Revista Semana (Colombia)
Ya sea que lo consiga en una farmacia o por mercado virtual o callejero, las cajas de 36 condones alcanzan a valer 4760 bolívares: unos 755 dólares estadounidenses [al cambio oficial]. La crisis económica venezolana, a la que su presidente Nicolás Maduro se refiere como una “guerra económica”, no solo ha afectado los alimentos y la medicina. Ahora los venezolanos deben hacer fila para conseguir condones y pastillas anticonceptivas.
Medios de comunicación con presencia en la zona aseveran la escasez del producto en las farmacias locales. CNN, por ejemplo, reportó: “en ocho farmacias en Caracas, se pudo verificar que en cuatro no había preservativos y en las otras se evidenció poca existencia y variedad. (...) en mercados virtuales, los costos son hasta tres y cuatro veces mayores”.
El asunto, que de entrada podría parecer risible, reviste una enorme gravedad: entidades de salud pública ya han advertido que, de no hacerse nada sobre la situación, las tasas de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual se dispararán por los aires. “El país está tan mal que ahora tenemos que esperar formados hasta para tener sexo”, declaró Jonatan Montilla al medio El Financiero, de México. Sumado a la escasez, el costo que podría llegar a tener una caja de preservativos en Venezuela -755 dólares- implica que un trabajador promedio tendría que invertir el 85 % de su salario mínimo para adquirir dicho producto.
La ONG StopVIH tomó ya cartas en el asunto, alertando sobre el riesgo que corre la población con la carencia de los anticonceptivos. En un comunicado pidió al gobierno que agilizara los trámites para la importación y abastecimiento en las farmacias venezolanas. Jhonatan Rodríguez, presidente de StopVIH, afirmó que: “Lo grave (...) es que Venezuela presentó el tercer mayor índice de infecciones de VIH por habitante de América del Sur, según datos de la ONU en un informe correspondiente al año 2013, y tiene una de las tasas de embarazos en adolescentes más altas del continente”. “Sin condón no podemos hacer nada”, enfatizó Rodríguez, porque los programas de prevención no tendrán efecto si no se pueden llevar a la práctica.
Ya Nicolás Maduro había anunciado en 2013 la construcción de una fábrica de preservativos en el país para "blindar a la patria de embarazos precoces". "Vamos a instalar un conjunto de fábricas aquí para producir millones de preservativos y ustedes se encargan, el movimiento Jóvenes por la Patria, a distribuir, a reflexionar y a blindar la patria de embarazos precoces", aseveró el mandatario en su momento. Pero parece ser que la producción e importación de anticonceptivos en el país es insuficiente, como lo prueban las largas filas y dificultad actuales para conseguir el producto.
Hasta que no se solucione el asunto los venezolanos deberán vivir con la dificultad que, además a los ditintos productos básicos, implica la carencia de condones.
Ya sea que lo consiga en una farmacia o por mercado virtual o callejero, las cajas de 36 condones alcanzan a valer 4760 bolívares: unos 755 dólares estadounidenses [al cambio oficial]. La crisis económica venezolana, a la que su presidente Nicolás Maduro se refiere como una “guerra económica”, no solo ha afectado los alimentos y la medicina. Ahora los venezolanos deben hacer fila para conseguir condones y pastillas anticonceptivas.
Medios de comunicación con presencia en la zona aseveran la escasez del producto en las farmacias locales. CNN, por ejemplo, reportó: “en ocho farmacias en Caracas, se pudo verificar que en cuatro no había preservativos y en las otras se evidenció poca existencia y variedad. (...) en mercados virtuales, los costos son hasta tres y cuatro veces mayores”.
El asunto, que de entrada podría parecer risible, reviste una enorme gravedad: entidades de salud pública ya han advertido que, de no hacerse nada sobre la situación, las tasas de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual se dispararán por los aires. “El país está tan mal que ahora tenemos que esperar formados hasta para tener sexo”, declaró Jonatan Montilla al medio El Financiero, de México. Sumado a la escasez, el costo que podría llegar a tener una caja de preservativos en Venezuela -755 dólares- implica que un trabajador promedio tendría que invertir el 85 % de su salario mínimo para adquirir dicho producto.
La ONG StopVIH tomó ya cartas en el asunto, alertando sobre el riesgo que corre la población con la carencia de los anticonceptivos. En un comunicado pidió al gobierno que agilizara los trámites para la importación y abastecimiento en las farmacias venezolanas. Jhonatan Rodríguez, presidente de StopVIH, afirmó que: “Lo grave (...) es que Venezuela presentó el tercer mayor índice de infecciones de VIH por habitante de América del Sur, según datos de la ONU en un informe correspondiente al año 2013, y tiene una de las tasas de embarazos en adolescentes más altas del continente”. “Sin condón no podemos hacer nada”, enfatizó Rodríguez, porque los programas de prevención no tendrán efecto si no se pueden llevar a la práctica.
Ya Nicolás Maduro había anunciado en 2013 la construcción de una fábrica de preservativos en el país para "blindar a la patria de embarazos precoces". "Vamos a instalar un conjunto de fábricas aquí para producir millones de preservativos y ustedes se encargan, el movimiento Jóvenes por la Patria, a distribuir, a reflexionar y a blindar la patria de embarazos precoces", aseveró el mandatario en su momento. Pero parece ser que la producción e importación de anticonceptivos en el país es insuficiente, como lo prueban las largas filas y dificultad actuales para conseguir el producto.
Hasta que no se solucione el asunto los venezolanos deberán vivir con la dificultad que, además a los ditintos productos básicos, implica la carencia de condones.
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