Ramón Álvarez
Ya han pasado más de dos años de gobierno del Presidente Maduro, y no termino de concebir que la actual administración siga encajonada en la denuncia permanente sin lograr pasar a la acción organizada y contundente, la cual permita, de la manera más oportuna, enderezar la terrible situación socio-económica que atravesamos. Pero más allá de eso, me llama mucho la atención algunas medidas con las que han tratado de remediar la crisis, las cuales, no son tan diferentes a las que asumiría un gobierno burgués. Recuerdo en la última campaña presidencial del año 2013 cómo se señalaba al candidato opositor de tener un paquetazo neoliberal bajo la manga y de eso se sacó mucha punta en lo mediático sin pensar, realmente, que en esas elecciones presidenciales nos encontrábamos entre dos propuestas de paquetazos.
Ya han pasado más de dos años de gobierno del Presidente Maduro, y no termino de concebir que la actual administración siga encajonada en la denuncia permanente sin lograr pasar a la acción organizada y contundente, la cual permita, de la manera más oportuna, enderezar la terrible situación socio-económica que atravesamos. Pero más allá de eso, me llama mucho la atención algunas medidas con las que han tratado de remediar la crisis, las cuales, no son tan diferentes a las que asumiría un gobierno burgués. Recuerdo en la última campaña presidencial del año 2013 cómo se señalaba al candidato opositor de tener un paquetazo neoliberal bajo la manga y de eso se sacó mucha punta en lo mediático sin pensar, realmente, que en esas elecciones presidenciales nos encontrábamos entre dos propuestas de paquetazos.
Desde la primera devaluación que lanzaron antes de comenzar la campaña presidencial del año 2013, las medidas incomprensibles, de un gobierno que se autoproclama obrero, revolucionario y socialista, pican y se extienden. Luego de pasar la tasa de 4,30 bolívares por dólar a 6,30 bolívares por dólar, vinieron los famosos SICAD, otra forma en la que el ciudadano de a pie empezó a sentir una inflación que crecía sin frenos. Por otro lado, el objetivo de estas medidas cambiarias anunciadas por el gobierno tenía la finalidad de estimular la producción interna, lo cual no fue logrado, de tal manera que la dependencia de las importaciones continuó y el ingreso de los petrodólares no fue aprovechado para tal fin. Después, vino la unificación de las tasas del SICAD que generó más inflación, sin lograr el gobierno frenar la distorsión de precios; y finalmente anunciaron el SIMADI, sistema que legalizó el dólar paralelo que tanto la burocracia roja rojita denunciaba, colocándole un piso a esta delictiva cotización, que luego de la activación del SIMADI no ha parado de subir, ubicándose hasta la fecha en más de 400Bs por dólar, lo que ha terminado de pulverizar nuestra capacidad de ahorro al incrementarse continuamente los niveles de inflación de manera descomunal, ya que los comerciantes, y para nadie es un secreto, toman esta tasa como referencia para ubicar los precios de sus productos, mientras todo esto ocurre, la Sundee brilla por su ausencia. Imaginemos que hoy mandara la derecha tradicional y estemos pasando por la misma situación socio-económica y presenciemos el mismo paquete de medidas en materia económica que ha empleado la dirigencia roja rojita, ¿aplaudirías las medidas o estarías denunciando el alto costo de la vida producto de las continuas devaluaciones?
Pasando de las medidas económicas anti-populares que se han tomado en los últimos años a otro tipo de medidas, vamos a encontrar más atropellos como:
· La reforma de la Ley de Impuestos Sobre la Renta, donde se pretende que sea el pueblo humilde trabajador quién termine pagando el hueco fiscal que generaron los corruptos, obligando a los trabajadores a dejar parte importante de su salario por vía impuesto, al incluir en el cálculo el bono vacacional y las utilidades, cosa que no está consagrado ni en la Constitución de la República ni en la Ley Orgánica del Trabajo.
· La propuesta neocolonial de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), que no es más que entregar nuestra soberanía, que tanto dicen defender, principalmente al capital transnacional chino, quienes se aprovecharán de nuestros recursos naturales con la activación de estas zonas. Dónde, además, ya se vienen pasando por alto la legislación venezolana, como por ejemplo, la Ley Orgánica del Trabajo, al aplicar condiciones de trabajo en estas ZEE al margen de la Ley, que no son dignas en un territorio donde se levanta la voz por el socialismo.
· La explotación del carbón en el estado Zulia, que es igual de contaminante como el uso del Fracking, y digo esto porque el gobierno ha utilizado una campaña mediática para concientizar a la población venezolana de los daños que acarrea esta práctica, la cual ha tomado mucho auge en países como Los Estados Unidos de Norteamérica, pero callan ante lo amenazante que resulta al medioambiente la explotación del carbón, que lo sufrimos acá, específicamente en el estado Zulia, dónde se pudiera dejar a buena parte de su población sin acceso al agua como parte de los efectos de esta dañina práctica.
