Grupo "Queremos todo para todos" (Atenas)
– El nuevo gobierno ascendió al Poder absorbiendo las resistencias y capitalizando las luchas del período anterior. Al mismo tiempo, aseguró que puede garantizar la paz social (desde la revuelta de diciembre de 2008 hasta la huelga de hambre de Nikos Romanós).
– La doctrina del orden y la seguridad ha sido reemplazada por unos juegos comunicativos, por el negocio de la venta de esperanza, por varias promesas (todo esto está basado por supuesto en las ilusiones y las falsas esperanzas de una gran parte de la sociedad de que la situación puede retroceder a 1996 cuando la gente tomaba préstamos para pagar los gastos de sus vacaciones) y por la táctica del látigo y la zanahoria, al menos temporalmente, es decir mientras el método de la asimilación y la incautación de consenso social tiene resultados.
– Las manifestaciones a favor del gobierno, alias “Juntos podemos, pero tendemos todos la misma responsabilidad”, ofrecieron apoyo al nuevo gobierno y crearon un clima de unidad nacional así que los nuevos gestores políticos repartieran las responsabilidades de la derrota de las negociaciones con la UE, el BCE y el FMI, la cual tiene que darse por segura. También constituyeron el medio adecuado para fortalecer la credibilidad derrumbada de las instituciones. Las instituciones en los últimos años no sólo han perdido la confianza de grandes segmentos sociales, sino que han sido totalmente despreciadas. No hay que olvidar que la crisis no ha sido y no es sólo económica, sino que ha afectado a toda la edificación capitalista. El mayor problema para el sistema es que la crisis era y sigue siendo institucional. La obsolescencia y la falta de confianza en las instituciones constituyen uno de los mayores problemas para el Capital y sus gestores políticos. Las concentraciones de apoyo al mayor partido de la coalición gubernamental Syriza, han constituido también el medio para que las instituciones recuperaran su prestigio perdido. El mensaje transmitido en estas manifestaciones a favor del gobierno es que lo importante es quién gestiona las instituciones y no la índole de las instituciones.
-En principio nuestra actitud debe distinguirnos de los nuevos y “alternativos” gestores políticos, sin embargo, no puede simplemente estar caracterizada por una retórica contra Syriza, porque de esta manera llegaremos a definirnos a través de Syriza, y a formar una oposición izquierdista (como los partidos Antarsya y KKE), y luego vamos a estar quejándonos de que Syriza no ha cumplido con sus promesas pre-electorales. Tenemos que hacer resaltar las contradicciones del gobierno, basarnos en ellas, intensificar y radicalizar tanto las luchas dadas como nuestra acción. Hay que aprovecharse de potenciales huecos, ya creados o que se van a crear con el cambio de gestores en el aparato estatal, y lograr victorias pequeñas o grandes para el campo de los de abajo. A organizarnos, creando aquellas estructuras políticas y sociales que nos permitan capitalizar nuestras fuerzas, a dar respuestas a nivel central, a reunirnos y encontrarnos con amplios segmentos sociales, y a la vez prepararnos para el siguiente paso, cuando seamos llamados a enfrentarnos a los que sustituirán a Syriza (después de su caída estrepitosa) y que sin duda pertenecen al bando político de la extrema Derecha y del fascismo.
– Hay que volver a decir que el único competente y capaz de gestionar sus necesidades es el propio trabajador, el desempleado, el oprimido. Ningún grupo burocrático y jerárquico sediento de Poder no va a asegurar los intereses de la mayoría social, ya sea ella “conservadora” y reaccionaria o “progresista”. La auto-organización y la autogestión de la sociedad pueden y deben deconstruir el prestigio y la autoridad de las instituciones gubernamentales y financieras, siempre que la sociedad quiera vivir sin el yugo de líderes políticos y gobernantes económicos de todo tipo.
Hay que hacer públicas y conocidas nuestras propuestas para la revolución social y la subversión total del Estado y del Capital, y delinear nuestra visión de una sociedad sin explotación y opresión, basada en los principios de la igualdad, la libertad y la solidaridad. Para la perspectiva comunista y sin clases que puede ser la única esperanza para los de abajo.
[Tomado de http://verba-volant.info/es/cinco-puntos-para-un-debate-acerca-de-la-nueva-coyuntura-despues-del-cambio-del-gobierno-y-la-elaboracion-de-nuestra-estrategia-como-anarquistas/.]
