Tomás Guardia
Amigos y Estudiantes:
Quisiera que estas reflexiones llegaran a la mayor cantidad de personas posibles. Porque luego de dos años sin carga docente en la Escuela de Matemática, he regresado a las aulas de la Facultad de Ciencias-UCV, para darme cuenta de una realidad que, por más lejana que me pareciera, está allí y es evidente, inocultable, triste y lamentable. Se trata de la pésima formación académica de los estudiantes que ingresan a las universidades. En estas líneas voy a tratar de concretar lo que a mi juicio es la raíz del problema.
Comienzo por comentar la situación actual de mi curso. Estoy dictando Matemáticas I este semestre. Desde hace más de 30 años, Matemáticas I ha venido siendo el curso de mayor índices de aprobados dentro de la Facultad de Ciencias, ya que, debido a la visión andragógica y humana de uno de mis más apreciados profesores Pedro Alson, se elaboró una guía de estudio que aborda los contenidos del programa, de una forma amigable y amena para el estudiante. La guía de Pedro Métodos de Graficación (en lo sucesivo MG) ha demostrado ser una herramienta exitosa de trabajo para el aprendizaje de los contenidos del programa de Matemáticas I. De hecho, versiones adaptadas de MG han sido diseñadas por Pedro para estudiantes de Educación Media General, con resultados altamente satisfactorios, pero esto es otro tema de discusión. Lo cierto es, que ya ha venido siendo una tradición, que todos los estudiantes del primer semestre, dentro de la Facultad de Ciencias, venían viendo Matemáticas I, como el curso que mejor se adaptaba a sus necesidades. Con una guía de estudios, que les brindaba las herramientas necesarias, para aprender de manera gráfica el lenguaje de las funciones para finalmente introducirlos al estudio de límites y derivadas de una forma agradable, sin perder el rigor matemático.
Resulta que, me encuentro en una situación bastante incómoda y desagradable. En mi sección de Matemáticas I, de 70 estudiantes que todavía continúan inscritos, tristemente debo decirles, que en un escenario optimista, solamente entre 5 y 7 estudiantes aprobarán el curso al final del semestre. Esto debido a múltiples factores que me propongo a relatar, poseo un grupo de 5 o 6 estudiantes, que constantemente intervienen en clases, hacen preguntas, plantean situaciones distintas a la que expongo en el pizarrón, están al día con los ejercicios asignados de tarea y, a pesar de eso, cuando llega la hora de presentar el quiz o el parcial, se bloquean por completo y no escriben absolutamente nada. El estado de terror y de shock ante la presentación de un examen escrito es sorprendente, se paran hacerme las preguntas con ambos brazos temblando de miedo y a pesar de que trato de calmarlos para que puedan hacer su pregunta con tranquilidad es imposible que puedan concentrarse para responder el examen. Algunos pudieran argumentar que el examen puede estar difícil, a esto hay que responder que antes de la reproducción del parcial, una comisión del departamento revisa el examen y si el mismo no está adaptado ni al contenido ni a las exigencias del programa, la comisión puede modificar el examen de acuerdo a su criterio. Si el coordinador no realiza las modificaciones al examen, el mismo no se reproduce. A pesar de estos mecanismos de control que hemos implementado para estabilizar las evaluaciones, en el último parcial tuve un 75% de estudiantes aplazados.
Luego de la masacre, me propongo a indagar el resto de las secciones, y me doy cuenta que están en una situación peor que la mía. Esto nos llevó advertir al Consejo de Escuela que al final del semestre el 90% de los estudiantes de matemáticas I no aprobarán el curso. Preocupado por la situación acudo al Servicio de Orientación de la Facultad y me entrevisto con la psicóloga, la que me recomienda realizar la siguiente encuesta dentro de mi salón. Mariángela (la psicóloga) me propone: Pregunta a tus estudiantes quienes vienen de colegios públicos o privados, quienes vieron matemática sin interrupciones durante el bachillerato, quienes ingresaron por OPSU o por prueba diagnóstica (examen de admisión) y quienes están o no en la carrera que desean estudiar. Muy bien, asumo el reto de hacer la encuesta y para mi asombro obtengo los siguientes resultados: La mayoría absoluta del salón ingresó por examen de admisión, viene de colegios privados, vio matemática de manera continua durante el bachillerato y está cursando la carrera que desea estudiar. Entonces, si tengo todas las condiciones a mi favor para dictar el curso: ¿Por qué están saliendo tan mal en mi curso?