· La reducción de los cupos para viajeros y compras electrónicas, al alegar que estas asignaciones de dólares estaban desangrando al país y que además estaban siendo utilizadas para ilícitos, como si todos los que utilizábamos estas asignaciones caíamos en esa práctica delictiva que ellos denominaron como "raspacupos". En vez de castigar al que lo hiciera, y no solamente quedarse allí, sino ir más allá, es decir, castigar a los partícipes del desfalco a la nación, lo que representa mucho más del ilícito de los "raspacupos", de aquellos que lo rasparon todo, tanto burócratas corruptos como empresarios parásitos, como por ejemplo, el caso de las famosas empresas de maletín dónde hasta la fecha no manejamos información si hay alguien que se encuentre tras las rejas por estar vinculado a este robo a la nación.
· La aplicación de precios justos, que al final han resultado ser poco justos para el bolsillo del pueblo trabajador, en productos de primera necesidad y otros como: alimentos, medicinas, artículos de higiene personal, electrodomésticos, tecnología en general, ropa, calzado, artículos escolares, materiales eléctricos, materiales de construcción, juguetes, productos de línea marrón, utensilios para bebés, utensilios para el hogar, tarifas aéreas nacionales e internacionales, vehículos, autopartes, etcétera, avalando de esta manera el descalabro económico que vivimos actualmente, resultado de la improductividad y la dependencia importadora de la que nunca salimos, a pesar del repetitivo discurso de parte de voceros del gobierno, en el que buscan incentivar el crecimiento de la producción nacional.
Sumado a las medidas antes mencionadas, existen de igual forma afirmaciones bastante contradictorias, como: "la clase trabajadora no está todavía preparada para asumir la conducción económica de la patria, para construir el socialismo y para derrotar la guerra económica" o que la experiencia del control obrero no se llevó a cabo por fallas cometidas por la clase trabajadora que llevaron a situaciones de improductividad en esas empresas. Declaraciones que son gravísimas y más por venir del Presidente de la República, quién pretende subestimar la labor del pueblo trabajador, ese que nunca ha dudado de abrazar la revolución social en los momentos más críticos, ni se ha ido a esconder a embajadas o lugares recónditos en momentos cruciales que ha vivido el país. Ante estas declaraciones, primero: dudo mucho que en el país se haya dado una experiencia de control obrero en empresas dónde el Estado metió sus manos, ya que esas empresas nunca fueron manejadas por la clase trabajadora, sino de manera contradictoria se han impuestos directivas foráneas, muchas provenientes del estamento militar que han tenido prácticas poco participativas y poco revolucionarias, mucho menos socialistas. En este punto será bueno recordar las palabras del ex-Ministro Félix Osorio, quién alegó que las empresas estatizadas tienen un carácter estratégico y por lo tanto no podían ser dirigidas por los trabajadores; y segundo: ante la actual coyuntura, quien pareciera estar poco preparada para conducir la economía del país y pareciera tener poca claridad conceptual, es la actual dirigencia en el gobierno, que para empezar, lleva más de dos años denunciando una guerra económica en la que cada vez pierden más terreno, demostrando que carecen de capacidad gerencial, por lo que se valen de la denuncia permanente para usarla como pretexto y así evadir sus responsabilidades y competencias ante la actual crisis.
¿Por qué esta dirigencia no empieza por explicarles a los venezolanos el motivo que los ha llevado a invertir, no sólo en los actuales momentos, cantidades importantes de divisas para la adquisición de alimentos? Esto también pudiera tomarse como una de las causas del desangre a la nación, ya que a pesar que la inversión, pudiera agarrarse la burocracia, es para algo tan necesario como lo es la obtención de alimentos, en nuestro país es injustificable esa alta inversión de divisas para tal fin, y más cuando contamos con una cantidad de tierras muy fértiles a lo largo y ancho del territorio nacional, que buena parte de éstas en el pasado fueron estatizadas y hoy deberían estar produciendo a su máxima capacidad y, además, al tener en cuenta que el Estado posee bajo su tutela empresas productoras de alimentos, que de igual forma fueron estatizadas en años pasados, y en aquellos momentos, se nos habló que se invertiría en estas fábricas con la finalidad de repotenciarlas y ampliar sus niveles de producción ¿Qué ha pasado allí?
Lo triste de toda esta situación es que el pueblo humilde trabajador es el sacrificado en esta crisis socio-económica que atravesamos, ya que aquellos que manejan la renta a su antojo y los que están conectados a estos bandidos no padecen del alto índice de inflación ni de la escasez que tenemos hoy día. Pero, además, es importante tomar en cuenta el daño terrible que esta dirigencia roja rojita en el gobierno le ha hecho a la idea revolucionaria al deshonrarla, pisotearla y al banalizarla, a tal punto, que aquí tenemos como pueblo trabajador una labor importante con el fin de limpiar y reposicionar la idea del socialismo y la revolución social ante los confundidos que han comprado el mensaje de la derecha tradicional: de que la actual crisis es producto del modelo socialista, cuando en realidad debemos decir que todo este descalabro es producto de la irresponsabilidad de ineficientes, corruptos e incapaces que no supieron o no quisieron estar a la altura de la responsabilidad que se les presentó en sus manos.
[Versión resumida de artículo originalmente publicado en http://www.aporrea.org/trabajadores/a208144.html.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.