en su gobierno, permítame responder a su artículo publicado en APORREA el 17 de los corrientes. Usted afirma que “anteriormente se conseguían productos hechos aquí en Venezuela y ahora no, definitivamente algo sucedió allí…”. Todos sabemos lo que ocurrió: En 14 años los funcionarios corruptos del gobierno se llevaron del país 200 mil millones de dólares, producto de la corrupción; y tan solo en el año 2012 transfirieron de CADIVI 18 mil millones de dólares hacia algunos banqueros con la finalidad de venderlos al sector productivo privado para importar materia prima, insumos, maquinarias y repuestos, pero esos dólares a 4,30 Bs. se quedaron en manos de los banqueros para su especulación. Tremenda estafa a la nación. En ese mismo año, 25 mil millones de dólares fueron sacados de CADIVI por empresas fantasmas o de maletín, que estaban vinculadas a altos funcionarios del gobierno. Esos dólares no fueron vendidos al sector productivo privado. Eso conllevó al cierre y quiebra de más de 4 mil empresas productivas en el país. Las consecuencias lógicas es que hoy no hay la producción de bienes de consumo, hay especulación, acaparamiento y bachaqueo. Eso fue lo que sucedió allí. Mientras tanto, se siguen enriqueciendo unos pocos con los dólares a 6,30, supuestamente para alimentos y medicinas, pero en realidad, continúan engrosando los bolsillos de la nueva oligarquía “roja rojita”. Hasta la Ley contra la Corrupción la engavetaron.
Pero, todos en el PSUV y gobierno sabían de estos actos de corrupción, y sin embargo no hubo interés ni voluntad de acabar con este mal. Los cinco Poderes Públicos se combinaron para permitir, avalar, tolerar y premiar a los corruptos. No hay en Venezuela independencia de los Poderes Públicos, por lo tanto no hubo ni hay revolución, y por ende no se puede acabar con algo, si en la realidad no ha existido. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es una revolución en teoría, pero en la práctica no se ha cumplido. La CRBV es buena, pero los que estaban obligados a cumplirla son malos. Tal como lo afirmó Louis de saint-Just, compañero de Maximiliano Robespierre en la revolución francesa: “las leyes son revolucionarias, pero quienes están obligados a cumplirlas no lo son”. Lamentablemente Chávez desestimó el capital político acumulado con el apoyo del pueblo. Pudo haberlo aprovechado para impulsar una verdadera revolución moral, ética, económica, política y social. Pero desestimó el poder popular que pudo haber sido aprovechado por él para frenar las presiones y apetencias de los grupos de poder que lo rodearon y se enriquecieron, y aplicarles todo el peso de la ley, pues ni el poder militar ni de políticos corruptos hubiesen podido con la presión popular. Pero al pueblo se le desestimó y se le adormeció con migajas, populismo, conformismo y fanatismo hacia el endiosamiento de la personalidad de Chávez.
Si de inclusión y mejoras sociales tratamos, estas se pudieron efectuar en cualquier gobierno anterior, si hubiesen articulado acciones para que los miembros de la OPEP elevasen los precios del crudo. Por eso en el gobierno de Chávez aumentó el gasto social por haberse elevado el precio del petróleo de 7 a más de 100 dólares por barril.
Todos los diputados, gobernadores, ministros y demás funcionarios decían amén y aceptaban lo que Chávez decía, aplaudiendo como las focas. Se creó un fetichismo en torno a la personalidad del presidente Chávez, hasta el punto de que quien lo refutaba lo calificaban de contra revolucionario. Todas las denuncias de hechos de corrupción fueron desestimadas y siguen siendo desestimadas por los órganos del Ministerio Público, la Fiscalía General de la República y la Defensoría del Pueblo. Todo este proceso ha concluido en la formación de una nueva oligarquía “roja rojita”, quiebra del aparato productivo, incremento desmesurado de la deuda externa en más de 250 mil millones de dólares, más la deuda interna de PDVSA y del gobierno, escasez, híper inflación, frustración y desesperanza en el pueblo venezolano, y lo más grave a mediano plazo, la desnutrición de la población y una situación de crisis humanitaria si no se ponen correctivos a tiempo.
[Tomado de http://www.aporrea.org/ideologia/a212564.html.]
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