Acto seguido, decido acudir a la Oficina de Admisión de la Facultad, usualmente participo en la aplicación de la Prueba Interna de la Facultad, ya comenté en correos anteriores que la calidad de la prueba de admisión del año pasado era muy pobre (por no decir exactamente lo que pienso) y en su oportunidad hice el reclamo. Lamentablemente, el instrumento de selección de nuestros estudiantes no está funcionando. La respuesta que me dan en la Oficina de Admisión es que si se eleva el nivel de la prueba entonces no entra nadie a la facultad. Esto me parece inaudito, pues le estamos haciendo una estafa a estos estudiantes, les estamos ofreciendo una oportunidad para formarse dentro de la Facultad a una cohorte de estudiantes que simplemente no tienen las condiciones para llevar a cabo una carrera exitosa. Y me atrevo a decir que esta misma situación se está repitiendo en el resto de las Facultades. Para muestra pongo los comentarios de la Dra. Maribel Meléndez, mi hematóloga y profesora de la Escuela Razetti quien me relataba la triste situación con sus estudiantes, cuando acudí a mi última consulta. Nada distinto a lo que estoy relatando ahora, y la consulta fue hace dos años.
A todas estas llegamos a la situación de los colegios y liceos, con un sistema de evaluación perverso (calificativo utilizado por la directora del Colegio La Salle Tienda Honda) que permite repetir de manera indefinida los exámenes hasta que todos aprueben, es muy difícil cambiar la situación de la educación en Venezuela. Con todo este escenario dantesco y desolador, he llegado a la conclusión de que el problema está en las políticas educativas del Ministerio de Educación, que no promueve la calidad sino la cantidad, a como dé lugar de los egresados. Yo mismo fui declarado persona no grata en la Dirección de Currículo del Ministerio de Educación hace cuatro años porque me atreví a decirle a la Jefa de División que mientras se sacrifique la calidad solamente por aumentar las cifras, les estamos haciendo un daño terrible a la educación en Venezuela. Pero ¿Es que acaso un ignorante de la educación no puede transmitir otra cosa aparte de su propia ignorancia? Creo que esto es el leit motiv del problema. Dentro del Ministerio de Educación lo único que tenemos es una cuerda de mediocres e ignorantes que lo único que han podido trasmitir durante todo estos años es su mediocridad y su ignorancia, comenzando por el ministro.
Pero también la familia es corresponsable del desastre por negarse a salir de su zona de confort. La maestra de Tomasito de 2do grado, ha venido realizando un trabajo extraordinario con ese curso (y se lo he hecho saber), introduciendo conceptos matemáticos a los niños que seguramente mis estudiantes de Matemáticas I desconocen. En los actuales momentos, se están haciendo exposiciones sobre los Estados de Venezuela. A Tomasito le tocó el Estado Nueva Esparta, y hemos venido trabajando muy duro para que la luz de mis ojos no se memorice le exposición, sino para que la entienda. Cuando reviso el cuaderno para ver el resto de las hojas resúmenes de los otros niños, lo único que veo es una vulgar copia de la información de Wikipedia. Si los padres no se esfuerzan para que sus hijos desde pequeños aprendan a investigar, a descubrir a maravillarse, a no perder la capacidad de asombro frente a los nuevos descubrimientos ¿Que valores desde la familia se están transmitiendo, cuando nosotros los padres somos los primeros promotores de la mediocridad y la ignorancia? Si una familia es incapaz de sentarse con sus hijos desde 2do grado para que aprendan no sólo los contenidos, sino la responsabilidad y el compromiso de hacer las cosas bien y mantener una actitud positiva hacia el trabajo ¿Podemos esperar que mis estudiantes de Matemáticas I no sepan absolutamente nada?
Dejo estas reflexiones para su discusión, no sólo de manera personal, sino con sus familiares y amistades. Esto es lo que está pasando dentro de la Facultad de Ciencias de la UCV y dentro del Colegio La Salle. Si no se toman los correctivos necesarios, comenzando por la salida pacífica y constitucional, de este gobierno mediocre. La situación se empeorará. Si llegaron hasta este punto, es porque al igual que yo están preocupados por la educación y les agradezco enormemente su tiempo y su atención.
