Periódico Acracia (Valdivia)
Hace unos meses que distintos grupos anarquistas se dan cita con la sana intención de organizar algo mayor entre un serie de grupos a lo largo del amargado territorio nacional. En este intento participan una serie de grupos, principalmente de zona centro y sur del país, del cual el grupo editor de estas hojitas quiso ser participe, sin embargo y ante la dura realidad del medio anárquico es imposible seguir trabajando, toda vez que en las actas figuran acuerdos que nunca fueron tales, que fueron impugnado por varios grupos y que sin embargo siguen están allí, así como pasando piola, y bueno este tipo de prácticas son propias de las organizaciones que gustan pasar “maquina” o sea mantener prácticas autoritarias al interior del medio libertario.
Hace unos meses que distintos grupos anarquistas se dan cita con la sana intención de organizar algo mayor entre un serie de grupos a lo largo del amargado territorio nacional. En este intento participan una serie de grupos, principalmente de zona centro y sur del país, del cual el grupo editor de estas hojitas quiso ser participe, sin embargo y ante la dura realidad del medio anárquico es imposible seguir trabajando, toda vez que en las actas figuran acuerdos que nunca fueron tales, que fueron impugnado por varios grupos y que sin embargo siguen están allí, así como pasando piola, y bueno este tipo de prácticas son propias de las organizaciones que gustan pasar “maquina” o sea mantener prácticas autoritarias al interior del medio libertario.
En virtud de ello el presente grupo Acracia (independiente de lo que suceda al interior de la FALV) se retira por no compartir “los pilares” de esta organización, simplemente porque no se comparten, no tanto en la letra como en las prácticas, ya que como sabemos el papel aguanta bastante. ¿Bueno, y por qué pasa esto? ¿Si en teoría los anarquistas somos los defensores de la horizontalidad y de las organizaciones anticoercitivas?. Y bueno sinceramente en este grupo creemos que el querer hacer algo más allá del grupo y el coleto, nos pasó la cuenta toda vez que no se precavió que el tipo de organización anarquista solo se puede sustentar en la confianza entre los distintos componentes, pero no te puedes organizar con quien no existe o la afinidad o la confianza, si bien en primer momento se deben romper los hielos y las asperezas.
Cierto es que los anárquicos en Chile han hecho del grupúsculo un fetiche, tal como sucediera extensamente a lo largo del continente. Cierto es también, que esta organización no puede estar basada meramente en los amiguismos, ya que no todos podemos ser amigos de todos, sea por una cuestión de temple o temperamento, la confianza anárquica está más basado en el respeto mutuo y en la necesidad de un equilibrio constante entre las partes para vincularse y no al revés.
Ya que esta confianza esta cimentada en los trabajos que cada cual mantiene para allanar el camino a la anarquía, y que no es otro que el nos conduce en libertad hacia la misma libertad. Algunos compañeros de Santiago han creído que repitiendo consignas y esquemas de los pasados remotos en otras regiones se llegaria a buen puerto. Es fundamental realizar el ejercicio reflexivo propio que nos lleve por medio de la reflexión colectiva hacia el mundo nuevo que deseamos construir, y no que nos lleve al cause fatal de hacer las cosas simplemente repitiendo y repitiendo (incluso los errores).
Basta ya de consignas prefabricadas es necesario recrear el diverso mundo al cual aspiramos, y que no se encuentra en el pasado, sino que de cara, de cara al futuro. Con toda nuestra gente. Restándole importancia al eslogan categórico de la ideología o –ismo y trabajando, ensayo y error de cara a la gente para ir construyendo paso a paso, por minúsculo que sea, nuestro camino, que nos pertenecerá por obra propia, con los pueblos, en sentido de comunidad y de acción. Quitándose para siempre el velo de la incomprensión ya que nos habremos dado a entender, sincerando nuestras posiciones y aspiraciones, alejados de la retórica del teórico y cercanos a toda obra de bien colectivo.
[Publicado originalmente como editorial del periódico Acracia # 44, Valdivia, julio 2015. La edición completa es accesible en www.periodicoacracia.wordpress.com.]
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