– El nuevo gobierno ascendió al Poder absorbiendo las resistencias y capitalizando las luchas del período anterior. Al mismo tiempo, aseguró que puede garantizar la paz social (desde la revuelta de diciembre de 2008 hasta la huelga de hambre de Nikos Romanós).
– La doctrina del orden y la seguridad ha sido reemplazada por unos juegos comunicativos, por el negocio de la venta de esperanza, por varias promesas (todo esto está basado por supuesto en las ilusiones y las falsas esperanzas de una gran parte de la sociedad de que la situación puede retroceder a 1996 cuando la gente tomaba préstamos para pagar los gastos de sus vacaciones) y por la táctica del látigo y la zanahoria, al menos temporalmente, es decir mientras el método de la asimilación y la incautación de consenso social tiene resultados.
– Las manifestaciones a favor del gobierno, alias “Juntos podemos, pero tendemos todos la misma responsabilidad”, ofrecieron apoyo al nuevo gobierno y crearon un clima de unidad nacional así que los nuevos gestores políticos repartieran las responsabilidades de la derrota de las negociaciones con la UE, el BCE y el FMI, la cual tiene que darse por segura. También constituyeron el medio adecuado para fortalecer la credibilidad derrumbada de las instituciones. Las instituciones en los últimos años no sólo han perdido la confianza de grandes segmentos sociales, sino que han sido totalmente despreciadas. No hay que olvidar que la crisis no ha sido y no es sólo económica, sino que ha afectado a toda la edificación capitalista. El mayor problema para el sistema es que la crisis era y sigue siendo institucional. La obsolescencia y la falta de confianza en las instituciones constituyen uno de los mayores problemas para el Capital y sus gestores políticos. Las concentraciones de apoyo al mayor partido de la coalición gubernamental Syriza, han constituido también el medio para que las instituciones recuperaran su prestigio perdido. El mensaje transmitido en estas manifestaciones a favor del gobierno es que lo importante es quién gestiona las instituciones y no la índole de las instituciones.
-En principio nuestra actitud debe distinguirnos de los nuevos y “alternativos” gestores políticos, sin embargo, no puede simplemente estar caracterizada por una retórica contra Syriza, porque de esta manera llegaremos a definirnos a través de Syriza, y a formar una oposición izquierdista (como los partidos Antarsya y KKE), y luego vamos a estar quejándonos de que Syriza no ha cumplido con sus promesas pre-electorales. Tenemos que hacer resaltar las contradicciones del gobierno, basarnos en ellas, intensificar y radicalizar tanto las luchas dadas como nuestra acción. Hay que aprovecharse de potenciales huecos, ya creados o que se van a crear con el cambio de gestores en el aparato estatal, y lograr victorias pequeñas o grandes para el campo de los de abajo. A organizarnos, creando aquellas estructuras políticas y sociales que nos permitan capitalizar nuestras fuerzas, a dar respuestas a nivel central, a reunirnos y encontrarnos con amplios segmentos sociales, y a la vez prepararnos para el siguiente paso, cuando seamos llamados a enfrentarnos a los que sustituirán a Syriza (después de su caída estrepitosa) y que sin duda pertenecen al bando político de la extrema Derecha y del fascismo.
– Hay que volver a decir que el único competente y capaz de gestionar sus necesidades es el propio trabajador, el desempleado, el oprimido. Ningún grupo burocrático y jerárquico sediento de Poder no va a asegurar los intereses de la mayoría social, ya sea ella “conservadora” y reaccionaria o “progresista”. La auto-organización y la autogestión de la sociedad pueden y deben deconstruir el prestigio y la autoridad de las instituciones gubernamentales y financieras, siempre que la sociedad quiera vivir sin el yugo de líderes políticos y gobernantes económicos de todo tipo.
Hay que hacer públicas y conocidas nuestras propuestas para la revolución social y la subversión total del Estado y del Capital, y delinear nuestra visión de una sociedad sin explotación y opresión, basada en los principios de la igualdad, la libertad y la solidaridad. Para la perspectiva comunista y sin clases que puede ser la única esperanza para los de abajo.
[Tomado de http://verba-volant.info/es/cinco-puntos-para-un-debate-acerca-de-la-nueva-coyuntura-despues-del-cambio-del-gobierno-y-la-elaboracion-de-nuestra-estrategia-como-anarquistas/.]
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