Amigos y Estudiantes:
Quisiera que estas reflexiones llegaran a la mayor cantidad de personas posibles. Porque luego de dos años sin carga docente en la Escuela de Matemática, he regresado a las aulas de la Facultad de Ciencias-UCV, para darme cuenta de una realidad que, por más lejana que me pareciera, está allí y es evidente, inocultable, triste y lamentable. Se trata de la pésima formación académica de los estudiantes que ingresan a las universidades. En estas líneas voy a tratar de concretar lo que a mi juicio es la raíz del problema.
Comienzo por comentar la situación actual de mi curso. Estoy dictando Matemáticas I este semestre. Desde hace más de 30 años, Matemáticas I ha venido siendo el curso de mayor índices de aprobados dentro de la Facultad de Ciencias, ya que, debido a la visión andragógica y humana de uno de mis más apreciados profesores Pedro Alson, se elaboró una guía de estudio que aborda los contenidos del programa, de una forma amigable y amena para el estudiante. La guía de Pedro Métodos de Graficación (en lo sucesivo MG) ha demostrado ser una herramienta exitosa de trabajo para el aprendizaje de los contenidos del programa de Matemáticas I. De hecho, versiones adaptadas de MG han sido diseñadas por Pedro para estudiantes de Educación Media General, con resultados altamente satisfactorios, pero esto es otro tema de discusión. Lo cierto es, que ya ha venido siendo una tradición, que todos los estudiantes del primer semestre, dentro de la Facultad de Ciencias, venían viendo Matemáticas I, como el curso que mejor se adaptaba a sus necesidades. Con una guía de estudios, que les brindaba las herramientas necesarias, para aprender de manera gráfica el lenguaje de las funciones para finalmente introducirlos al estudio de límites y derivadas de una forma agradable, sin perder el rigor matemático.
Resulta que, me encuentro en una situación bastante incómoda y desagradable. En mi sección de Matemáticas I, de 70 estudiantes que todavía continúan inscritos, tristemente debo decirles, que en un escenario optimista, solamente entre 5 y 7 estudiantes aprobarán el curso al final del semestre. Esto debido a múltiples factores que me propongo a relatar, poseo un grupo de 5 o 6 estudiantes, que constantemente intervienen en clases, hacen preguntas, plantean situaciones distintas a la que expongo en el pizarrón, están al día con los ejercicios asignados de tarea y, a pesar de eso, cuando llega la hora de presentar el quiz o el parcial, se bloquean por completo y no escriben absolutamente nada. El estado de terror y de shock ante la presentación de un examen escrito es sorprendente, se paran hacerme las preguntas con ambos brazos temblando de miedo y a pesar de que trato de calmarlos para que puedan hacer su pregunta con tranquilidad es imposible que puedan concentrarse para responder el examen. Algunos pudieran argumentar que el examen puede estar difícil, a esto hay que responder que antes de la reproducción del parcial, una comisión del departamento revisa el examen y si el mismo no está adaptado ni al contenido ni a las exigencias del programa, la comisión puede modificar el examen de acuerdo a su criterio. Si el coordinador no realiza las modificaciones al examen, el mismo no se reproduce. A pesar de estos mecanismos de control que hemos implementado para estabilizar las evaluaciones, en el último parcial tuve un 75% de estudiantes aplazados.
Luego de la masacre, me propongo a indagar el resto de las secciones, y me doy cuenta que están en una situación peor que la mía. Esto nos llevó advertir al Consejo de Escuela que al final del semestre el 90% de los estudiantes de matemáticas I no aprobarán el curso. Preocupado por la situación acudo al Servicio de Orientación de la Facultad y me entrevisto con la psicóloga, la que me recomienda realizar la siguiente encuesta dentro de mi salón. Mariángela (la psicóloga) me propone: Pregunta a tus estudiantes quienes vienen de colegios públicos o privados, quienes vieron matemática sin interrupciones durante el bachillerato, quienes ingresaron por OPSU o por prueba diagnóstica (examen de admisión) y quienes están o no en la carrera que desean estudiar. Muy bien, asumo el reto de hacer la encuesta y para mi asombro obtengo los siguientes resultados: La mayoría absoluta del salón ingresó por examen de admisión, viene de colegios privados, vio matemática de manera continua durante el bachillerato y está cursando la carrera que desea estudiar. Entonces, si tengo todas las condiciones a mi favor para dictar el curso: ¿Por qué están saliendo tan mal en mi curso?
