Ccura-Carabobo
Nos quedamos “locos” al cierre de campaña de las elecciones sindicales que se desarrollarán en la empresa Chrysler este viernes 7 de agosto. El actual Secretario General del Sindicato y aspirante a la reelección, Cristian Pereira, quien nunca hizo una movilización a favor de los despedidos, hoy realizó una marcha interna desde la línea de producción hasta el portón para gritar: ¡¡NO VOLVERAN!!
Sin embargo esta consigna no era contra los patronos ni contra los funcionarios de gobierno que validan los despidos. Desgraciadamente iba dirigida contra los 76 padres de familia que fueron botados de común acuerdo entre el sindicato, la empresa y la inspectoría del trabajo. De esta forma Cristian Pereira y el resto de la burocracia sindical dejan en claro que no le perdonan a los 76 aguerridos trabajadores que se hayan levantado no sólo contra los despidos, sino que también en tiempo record hayan logrado el apoyo de personal fijo para presentar una plancha alternativa denominada la “76” en honor precisamente a quienes hoy llevan más de 8 meses en la calle, sin recibir de parte de Sintra-Chrysler y la Futaac, el apoyo solidario para recuperar el empleo y el pan para las familias que tanto ha faltado en sus hogares desde diciembre del año pasado.
Drama, comedia y tragedia
Pero muy a su pesar, los objetivos que perseguía Cristian con su “marcha interna” de intimidar a los fijos y despedidos, resultó ser una caricatura con drama, bastante de comedia y mucho de tragedia.
El drama lo representa el hecho de que hace poco más de tres años se produjo en la empresa Chrysler una auténtica rebelión contra la vieja burocracia sindical que controló a los trabajadores por muchos años. En esa oportunidad, fue Cristian Pereira quien encabezó esa extraordinaria movilización anti-burocrática que contó con la participación de la inmensa mayoría de los trabajadores. Hoy, en el cierre de campaña, sus seguidores en la marcha no alcanzaron ni el diez por ciento de aquella gran movilización de hace algunos años. El que lideró la movilización hace algunos años hoy es abandonado por muchos trabajadores, precisamente por las mismas razones: por su rol burocrático y patronal-
La comedia, como se lo hizo notar uno de los trabajadores despedidos que apoya la plancha alternativa, fue el hecho que la pancarta era mucho más grande que la cantidad de trabajadores que lo acompañaban. Por algo los participantes de la “marcha de Cristian” se miraron entre sí y efectivamente constataron que ya no son la mayoría los que apoyan al actual secretario general.
Y la tragedia viene por el lado de la consumación de una de las más grandes traiciones que se recuerde en la zona industrial de Valencia. La actual Junta Directiva de la organización sindical de común acuerdo con la empresa y funcionarios de la Inspectoría del Trabajo pactó el despido de los 76 trabajadores; ellos elaboraron y presentaron a la empresa el listado de compañeros a despedir; escondieron el laudo arbitral para que los despedidos no pudieran gozar del derecho de la defensa; nunca hicieron una movilización interna en apoyo a los despedidos; posteriormente convocaron a elecciones sindicales y excluyeron del registro electoral a los 76 despedidos para impedirles ser candidatos y/o votar en las elecciones y ahora que se cierra la campaña electoral ratifican su rol burocrático y traidor al gritar: ¡¡No volverán!!, a 76 padres de familia que siguen luchando por recuperar sus puestos de trabajo.
Fue tal la tragedia de este miércoles 5 de agosto en los portones de la empresa Chrysler, que hoy no se pudo saber si quien encabezaba la “marcha de cierre de campaña” era Cristian Pereira, Secretario General del Sindicato, Wilfredo Trejos Presidente de Chrysler, Omar González Gerente de Recursos Humanos, Alfredo Salazar de Relaciones Industriales o Dorkys Hernández, funcionaria de la inspectoría del trabajo, porque todos ellos se parecen en algo: fueron lo que planearon y ejecutaron a mansalva el despido de 76 trabajadores y harán hasta lo imposible para que no regresen a sus puestos de trabajo.
Todo tiene su final. Nace una alternativa
Lo extraordinario en estas elecciones sindicales es que nace una alternativa. Una esperanza que surge precisamente en un momento de perversas entregas y traiciones, pero también en una coyuntura de mucho desgaste de la burocracia sindical que ya no puede seguir controlando y engañando a los trabajadores.
Relevo que brota con muchas cosas claras y que se propone no repetir los actos lesivos y traidores que ejecuta la actual burocracia sindical. Quienes se postulan son altamente optimistas y no por casualidad en su publicidad electoral escogieron como fondo musical la reconocida melodía de Héctor Lavoe y Willie Colón, “Todo tiene su final” para dirigirse a los trabajadores y explicarles en forma respetuosa sus opiniones sobre las causas por las cuales los aspirantes a la relección no son opción para seguir conduciendo los destinos de la organización sindical y por qué no apoyan a los despedidos ni luchan por su reenganche.
Ahora que la crisis económica del país se acentúa, que la crisis en la industria automotriz pareciera no tener salida, es más que saludable que surja una opción alternativa que conduzca a los trabajadores en esta dura batalla para preservar los puestos de trabajo, las conquistas contractuales, la seguridad en el trabajo y la defensa de la dignidad de los trabajadores para que no sigan siendo pisoteados por burócratas sindicales, patronos y funcionarios de gobierno.
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