Acto seguido, decido acudir a la Oficina de Admisión de la Facultad, usualmente participo en la aplicación de la Prueba Interna de la Facultad, ya comenté en correos anteriores que la calidad de la prueba de admisión del año pasado era muy pobre (por no decir exactamente lo que pienso) y en su oportunidad hice el reclamo. Lamentablemente, el instrumento de selección de nuestros estudiantes no está funcionando. La respuesta que me dan en la Oficina de Admisión es que si se eleva el nivel de la prueba entonces no entra nadie a la facultad. Esto me parece inaudito, pues le estamos haciendo una estafa a estos estudiantes, les estamos ofreciendo una oportunidad para formarse dentro de la Facultad a una cohorte de estudiantes que simplemente no tienen las condiciones para llevar a cabo una carrera exitosa. Y me atrevo a decir que esta misma situación se está repitiendo en el resto de las Facultades. Para muestra pongo los comentarios de la Dra. Maribel Meléndez, mi hematóloga y profesora de la Escuela Razetti quien me relataba la triste situación con sus estudiantes, cuando acudí a mi última consulta. Nada distinto a lo que estoy relatando ahora, y la consulta fue hace dos años.
A todas estas llegamos a la situación de los colegios y liceos, con un sistema de evaluación perverso (calificativo utilizado por la directora del Colegio La Salle Tienda Honda) que permite repetir de manera indefinida los exámenes hasta que todos aprueben, es muy difícil cambiar la situación de la educación en Venezuela. Con todo este escenario dantesco y desolador, he llegado a la conclusión de que el problema está en las políticas educativas del Ministerio de Educación, que no promueve la calidad sino la cantidad, a como dé lugar de los egresados. Yo mismo fui declarado persona no grata en la Dirección de Currículo del Ministerio de Educación hace cuatro años porque me atreví a decirle a la Jefa de División que mientras se sacrifique la calidad solamente por aumentar las cifras, les estamos haciendo un daño terrible a la educación en Venezuela. Pero ¿Es que acaso un ignorante de la educación no puede transmitir otra cosa aparte de su propia ignorancia? Creo que esto es el leit motiv del problema. Dentro del Ministerio de Educación lo único que tenemos es una cuerda de mediocres e ignorantes que lo único que han podido trasmitir durante todo estos años es su mediocridad y su ignorancia, comenzando por el ministro.
Pero también la familia es corresponsable del desastre por negarse a salir de su zona de confort. La maestra de Tomasito de 2do grado, ha venido realizando un trabajo extraordinario con ese curso (y se lo he hecho saber), introduciendo conceptos matemáticos a los niños que seguramente mis estudiantes de Matemáticas I desconocen. En los actuales momentos, se están haciendo exposiciones sobre los Estados de Venezuela. A Tomasito le tocó el Estado Nueva Esparta, y hemos venido trabajando muy duro para que la luz de mis ojos no se memorice le exposición, sino para que la entienda. Cuando reviso el cuaderno para ver el resto de las hojas resúmenes de los otros niños, lo único que veo es una vulgar copia de la información de Wikipedia. Si los padres no se esfuerzan para que sus hijos desde pequeños aprendan a investigar, a descubrir a maravillarse, a no perder la capacidad de asombro frente a los nuevos descubrimientos ¿Que valores desde la familia se están transmitiendo, cuando nosotros los padres somos los primeros promotores de la mediocridad y la ignorancia? Si una familia es incapaz de sentarse con sus hijos desde 2do grado para que aprendan no sólo los contenidos, sino la responsabilidad y el compromiso de hacer las cosas bien y mantener una actitud positiva hacia el trabajo ¿Podemos esperar que mis estudiantes de Matemáticas I no sepan absolutamente nada?
Dejo estas reflexiones para su discusión, no sólo de manera personal, sino con sus familiares y amistades. Esto es lo que está pasando dentro de la Facultad de Ciencias de la UCV y dentro del Colegio La Salle. Si no se toman los correctivos necesarios, comenzando por la salida pacífica y constitucional, de este gobierno mediocre. La situación se empeorará. Si llegaron hasta este punto, es porque al igual que yo están preocupados por la educación y les agradezco enormemente su tiempo y su atención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.